C¨®mo la obra de Linda McCartney, una de las grandes fot¨®grafas del pop y el rock de los 70, qued¨® a la sombra de Paul McCartney
Por delante de su lente desfilaron Jimi Hendrix, Bob Dylan, Aretha Franklin, Janis Joplin, The Who o Neil Young. Sin embargo, su trabajo estuvo constre?ido por el sambenito de 'la mujer de'
Linda McCartney fue teclista de Wings -la banda que form¨® junto a su marido tras la disoluci¨®n de los Fab Four-, pionera del activismo por los derechos de los animales y, ante todo, fot¨®grafa. Es esta faceta art¨ªstica, que abarca desde retratos de toda la?intelligentsia del pop y el rock de los sesenta hasta piezas m¨¢s experimentales, la que ahora recupera la exposici¨®n The Polaroid Diaries de la fundaci¨®n C/O Berlin (se puede visitar hasta el 5 de septiembre). All¨ª, entre 250 de estas instant¨¢neas y una selecci¨®n de impresiones vintage, se conmemora la figura de una creadora constre?ida por el sambenito de ¡°la mujer de¡±, a pesar de que su obra se encuentre en las colecciones del Victoria & Albert Museum o de la National Portrait Gallery. ¡°El trabajo de Linda siempre ha estado a la sombra de Paul¡±, admite a Icon Felix Hoffmann, comisario de la instituci¨®n berlinesa, que presenta por primera vez en Europa esta antolog¨ªa.
Nacida el 24 de septiembre de 1941 en Scarsdale, en el condado de Westchester, en el seno de una familia jud¨ªa (inmigrantes rusos por parte de padre y alemanes por parte de madre), Linda Louise Eastman crece en un entorno art¨ªstico marcado por las galer¨ªas y museos de Nueva York y el trabajo como abogado de su progenitor, que tiene en su agenda de clientes a compositores como Tommy Dorsey o Harold Arlen y a pintores como Mark Rothko o Willem de Kooning. M¨¢s tarde asiste a la Universidad de Arizona y se especializa en Bellas Artes, aunque por entonces la c¨¢mara no se halla entre sus prioridades.
¡°En aquel momento no ten¨ªa como objetivo ser fot¨®grafa¡±, apunta en conversaci¨®n con Icon Sarah Brown, la comisaria del Linda McCartney Archive, que se encarga de gestionar su legado. ¡°Alguna vez afirm¨® que ni se le hab¨ªa ocurrido esa posibilidad. Fue algo que sucedi¨® cuando se dio cuenta de que ten¨ªa la habilidad y el ojo para ello¡±. Es en una clase dirigida por Hazel Archer cuando descubre la fotograf¨ªa como una forma de arte y se enamora de Walker Evans, Dorothea Lange o Edward Weston. En ellos percibe a ¡°verdaderos artistas que mostraban el car¨¢cter de las personas que estaban inmortalizando¡±, contin¨²a Brown. ¡°Estaba fascinada por c¨®mo consegu¨ªan capturar la vida en todas sus formas: en la tristeza, en la pobreza o en la naturaleza¡±.
Poco despu¨¦s de mudarse a Nueva York en 1965, retrata su primer grupo de rock¡¯n¡¯roll, The Dave Clark Five, por entonces rival de The Beatles en las listas de ¨¦xitos. Es en esa ¨¦poca cuando encuentra empleo como asistente editorial de la revista Town & Country. Un d¨ªa de 1966 la publicaci¨®n recibe una invitaci¨®n para una fiesta promocional de The Rolling Stones que se va a celebrar en un yate por el r¨ªo Hudson, pero ninguno de sus compa?eros est¨¢ por la labor de acudir al evento, as¨ª que ella se come el ¡°marr¨®n¡± encantada. Esa sesi¨®n marca un punto de inflexi¨®n en su vida: decide dejar su puesto en la publicaci¨®n a 65 d¨®lares por semana para consagrarse a su reci¨¦n descubierta vocaci¨®n.
¡°Se dio cuenta de que pod¨ªa ganarse la vida con sus im¨¢genes y que no solo ten¨ªa que ser algo relacionado con su tiempo libre¡±, sostiene Brown. ¡°Siempre comentaba lo mucho que disfrut¨® aquel d¨ªa en el Hudson. Esas im¨¢genes tambi¨¦n marcan una pauta y evidencian porqu¨¦ sus obras son tan especiales. En esa sesi¨®n se muestra a los Rolling Stones a gusto, divirti¨¦ndose, como si uno tuviera acceso a sus personalidades reales, no a las figuras p¨²blicas que proyectaban. Eso se convirti¨® en su estilo caracter¨ªstico¡±.
