Julia de Castro y la semilla de la liberaci¨®n
Arrolladora, polifac¨¦tica, provocadora. As¨ª es Julia de Castro, la cantante que despidi¨® el d¨²o De la Pur¨ªssima con un entierro. Su primer disco en solitario suena a ranchera y cumbia, a electr¨®nica y flamenco. Y a liberaci¨®n personal. Viajamos con ella al campo abulense que forj¨® su car¨¢cter ind¨®mito.
El sol cae a plomo en un mediod¨ªa de junio cuando Julia de Castro se restriega con sensualidad sobre la arena blanca de los campos de Donjimeno, el pueblecito abulense en el que, jugando de ni?a con su bocadillo de longaniza, observaba a su abuela Transfiguraci¨®n Pilar partiendo el pescuezo a las gallinas. En aquella estampa hab¨ªa algo de cotidianidad labriega, pero tambi¨¦n de ¡°mala leche¡±. ¡°Siempre estaba con mal humor¡±, recuerda De Castro. ¡°Mis abuelas siempre han tenido mucha ira interna. Al principio me hac¨ªa gracia, pero con el tiempo dej¨® de hac¨¦rmela y entend¨ª que era normal que tuviesen ese car¨¢cter. ?C¨®mo estar¨ªa yo si tuviera que estar en casa encerrada, cocinando, con labores todo el d¨ªa entre cuatro paredes y criando ni?os mientras mi marido trabajaba fuera, viajando y relacion¨¢ndose con m¨¢s gente?¡±. Su otra abuela, Milagros, era de Ar¨¦valo, localidad enclavada tambi¨¦n en la comarca de La Mora?a, tierra de grandes llanuras de la provincia de ?vila. Lugares que evocan el ¡°amplio rect¨¢ngulo desierto¡± al que se refer¨ªa Antonio Machado en Campos de Castilla, esa cepa hispana de ¡°fruta vana¡± y ¡°cabeza cana¡± de una ¡°Espa?a que pas¨® y no ha sido¡±.
A sus 35 a?os, Julia de Castro es un nombre que se conjuga en presente. Su tiempo es ahora. Cantante, compositora y actriz, esta mujer desgarbada, de mirada s¨®lida y cabellera maciza, recogida en mo?os que coronan como campanarios su alta figura, publica su primer disco en solitario, La historiadora (El Volc¨¢n), despu¨¦s de haber puesto fin al d¨²o De la Pur¨ªssima, que lideraba junto al contrabajista Miguel Rodrig¨¢?ez, mezclando cupl¨¦ y jazz con una imagen seductora y rompedora. Un proyecto que se gan¨® la admiraci¨®n de los c¨ªrculos alternativos de la noche madrile?a por su lenguaje chisporroteante, recreando estampas de barra de bar llenas de duermevelas picantes y sexo promiscuo, y por su puesta en escena exuberante con ella desnud¨¢ndose en el escenario. Hoy, esta artista polifac¨¦tica, que es un azote contra el puritanismo, usa su nombre real para defender su nueva aventura musical, pero tambi¨¦n para protagonizar la serie de HBO En casa, grabada durante el confinamiento por el coronavirus, y la obra teatral La distancia, de Juan Mayorga, dirigida por Andrea Jim¨¦nez y Noemi Rodr¨ªguez para el Centro Dram¨¢tico Nacional. ¡°Es una persona cuyo convencimiento y autodeterminaci¨®n es muy valiente y audaz. Detr¨¢s de ese ¨ªmpetu y esas ganas hay un discurso muy intelectual¡±, asegura Paula Ortiz, directora del episodio de En casa en el que participa De Castro. En todo lo que hace est¨¢ su sello de mujer desafiante e iconoclasta.
¡°Soy abulense, criada en La Vera. Mi m¨²sica es experiencial. Expresarme con ella es muy liberador¡±
Ver romper el pescuezo a las gallinas fue uno de los primeros rituales en la vida de Julia de Castro. Con su charca al lado de la iglesia y sus pajares bordeando el horizonte, Donjimeno se halla en mitad del desierto castellano despoblado. Apenas tiene hoy 80 habitantes. ¡°Soy abulense, criada en La Vera¡±, canta en Santa Fr¨ªvola, la primera canci¨®n que adelant¨® de su nuevo disco y en la que, con esos tambores y vientos machacones y su letra afilada, parece ser ella quien retuerce el pescuezo de los defensores y las defensoras de la educaci¨®n tradicional castellana que fomenta la ¡°envidia¡± y la ¡°competencia entre mujeres¡±. En ese entorno tan cerrado es vista como una hereje. Es en La Vera donde se contornea durante la sesi¨®n fotogr¨¢fica, desinhibida, desafiando a toda una cultura, pero tambi¨¦n a su propio pasado. ¡°Mi m¨²sica es experiencial. Expresarme con ella es muy liberador¡±, asegura la cantante, que en las distancias cortas es educada y calmada, incluso t¨ªmida.
