Las medusas no son solo ese animal que pica

En casi todos los oc¨¦anos del mundo es posible encontrar medusas. Observar c¨®mo sus movimientos ligeros y palpitantes impulsan suavemente por el agua a estas hermosas y gr¨¢ciles criaturas es un placer. Sin embargo, la escena puede volverse amenazante de un momento a otro cuando se transforman en un depredador formidable y feroz.

Las medusas no tienen ¨®rganos especiales para respirar o excretar. Tampoco tienen cabeza, ni cerebro, ni esqueleto, ni un verdadero sistema circulatorio. Esto les permite ser enormemente adaptables y sobrevivir incluso en las condiciones m¨¢s duras.

La mayor¨ªa de las especies suelen tener un ciclo vital de varias fases. Muchas pueden existir en el lecho marino en forma de p¨®lipos capaces de generar clones id¨¦nticos de s¨ª mismos. Cuando se dan las condiciones id¨®neas, los p¨®lipos pueden liberar numerosas medusas juveniles al agua. Con frecuencia, los p¨®lipos incluso permanecen latentes cuando las condiciones no son favorables, volviendo a emerger si estas mejoran. La medusa adulta capaz de nadar de manera aut¨®noma suele alimentarse de diversas especies marinas que van desde gambas min¨²sculas hasta peque?os peces pel¨¢gicos. Muchas incluso se comen entre ellas. La medusa adulta tambi¨¦n puede menguar de tama?o cuando no dispone de alimento a fin de conservar energ¨ªa y recursos, y recuperar su tama?o normal cuando vuelve a tener alimento a disposici¨®n. Esta vida ¨²nica les concede numerosas ventajas sobre otras especies.

Son famosas tambi¨¦n por formar grandes bancos conocidos como "enjambres" que pueden tener efectos perjudiciales mucho m¨¢s graves. Ha habido enjambres de medusas que han atascado las entradas del sistema de refrigeraci¨®n de centrales el¨¦ctricas, provocando apagones totales. Asimismo, pueden destruir las redes de pesca y arruinar las capturas. Muchas especies producen dolorosas picaduras bien conocidas por numerosos ba?istas.

Pero, a pesar de algunos de estos efectos negativos, son incre¨ªblemente ¨²tiles. Funcionan como indicadores de los patrones de circulaci¨®n oce¨¢nica, desempe?an un papel considerable en la mezcla de los nutrientes de los oc¨¦anos, y ayudan a controlar las poblaciones de peces pel¨¢gicos (como se denomina a los habitantes de la columna de agua que no viven ni cerca del fondo, ni cerca de la costa). Recientemente se ha descubierto que incluso proporcionan microh¨¢bitats en los que otras especies marinas pueden vivir y sobrevivir.

En los ¨²ltimos tiempos, las medusas se han convertido en el centro de inter¨¦s de diversos estudios biotecnol¨®gicos y farmac¨¦uticos debido a que, al parecer, poseen numerosas propiedades que pueden ser de utilidad para diversas aplicaciones, desde productos para la limpieza del hogar hasta fertilizantes. Actualmente, otras especies son objeto de cultivo comercial para su consumo humano, y en pa¨ªses como India y China ya se han instalado grandes piscifactor¨ªas. Las medusas se transforman en productos como chips deshidratados, batidos de prote¨ªnas y otros art¨ªculos de alimentaci¨®n.

En muchos oc¨¦anos, las medusas siguen sin ser estudiadas, y es probable que un buen n¨²mero de especies no hayan sido registradas o hayan pasado desapercibidas

No obstante, la investigaci¨®n les ha dedicado poca atenci¨®n, de manera que, en muchos oc¨¦anos, siguen sin ser estudiadas, y es probable que un buen n¨²mero de especies no hayan sido registradas o hayan pasado desapercibidas. Algunos expertos incluso piensan que su n¨²mero puede estar descendiendo en algunas zonas de mundo. Como para las medusas no existen datos a escala mundial que cubran grandes lapsos de tiempo, los cient¨ªficos tienen problemas para predecir, rastrear y mitigar sus posibles efectos, tanto positivos como negativos.

Pero para recopilar los datos necesarios hace falta gran cantidad de recursos, personal y conocimientos especializados. Es aqu¨ª donde un equipo de investigadores del Departamento de Biodiversidad y Biolog¨ªa de la Conservaci¨®n de la Universidad del Cabo Occidental liderado por Sud¨¢frica entra en escena. Utilizando muestras recogidas por un buque oceanogr¨¢fico que navega por todo el globo, hemos podido empezar a establecer unos datos de referencia para las especies africanas. Esperamos que esto nos permita identificar tendencias m¨¢s exhaustivas a lo largo y ancho de los oc¨¦anos, descubrir nuevas especies (ya hemos identificado una) y entender mejor las relaciones entre ellas.

El examen de los espec¨ªmenes

En 2016 nos dirigimos al Programa EAF-NANSEN de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura para preguntarles si su buque oceanogr¨¢fico Dr Fridtjof Nansen pod¨ªa tomar muestras de medusas. EAF-NANSEN accedi¨® y empez¨® a recogerlas en las aguas de todo el continente africano.

Los primeros espec¨ªmenes llegaron a la Universidad del Cabo Occidental a finales de 2017 y nos pusimos manos a la obra. Las medusas tienen pocos rasgos identificadores y unos tipos corporales muy variables. Por eso, averiguar qu¨¦ especie ten¨ªamos en el laboratorio no era tarea sencilla. Por lo general, nuestro equipo mide entre 35 y 70 rasgos morfol¨®gicos para cada especie, que luego se analizan estad¨ªsticamente en busca de patrones. Tambi¨¦n se extrae el ADN de varios individuos y poblaciones para ayudar a identificar especies y establecer patrones de flujo gen¨¦tico entre ellas.

En ?frica las especies cambian su aspecto f¨ªsico y hasta su ADN para adaptarse a las aguas del continente

Pues bien, ?qu¨¦ es lo que hemos aprendido? En primer lugar, desde el principio qued¨® claro que las costas africanas poseen una variedad de especies mayor de lo que se pensaba. En algunos de nuestros estudios anteriores, nuestro grupo ya hab¨ªa descubierto un nuevo acalefo radiado frente a la costa sur de Sud¨¢frica, adem¨¢s de una nueva especie de medusa rhizostoma que, por lo que sabemos, es totalmente end¨¦mica en Sud¨¢frica.

En segundo lugar, el equipo ha empezado a identificar otros morfotipos africanos que parecen diferentes de sus semejantes de otras partes del planeta. Parece que en ?frica las especies presentan elevados niveles de endemismo, lo que significa que cambian su aspecto f¨ªsico y hasta su ADN para adaptarse a nuestras aguas. Seguimos trabajando, y ya llevamos tres a?os recibiendo espec¨ªmenes y sus correspondientes datos que esperamos analizar en colaboraci¨®n con expertos en medusas africanas.

El objetivo de este trabajo es desarrollar y establecer recursos de alta calidad para las especies de medusas africanas, que se puedan utilizar para contribuir a estudios y revisiones de estudios en todo el mundo. Con el tiempo, esperamos establecer patrones de poblaci¨®n a lo largo de las costas de ?frica oriental y occidental. De momento, esos datos sencillamente no existen. Para ello ser¨¢ necesario un esfuerzo mundial coordinado, pero, como hemos demostrado a trav¨¦s de nuestra colaboraci¨®n con el programa NANSEN, realizarlo es posible, y est¨¢ dando magn¨ªficos resultados.

?Verena Ras es estudiante de doctorado en la Universidad del Cabo Occidental.

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