El profe Lalito y su triciclo escuela en tiempos de coronavirus
La suspensi¨®n de las clases en Guatemala por la covid-19 aboca a los ni?os m¨¢s desfavorecidos al abandono escolar y al trabajo infantil. Un profesor idea una manera ingeniosa de llevar la educaci¨®n en bicicleta a los alumnos sin acceso a las tecnolog¨ªas
Las tres ruedas surcan desde primera hora de la ma?ana un camino sin asfaltar y embarrado por las ¨²ltimas lluvias. A golpe de pedal, Lalito Gerardo Am¨ªlcar Ixcoy, de 27 a?os, avanza lentamente por las aldeas de Santa Cruz del Quich¨¦, al norte de Guatemala, llevando a cuestas una escuela m¨®vil en busca del encuentro con su pr¨®xima alumna. La ni?a ya se encuentra en la puerta de su casa colocando una peque?a mesa y un banco de pl¨¢stico, que ser¨¢ su pupitre al aire libre. A lo lejos, ya atisba a su profesor de Primaria, quien pedalea lentamente su triciclo hasta aparcarlo frente a la estudiante.
Nada m¨¢s llegar con su correspondiente mascarilla, Lalito se coloca su careta facial, se echa gel hidroalcoh¨®lico en sus manos e instala una varilla que mide metro y medio entre el triciclo y la mesa. La varilla finaliza con una mano de cart¨®n en la que se detalla con dibujos en cada uno de los dedos las cinco maneras de saludar sin necesidad de que haya contacto f¨ªsico: militar, japon¨¦s, tailand¨¦s, de cejas y apache. Todo ello ¡°para prevenir contagios¡± de coronavirus, que ya ha provocado m¨¢s de 1.800 muertes en el pa¨ªs centroamericano desde que se detectara el primer caso el pasado 13 de marzo.
Tres d¨ªas despu¨¦s, el 16 de marzo, se suspendieron las clases en todos los niveles educativos y, desde entonces, las asignaturas se impartieron virtualmente para la minor¨ªa que tiene la posibilidad de conectarse a Internet. Seg¨²n el ¨²ltimo censo realizado en 2018 por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica de Guatemala, en el pa¨ªs solo dos de cada 10 hogares (21,2%) disponen de ordenador, mientras que ¨²nicamente el 17,2% cuenta con Internet. Esta situaci¨®n a¨²n es m¨¢s precaria en el departamento de Quich¨¦, donde ¨²nicamente el 9,3% de los hogares tiene computadora y el 4,1% acceso a redes.
¡°Como no hab¨ªa posibilidades de impartir clases de manera presencial, y conozco los problemas socioculturales que tienen mis estudiantes, cuyas familias muchas veces no saben leer ni escribir y carecen de recursos tecnol¨®gicos, como computadoras, tel¨¦fonos e Internet, me di a la tarea de buscar un triciclo para poder ir a impartir las clases a sus casas tomando las medidas necesarias¡±, explica Lalito. Adem¨¢s, indica que cuando se suspendieron las clases, ¡°ya no hab¨ªa respuestas de la mitad de los estudiantes de las tareas que se estaban enviando¡±. As¨ª fue como este profesor de una escuela privada de Santa Cruz del Quich¨¦, que est¨¢ realizando su tesis en la Licenciatura de Pedagog¨ªa, invent¨® una escuela m¨®vil, que le permite continuar su labor docente de las materias de Comunicaci¨®n y Lenguaje, y Matem¨¢ticas a sus diez alumnos de entre 11 y 12 a?os.
Antes de poner en marcha su iniciativa, Lalito fue casa por casa a hablar con los padres y madres de sus estudiantes para que le dijeran si estaban o no de acuerdo en que llegara en triciclo para que los ni?os y ni?as no perdieran sus clases por la pandemia. ¡°Tras conocer que no habr¨ªa ning¨²n contacto f¨ªsico y que iba a tomar las medidas necesarias para protegerlos, la respuesta fue afirmativa y eso me alegr¨® mucho¡±, destaca.