Donjimeno es el pueblo de su madre, Inmaculada, y Ar¨¦valo, el de su padre, Javier. Saltaban de uno a otro indistintamente desde ?vila, la ciudad donde crecieron ella y su hermana Luisa, nueve a?os menor. En la ciudad amurallada, Julia de Castro pas¨® su infancia y adolescencia movida por otros rituales importantes, como agarrar el volante de cochazos desde ni?a. Su padre era piloto de carreras y la llevaba por toda Espa?a a competiciones. El mundo del motor fue su primera pasi¨®n, hasta el punto de que a los ocho a?os ya sab¨ªa conducir. Quiso ser piloto, pero no pudo ser: una mujer no estaba bien vista en los circuitos. Le dijeron que no hab¨ªa coches para ella. Aprendi¨® pronto que mujeres y hombres no ten¨ªan siempre las mismas oportunidades. ¡°Al menos se me qued¨® en el cuerpo el gusto por el riesgo¡±, comenta en casa de sus abuelos en Ar¨¦valo. Su madre, que montaba tertulias literarias, se preocupaba por que tuviese ¡°una educaci¨®n m¨¢s humanista¡± suministr¨¢ndole libros de Gloria Fuertes, Edgar Allan Poe y Stendhal. Tambi¨¦n la llev¨® a clases de viol¨ªn en el Conservatorio de ?vila. Hoy, Julia tiene el grado medio de este instrumento con el que se le ha visto sobre el escenario en giras de Loquillo y en proyectos de teatro feminista como Esto no es la casa de Bernarda Alba, junto a la directora Carlota Ferrer y el dramaturgo Jos¨¦ Manuel Mora. Adem¨¢s de los libros de su madre, en edad temprana aparecieron los discos de su padre, un mel¨®mano que se relacionaba mucho con los gitanos de Ar¨¦valo. De esta forma, la inquieta Julia se nutri¨® de fiestas flamencas, con La leyenda del tiempo de Camar¨®n ¡°revolucionando todo¡±, y ¨¢lbumes a todo volumen de Miles Davis, Keith Jarret y Pink Floyd.
La m¨²sica y la literatura sirvieron para superar las murallas de su entorno. La mentalidad castellana a la que se enfrentaba Julia era tan dura como la piedra del casco hist¨®rico de ?vila que cada semana atravesaba para verse con sus amigos del instituto Isabel de Castilla. ¡°Iba al colegio pensando: ¡®Queda un d¨ªa menos¡±, confiesa. Un d¨ªa menos para salir de all¨ª e irse a Madrid, ciudad a la que sol¨ªa bajar acompa?ada de sus padres y que le atra¨ªa con gusanillo. ¡°?vila es la ¨²nica ciudad de los alrededores de Madrid para la que hay que pagar un peaje. Es algo simb¨®lico, pero lo cierto es que ese peaje econ¨®mico es tambi¨¦n un peaje emocional¡±. Pagados los peajes, lleg¨® a la capital en 2002, con 17 a?os, para proseguir su formaci¨®n en viol¨ªn y estudiar Historia del Arte en la Universidad Complutense e interpretaci¨®n en la Real Escuela Superior de Arte Dram¨¢tico. Tres carreras para comenzar su propia revoluci¨®n.
Es un jueves por la ma?ana y De Castro se pasea por la Sociedad Cervantina, un espacio cultural del barrio de Las Letras de Madrid en el que colabora en futuros proyectos y donde se imprimieron los primeros ejemplares de El Quijote. Habla del ¨²ltimo paso en su revoluci¨®n: ¡°La historiadora es, sobre todo, un viaje de conocimiento como mujer¡±. El t¨ªtulo del nuevo disco viene porque ¡°la historia, antes de que existiera la escritura, se cantaba¡±. Y ella canta su propia historia en un mundo en el que ¡°por defecto las mujeres siempre estamos en una posici¨®n inc¨®moda¡±. Escuchando sus canciones al frente de De la Pur¨ªssima, pero tambi¨¦n ahora en La historiadora, donde vuelven a proliferar escenas de sexo promiscuo y bisexual como en La alemana, pero tambi¨¦n de entendimiento femenino como en el mariachi Mis amigas, parece que la ¨²nica forma posible de combatir esa posici¨®n es convirti¨¦ndose en un personaje inc¨®modo. ¡°Desde el lugar en el que estaba relacion¨¢ndome con mi vida no funcionaba¡±, explica. ¡°Este disco supone la culminaci¨®n de un proceso de b¨²squeda de m¨ª misma sin filtros, sin tanta problem¨¢tica, angustia ni contradicci¨®n¡ Lo que sale es lo que es. Si es provocativo, no es intencionado¡±.