La propia Linda lleg¨® a explicar c¨®mo salta del campo amateur al profesional. ¡°Lo que te convierte en fot¨®grafo es algo m¨¢s que una habilidad t¨¦cnica. Tiene que ver con una fuerza interna. Siempre he llamado a eso una firma visual. Creo que lo sientes instintivamente, solo tienes que hacer clic en el momento exacto. Ni antes ni despu¨¦s. Si te preocupan los fot¨®metros y todo eso, simplemente te lo pierdes. Para m¨ª todo viene del interior. Es pura emoci¨®n y me encanta¡±. Lo que vendr¨ªa a ser su particular versi¨®n del ¡°instante decisivo¡± de su admirado Henri Cartier-Bresson.
Su ascensi¨®n es mete¨®rica: en 1968 es la primera mujer en hacerse con la portada de la revista Rolling Stone gracias a una imagen de Eric Clapton y ese mismo a?o se convierte en la retratista oficial de la sala de conciertos Fillmore East del promotor musical Bill Graham. En pocos meses desfilan delante de su lente Jimi Hendrix, Bob Dylan, Aretha Franklin, Otis Redding, The Beach Boys, The Kinks, Janis Joplin, The Doors, Simon & Garfunkel, The Who, The Animals, The Byrds, Grateful Dead o Neil Young.
En ese momento ya ha capturado tambi¨¦n a The Beatles, como demuestra su libro Sixties: Portrait Of An Era, publicado en 1992. De hecho, Linda conoce a Paul McCartney en mayo de 1967 en The Bag O¡¯Nails, mientras ella realiza un reportaje en ese club del Soho londinense. Pocos d¨ªas despu¨¦s se reencuentran en la fiesta de lanzamiento de?Sgt. Pepper¡¯s Lonely Hearts Club Band en la casa de Brian Epstein, el m¨¢nager del grupo. ¡°Cuando la conoc¨ª, ella ya estaba trabajando como fot¨®grafa¡±, recordar¨¢ el propio McCartney en 2010. ¡°M¨¢s tarde, cuando vino a hacer fotos de The Beatles, nuestra amistad se transform¨® en romance. Desde los primeros d¨ªas admir¨¦ mucho su fotograf¨ªa y poder experimentarla personalmente solo aument¨® mis sentimientos de admiraci¨®n¡±.
Asegura el exbeatle que ¡°la diferencia entre Linda y muchos de sus contempor¨¢neos era que ella sab¨ªa lo que estaba registrando, mientras que otros ten¨ªan que preguntar: '?Qui¨¦n es el cantante?', '?Cu¨¢l es el nombre de la banda?' y cosas as¨ª. Fue la fot¨®grafa con la que era m¨¢s sencillo trabajar. La relajaci¨®n que consegu¨ªa en las personas que retrataba era visible en su obra. Siempre me impresion¨® su incre¨ªble?timing. Cuando menos te lo esperabas, el obturador hac¨ªa clic y ella ya ten¨ªa su instant¨¢nea¡±.
El 12 de marzo de 1969, se cas¨® en segundas nupcias con Paul, el ¨²ltimo soltero del cuarteto, en el ayuntamiento de Marylebone. Toda una decepci¨®n para la legi¨®n beatleman¨ªaca, que queda a¨²n m¨¢s desolada cuando ocho d¨ªas m¨¢s tarde se produce el enlace gibraltare?o entre John Lennon y Yoko Ono. Posteriormente se encarga de inmortalizar al conjunto durante las sesiones de grabaci¨®n de?Abbey Road (1969), as¨ª como la portada del single?The Ballad Of John and Yoko/Old Brown Shoe. Tambi¨¦n aparece en el amartelado v¨ªdeo de la canci¨®n?Something junto a las esposas de John, George y Ringo.?
Tras la separaci¨®n del grupo en 1970, Paul McCartney publica?Ram (1971), su segundo trabajo en solitario, donde ella ya firma como coautora seis de los temas, un ¨¢lbum que supone el germen de Wings, el proyecto que funda la pareja ese mismo a?o. Linda coescribe buena parte de las canciones de su posterior repertorio (incluida?Live And Let Die, que es nominada al Oscar en 1974), adem¨¢s de ser su teclista. Un puesto que sigue ocupando en directo durante las giras en solitario de su marido hasta 1993.
