Contra el pl¨¢stico en lengua de signos
Una empresa et¨ªope triunfa en dos vertientes: ofrecer un futuro laboral a personas con discapacidad auditiva y acostumbrar a la poblaci¨®n de Addis Abeba, en Etiop¨ªa, a usar envases reciclables de papel y evitar sus enormes residuos
El lenguaje de signos puede ser bien poderoso. En ¨¦l se basa la estrategia de Teki Paper, un empresa et¨ªope de bolsas de papel creada por mujeres con deficiencias auditivas. La compa?¨ªa ha vendido casi un mill¨®n de productos y est¨¢ acostumbrando poco a poco a Addis Abeba, la superpoblada capital de Etiop¨ªa, a no utilizar bolsas de pl¨¢stico, al mismo tiempo que fomenta la autonom¨ªa de la comunidad de estas personas. Mientras que otros pa¨ªses del este de ?frica, como Ruanda y Kenia, son pioneros en la eliminaci¨®n de los pl¨¢sticos de un solo uso, en Etiop¨ªa la producci¨®n y el consumo de este material no han dejado de aumentar desde 2011.
La situaci¨®n afecta particularmente a la capital. Aqu¨ª, las bolsas obstruyen los cauces fluviales, provocando inundaciones en la estaci¨®n de lluvias, y contaminan el entorno. "Son baratas", explica Mimmi Legesse, la carism¨¢tica codirectora de Teki. "Por eso, con cada producto que compra el cliente, el due?o de la tienda le da una".
Clement Piguet, cofundador de la iniciativa, reconoce que convencer a los propietarios de los negocios de que opten por una alternativa m¨¢s cara es un reto, y que sermoneando a la gente sobre el medio ambiente no siempre se logra el efecto deseado. La empresa cree m¨¢s bien que si, adem¨¢s del impacto ecol¨®gico puede ofrecer un beneficio social visible, aumenta la probabilidad de que los comerciantes inviertan en una propuesta m¨¢s ecol¨®gica. "Con nuestras bolsas de papel queremos dar a la gente la posibilidad de cambiar la vida de las personas sordas", explica Piguet.
Confianza en las manos
Meskerem Beyene, una int¨¦rprete miembro del equipo de Teki, cree que generar confianza en las empleadas para que traten con los clientes ha tenido una repercusi¨®n positiva en el negocio. "Cuando alguien que puede o¨ªr intenta vender las bolsas, la gente no suele escuchar lo que dice, pero cuando Mimmi utiliza la lengua de signos, nos prestan atenci¨®n". Piguet, que no es sordo, cree que es una poderosa herramienta de comunicaci¨®n. "Tiene un poder especial cuando se usa bien. En cierto modo es universal, porque todos tenemos dos manos. La manera de moverlas fascina a quien lo ve", afirma.
Esta fascinaci¨®n fue la que indujo a Piguet a visitar la escuela Alpha para sordos de su barrio hace cuatro a?os. All¨ª conoci¨® a Mimmi Legesse, que entonces era una de las alumnas y hab¨ªa desarrollado su talento para el dise?o durante su infancia en un orfanato.
En nuestra cultura damos un nombre a cada persona seg¨²n su aspecto o su experiencia. En el caso de Donald Trump, por ejemplo, imitamos su peinado pas¨¢ndonos la mano por la cabeza
Igual que a muchas personas con deficiencias auditivas en Etiop¨ªa, a Legesse tambi¨¦n le cost¨® encontrar un empleo estable. La joven cuenta que "la mayor¨ªa de los empresarios no est¨¢n dispuestos a contratarnos porque no quieren adem¨¢s un int¨¦rprete. Por eso, las personas que sufren de sordera suelen quedarse en casa". Ese encuentro casual produjo un efecto inmediato en Piguet. "Por su manera de utilizar la lengua de signos vi que Mimmi ten¨ªa una fuerza especial, y cuando empez¨® a hablarme de las bolsas de ganchillo que dise?aba todo encaj¨®".
Actuamente, Teki tiene 18 empleadas a tiempo completo y dos int¨¦rpretes, y abastece a m¨¢s de 50 clientes. Hace poco se traslad¨® a un emplazamiento m¨¢s c¨¦ntrico y accesible. La nueva sede se encuentra en uno de los muchos bloques de copropiedad surgidos a ra¨ªz de la r¨¢pida urbanizaci¨®n de Etiop¨ªa. El mon¨®tono exterior del edificio contrasta con el colorido interior que espera a los visitantes.
Anis Ahmed, propietario de un negocio de la ciudad interesado en alternativas al pl¨¢stico pasa por las oficinas para recoger unas cuantas muestras, pero despu¨¦s de un breve recorrido por las instalaciones se marcha visiblemente impresionado. "No ten¨ªa ni idea. Es impresionante ver trabajar a estas mujeres y c¨®mo ponen en pr¨¢ctica sus capacidades", elogia.
Tanto Piguet como Legesse piensan que las personas con sordera desarrollan esas capacidades de una manera m¨¢s natural. "Estamos acostumbradas a utilizar las manos para se?alar y los ojos para imitar todo lo que vemos", explica Legesse. "Por eso somos m¨¢s r¨¢pidas en el trabajo manual". Piguet cree que sus empleadas no solo son m¨¢s diestras, sino que adem¨¢s prestan tanta atenci¨®n a los detalles que algunos clientes han preguntado si las bolsas est¨¢n hechas a m¨¢quina.
El lenguaje de signos tiene un poder especial cuando se usa bien. En cierto modo es universal, porque todos tenemos dos manos. La manera de moverlas fascina a quien lo ve
Como hacen con todos los visitantes, a Ahmed le pidieron que "pronunciase" su nombre con las manos con la ayuda de un cartel de lengua de signos puesto en la pared. A continuaci¨®n, tuvieron una animada sesi¨®n de preguntas y respuestas con las trabajadoras. Algunos visitantes encuentran la experiencia muy emotiva. "Cada d¨ªa recibimos unas tres visitas", cuenta Piguet. "Cuando ven a las mujeres sordas realizando un trabajo tan fant¨¢stico, se emocionan. A veces se echan a llorar".
En Teki, la primera impresi¨®n es importante y dar la mejor imagen puede ser ¨²til. "En nuestra cultura damos un nombre a cada persona seg¨²n su aspecto o su experiencia", explica Legesse con una sonrisa. "En el caso de Donald Trump, por ejemplo, imitamos su peinado pas¨¢ndonos la mano por la cabeza".
En Addis Abeba pocos edificios tienen direcci¨®n, as¨ª que los conductores de autob¨²s suelen gritar el nombre de alg¨²n punto de referencia para indicar a d¨®nde se dirigen, lo cual hace los desplazamientos especialmente complicados para las personas con deficiencias auditivas. Algunas de las trabajadoras de Teki viven a dos horas de distancia. "Queremos crear una retribuci¨®n igualitaria, sobre todo para las que vienen de lejos. Para m¨ª son unas guerreras", afirma Piguet. Adem¨¢s Legesse, que es madre de dos hijos, ha garantizado que las empleadas tengan baja maternal. A pesar de su ¨¦xito, ambos piensan que su traves¨ªa no ha hecho m¨¢s que empezar. "So?amos con preparar a personas con deficiencias auditivas para esta lucha contra el pl¨¢stico no solo de ?frica, sino de todo el mundo".
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