Estas son las 20 cosas que los espa?oles no nos atrevemos a pedir en la cama, seg¨²n los expertos
A pesar de lo mucho que hemos avanzado como sociedad, muchas pr¨¢cticas sexuales siguen siendo un tab¨². Dos especialistas se?alan a ICON qu¨¦ pr¨¢cticas y fantas¨ªas nos da m¨¢s verg¨¹enza verbalizar, seg¨²n sus experiencias con pacientes
Si el cine comercial reflejara la realidad de nuestro d¨ªa a d¨ªa, uno se pasar¨ªa el d¨ªa choc¨¢ndose con el amor de su vida en los pasillos del metro o en la cola del Starbucks. Tambi¨¦n cumplir¨ªa sus sue?os por m¨¢s rocambolescos que estos fueran y, en resumen, todo acabar¨ªa bien tras noventa minutos de enredos. Y si el sexo fuera como uno de los directores de cine m¨¢s vitoreados y?pol¨¦micos -en efecto, hablamos de Woody Allen- dice que deber¨ªa ser se tratar¨ªa de un acto desinhibido y salvaje alejado de cualquier sentimiento de bochorno. "?El sexo es sucio? solo si se hace bien", dijo el cineasta en su pel¨ªcula Todo lo que quiso saber sobre el sexo (pero nunca se atrevi¨® a preguntar).
"Visitar tiendas er¨®ticas en pareja ayuda mucho a soltarse y plantear necesidades y apetencias"
Eva Moreno, sex¨®loga y terapeuta de pareja
Pero una vez m¨¢s, lo que aparece en pantalla poco tiene que ver con la vida fuera de ella. Pocas acciones cargan con m¨¢s tab¨²s que el practicar sexo. De ah¨ª que, tal y como explica a Icon la sex¨®loga Ruth Ousset, la verg¨¹enza tienda a dominar las relaciones sexuales. "Es una emoci¨®n a nivel social que tiene su origen en la cultura y la educaci¨®n que recibimos. Socialmente el disfrute parece estar mal visto y si est¨¢ mal visto pasa a ser algo de lo que avergonzarse", se?ala Ousset.
La terapeuta sexual reconoce que el sexo sigue consider¨¢ndose algo sucio y prohibido, de ah¨ª que hablar abiertamente sobre diferentes pr¨¢cticas y fantas¨ªas sexuales resulte complicado para muchas parejas. "Para poder pedir lo que queremos hacer o que nos hagan en la cama, primero hay que saber c¨®mo pedirlo. Es necesario tener empat¨ªa, adem¨¢s de una intimidad verbal y emocional", apunta Eva Moreno. Esta sex¨®loga y terapeuta de pareja reconoce que hacer la demanda asusta, por eso preferimos adivinar los deseos del otro a tener que preguntar abiertamente. "Visitar tiendas er¨®ticas en pareja ayuda mucho a soltarse y plantear necesidades y apetencias", comenta Moreno.
Adem¨¢s, Eva Moreno da a ICON cuatro consejos para mejorar la comunicaci¨®n en lo relativo al sexo: "Primero hay que pensar muy bien lo que se quiere pedir. Segundo, hay que buscar el momento adecuado, que no haya interferencias y ambas partes est¨¦n predispuestas a tratar el tema. Tercero, es muy importante no dar nada por supuesto y tener empat¨ªa. Y por ¨²ltimo, no hay que esperar que aquello que vamos a pedir se lleve acabo en ese mismo momento. Una vez hecha la demanda, es normal que la otra parte necesite pensarla y madurarla".
Estas dos especialistas se?alan cu¨¢les son las cosas que m¨¢s bochorno nos produce pedir en la cama.
Cosas que nos da verg¨¹enza pedir porque creemos que son raras
Entre ellas, seg¨²n las experiencias de las especialistas con sus pacientes, se encuentran juegos fetichistas con los pies (por ejemplo tocarlos, lamerlos o estimular con ellos los ¨®rganos de la pareja) y pr¨¢cticas que algunos todav¨ªa consideran parafilias, como la urolagnia, conocida popularmente como la "lluvia dorada".
Eva Moreno aconseja "ayudarse con pel¨ªculas o series en las que hay escenas donde los personajes aparecen haciendo aquello que nos gustar¨ªa pedir que nos hicieran". Plantear llevar a cabo practicas como la masturbaci¨®n empleando los pies (muy ligada al fetichismo por los pies, uno de los m¨¢s comunes entre los hombres, que recibe el nombre de footjob) suele resultar complicado. Por eso, tal y como recomienda la especialista, en vez de decirlo verbalmente?a veces ayuda dejarlo caer mientras vemos c¨®mo alguien ajeno a la pareja lo practica en la ficci¨®n.
"A pesar de que pueda costar pedirlo en un principio, esta es una pr¨¢ctica bastante com¨²n", asegura la sex¨®loga. Como ocurre con el footjob, la excitaci¨®n sexual al tocar, chupar, oler o masajear los pies de la persona con la que se est¨¢n teniendo relaciones se considera un fetichismo. Por eso, aunque sea habitual, se convierte en un planteamiento tab¨². Ruth Ousset reconoce que los fetichismos siguen estando muy mal vistos. "Al pedirlo creemos que el otro pensar¨¢ que somos unos cerdos o que estamos enfermos. Antiguamente se hablaba de parafilias, pero en el aqu¨ª y ahora este tipo de pr¨¢cticas no son consideradas como tal. No son desv¨ªos sexuales, son pr¨¢cticas inofensivas y consensuadas".
