No salgan, les atendemos en casa

Mientras las pruebas de vacunas avanzan en el mundo y aparecen nuevos rebrotes, Brasil registra m¨¢s de 3,5 millones de personas contagiadas de coronavirus en sus extensos 27 Estados. La ciudad de R¨ªo de Janeiro, capital del Estado hom¨®nimo, tiene hasta el momento 84.488 casos confirmados y est¨¢ en su fase cinco de flexibilizaci¨®n durante 15 d¨ªas. En sus favelas, l¨ªderes comunitarios trabajan desde el mes de marzo para resistir al virus y la telemedicina es una de las herramientas.

La videoconferencia es el hilo que conecta a la m¨¦dica Adriana Mallet desde el Estado de Santa Catarina ¡ªen el sur de Brasil¡ª con una paciente con s¨ªntomas de covid-19 en el Complexo do Alem?o, conjunto de favelas en la zona norte de R¨ªo de Janeiro. En el video se percibe una atm¨®sfera de extra?a proximidad entre ellas. ¡°Mediante la llamada vemos el entorno del paciente, las personas con quienes reside y sus condiciones de vivienda¡±, explica la m¨¦dica que realiza un promedio de 20 consultas diarias.

El sistema consiste en pedir turno a trav¨¦s de un contacto de WhatsApp y, mediante preguntas preliminares, el equipo del SAS clasifica los casos en urgentes y no urgentes. Agendan consultas en l¨ªnea con los m¨¦dicos y un equipo de enfermeras visita a los pacientes para chequear la saturaci¨®n de ox¨ªgeno, temperatura, presi¨®n y estado general. El plantel de 70 m¨¦dicos est¨¢ autorizado a prescribir medicamentos y monitorear la evoluci¨®n de las personas atendidas hasta el final del tratamiento.

A inicios de junio, a Do?a Marina dos Santos le empez¨® a faltar el aire. Despu¨¦s de la consulta en l¨ªnea, la orden m¨¦dica fue categ¨®rica: derivarla a la Unidad de Pronto Socorro del Complexo do Alem?o. Todo pas¨® muy r¨¢pido. Uno de sus hijos la busc¨®, la carg¨® y la baj¨® a la unidad de salud. Una ambulancia se la llev¨® al hospital municipal Evandro Freire en la Ilha do Governador, a los pies de Bah¨ªa de Guanabara, a casi 20 kil¨®metros de donde ella vive.

Do?a Marina se qued¨® internada y en aislamiento durante 44 d¨ªas; as¨ª cumpli¨® sus 86 a?os. ¡°La telemedicina evit¨® que mi madre pasara por mayores riesgos esperando atenci¨®n m¨¦dica. Ella no quer¨ªa moverse de casa y no hab¨ªa forma de convencerla. Con la orden de la doctora online, no tuvo alternativa¡±, dice uno de sus hijos, Reginaldo dos Santos. Ahora que Do?a Marina est¨¢ de regreso en su hogar, Reginaldo planea hacerle un grafiti en la pared del cuarto con la imagen de Zico, ex futbolista del Club del Flamengo que su madre admira.

Hag¨¢moslo nosotros mismos: la fuerza comunitaria de la respuesta r¨¢pida

En marzo, cuando se desataba la pandemia en Brasil y el presidente Jair Bolsonaro se opon¨ªa a las medidas preventivas, el Ministerio de Salud ¡ªcomandado en aquel momento por Henrique Mandetta¡ª aprob¨® por resoluci¨®n la telemedicina frente a la propagaci¨®n de la covid-19. Para ese entonces, el estado de R¨ªo de Janeiro decretaba la situaci¨®n de emergencia contrariando al gobierno federal. La ciudad de R¨ªo ten¨ªa los primeros 29 casos confirmados, que circulaban por las zonas de mayor poder adquisitivo. Las favelas ten¨ªan por delante unas semanas de ventaja antes de que la crisis estallara. A medida que los meses pasaban el estado de Rio de Janeiro lideraba junto a S?o Paulo y Cear¨¢ las curvas de infecciones y n¨²mero de muertes.