Para ello, trabaj¨® dos semanas con su hermano en una empresa de estructuras mec¨¢nicas a cambio de que le diera el material para construir la escuela en un triciclo al que le coloc¨® un techo de pl¨¢stico, una pizarra y un vidrio de cristal para evitar cualquier posibilidad de contagio. Gracias a un ahorro de 700 quetzales (85 euros) compr¨® una bicicleta de segunda mano que pint¨® y en la que instal¨® toda la infraestructura para convertirla en una escuela m¨®vil que debe recorrer hasta tres kil¨®metros para llegar a las casas de sus alumnos. Cada d¨ªa, dependiendo de la distancia, atiende a tres o cuatro a quienes imparte clases individuales de hora y media.
En Guatemala solo dos de cada 10 hogares (21,2%) disponen de ordenador, mientras que ¨²nicamente el 17,2% cuenta con Internet
Lalito reconoce que s¨ª ha tenido un ¡°poco de miedo¡± por la reacci¨®n que pod¨ªan tener las autoridades del Ministerio de Educaci¨®n, que le han llegado a pedir sus datos personales. ¡°No s¨¦ si para decirme que pare o darme v¨ªa libre para seguir con este proyecto¡±. No obstante, se?ala que antes de poner en marcha esta iniciativa, se lo comunic¨® al director de la escuela privada en la que trabaja, quien le autoriz¨® siempre y cuando las familias lo aceptaran, tal como sucedi¨®.
¡°Muchos padres me dijeron que sus hijos no pod¨ªan seguir las clases de manera virtual porque no ten¨ªan recursos. Y ahora la prioridad es la comida, de modo que, si la escuela iba a ser por Internet, iban a dejar que perdieran este a?o¡±, revela el maestro. En este sentido, recalca que el principal objetivo de su proyecto, que denomina tricieducativo, es que ¡°no exista una deserci¨®n escolar¡±.
Abandono escolar y trabajo infantil
Precisamente, Luc¨ªa Verdugo, Oficial Nacional de Educaci¨®n de la Oficina de la Unesco en Guatemala, advierte de que, de prolongarse la suspensi¨®n de clases, puede haber consecuencias negativas que ¡°den como resultado un retroceso en los logros alcanzados por el pa¨ªs en t¨¦rminos de cobertura y calidad educativa¡±, teniendo en cuenta que al inicio de 2020, ya exist¨ªan desaf¨ªos importantes con solo seis de cada diez ni?os en edad escolar estudiando, seg¨²n el anuario estad¨ªstico del Ministerio de Educaci¨®n.
¡°Es dif¨ªcil precisar en qu¨¦ medida puede aumentar la deserci¨®n escolar, pero s¨ª es una de las consecuencias que podemos prever, principalmente ante las proyecciones que realizan entidades especializadas como la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL), que estima un decrecimiento del PIB en la regi¨®n latinoamericana de por lo menos un 5,3%, as¨ª como el aumento del desempleo y de la pobreza y la pobreza extrema¡±, que en Guatemala afectaba antes del coronavirus a seis de cada 10 personas (59,3%), seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Condiciones de Vida realizada en 2014.
As¨ª, la CEPAL advierte en un informe de que el cierre temporal de las escuelas como consecuencia de la pandemia ¡°tiene el potencial de aumentar el trabajo infantil entre uno y tres puntos porcentuales, lo que implicar¨ªa que al menos entre 109.000 y 326.000 ni?os, ni?as y adolescentes podr¨ªan ingresar en el mercado laboral¡±.
Casi 800.000 ni?os, ni?as y adolescentes trabajan en Guatemala, de los que 263.247 tienen entre siete y 14 a?os
Todo ello en un contexto en el que Guatemala va a incumplir su compromiso adquirido en el 2009 a trav¨¦s de una hoja de ruta que buscaba erradicar el trabajo infantil en 2020, que ocupa a casi 800.000 ni?os, ni?as y adolescentes, de los cuales 263.247 tienen entre 7 y 14 a?os, seg¨²n la Encuesta Nacional de Empleo de 2018.