Algo que tambi¨¦n ocurre con la lluvia dorada, expresi¨®n metaf¨®rica utilizada para hablar de la urolagnia. Quienes la llevan a cabo logran el placer orinando o dej¨¢ndose orinar por la pareja. "El qu¨¦ dir¨¢n o el qu¨¦ pensar¨¢ el otro de nosotros nos paraliza a la hora de llevar a cabo aquello que nos aporta placer", se?ala.
Cosas que nos da verg¨¹enza pedir por hombr¨ªa:
Las sex¨®logas coinciden en este punto en varias pr¨¢cticas que muchos hombres pueden encontrar, por su educaci¨®n, "poco masculinas". Eso incluye juegos que estimulen su zona anal, pr¨¢cticas de sumisi¨®n o la inclusi¨®n de vibradores y juguetes en la relaci¨®n sexual.
"El principal problema en este punto es que hay mucho desconocimiento sobre qu¨¦ significa que un hombre disfrute cuando le estimulan el ano, cuando incluye juguetes sexuales durante el coito o cuando lleva a cabo pr¨¢cticas de sumisi¨®n", comenta Eva Moreno. Los hombres sienten mucha presi¨®n, coincide Ousset, porque se les exige que ejerzan un rol que parece no encajar con estas pr¨¢cticas.
"Muchos hombres se sienten amenazados por el juguete porque el primer pensamiento que les viene a la cabeza es que no son capaces de dar suficiente placer por si mismos a la pareja", apunta Ousset. Cuando se trata de sexo anal a ambas partes suele asaltarle el "qu¨¦ va a pensar de m¨ª si le digo que me gusta", contin¨²a la sex¨®loga. "Socialmente a¨²n parece estar mal visto el placer anal y si la sociedad lo juzga da verg¨¹enza si quiera plantearlo", reconoce.
Cosas que nos da verg¨¹enza pedir porque creemos que son "demasiado porno"
Entre este tipo de pr¨¢cticas las expertas se?alan algunas como pedir atar a tu pareja o ser atado por ella durante el juego sexual, expresar el deseo de hacer un tr¨ªo (sexo entre tres personas), sugerir pr¨¢cticas de tipo sadomasoquista como dar o recibir azones o intentar recrear algunas cl¨¢sicas estampas del cine porno, como el "facial" (como se conoce popularmente eyacular sobre la cara del amante).
Pedirle a la otra persona que ate o que se deje atar, al igual que pasa con el resto de peticiones que forman esta lista, requiere de confianza en uno mismo para no caer en el error de pensar que est¨¢ mal sentir estos deseos. "Para que el sexo sea una experiencia plena donde podamos ser nosotros mismos sin sentirnos juzgados, debe haber un clima de confianza y seguridad, y sobre todo mucha comunicaci¨®n", se?ala Moreno. Adem¨¢s, huir de la rutina, como afirman los expertos, ayuda a mantener la pasi¨®n y las ganas.
Hacer tr¨ªos, jugar a azotar y ser azotado e incluso emular comportamientos que ha popularizado el porno, como disfrutar viendo como la pareja se traga el semen o eyacular sobre la otra persona, en muchos casos potencia la libido. "Para no dejarse llevar por la monoton¨ªa es fundamental ver la vida con ojos er¨®ticos y dejar que el deseo fluya", afirma la sex¨®loga Ruth Gonz¨¢lez Ousset. Moreno coincide y reconoce que "la rutina conecta con el aburrimiento", por lo que conviene atreverse a hablar sobre aquello que nos gustar¨ªa hacer antes de que el sexo se convierta en algo mec¨¢nico y tedioso.
Cosas que nos da verg¨¹enza pedir porque creemos que son ego¨ªstas:
Entre ellas est¨¢ hacer sexting, tener sexo frente al espejo, ver porno durante el coito, verbalizar fantas¨ªas sexuales, que la pareja se masturbe enfrente, dar (o recibir) frases obscenas, mantener sexo en lugares p¨²blicos o que te hagan un striptease
El sexting siempre ha estado ah¨ª, sobre todo, cuando uno mantiene relaciones a distancia. Sin embargo, a causa de las separaciones forzosas que ha causado la cuarentena en los ¨²ltimos meses se ha convertido en un fen¨®meno practicado a la desesperada. Pero que se haya convertido en una pr¨¢ctica habitual no implica que sepamos c¨®mo llevarla a cabo. "Para hacerlo bien te tienes que gustar y estar a gusto con tu cuerpo. Hay mucho desconocimiento y miedo en cuanto a qu¨¦ programas son seguros y cu¨¢les no. Las personas con la autoestima bajita sienten verg¨¹enza porque deben enfrentarse a sus miedos al mandar una parte de su cuerpo que le acompleja", se?ala Ousset.
Lo mismo ocurre a la hora de hacer un striptease, de tener sexo frente al espejo, de masturbarse delante de la pareja o de decir frases subidas de tono o relatar fantas¨ªas sexuales. "Son situaciones en las que nos exponemos al 100% y para no sentirnos rid¨ªculos ni juzgados debemos hacerlo con seguridad, siendo conscientes de nuestro sex appeal y de la capacidad que tenemos de excitar al otro a trav¨¦s de nuestros gestos, frases y acciones".
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