Intencionado o no, la provocaci¨®n es una de sus se?as de identidad. En 2015 protagoniz¨® Julia de Castro, De la Pur¨ªssima: Anatom¨ªa de una criminal, una reflexi¨®n sobre las incongruencias del mercado del arte contempor¨¢neo en Espa?a en la que se la ve¨ªa pase¨¢ndose por el centro de Barcelona vestida de torero, aunque con los bajos al aire, intentando vender un retrato de ella misma que hab¨ªa robado de una galer¨ªa. Este ¡°documental ficcionado¡±, que guarda la irreverencia del primer cine de Pedro Almod¨®var, fue dirigido por Javier Giner. ¡°Julia es puro sentimiento. Es ¨²nica. Es un poco como Lola Flores cuando dec¨ªan que ni cantaba ni bailaba, pero no te la puedes perder. Hace suyo todo lo que toca¡±, cuenta Giner. De alguna forma, la artista posee ese encanto osado de los personajes del universo de Almod¨®var, mezclando en un combo explosivo la herencia del mundo rural con la far¨¢ndula transgresora de la ciudad.
Jorge Drexler: ¡°El trabajo de Julia con De la Pur¨ªssima ha sido maravillosamente transgresor¡±
Durante una d¨¦cada, De la Pur¨ªssima se desarroll¨® en el underground madrile?o dentro de estas coordenadas subversivas. En palabras del m¨²sico Jorge Drexler, ¡°el trabajo de Julia con De la Pur¨ªssima ha sido pionero y maravillosamente transgresor¡±. De Castro se subi¨® por primera vez a un escenario una noche de micro abierto en la sala El Junco y fue un desastre. Quiso cantar el est¨¢ndar de jazz All of Me y se qued¨® en blanco. ¡°Pas¨¦ de cero a mil y me la pegu¨¦¡±, dice. Sin embargo, su participaci¨®n en la organizaci¨®n de las noches jazz¨ªsticas del colegio mayor San Juan Evangelista, el c¨¦lebre El Johnny, le dio alas para seguir hasta conocer en 2009 a Miguel Rodrig¨¢?ez. Formaron un d¨²o que se fogue¨® actuando en el hotel Puerta de Am¨¦rica y que se especializ¨® en m¨²sica napolitana, al m¨¢s puro estilo de Renato Carosone. ¡°Ten¨ªa el toque de m¨²sica teatral que me encantaba¡±, indica ella. Publicado en 2015, el disco Virgen fue un muestrario de teatro musical y vida canalla llevada por una mujer entregada al deseo, el tacto humano y la exploraci¨®n p¨ªcara. ¡°Una mujer que decidi¨® ignorar su educaci¨®n y dej¨® de autocensurarse¡±, se?ala. Sobre el escenario era m¨¢s radical todav¨ªa, desnud¨¢ndose, coqueteando con los hombres y emparentando su b¨²squeda existencial con el cupl¨¦, el g¨¦nero popular que a principios del siglo XX daba cuenta del Madrid trasnochador y que lideraron mujeres como Raquel Meller, La Argentina, Pastora Imperio y Mata-Hari. ¡°El cupl¨¦ naci¨® para ser la pornograf¨ªa de la ¨¦poca, cantado por una se?ora que estaba buen¨ªsima y en posici¨®n de objeto de deseo. Es una explosi¨®n carnal. Luego, el r¨¦gimen franquista lo adapt¨® a sus imperativos morales y eso ya fue la copla¡±, sostiene. Amante de los rituales, esta cupletista con zapatillas deportivas acab¨® en noviembre pasado con De la Pur¨ªssima montando todo un funeral en los Teatros del Canal. Acompa?ada de 90 m¨²sicos y con su madre y su abuela Transfiguraci¨®n Pilar en el escenario, puso fin al proyecto, rezando en el ¨²ltimo aliento de la funci¨®n las mismas letan¨ªas de muertos que se cantan en los funerales castellanos de Donjimeno.