La Jefa de la Unidad de Protecci¨®n a la Adolescencia Trabajadora del Ministerio de Trabajo de Guatemala, Claudia Peneleu recuerda que en 2016, el Gobierno program¨® una nueva hoja de ruta en la que, al igual que el resto de pa¨ªses de la regi¨®n, adquiri¨® el compromiso de alcanzar la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que establece ¡°poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aqu¨ª a 2025¡±.
Peneleu afirma que para Latinoam¨¦rica y el Caribe se ha hecho una proyecci¨®n seg¨²n la cual, se reducir¨ªa en dos puntos porcentuales aproximadamente el trabajo infantil para el 2025 respecto a la situaci¨®n actual.
La OIT prev¨¦ erradicar el trabajo infantil
Por su parte, el Director General de Previsi¨®n Social del Ministerio de Trabajo de Guatemala, William Godoy, a pesar de que reconoce que la situaci¨®n ¡°no es muy alentadora¡±, asegura que hay un informe de tendencias de la OIT que establece que para el 2040 se podr¨ªa erradicar el trabajo infantil.
Para evitar que la suspensi¨®n de las clases aboque a sus estudiantes a trabajar, el profesor Lalito defiende seguir impartiendo clases. "La educaci¨®n es esencial para que nuestro pa¨ªs salga adelante". La pobreza, a?ade, es un ¡°flagelo¡± que se vive en Santa Cruz del Quich¨¦, de mayor¨ªa ind¨ªgena, que ha provocado que ¡°muchos ni?os y ni?as ya no lleguen a estudiar y opten por un trabajo informal como vender frutas en la calle¡±.
Por este motivo, decidi¨® llevar la escuela a la puerta de las casas de sus alumnos, a pesar de que el colegio privado en el que trabaja solo le paga una m¨ªnima cantidad econ¨®mica tras cancelarse las clases por la pandemia. E incluso le invitaron a buscarse otro empleo: ¡°Yo no quer¨ªa dejar a mis ni?os; quer¨ªa seguir ense?¨¢ndoles¡±. Tras impartir las clases desde su triciclo en el que se lee "Profe Lalito 10", en honor a su n¨²mero favorito en el f¨²tbol, este maestro sigue trabajando en la empresa de estructuras mec¨¢nicas de su hermano para poder sufragar los gastos de su casa, donde vive junto a su esposa e hijo de tres a?os. ¡°?l es mi motivo de lucha¡±.
La original iniciativa de Lalito cuenta con el respaldo de su comunidad: ¡°Es incre¨ªble el cari?o que me tienen. A veces, desde las casas me piden que siga adelante y que me cuide, lo que me anima a seguir¡±. Lalito se muestra sorprendido por la repercusi¨®n en la prensa nacional e internacional que ha tenido su escuela a pedales. ¡°Jam¨¢s me imagin¨¦ que fuera as¨ª, ¨²nicamente quer¨ªa hacer felices a mis diez ni?os y ni?as¡±, a?ade. Por ello, siempre comienza las clases con ejercicios de estiramientos y calentamientos, y cantando temas infantiles para que "se motiven un poco", teniendo en cuenta que sus estudiantes ¡°se sienten un poco aburridos y estresados¡±, debido a que no van al colegio.
¡°Me preguntan cu¨¢ndo va a acabar esto y si van a regresar a clases¡±, revela. Durante sus ocho a?os como docente, dice, sus estudiantes han marcado su vida. ¡°Por su inocencia, su honestidad, su solidaridad y lo buenas personas que son¡±. Por eso considera que Guatemala ¡°s¨ª tiene futuro, pero hay que motivar mucho a los ni?os para que sean optimistas. Hay que creer en ellos¡±. Y arranca de nuevo a pedalear su triciclo educativo en direcci¨®n a la casa del siguiente alumno.
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