La telemedicina evit¨® que mi madre pasara por mayores riesgos esperando atenci¨®n m¨¦dica Reginaldo dos Santos, hijo de Do?a Marina, de 86 a?os

Para entrar a operar al territorio de 13 favelas del Complexo do Alem?o ¡ªdonde viven m¨¢s de 70.000 personas¡ª, el equipo del SAS Brasil se puso en contacto con la l¨ªder comunitaria Lucia Cabral, quien los present¨® a las seis Cl¨ªnicas de Familia municipales y la Unidad de Pronto Socorro del lugar. ¡°La telemedicina ayuda a que nuestros vecinos se queden en casa. Resulta m¨¢s f¨¢cil que pagar transporte y hacer filas en los centros. Todas las familias usan, al menos, un celular y tienen conexi¨®n a Internet¡±, dice. ¡°En este momento la idea es sumar esfuerzos¡±.

En abril, cuando se registraron los primeros seis casos de coronavirus en favelas de R¨ªo, las organizaciones comunitarias y de vecinos trabajaron para enfrentarlo. La mayor iniciativa fue la del Gabinete de Crisis del Alem?o, creada por tres asociaciones locales para distribuir alimentos, productos de limpieza y agua potable. Se valen de donaciones y fondos recaudados en plataformas de crowdfunding. ¡°Nosotros por nosotros mismos, es lo que siempre hicimos en la favela para resolver nuestros problemas cuando el Estado no est¨¢ presente¡±, dice Leticia Santos da Cruz, enfermera y habitante del Complexo do Alem?o contratada por el SAS Brasil.

El proyecto de la telemedicina se sum¨® como un brazo m¨¢s. ¡°Hasta la fecha, atendimos a 1.238 personas online con un 98% de resoluci¨®n efectiva, o sea, que no precisaron ser remitidos a cl¨ªnicas u hospitales¡±, asegura la doctora Adriana Mallet. Ese trabajo se articul¨® con profesionales de la salud p¨²blica.

La doctora Nayara Monteiro Rocha, m¨¦dica preceptora de la unidad de salud Zilda Arns, afirma: ¡°La telemedicina nos deriv¨® tambi¨¦n casos de pacientes de otras enfermedades que son persistentes en R¨ªo de Janeiro, como la tuberculosis¡±. Y comenta que la infraestructura de la cl¨ªnica se debilit¨® debido a las reducciones presupuestarias de la Administraci¨®n municipal de R¨ªo de Janeiro. En el pico de la pandemia, llegaron a atender a 100 personas por d¨ªa.

El registro de personas contagiadas y fallecidas por la covid-19 en las favelas de R¨ªo de Janeiro sigue siendo una controversia. Y esto sucede por varias razones: falta de testeos masivos, ausencia de datos y registros oficiales en esos territorios y poca transparencia de las informaciones. Por eso, grupos comunitarios y organizaciones de la sociedad civil realizan un monitoreo independiente utilizando un Panel Unificado de covid-19 en favelas que hoy estima m¨¢s de 9.600 casos en estas comunidades.

Una red de contenci¨®n psicol¨®gica virtual

El fin de semana del 23 de mayo, Wagner Souza sinti¨® que no pod¨ªa inhalar aire suficiente. Tiene 42 a?os, es hipertenso y cumpli¨® el tratamiento de recuperaci¨®n del coronavirus en su casa. Aun sin percibir ya s¨ªntomas en su cuerpo, la sensaci¨®n de falta de ox¨ªgeno lo volvi¨® a llenar de miedo. ¡°Tuve una crisis de ansiedad. Somatic¨¦ mi temor a la muerte¡±, dice. Hizo una consulta de telemedicina y cuando la enfermera confirm¨® en el lugar que la saturaci¨®n de ox¨ªgeno y otras se?ales vitales estaban normales, la m¨¦dica que lo atend¨ªa online lo deriv¨® a una psic¨®loga. ¡°Me sostuvo y ayud¨® a pasar este per¨ªodo tan dif¨ªcil¡±, cuenta Walter que vive en lo alto del Morro do Alem?o con sus padres, tambi¨¦n sobrevivientes del coronavirus.