Su carrera musical est¨¢ en la cumbre, pero su vertiente fotogr¨¢fica empieza a tomar un nuevo rumbo espoleada por los d¨ªas en los que la pareja escapa de Londres para recluirse en su granja de la campi?a escocesa. A medida que su vida se hace m¨¢s notoria, sus piezas se vuelven m¨¢s personales, ¨ªntimas y experimentales. ¡°Apenas pod¨ªa moverse libremente en p¨²blico al lado de Paul que, a finales de los sesenta y en los setenta, era tan famoso como el Papa o el presidente de los Estados Unidos¡±, explica Felix Hoffmann desde el C/O Berlin.
¡°Tuvo que desarrollar t¨¦cnicas art¨ªsticas en las que el contenido de su trabajo fuera compatible con su propia vida privada. Por ejemplo,?Roadworks son fotos hechas desde el coche, un refugio para ella. As¨ª mismo pudo liberarse de los laboratorios, donde exist¨ªa el riesgo de que los empleados hicieran secretamente impresiones adicionales y las vendieran. Las Polaroids dan una buena idea de esto. Todas estas estrategias muestran un alto grado de autonom¨ªa y cu¨¢n profunda fue su relaci¨®n con su familia. Pero tambi¨¦n tengo la sensaci¨®n de que posar tan abierta y libremente frente a su c¨¢mara fue un regalo inmaterial de Paul. En esas ocasiones le devolv¨ªa una forma de intimidad visual y una privacidad que de otro modo ya no eran posibles¡±, expone Hoffmann. Y remata: ¡°Los momentos m¨¢s personales se quedan con el autor de una Polaroid. No hay publicidad, solo intimidad¡±.
Es entonces cuando empieza a experimentar con diferentes t¨¦cnicas, como el cianotipo, influida por el pionero William Henry Fox. O con las mencionadas Polaroids, que en ocasiones expone dos veces o durante un tiempo m¨¢s prolongado, rayando los resultados y ensayando con productos qu¨ªmicos o luz solar. Para Sarah Brown, uno de los signos distintivos de Linda es su capacidad de encuadre. ¡°Nunca necesit¨® recortar nada en el cuarto oscuro porque siempre obten¨ªa la composici¨®n que quer¨ªa cuando tomaba la imagen¡±. Para la comisaria, el humor y el surrealismo en los momentos cotidianos son otros de sus sellos caracter¨ªsticos. ¡°No busc¨® escenas para retratar, sino que instintivamente supo cu¨¢ndo hacerlo. Adem¨¢s, ten¨ªa la seguridad de que hab¨ªa obtenido la toma que deseaba y no necesitaba hacer cientos de ellas¡±.
Los animales, su otra pasi¨®n, se encuentran siempre presentes en sus obras, ya fueran ovejas, perros, cabras o caballos. Seg¨²n Paul McCartney, ¡°su arte tom¨® una nueva dimensi¨®n cuando se estableci¨® para criar a su familia. Su amor por la naturaleza, los ni?os y los animales significaba que pod¨ªa hallar im¨¢genes fascinantes a su alrededor¡±. Una inspiraci¨®n intr¨ªnseca para una mujer que se hizo vegetariana a principios de los setenta (una filosof¨ªa vital que logr¨® transmitir a su marido y a sus cuatro hijos: la dise?adora Stella McCartney, por ejemplo, es famosa por sus creaciones sin pieles ni cuero); que lleg¨® a escribir varios libros de cocina?cruelty free y que fund¨® Linda McCartney Foods, una empresa de alimentaci¨®n vegana, que dirigi¨® hasta su muerte en 1998 a causa de un c¨¢ncer de mama.
¡°El amor de Linda por la naturaleza y los animales aparece a lo largo de su carrera de cuatro d¨¦cadas¡±, concluye Sarah Brown. ¡°Sus instant¨¢neas de animales o plantas son tan ¨ªntimas y conmovedoras como sus c¨¦lebres im¨¢genes de m¨²sicos. Muchas de sus piezas de los noventa muestran la brutalidad de las carnicer¨ªas y de la carne. No tuvo miedo de retratar cerdos muertos colgados en camiones o corazones de corderos exhibidos en los escaparates. Para ella eso era un comentario social que reflejaba su creencia de no matar o, como ella dir¨ªa, asesinar animales para consumo humano. Cre¨ªa que una imagen ten¨ªa que sostenerse por s¨ª sola, sin palabras, y sus fotograf¨ªas de confrontaci¨®n con animales muertos ciertamente lo consiguen¡±.
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