¡°Este virus nos ha hecho parar y ver las consecuencias. Cerrar los ojos puede ser la muerte de la escuela¡±
Los maestros Carme Cols y Pitu Fern¨¢ndez insisten en la necesidad de transformar los patios escolares en lugares educativos no como una medida puntual, sino perdurable. Para ellos, esto es urgente
La vuelta a las aulas en septiembre ha despertado al fantasma de los patios escolares y los espacios al aire libre. Sab¨ªamos que hab¨ªa mucho por hacer pero ese cambio se ha vuelto urgente. Carme Cols y Pitu Fern¨¢ndez adem¨¢s de maestros ¨Cya jubilados¨C llevan ya 20 a?os acompa?ando a las escuelas a trav¨¦s del proyecto El safareig en la transformaci¨®n de sus patios en espacios educativos que tengan un uso pleno y activo por parte de ni?os y j¨®venes. Espacios para el intercambio, la convivencia y el aprendizaje, en los que la naturaleza est¨¢ muy presente. Ahora tambi¨¦n han participado en la construcci¨®n de la asociaci¨®n Patios Habitables, desde la que un grupo de profesionales de diversos ¨¢mbitos trabaja para proporcionar a la infancia estos espacios haci¨¦ndolos m¨¢s amables. M¨¢s ¡°habitables¡±.
Dicen Carme y Pitu que en este tiempo han visto que el cambio del espacio no es tan complejo como el cambio en la mente y en el papel del maestro o maestra, que debe ser la figura que acompa?a y no la que solo ¡°imparte¡±. Pero se puede. Tras su jubilaci¨®n han participado en la transformaci¨®n de m¨¢s de 400 centros. Su implicaci¨®n no conoce l¨ªmites. Su generosidad tampoco. A las comunidades que casi sin ning¨²n tipo de ayuda han podido llevar a cabo su proyecto compartiendo una nueva visi¨®n sobre los patios escolares dedican un recuerdo y elogio al acabar la entrevista.
¡°El coronavirus nos ha ayudado a ver la necesidad de repensar los patios escolares con urgencia¡±
PREGUNTA: Llevan m¨¢s de 20 a?os acompa?ando a escuelas en la transformaci¨®n de sus espacios exteriores y ahora tambi¨¦n han participado en la creaci¨®n de la asociaci¨®n Patios Habitables. ?Por qu¨¦ surge esta necesidad por parte de los centros escolares y las familias?
RESPUESTA: Los patios pueden ser un gran recurso y actualmente unos grandes aliados. Son un lugar privilegiado para las criaturas, su autonom¨ªa, el juego, la exploraci¨®n, la observaci¨®n. Pero un uso inadecuado de ese espacio, abandonando la posible funci¨®n dinamizadora y observadora de los maestros, limit¨¢ndola ¨²nicamente al control y la represi¨®n de los problemas, da como resultado la aparici¨®n de conflictos y se han convertido en lugares donde predominan el bullying y la pelota. Desde la asociaci¨®n Patios habitables se pretende ser una iniciativa abierta al mundo para dar visibilidad a una verdadera necesidad de repensar estos espacios como oportunidades, pero tambi¨¦n dar respuesta a las demandas a partir de la visi¨®n de este espacio como educativo implicando a todos los estamentos de la comunidad. En estos a?os nos hemos dado cuenta de que es la clave para el inicio de un proceso que va m¨¢s all¨¢ de un simple cambio de dise?o. Procuramos encontrar puntos comunes y alianzas que lo hagan posible.
P: Mencionan que son muchos los retos, ?cu¨¢les son esos obst¨¢culos que se encuentran las escuelas y familias cuando quieren emprender la transformaci¨®n de sus espacios?
R: El principal reto es solventar el gran desconocimiento ¨Ca nivel pedag¨®gico, medioambiental, t¨¦cnico y normativo¨C que supone transformar el patio. Y pensar c¨®mo debemos preguntar a los ni?os en esta direcci¨®n para poder llegar a un proyecto de transformaci¨®n realista y basado en las intenciones de toda la comunidad educativa. La transformaci¨®n de los espacios va acompa?ada del proyecto educativo elaborado y participado por toda la comunidad educativa. Un proyecto vivo, que se modifica, se repiensa, y que va cobrando visibilidad a partir de muchos debates.
