12 errores que ning¨²n padre o madre deber¨ªa cometer
Acompa?ar, cuidar y educar a nuestros hijos es una tarea ardua, llena de obst¨¢culos y contratiempos, pero a la vez emocionante y extraordinaria
Acompa?ar, cuidar y educar a nuestros hijos es una tarea ardua, llena de obst¨¢culos y contratiempos, pero a la vez emocionante y extraordinaria. Se aprende a ser mam¨¢ o pap¨¢ a la vez que nuestros hijos aprenden a ser hijos. As¨ª que seamos pacientes, ajustemos nuestras expectativas y seamos capaces de disfrutar del mejor oficio del mundo.
- ?Qui¨¦n te ha ense?ado a ser mam¨¢?
- Aprendo el oficio a la vez que t¨² te haces mayor.
- ?Y c¨®mo sabes lo que tienes que hacer?
- Me dejo guiar por mi intuici¨®n y aceptando que cada error es mi mejor maestro.
Sin duda se aprende haciendo, recorriendo el camino, admitiendo los baches y disfrutando de cada buen momento. Ser pap¨¢ o mam¨¢ es una carrera de fondo, un camino lleno de lecciones de vida, donde los objetivos se logran a largo plazo con grandes dosis de serenidad y confianza. Un trayecto en el que no existen atajos, f¨®rmulas m¨¢gicas o m¨¦todos que nos aseguren el ¨¦xito.
Un oficio maravilloso que te cambia de forma radical la vida desde que empiezas a ejercerlo, que te hace desaprender a diario. Que te regala a diario primeras veces, cari?o a raudales, amor sin condici¨®n.
Una ruta compartida para siempre que, en ocasiones, te hace sentir fr¨¢gil y agotada pero que a la vez es capaz de conseguir tu mejor versi¨®n. Donde las cr¨ªticas u opiniones de los dem¨¢s te hacen sentir vulnerable y las dificultades que aparecen a lo largo de las diferentes etapas te colman de inseguridades, complejos o culpas en b¨²squeda de una perfecci¨®n err¨®nea.
Un itinerario que te brinda la ocasi¨®n de aprender a confiar en la intuici¨®n, a aceptar que se aprende mucho m¨¢s del error que de los aciertos, a entender que tienes derecho a la duda, a expresar c¨®mo te sientes.
M¨¢s de 15 a?os ejerciendo la maternidad me han ense?ado la necesidad de encontrar un equilibrio entre mi vida y las de mis hijos, a saber cuidarme para poder acompa?ar con calma, a gozar de cada peque?o momento aunque no tenga siempre la soluci¨®n a una duda o dificultad.
Ojal¨¢ que a todas las mam¨¢s y pap¨¢s antes de ejercer el oficio nos explicasen algunos de los errores que no deber¨ªamos cometer.
1. Creer que educar consiste en ense?ar o adoctrinar. La educaci¨®n deber¨ªa centrarse en despertar, en contagiar las ganas de aprender, de descubrir, investigar o crear.
2. Amar al hijo que queremos y no al que tenemos. En ocasiones nuestras expectativas no se ajustan a la realidad y ahogan a nuestros peque?os, acept¨¦mosles tal y como son. No proyectemos nuestras frustraciones en ellos.
3. Creer que en la educaci¨®n existen atajos. El arte de educar no contiene m¨¦todos m¨¢gicos que nos digan lo que debemos o no hacer. As¨ª que tocar¨¢ ser pacientes, estar presentes, establecer objetivos a largo tiempo, aprender de la experiencia y del ensayo y error.
4. Allanar el camino para evitar que sufran o se equivoquen. Evitemos la sobreprotecci¨®n y asumamos que la adversidad forma parte de sus vidas. Evitemos hacerles dependientes, inseguros y sin una buena tolerancia a la frustraci¨®n. Dej¨¦mosles caer, probar, errar y volver a empezar.
5. Olvidar lo maravilloso que es ser un ni?o priv¨¢ndoles del tiempo para realizar la actividad m¨¢s importante para su desarrollo que es la de jugar. No abarrotemos sus agendas y permit¨¢mosles el aburrimiento, el mejor aliado de la creatividad.
6. Ignorar o minimizar los sentimientos de nuestros peque?os. La educaci¨®n emocional debe ser la columna vertebral de nuestra educaci¨®n. Ense?emos a ponerle nombre a aquello que les pasa, a expresar las dudas o miedos, a compartir lo que les hace vibrar, a conectar con las emociones sin temor a sentir.
7. O¨ªr sin escuchar, utilizando un c¨®digo distinto. El di¨¢logo debe ser un pilar en la educaci¨®n con nuestros hijos. Aprendamos a conversar con ganas de entendernos, a darle valor a nuestras palabras, a escuchar de forma emp¨¢tica, a respetar su forma de pensar o hacer.
8. Actuar en funci¨®n de nuestro estado de ¨¢nimo. Las normas deben ser siempre las mismas independientemente del d¨ªa que hayamos tenido. Actuemos siempre de igual forma controlando el humor provocado por el cansancio o el estr¨¦s. Evitemos la disparidad entre pap¨¢ y mam¨¢, trabajemos en equipo.
9. Educar sin l¨ªmites y responsabilidades. Si nuestros hijos crecen sin normas claras ser¨¢n ni?os con dificultades para vivir en sociedad. Ense?¨¦mosles que deben o no hacer, hag¨¢mosles responsables de sus decisiones, motiv¨¦mosles a asumir riesgos y a asumir las consecuencias de sus actos.
10. Comparar constantemente a nuestros hijos con el resto de hermanos u otros ni?os solo puede provocar celos, envidias y baja autoestima. Cada ni?o merece ser educado de forma personalizada porque es ¨²nico e irrepetible, dando respuesta a sus necesidades, haci¨¦ndole sentir ¨²nico, creyendo en ¨¦l.
11. Hablar y actuar con poca coherencia. El ejemplo es el lenguaje m¨¢s persuasivo y por eso debemos ser consecuentes entre lo que hacemos y decimos. Un mal ejemplo llenar¨¢ nuestra educaci¨®n de incongruencia y decepci¨®n.
12. No pedir ayuda cuando lo necesitemos. Compartamos nuestras dudas o miedos con las personas que m¨¢s queremos y confiamos, busquemos momentos para cultivar nuestras aficiones, cuid¨¦monos para poder acompa?ar con mucha tranquilidad, sentido com¨²n y del humor.
No existe la madre perfecta, pero hay un mill¨®n de maneras de ser una buena madre. Jill Churchill.
** Sonia L¨®pez Iglesias es psicopedagoga, maestra y formadora de familias y equipos docentes. Experta en educaci¨®n emocional y comunicaci¨®n. Enamorada de la etapa adolescente.
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