Por qu¨¦ tus hijos no pueden ser tus mejores amigos
La relaci¨®n ideal es cercana y honesta, algo que no representa traspasar l¨ªmites
Siempre se ha hablado de la compleja relaci¨®n entre padres e hijos. Son muchos los profesionales, que pese a seguir diferentes doctrinas educativas, coinciden en que la labor del padre con el hijo existe de por vida y por ello es inapropiado y negativo eludir la responsabilidad. ¡°Cuando los padres tienen claras las ense?anzas y normas a inculcar al hijo, la v¨ªa resultar¨¢ m¨¢s constructiva. Es esencial que los adultos le surtan de valores para avanzar positiva y responsablemente en su vida. La relaci¨®n ideal es cercana y honesta, algo que no representa traspasar l¨ªmites¡±, manifiesta Mar¨ªa Isabel Cebreiros, psicopedagoga.
Desde muy peque?os los hijos van fortaleciendo el apego a sus padres. ¡°Esto depende del roce y de la implicaci¨®n que los adultos tengan con sus reto?os. Por lo tanto, ser¨¢n los padres quienes deban ayudarles a desarrollar los adecuados modos de ser ante la sociedad¡±, refiere Antoni Jim¨¦nez Massana, psic¨®logo y educador social.
No es dif¨ªcil reconocer la complicidad de padres con sus hijos. Este es el caso de algunas madres, quienes con sus hijas llegan incluso a calificarse ¡°mejores amigas¡±, vestidas pr¨¢cticamente iguales y de compras. Se traduce en algo muy positivo ese inter¨¦s en practicar ocio juntas y dedicar tiempo de calidad a hijas e hijos, m¨¢s cuando se comparten gustos. ¡°Sin embargo, la idea de relacionarse con el entorno del hijo, mostrar inter¨¦s e incluso divertirse juntos, no exime lo estricto que hay impl¨ªcito en la educaci¨®n y la crianza del v¨¢stago. Los ni?os y j¨®venes necesitan interiorizar la autoridad propia de sus padres, sin excesos, pero con claridad y firmeza¡±, propugna Jim¨¦nez Massana.
Cebreiros constata que en la actualidad existe una educaci¨®n m¨¢s pr¨®xima a los hijos. ¡°Entre padres e hijos debe existir confianza y para ello es necesario di¨¢logo y consideraci¨®n. Las redes sociales, WhatsApp¡, el mundo tan tecnol¨®gico en el que nos movemos causa en ocasiones, salirse del plano de la realidad y frenar a tiempo. El amigo de mi hijo no es la televisi¨®n, ni el m¨®vil, no lo soy yo en edades en las que necesita que se diga: Hasta aqu¨ª¡±, asegura.
¡°Nadie me comprende¡±
Llegada la pubertad, el joven comienza a cambiar sus h¨¢bitos, definir sus gustos, salir m¨¢s, experimentar, demandar m¨¢s libertad¡ ¡°Hay padres a los que les supone mucho esfuerzo conectar durante esa etapa con sus hijos. El miedo al rechazo o a no saber comprender lo que el hijo manifiesta, causa con frecuencia un distanciamiento. Para el hijo supone una huida y se siente ignorado o infravalorado¡±, sostiene Mar¨ªa Isabel.
¡°Nadie me comprende¡±. Podemos pensar en nuestra adolescencia y recordar esos momentos. Es una frase habitual de los j¨®venes. Realmente llega a percibirse eso y se busca en el amigo apoyo y aprobaci¨®n. El ¡°compa?ero de batallas¡± acepta, apoya, incluso ¨¢nima sin ver m¨¢s all¨¢. Su cometido no es ense?ar habilidades para que el otro tome decisiones inteligentes.
Los ni?os son vers¨¢tiles, observan y copian de quienes tienen como referentes y estos son sus padres. ¡°M¨¢s as¨ª en un momento tan trascendental como es la adolescencia. Padre y madre educan al hijo y le proh¨ªben ciertas cosas. Son autoritarios, la cara opuesta de los amigos. El cuerpo, la mente y las hormonas del hijo est¨¢n en constante cambio y el descontrol emocional se hace evidente para quienes le tratan con mayor frecuencia¡±, asevera Antoni.
El experto explica que los padres deben integrarse en la actividad del hijo, ¡°pero sin traspasar la barrera que separa los roles de cada uno. Los papeles de padres y amigos son incompatibles. Esto cambia en la edad adulta del hijo. Ah¨ª s¨ª se deja de ejercer ese ¡°dominio¡±. Sin embargo, esto debe ocurrir cuando el hijo tenga una autonom¨ªa comprobada¡±.
El padre: un ejemplo para el hijo
Desde temprana edad el padre debe depositar todo el afecto posible en su hijo y fortalecer su v¨ªnculo. En esas edades -y como difund¨ªa Mar¨ªa Montessori con uno de sus mandamientos: ¡°S¨¦ el mejor ejemplo para tu hijo¡±. El padre presente debe tener el respeto del hijo tal cual es, sin exigirle que se encuentre ¡°libre de defectos¡± como expon¨ªa Silvio Pellico, algo considerado injusto para el escritor del siglo XIX.
Expertos psic¨®logos y pedagogos exponen que resulta contraproducente para el hijo que el progenitor evite sujetar el tim¨®n y decir ¡°no¡± por miedo al rechazo. ¡°Los padres pueden tambi¨¦n pedir consejos a sus hijos y seguir sus indicaciones o atender sus demandas, pero en un nivel superior como padres. No hay que temer decir: Conf¨ªo en ti, pero esto pod¨ªas haberlo hecho de otro modo¡±, enuncia Antoni.
Las personas, en este caso, padres e hijos, deben saber en la cara en la que se sit¨²an y no temer hablar con el hijo desde la honestidad, el orgullo, el afecto y la calma. ¡°Traspasar la l¨ªnea de mando puede suponer el desorden emocional. Si el padre no se entrega ni tiene clara su posici¨®n, resultar¨¢ poco cre¨ªble y el hijo se sentir¨¢ mal asesorado y perdido en los momentos de mayor inseguridad¡±, remata el psic¨®logo.
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