Es especialmente importante conseguir implicar a las familias no como ¡°mano de obra¡± sino como copart¨ªcipes de un proyecto que implica la utilizaci¨®n del patio como un espacio educativo m¨¢s all¨¢ de los 30 minutos del recreo. Porque, claro, definir bien lo que nos puede aportar este espacio es otro gran reto. Tambi¨¦n lo es conocer y aprender lo que nos ofrecen, por ejemplo, las plantas. Ellas son las grandes aliadas para distribuir el espacio, para delimitar o para recolectar flores, hojas, frutos; para perfumar el ambiente, para poder trepar y columpiarse; para imaginar, representar y fomentar el juego simb¨®lico y creativo; y para atraer p¨¢jaros, insectos, caracoles.
Otros desaf¨ªos importantes son lograr no actuar con prisas, porque si queremos cambios r¨¢pidos desde el desconocimiento se genera una nube sin contenido duradero y un pozo de problemas; y encontrar los recursos que necesitamos. No se requiere de grandes inversiones pero s¨ª es necesario encontrar las posibilidades que tenemos, y que muchas veces est¨¢n frente a la puerta de la escuela sin que las veamos.
La nueva situaci¨®n es una buena oportunidad para poner de relieve el significado de la educaci¨®n al aire libre.
P: ?Por parte de qui¨¦nes suele surgir el inter¨¦s por estos cambios?
R: Inicialmente surg¨ªa de las familias, y entonces los maestros delegaban o pensaban ¡°qu¨¦ bien, pondr¨¢n cosas¡±. M¨¢s adelante es cierto que la complicidad y el ¨¦xito de los procesos ha ido uniendo a los equipos, a las familias y a la administraci¨®n, haciendo protagonistas a las criaturas, que siempre tienen mucho que decir.
El tiempo y el coronavirus nos han ayudado a ver la necesidad de pensar en este espacio con urgencia y a organizarnos como comunidad educativa. Pero pensar solamente en esta necesidad puntual ser¨ªa un error. El coronavirus nos ha avisado y ha puesto en debate lo que ya est¨¢bamos haciendo sobre el proceso de replantear los espacios de las escuelas. Necesitamos poner sobre la mesa por qu¨¦ queremos estos cambios, c¨®mo elaboramos la propuesta, qu¨¦ necesitamos, y siempre desde la coherencia del proyecto educativo del centro y la voz de las criaturas.
P: Dicen que pensar solamente en esta necesidad como algo puntual ser¨ªa un error. ?Por qu¨¦ es importante ¡°aprovechar¡± este momento para transformar los espacios al aire libre como espacios educativos?
Socialmente se considera que la educaci¨®n se da en el aula y el patio es el lugar del recreo. Pero por suerte vemos que estos dos estereotipos est¨¢n empezando a cambiar
R: La nueva situaci¨®n es una buena oportunidad para poner de relieve el significado de la educaci¨®n al aire libre. Son espacios necesarios por su riqueza para una gran mayor¨ªa de aprendizajes de la vida. Necesitamos abrir las puertas, encontrar complicidades, encontrar perfiles de personas que nos ayuden a ver, conocer y poder actuar empezando a dar pasos para este tan necesario cambio de paradigma, para dar respuesta a la construcci¨®n de una escuela que cuida a las personas desde la salud f¨ªsica, intelectual y relacional y que todas las criaturas puedan desarrollar sus capacidades. Si hacemos este cambio de mirada, tendremos que salir afuera en busca de realidades que motiven a las criaturas abri¨¦ndoles nuevos horizontes de aprendizajes. Como hac¨ªan Freinet, Pestalozzi, Freire, la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, Rosa Sensat y tantas otras experiencias que no debemos olvidar.
R: ?Se puede cumplir con el curr¨ªculum desarroll¨¢ndolo al aire libre en todas las etapas escolares?
P: El curr¨ªculum nos habla de contenidos transversales, contenidos adaptables a diferentes realidades y a las habilidades de cada criatura. Ello conlleva trabajar de forma globalizada, en peque?os grupos, tiempos y situaciones. Est¨¢ muy claro que necesitamos ampliar los lugares y escenarios para el aprendizaje. Si miramos e interpretamos bien el curr¨ªculum, los contenidos los podemos encontrar afuera, en los parques, en las tiendas, en las calles, en los museos, en las bibliotecas, en talleres. En todas las etapas desarrollamos nuestras capacidades en el contexto en que vivimos. La escuela debe ofrecer diversidad de contextos y espacios para hacer posible una riqueza de aprendizajes que muchas criaturas no podr¨ªan tener. Y dar cabida a la entrada de nuevos saberes. Las criaturas necesitan pensar, vivir, aprender en espacios pensados y adecuados para vivir intensamente y que nunca se apague su curiosidad y su pasi¨®n por aprender.