Ahora, ¡°en el paso de la juventud a la madurez¡±, La historiadora se despliega como un diario de viaje, ¡°un cabotaje musical¡± que une puntos geogr¨¢ficos y aprendizajes. Nace en Roma y pasa por Berl¨ªn, Madrid, Tucson (Estados Unidos) y Ciudad de M¨¦xico. Bajo la producci¨®n de Camilo Lara, l¨ªder del Instituto Mexicano del Sonido, grupo experto en mezclar el folclore mexicano con la electr¨®nica, el ¨¢lbum suena ecl¨¦ctico y moderno. Hay rancheras y cumbias, en las que participan miembros del grupo estadounidense Calexico como Joey Burns y Sergio Mendoza, conviviendo con cantes flamencos acompa?ados de la guitarra y voz de Paco Soto. La arrolladora personalidad de su autora encaja todo hasta el punto de que Mar¨ªnela es, en palabras de ella, ¡°una zarzuela tratada como una canci¨®n de Tarantino¡±. Es muy dif¨ªcil encontrar en la escena espa?ola un disco con este car¨¢cter y un discurso tan retador.
Un buen ejemplo es R¨ªndete, un alegato a favor de la prostituci¨®n. ¡°Una prostituta es la mayor constataci¨®n de que la sexualidad femenina es superior, es astral, terrenal, instinto animal, nuestro cuerpo contiene sabidur¨ªa ancestral¡±, canta vacilante De Castro, quien el a?o pasado public¨® La retorica delle puttane (La ret¨®rica de las putas), una r¨¦plica al libro escrito en el siglo XVII por el italiano Ferrante Pallavicino, decapitado por la Iglesia cat¨®lica. Una beca cultural de la Real Academia de Espa?a en Roma le permiti¨® recoger durante un a?o sus experiencias con mujeres italianas que eligieron libremente ejercer este viejo oficio, pero tambi¨¦n reescribir la historia de Pallavicino desde una valiosa perspectiva femenina. ¡°La prostituci¨®n es un di¨¢logo que solo corresponde a las mujeres¡±, asegura. ¡°No se debe equiparar prostituci¨®n con esclavitud sexual. No hay di¨¢logo posible si se juntan ambos. Las trabajadoras sexuales tienen que ser aquellas que, despu¨¦s de haber pasado por otros trabajos, eligen este sin necesidad de un chulo o proxeneta¡±, defiende, pese a que es consciente de que prostitutas libres son un porcentaje ¨ªnfimo.
Julia de Castro insiste en que urge? las mujeres ¡°deseducarse¡± y ¡°desestigmatizarse¡±
Rodeada de las inmensas librer¨ªas del sal¨®n principal de la Sociedad Cervantina, De Castro saluda a Celia Freijeiro, vicepresidenta de la instituci¨®n. Freijeiro es adem¨¢s su compa?era de piso y la actriz con la que protagoniza ¡®As¨ª de f¨¢cil¡¯, el cap¨ªtulo de la serie En casa en la que se incluyen cuatro canciones de su nuevo ¨¢lbum. El episodio propone una liberaci¨®n de la idea del amor rom¨¢ntico. En pleno estado de alarma, De Castro interpreta a Nuria, una mujer a la que le ha dejado su novio y que se culpa de su falta de placer sexual. ¡°Estamos educadas para que la figura masculina orbite en torno a nosotras¡±, explica. ¡°Liberarse de eso no es f¨¢cil, pero hay que deseducarse. No hay que tener miedo a la p¨¦rdida¡±.
¡°Deseducarse¡± es la palabra que m¨¢s repite. Y tambi¨¦n un nombre: Vivian Gornick, la escritora de Apegos feroces y La mujer singular y la ciudad. ¡°De ella aprend¨ª a valorar mi mirada femenina y a convencerme de lo que la le¨ª: ¡®Me tengo a m¨ª y punto¡±. Una cita que bien podr¨ªa estar en su diario de viaje, una agenda horizontal, rompiendo la norma de la que se usa en ¨¢mbitos escolares, que muestra orgullosa. ¡°Al ser horizontal, como mirando hacia adelante, creo que influye en mi forma de pensar¡±, dice con media sonrisa Julia de Castro, la misma mujer que, al anotar alg¨²n aprendizaje de su viaje personal de ¡°destigmatizaci¨®n¡±, afirma: ¡°Por encima de todo hay que relajarse¡±.
Ayudante de estilismo: Judit G¨®mez de Santiago. Maquillaje y peluquer¨ªa: Jonathan S¨¢nchez. T¨¦cnico de iluminaci¨®n: Germ¨¢n G¨®mez.
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