El jardinero horticultor

Entre 2012 y 2018, las tierras destinadas a la agricultura org¨¢nica en la Uni¨®n Europea aumentaron un 34 % y seg¨²n datos de Eurostat, Espa?a destaca como el pa¨ªs que destina m¨¢s superficie para este tipo de agricultura, particularmente un 16,7 %.

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Cada vez m¨¢s, la pr¨¢ctica agr¨ªcola se decanta por no utilizar productos qu¨ªmicos de s¨ªntesis (como pesticidas, fitohormonas o fertilizantes qu¨ªmicos) cuyo objetivo reside en asegurar un sistema viable y sostenible de la gesti¨®n agraria. Es decir, esta pr¨¢ctica apuesta por la combinaci¨®n de t¨¦cnicas de producci¨®n dirigidas al uso ¨®ptimo y sostenible de los recursos naturales y a la minimizaci¨®n de su impacto en el medio ambiente.

De hecho, seg¨²n la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO) entre 1900 y el 2000 se perdi¨® el 75 % de la biodiversidad cultivada, producto de la agricultura convencional basada en abonos qu¨ªmicos, monocultivos, un arado excesivo y herbicidas. Y es que, a pesar de que este tipo de agricultura convencional es muy productiva a corto plazo, pone en peligro la viabilidad del suelo y contribuye a una p¨¦rdida de biodiversidad cultivada a largo plazo. Miles de variedades aut¨®ctonas, adaptadas a condiciones diversas, se han perdido en pocos a?os.

Todo esto, puede evitarse con un uso responsable de la energ¨ªa, los recursos naturales, la preservaci¨®n del suelo agr¨ªcola, el respeto a los ciclos naturales, la adecuaci¨®n del cultivo a la climatolog¨ªa de cada zona¡­ Y, de hecho, es por este motivo que cada vez m¨¢s, est¨¢n emergiendo un despliegue de huertos y jardines comunitarios a lo largo del territorio, totalmente incorporados en el paisaje urbano de las ciudades.

Hoy por hoy, peque?os negocios y cooperativas de productos ecol¨®gicos ¡ªtodos ellos libres de productos t¨®xicos¡ª no solo sirven para potenciar la experiencia hort¨ªcola, sino que tambi¨¦n funcionan como centros comunitarios entre vecinos de todas las edades y sensibilidades; son espacios de encuentro donde hay un intercambio de saberes, informaciones y destrezas que sirven para potenciar y expandir la pr¨¢ctica agr¨ªcola ecol¨®gica.

Uno de los ejemplos a tener en cuenta es el de Jean-Martin Fortier y Maude-H¨¦l¨¨ne Desroches, los fundadores de Les Jardins de la Grelinette; una microgranja situada en el sur de Quebec conocida por sus elevados niveles de productividad y rentabilidad obtenidos mediante m¨¦todos de producci¨®n de baja tecnolog¨ªa y alto rendimiento. Recientemente, ambos profesionales han ampliado su concepto agroalimentario con un nuevo proyecto llamado La Ferme des Quatre-Temps.

Adem¨¢s, cabe destacar que Jean-Martin Fortier es el autor del libro El Jardinero Horticultor, recientemente publicado por Ediciones Atalanta; uno de los libros sobre agricultura m¨¢s influyente de la ¨²ltima d¨¦cada, con m¨¢s de 150.000 ejemplares vendidos. Lo m¨¢s relevante, es que tanto el autor como su mujer llevan m¨¢s de quince a?os gan¨¢ndose la vida con su poco m¨¢s de media hect¨¢rea de cultivos que alimentan a m¨¢s de doscientas familias mediante su sistema de cestas y su puesto en los mercados locales.

Para todos aquellos que est¨¦n interesados en la agricultura ecol¨®gica en ¨¢reas reducidas, este libro puede ser un gran recurso, ya que contribuye a fomentar la resiliencia de comunidades locales y, de alg¨²n modo, dejar atr¨¢s la pr¨¢ctica de la agricultura industrial, altamente da?ina tanto para el planeta como para nuestra salud.

Lejos de ser un libro te¨®rico, El jardinero horticultor?est¨¢ fant¨¢sticamente ilustrado y repleto de informaci¨®n muy detallada que habla sobre:

• C¨®mo crear una micro-granja dise?ando sistemas de cultivo bio-intensivos de bajo coste.
• C¨®mo cultivar sin tractor y minimizar los gastos de combustibles f¨®siles, gracias a un buen uso de las herramientas manuales, la maquinaria y las t¨¦cnicas de labranza id¨®neas.
• C¨®mo cultivar sistem¨¢ticamente diversas hortalizas, atendiendo a la gesti¨®n de las malas hierbas y las plagas, el rendimiento de los cultivos, las temporadas de cosecha y los m¨¦todos para calcular los precios.

Es un libro que no deja de ser una gu¨ªa pr¨¢ctica, completa y actualizada de agricultura a peque?a escala, que demuestra que vivir del cultivo de alimentos, sin hacer una gran inversi¨®n ni tener un terreno extenso, es m¨¢s accesible de lo que parece. De hecho, este manual retoma las explicaciones del conocido educador y agricultor Eliot Coleman y aplica brillantemente muchos de sus principios fundamentales, ofreciendo al lector unos s¨®lidos conocimientos para ganarse la vida con sus cosechas.

Cada vez m¨¢s, est¨¢n emergiendo un despliegue de huertos y jardines comunitarios a lo largo del territorio, totalmente incorporados en el paisaje urbano de las ciudades

En la actualidad, resulta m¨¢s que evidente que la sobrepoblaci¨®n global nos llevar¨¢ a pensar en nuevas maneras de habitar, producir y subsistir. Y, de hecho, la agricultura ecol¨®gica es una pr¨¢ctica que muchos quieren aprender para combatir la futura escasez de alimentos, ya sea tanto en huertos urbanos como a trav¨¦s de invernaderos verticales.

Seg¨²n datos de Naciones Unidas, se espera que la poblaci¨®n mundial aumente en 2.000 millones de personas en los pr¨®ximos 30 a?os, pasando de los 7.700 millones actuales a los 9.700 millones en 2050, pudiendo llegar a un pico de cerca de 11.000 millones para 2100. Es preciso y necesario evaluar y plantearnos nuevas alternativas para hacer frente a este desaf¨ªo ya sea para mejorar el medioambiente, la escasez de recursos y la sobrepoblaci¨®n.

Por ello, la agricultura ecol¨®gica es una soluci¨®n para el futuro de nuestras ciudades. La revoluci¨®n del campo ha llegado a la ciudad, esta vez para quedarse. El autoconsumo, la reivindicaci¨®n de la soberan¨ªa alimentaria, el cuidado de la tierra, la incorporaci¨®n de nuevas t¨¦cnicas y pr¨¢cticas, y la agricultura ecol¨®gica a peque?a escala pueden ser la soluci¨®n a todos los problemas que est¨¢n por venir.