Proteger el planeta
A pesar de los compromisos internacionales, estamos frente a una emergencia clim¨¢tica y una crisis generada por la covid-19, ambas relacionadas con la p¨¦rdida de biodiversidad. ?Debemos seguir sumando m¨¢s y m¨¢s acuerdos para evitar una cat¨¢strofe?
La crisis causada por la covid-19 nos ha forzado a reflexionar sobre c¨®mo nuestro estilo de vida y la relaci¨®n con nuestro entorno nos han llevado a este punto. La comunidad internacional lleva casi 50 a?os desarrollando pol¨ªticas y tratados internacionales para proteger nuestro planeta con escasos resultados.
Contamos con un marco jur¨ªdico y pol¨ªticas bastante ambiciosos para la protecci¨®n del medio ambiente que comenzaron a forjarse en la Conferencia sobre el Medio Ambiente Humano (Estocolmo, 1972) y tuvieron un fuerte impulso en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, conocida como la Conferencia de R¨ªo o Cumbre de la Tierra, la cual ha tenido ya tres conmemoraciones: R¨ªo +5, R¨ªo +10 y R¨ªo +20. En estas cumbres y conferencias se adoptaron compromisos para hacer frente a la degradaci¨®n del planeta. Junto a esos compromisos no podemos olvidar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que sucedieron a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los compromisos adquiridos en muchas de las COPs de los acuerdos multilaterales de medio ambiente (AMUMAs) que est¨¢n en vigor.
A pesar de toda esta bater¨ªa de compromisos, estamos frente a una emergencia clim¨¢tica y una crisis generada por la covid-19, ambas relacionadas con la p¨¦rdida de biodiversidad. Ante esta situaci¨®n cabe preguntarnos: ?Debemos seguir sumando m¨¢s y m¨¢s compromisos para evitar una cat¨¢strofe? ?D¨®nde estamos fallando?
La negociaci¨®n de nuevos compromisos sin intenci¨®n de aplicar y cumplir lo acordado, como ha venido sucediendo y sin mejorar la gobernanza, de poco servir¨¢. Asimismo, es fundamental adoptar un enfoque sist¨¦mico para conseguir estabilizar el sistema clim¨¢tico, hacer frente a la p¨¦rdida de biodiversidad, atacar la contaminaci¨®n por qu¨ªmicos y evitar sobrepasar el resto de los l¨ªmites del planeta.
Conviene hacer una revisi¨®n de algunos de los objetivos trazados en las ¨²ltimas d¨¦cadas en materia de biodiversidad, ahora que acabamos de celebrar el D¨ªa Mundial del Medio Ambiente bajo el lema La hora de la naturaleza, para mostrar los escasos avances logrados debido, esencialmente, a un d¨¦ficit en la aplicaci¨®n de los mismos.
La Estrategia de Desarrollo Sostenible de la Uni¨®n Europea de 2001 propon¨ªa proteger y restaurar los h¨¢bitats, los sistemas naturales y detener la p¨¦rdida de biodiversidad para 2010. En 2002 la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo, tambi¨¦n conocida como conferencia R¨ªo+10, y la COP6 del Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biol¨®gica (CDB) celebrada en La Haya, acordaron lograr una reducci¨®n significativa de la tasa actual de p¨¦rdida de biodiversidad para 2010. La COP10 del CDB, en Nagoya en 2010, acord¨® las 20 Metas de Aichi para proteger y restaurar la biodiversidad para 2020, cuya meta n¨²mero meta cinco precisa: ¡°La tasa de p¨¦rdida de todos los h¨¢bitats naturales, incluidos los bosques, se reduce al menos a la mitad y, cuando sea posible, se acerca a cero, y la degradaci¨®n y la fragmentaci¨®n se reducen significativamente¡±.
La Estrategia de la UE para la Diversidad Biol¨®gica de 2011, para 2020, inclu¨ªa seis objetivos, el primero consist¨ªa en garantizar la plena y oportuna aplicacio?n de las Directivas de ha?bitats y de aves. La Comisi¨®n Europea (CE) acaba de proponer, en mayo de 2020, una nueva Estrategia de Diversidad Biol¨®gica para la UE con objetivos al a?o 2030. ?Y cu¨¢l es uno de sus pilares principales?: la aplicaci¨®n de la legislaci¨®n medioambiental de la UE, que incluye las directivas sobre aves y h¨¢bitats; es decir, estamos en reiterando compromisos nueve a?os despu¨¦s.
Antonio Guterres hizo una llamada de atenci¨®n sobre la deficiente aplicaci¨®n de los m¨¢s de 500 acuerdos multilaterales de medio ambiente
Cuando los marcos legales para la protecci¨®n de la biodiversidad, adoptados en los planos internacional, regional y nacional, se aplican y cumplen efectiva y eficazmente, contribuyen a garantizar derechos humanos como el derecho a la vida, a la salud, el acceso al agua y el saneamiento, los cuales a su vez son una condici¨®n para disfrutar de un medio ambiente adecuado. Al mismo tiempo, esos reg¨ªmenes jur¨ªdicos contribuyen a alcanzar diversos ODS, tales como el 2 (hambre cero), el 3 (salud y bienestar), el 13 (acci¨®n por el clima), el 14 (vida submarina) y el 15 (vida de ecosistemas terrestres).
A pesar de todas estas conexiones, los marcos jur¨ªdicos existentes apenas tienen en cuenta las interrelaciones entre los diferentes componentes del Sistema de la Tierra (Earth System): la biosfera (la parte viva) y la geosfera (compuesta por la parte fisicoqu¨ªmica: clima, atm¨®sfera y ciclo hidrol¨®gico).
Al mismo tiempo, en 2019, en su informe Lagunas en el derecho internacional del medio ambiente y los instrumentos relacionados con el medio ambiente: hacia un pacto mundial por el medio ambiente, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hizo una llamada de atenci¨®n sobre la deficiente aplicaci¨®n de los de los acuerdos multilaterales de medio ambiente y la fragmentaci¨®n institucional y d¨¦bil coordinaci¨®n entre los mismos, record¨¢ndonos que contamos con m¨¢s de 500 de ellos. Sin embargo, esto no solo sucede en el plano internacional. Esa fragmentaci¨®n no permite tener en cuenta la interacciones entre los diferentes elementos del sistema de la Tierra. Sabemos ya del papel fundamental que desempe?an las soluciones basadas en la naturaleza para alcanzar la neutralidad clim¨¢tica y estabilizar el sistema clim¨¢tico, pero las dos Convenciones de R¨ªo, la de cambio clim¨¢tico y la de diversidad biol¨®gica, apenas han cooperado.
Para asegurar el respeto de los derechos humanos y lograr los ODS y las metas de los acuerdos multilaterales de medio ambiente para la protecci¨®n de la biodiversidad, es esencial asegurar la coordinaci¨®n con los instrumentos que regulan la parte fisicoqu¨ªmica del sistema planetario e identificar posibles inconsistencias entre los mismos. Al mismo tiempo, es urgente garantizar el respeto y aplicaci¨®n de todos los compromisos. Sin avances en estos aspectos, seguiremos en la misma senda de degradaci¨®n.
Ana Barreira es directora y abogada senior en el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente. LL.M en Derecho Ambiental (London University), LL.M en Estudios Jur¨ªdicos Internacionales (New York University).
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