Museos en el hurac¨¢n del Black Lives Matter
Instituciones culturales de Estados Unidos son acusadas de perpetuar el ¡°supremacismo blanco¡±. Los intocables santuarios de la cultura viven su verano del descontento
Lo que empez¨® como una llamarada de protestas contra las violencias policiales a ra¨ªz de la muerte de George Floyd se ha convertido en un incendio de grandes proporciones que ha ido avanzando hasta amenazar ahora las confortables estancias de los museos del pa¨ªs, acusados nada menos que de perpetuar el ¡°supremacismo blanco¡±.
Un diluvio de cartas an¨®nimas o firmadas por empleados y exempleados denunciando desigualdades e insensibilidad racial en estas venerables instituciones ha llegado a los medios desde las redes sociales. Como la publicada por un colectivo de Nueva York que se autodenomina ?#FortheCulture, en la que se critica a santuarios intocables como la Metropolitan Opera House, el Metropolitan Museum of Art (Met), el MOMA, el Guggenheim o el Whitney.
A Manuel Borja-Villel, director del Museo Centro de Arte Reina Sof¨ªa de Madrid, le parece una cuesti¨®n pertinente. ¡°Los museos son maquinarias extraordinarias de conocimiento, de educaci¨®n, de memoria, creadas en Europa en un determinado momento, pero tienen un pecado original: promovieron este conocimiento fant¨¢stico provincial pretendi¨¦ndolo universal. Y ah¨ª es donde tanto mujeres como grupos racializados, grupos sin territorio, emigrantes, exiliados se encuentran sin voz¡±. Borja-Villel reconoce que estamos ¡°en un cambio de ¨¦poca total¡±. Y que en esta vor¨¢gine ¡°pagan justos por pecadores, aunque hay muchos m¨¢s pecadores que justos¡±.
Puede ser el caso de Elysia Borowy-Reeder, directora del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Detroit, despedida tras ser acusada en una carta an¨®nima de ¡°insensibilidad racial¡±. En la misma ciudad, que cuenta con una de las mayores proporciones de poblaci¨®n negra del pa¨ªs, el Detroit Institute of Arts (DIA), dirigido por el espa?ol Salvador Salort-Pons, ha sido acusado de ¡°ingenuidad¡± ante el racismo y mala gesti¨®n. De nuevo en una carta an¨®nima se ha reclamado su destituci¨®n. ¡°Las quejas son an¨®nimas y sin ninguna especificidad. Se cree que este grupo est¨¢ integrado por un reducido n¨²mero de antiguos empleados¡±, se?ala por correo Salort-Pons, apoyado por personalidades de la comunidad afroamericana local.
El director, que lleva cinco a?os al frente del DIA, defiende que ¡°la transparencia es fundamental para cualquier instituci¨®n cultural. Y con la transparencia, vienen la responsabilidad y el rendir cuentas. Gestionar las instituciones empleando estas coordenadas es m¨¢s dif¨ªcil que antes porque la audiencia es m¨¢s cr¨ªtica y exige que se cumpla con una normativa en constante evoluci¨®n¡±. Por eso, hasta la iniciativa del Met, que se ha comprometido a crear el puesto de responsable de diversidad racial, puede quedar en breve superada.?
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