Alcohol y confinamiento: ?ha cambiado nuestra relaci¨®n con la bebida?

Con las barras de los bares cerradas, parece que algunas personas no han encontrado mejor excusa que la recomendaci¨®n de aprovisionarse de alimentos una vez a la semana para hacer un inusual acopio de bebidas alcoh¨®licas. En comparaci¨®n con 2019, y seg¨²n datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n, la compra de cerveza, vino y bebidas espirituosas aument¨® la semana del 6 al 12 de abril un 86,5%, 73,4% y 93,4% respectivamente. ?Est¨¢ el s¨ªndrome del marinero en tierra detr¨¢s de estos datos? ?Debemos prepararnos para afrontar una nueva, y solitaria, relaci¨®n con el alcohol?

Las cifras de adquisici¨®n de bebidas alcoh¨®licas dan que pensar. ?De verdad hemos cambiado la ca?a de despu¨¦s del trabajo por los videovermuts, y luego hemos elevado el consumo al cuadrado? ?Nos hemos convertido en bebedores solitarios? Los expertos apuntan que es m¨¢s f¨¢cil hacerse preguntas que hallar respuestas, ante la ausencia de datos m¨¢s all¨¢ de las cifras de compra y las encuestas digitales de autoaplicaci¨®n. "Con los n¨²meros de la venta de alcohol pasa igual que con el papel higi¨¦nico, ?significa que por comprar m¨¢s la gente evac¨²a m¨¢s? Por temor al desabastecimiento, la gente se provey¨® al principio de cantidades que no han utilizado de forma inmediata. El estado de reclusi¨®n absoluta no significa que la gente haga una vida muy diferente de la normal, como el aumento del consumo casero de alcohol no implica que sea un problema de salud generalizado", observa Francisco Pascual, presidente de la organizaci¨®n Socidrogalcohol y m¨¦dico de la Unidad de Conductas Adictivas de Alcoi (Alicante).

Sin embargo, el confinamiento s¨ª puede favorecer que en algunas situaciones se presente el "s¨ªndrome del marinero en tierra", en el que el alcohol se ve como un aliado para combatir la nostalgia de la calle en quien no puede resistir la vida entre cuatro paredes. Lo bueno es posible contener la tentaci¨®n de convertir la botella como salvavidas.

Ni ansiol¨ªtico ni remedio contra la covid-19

M¨¢s que de una nueva realidad, para psic¨®logos como Miguel del Nogal, experto en adicciones, podr¨ªa haber un nuevo perfil de consumidor, el que ha empezado a consumir y no puede parar. Pero la nueva situaci¨®n no tiene por qu¨¦ aumentar el problema del alcoholismo en personas sin complicaciones previas, sostiene Pascual. "Todos tenemos un sistema de autorregulaci¨®n, como cuando ganamos unos kilos de m¨¢s y los intentamos perder. La persona que beba no deber¨ªa exceder su consumo habitual, e incluso deber¨ªa minimizarlo", se?ala el facultativo, quien recuerda que no hay que bajar la guardia. "Y en ning¨²n caso hay que hacer caso de los bulos, porque el alcohol no sirve para luchar contra el coronavirus ni es un buen ansiol¨ªtico. Y desde luego, nunca hay que beber por aburrimiento", recalca.

El secretario del grupo de Alcohol y Alcoholismo de la Sociedad Espa?ola de Medicina Interna, Ignacio Novo, aconseja buscar ocupaciones a lo largo del d¨ªa para evitar un consumo excesivo. "Otra clave tambi¨¦n est¨¢ en espaciar las bebidas, alternarlas con las no alcoh¨®licas, o marcarse en la agenda que el consumo de alcohol, siempre controlado, se deja solo para los fines de semana, por ejemplo", recomienda.

Para el psic¨®logo Miguel del Nogal, es importante pensar ahora en qu¨¦ va a pasar de aqu¨ª en adelante, "establecer un nuevo h¨¢bito en aquellas personas que han tomado como rutina consumir alcohol para enfrentarse a la monoton¨ªa despu¨¦s de dos meses de confinamiento". Una clave para que la relaci¨®n con el alcohol no sea problem¨¢tica es preguntarse qu¨¦ hac¨ªa cada persona antes del encierro, qu¨¦ hace ahora y qu¨¦ se propone hacer despu¨¦s. "Se trata de dialogar con uno mismo. En todos nuestros h¨¢bitos, como el consumo, tiene que haber un proceso de desescalada".