Del total de 1.238 teleconsultas realizadas, 442 fueron por crisis de ansiedad, de angustia o p¨¢nico

Las consecuencias de la pandemia en la salud mental de la poblaci¨®n han sido impactantes. ¡°En el Complexo do Alem?o, del total de 1.238 teleconsultas realizadas, 442 fueron por crisis de ansiedad, de angustia o p¨¢nico, independientemente de ser pacientes portadores o no del SARS-CoV-2¡±, resume la doctora Mallet. Wagner dice que no es para menos: ¡°Soy habitante de favela y conozco las carencias econ¨®micas, de vivienda y agua potable. Adem¨¢s, soy agente comunitario de salud en la Cl¨ªnica de Familia Valter Felisbino de Souza y tenemos miedo al contagio desde el inicio. Me hace recordar los a?os de la epidemia del dengue en que hidrat¨¢bamos a la gente hasta en el auditorio de la cl¨ªnica¡±, evoca.

Todo se agrava con el aumento de casos de abuso sexual y violencia dom¨¦stica. ¡°Me shokea todo. Con el encierro, los episodios violentos en las familias son m¨¢s frecuentes. Por eso incorporamos a un abogado que nos orienta jur¨ªdicamente¡±, explica Claudia Souza da Silva, psic¨®loga del equipo de la telemedicina. Y esto se refleja en las cifras. Durante la pandemia, los casos de violencia dom¨¦stica en R¨ªo de Janeiro aumentaron un 50%.

Un estudio reciente del Instituto Brasile?o de Geograf¨ªa y Estad¨ªsticas (IBGE) afirma que los perjuicios econ¨®micos y de salud causados por la covid-19 dejan en evidencia el abismo racial que existe en Brasil: el 68,3% de personas encuestadas y que tuvieron s¨ªntomas son afrodescendientes. Si contemplamos el factor laboral, esta desigualdad persiste dejando en evidencia que las personas que trabajan en el mercado informal son m¨¢s vulnerables a la pandemia por la exposici¨®n al contagio y la precariedad econ¨®mica.

Irenilda Trindade, de 46 a?os, tambi¨¦n tuvo s¨ªntomas de covid-19, que se sumaron a su estr¨¦s del d¨ªa a d¨ªa. Cose bikinis que ahora nadie compra, cuida a su mam¨¢ que tuvo ACV (accidente cardiovascular), a su sobrino y a su t¨ªo que tiene dificultades mentales. Para Irenilda, la mayor angustia es la fila que hace desde hace a?os, esperando un turno para operarse los miomas y p¨®lipos uterinos que le producen sangrados. ¡°En el sistema de salud muchos tratamientos est¨¢n detenidos, ahora m¨¢s que nunca. Hay otras v¨ªctimas del coronavirus aun sin tener la enfermedad, y cuando todo vuelva a la normalidad, seguiremos esperando¡±, dice con resignaci¨®n.

Roy Bento, coordinador comunitario del SAS Brasil, estaciona la camioneta con la que hacen las visitas m¨¦dicas dentro del Complexo do Alem?o. Unos ni?os juegan a los superh¨¦roes en el patio interno de un edificio popular. Roy los llama y los desaf¨ªa: ¡°?Me ayudan a repartir esta informaci¨®n?¡±. Son los contactos de WhatsApp para los vecinos adultos mayores. Uno de ellos lleg¨® a la puerta de do?a Mar¨ªa, quien al d¨ªa siguiente fue atendida por la telemedicina y derivada al hospital por problemas de hipertensi¨®n.

Todav¨ªa no se cumplen cuatro meses de este servicio en el Complexo do Alem?o que ya se extendi¨® al Complexo da Mar¨¦, otro conjunto de comunidades en R¨ªo de Janeiro tambi¨¦n ubicadas en la zona norte. Resulta prematuro dimensionar el impacto real en sus poblaciones, pero abundan las historias de personas que recibieron un gran alivio al escuchar un m¨¦dico en l¨ªnea. Hoy las atenciones de la telemedicina de esta asociaci¨®n sobrepasan las 8.900 consultas en todo el pa¨ªs, pues el tel¨¦fono no tiene l¨ªmites geogr¨¢ficos. ¡°Estoy en mi comunidad y lo mejor que puedo hacer es ayudar, sin miedo¡±, repite la enfermera Leticia Santos da Cruz, enfundada en su indumentaria de protecci¨®n.

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