P: ?Creen que se sigue viendo a¨²n los patios exclusivamente como lugares para el ratito del recreo?
R: Socialmente se considera que la educaci¨®n se da en el aula y el patio es el lugar del recreo. Pero por suerte vemos que estos dos estereotipos est¨¢n empezando a cambiar. En el interior de muchas escuelas ya hace a?os que se est¨¢n utilizando salas, ambientes, pasillos, en un proceso de conquista de espacios que hacen posible nuevos planteamientos y situaciones de juego y de aprendizaje; y esta apertura tambi¨¦n se est¨¢ produciendo en los patios.
P: ?Son posibles todos estos cambios tal y c¨®mo est¨¢n planteados los colegios en la actualidad?
R: S¨ª, es posible. El patio, como lugar, forma parte de un entorno en la ciudad y en los pueblos. Muchos lo recordamos como lugar abierto d¨ªa y noche. El lugar de los recuerdos y de las aventuras. Los ¨¢rboles, las escaladas con rodillas peladas y tantas otras situaciones y procesos que hoy pocos ni?os pueden realizar de una forma libre. Hoy estamos reconstruyendo y recuperando estos espacios. Luchamos y queremos una escuela arraigada a su pueblo, ciudad, una escuela abierta a la comunidad que participa y alimenta su proyecto educativo en los debates, en las formaciones, tomando decisiones.
P: ?Y los maestros y maestras, dir¨ªan que est¨¢n en general dispuestos, preparados, animados, a esta transformaci¨®n?
R: No todos, pero despu¨¦s de estos tres meses de pandemia, de las consecuencias del cambio clim¨¢tico y del aislamiento general (en especial de la infancia) de la naturaleza, el patio se revela como un posible espacio especialmente saludable, de bienestar, de juego y de aprendizaje. Y creemos que ello contribuir¨¢ a un aumento del inter¨¦s sobre sus posibilidades como espacio educativo.
Este virus nos ha hecho parar y sus consecuencias, muy reales, nos plantean que no podemos continuar como antes. Continuar cerrando los ojos puede ser la muerte de la escuela. Necesitamos una revoluci¨®n. Las crisis pueden ser positivas si les damos respuesta construyendo una escuela de todos y para todos. El derecho a la educaci¨®n que propone la Convenci¨®n de los Derechos de la Infancia necesita maestros no para ¡°impartir¡± sino que sepan encontrar las herramientas para provocar el conocimiento, la satisfacci¨®n de aprender con los dem¨¢s.
P: ?C¨®mo creen que deber¨ªa ser la escuela despu¨¦s de confinamiento?
R: La escuela del cuidado. Cuidado de nuestro espacio interior, de uno mismo. Un espacio que debemos cuidar para dar el cien por cien ante dificultades como las que nos plantea el coronavirus. Ahora toca volver a la escuela. Cada uno elaborar¨¢ y expresar¨¢ el retorno de formas diferentes. Debemos acoger y poder expresar el estado emocional en cada realidad. Hemos de pensar y organizar los diferentes espacios para poder reducir las ratios: el aula, el dentro y el fuera, para dar vida a esta escuela abierta y herida. Del mismo modo, debemos acoger las realidades vividas de las familias y los ni?os. Encontraremos familias m¨¢s vulnerables que han tenido que hacer frente a muchas dificultades a lo largo del confinamiento y otras que han podido disfrutar reencontrando espacios y tiempo con sus hijos. Debemos encarar un curso con protocolos que nos ir¨¢n marcando desde fuera. No podemos disfrazar ni eludir esta realidad. Con una actitud positiva y activa, el virus no nos puede detener.
P: ?Son optimistas?
R: S¨ª, somos optimistas. Muchos espacios en las etapas de los m¨¢s peque?os ya dan visibilidad a unos escenarios lejos de los pavimentos de caucho ¡°rebota ni?os¡± y repletos de pl¨¢stico que se van convirtiendo en escenarios verdes no solo para plantar, sino para encontrar nuestro v¨ªnculo con la naturaleza sintiendo esta necesidad desde nuestro interior. Estamos esperanzados, lo que hagamos ahora incidir¨¢ en el futuro de la infancia.
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