Adem¨¢s de las recomendaciones habituales como aprender a ser positivos y ocupar el tiempo libre diversificando actividades, el m¨¦dico Francisco Pascual recuerda que no hay que obsesionarse con las desinformaciones, ya que el miedo que pueda producirse invita a beber m¨¢s. Y hay que tener presente que "estar confinado no debe ser sin¨®nimo de estar aislado. El aislamiento es lo que puede provocar desaz¨®n y riesgo de reca¨ªda en un adicto. Tampoco hay que comprar m¨¢s de lo debido, m¨¢s all¨¢ de lo que se vaya a consumir", destaca el m¨¦dico.

No m¨¢s de un par de unidades de baja graduaci¨®n

Como consejo durante la adquisici¨®n, conceptos b¨¢sicos como el de la pir¨¢mide de los alimentos pueden resultar de ayuda. "Al organizar la lista de la compra semanal debemos tener en cuenta una cantidad adecuada de frutas, verduras y pescado, y limitar la adquisici¨®n de productos potencialmente perjudiciales como ultraprocesados, dulces y grasas. En caso de consumir alcohol, hay que incluir estas bebidas en la secci¨®n de productos de consumo limitado, de forma que en ning¨²n caso sea superior a una o dos bebidas de baja graduaci¨®n diarias", sugiere Ignacio Novo. En el caso de personas con enfermedades que pueden agravarse por el consumo de alcohol, como la hipertensi¨®n, hipercolesterolemia, las patolog¨ªas cardiacas y hep¨¢ticas, esta limitaci¨®n deber¨ªa ser mucho m¨¢s extrema e implicar incluso la no adquisici¨®n de bebidas alcoh¨®licas.

Las administraciones, seg¨²n Novo, tambi¨¦n pueden hacer mucho por limitar la adquisici¨®n y consumo de alcohol. "La transmisi¨®n de informaci¨®n cient¨ªfica fiable para promover h¨¢bitos saludables en la poblaci¨®n general es mucho m¨¢s eficaz si procede de fuentes oficiales. En Espa?a nos queda mucho por hacer, un mensaje claro por parte del estado sobre las consecuencias del consumo de cualquier cantidad de alcohol sobre la salud tendr¨ªa un efecto mucho mayor y m¨¢s beneficioso que el de las sociedades cient¨ªficas. El etiquetado espec¨ªfico de las bebidas alcoh¨®licas con informaci¨®n y advertencias claras sobre las consecuencias potenciales de su consumo, como se ha hecho con el tabaco, es una medida que podr¨ªa ser eficaz y se ha implementado con cierto ¨¦xito en otros pa¨ªses. Y vincular el consumo de bebidas alcoh¨®licas a eventos deportivos, celebraciones y actos p¨²blicos ejerce un mensaje de normalizaci¨®n que hay que revisar y, en muchos casos, prohibirlo", sostiene Novo, m¨¦dico del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela.

Hasta la prohibici¨®n podr¨ªas ser una opci¨®n. Como respuesta para afrontar la problem¨¢tica del consumo de alcohol durante el confinamiento, en pa¨ªses como Tailandia, M¨¦xico o Sud¨¢frica las autoridades han optado por prohibir la venta de bebidas alcoh¨®licas. Pero es un horizonte que los expertos descartan en el caso de Espa?a. "Si se implementan medidas como las campa?as de sensibilizaci¨®n, probablemente no ser¨ªa necesario prohibir la venta. Sabemos que la prohibici¨®n de otras sustancias es sin¨®nimo de producci¨®n, venta y consumo ilegal y descontrolado. En los ¨²ltimos meses, pa¨ªses como Rusia y Escocia han implementado medidas como el precio m¨ªnimo para cualquier bebida alcoh¨®lica, lo que ha llevado a un aumento de impuestos, aumento del precio medio y reducci¨®n muy significativa del consumo de alcohol. Lo m¨¢s eficaz ser¨ªan la correcta formaci¨®n y educaci¨®n de los ciudadanos, la consideraci¨®n de las bebidas alcoh¨®licas como productos potencialmente perjudiciales y la difusi¨®n transparente de cifras de consumo, problemas de salud y muertes derivadas", sostiene Novo.

Con vistas a los distintos proyectos de ley, el m¨¦dico Francisco Pascual recuerda que la legislaci¨®n para regular el alcohol nunca ha salido adelante en Espa?a. "La crisis de la covid-19 debe ser una oportunidad para entender que la salud debe estar por delante de la econom¨ªa. Las l¨ªneas a adoptar deben ir hacia lo que marca la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, como el control horario de consumo de alcohol los establecimientos de ocio, revisar la edad de consumo o hacer cumplir las normas vigentes, todo para disminuir la morbimortalidad producida por el alcohol, incluyendo adem¨¢s del alcoholismo, los accidentes, la patolog¨ªa org¨¢nica, la psiqui¨¢trica, sin olvidar los problemas sociales que se derivan de los consumos excesivos", concluye.