La lucha (desigual) que se avecina en ?frica por los derechos digitales

Los gobiernos africanos han cambiado su forma de acercarse al entorno digital y eso ha marcado especialmente la evoluci¨®n de los derechos en el sector. "Ahora ven Internet y el espacio digital como escenarios de conflicto para el control pol¨ªtico", advierte en una de sus principales conclusiones el ¨²ltimo informe sobre el estado de los derechos digitales que cada a?o elabora la organizaci¨®n Paradigm Initiative (PIN). Eso significa que luchan para controlar Internet porque creen que no hacerlo les puede restar poder. Y esa pugna acostumbra a no ser pl¨¢cida.

"Se est¨¢n desplegando importantes recursos estatales para dominar los espacios digitales con el fin de afianzar la dominaci¨®n pol¨ªtica o promover deliberadamente un clima de temor", denuncia el documento. Es decir, los gobiernos africanos ya no solo no menosprecian el entorno digital sino que? han empezado a considerarlo uno de los espacios en los que afianzar su poder, de manera que su voluntad de control se ha traducido en lucha y conflicto. Digital Rights in Africa dibuja la evoluci¨®n de la libertad en Internet en un grupo representativo de pa¨ªses africanos, advierte de las medidas m¨¢s usadas para limitar los derechos y avanza las principales amenazas para los ciudadanos y las sociedades civiles.

La lucha por los derechos digitales en ?frica se parece al castigo de S¨ªsifo. ¡°Quiz¨¢ 2018 fue uno de los a?os m¨¢s intensos para su promoci¨®n en ?frica. A medida que la sociedad civil se un¨ªa para hacer frente a los problemas m¨¢s urgentes parec¨ªa que se produc¨ªan progresos relevantes. Sin embargo, 2019 comenz¨® como si alguien se hubiese propuesto deshacer los avances de 2018, con bloqueos de Internet en Etiop¨ªa, Sud¨¢n y Gab¨®n. De hecho, el a?o continu¨® con m¨¢s evidencias de violaciones de los derechos digitales¡±, se lamentan los redactores del informe. Sesan ¡®Gbenga, director ejecutivo de la organizaci¨®n que ha realizado la investigaci¨®n, confirma esta din¨¢mica: ¡°En la defensa de los derechos digitales damos un paso adelante y dos atr¨¢s, todav¨ªa tenemos mucho que avanzar para garantizarlos. La sociedad civil tiene que continuar avanzando y tendr¨¢ que estar siempre vigilante, es el precio a pagar por la libertad¡±.

Modelos ruso y chino

Uno de los diagn¨®sticos de la investigaci¨®n es que durante el ¨²ltimo a?o se ha intensificado la adopci¨®n de los llamados ¡°modelos ruso y chino¡± que suponen un incremento del control y la vigilancia de Internet por parte de los Estados, es decir, m¨¢s instrumentos para ejercer esa vigilancia y ¡°un aumento de las violaciones de los derechos digitales gracias a la legislaci¨®n aprobada para promover el orden p¨²blico¡±, seg¨²n el informe. ¡°Para ser sinceros¡±, apunta Sesan ¡®Gbenga, ¡°la v¨ªa rusa y china, tambi¨¦n es la v¨ªa estadounidense, la v¨ªa francesa o la v¨ªa europea. No lo digo para provocar, sino porque tambi¨¦n en estos pa¨ªses se habla sobre libertad, pero al tiempo la limitan en Internet¡±.

Volviendo al diagn¨®stico en el continente africano ¡°es una muy mala noticia que los gobiernos est¨¦n recurriendo al control y la vigilancia¡±, lamenta el activista nigeriano. ¡°La oportunidad de esta pandemia era demostrar las posibilidades de Internet¡±, asegura. ¡°Los gobiernos que bloquean la red no son realistas porque es el mismo Internet que necesitan usar y dominar para que sus pa¨ªses sean competitivos¡±, reflexiona. ¡°Parece est¨²pido¡±, contin¨²a, ¡°que durante una pandemia como esta bloquees internet. Y vemos casos como el de Etiop¨ªa que ha tomado una decisi¨®n realmente est¨²pida, bloquearla con la excusa de frenar la expansi¨®n de la violencia¡±. El responsable de Paradigm Initiative tiene claro que Internet es sin¨®nimo de "oportunidades econ¨®micas, para la educaci¨®n de los ni?os, para comunicarse con los abuelos o con los padres cuando no se les puede visitar f¨ªsicamente; y todas dependen de la apertura y la accesibilidad, son oportunidades vinculadas a un Internet fiable y asequible¡±.

Los gobiernos que bloquean Internet no son realistas porque es el mismo Internet que necesitan usar y dominar para que sus pa¨ªses sean competitivo

Durante 2019, las principales herramientas de control y censura en la Red fueron los bloqueos selectivos durante elecciones, protestas o crisis sociales; las leyes que, con la excusa de combatir la ciberdelincuencia, restringen los derechos fundamentales o ayudan a intimidar a los ciberactivistas; y los obst¨¢culos econ¨®micos en forma de impuestos para dificultar el acceso.

La ¨²ltima de ellas es la m¨¢s reciente y, para Sesan ¡®Gbenga, la m¨¢s preocupante: ¡°Los gobiernos saben que los bloqueos de Internet no son una soluci¨®n definitiva, solo un recurso puntual, por eso desarrollan otras medidas: aprobar leyes, imponer tasas y hacer una vigilancia m¨¢s estricta. Cada vez hay m¨¢s pa¨ªses que usan la f¨®rmula de imponer tasas. Zimbabue es el caso m¨¢s reciente y las ha aplicado a dispositivos como smartphones o tablets¡±. ¡°Precisamente en algunos de los pa¨ªses que m¨¢s est¨¢n limitando el espacio de la sociedad civil, Internet contin¨²a siendo muy caro, como ocurre en ?frica Central. Un Internet caro en entornos represivos, esa es la combinaci¨®n¡±, sentencia el activista, que advierte tambi¨¦n del peligro de ¡°la falsa disyuntiva entre derechos y seguridad¡±. ¡°Si te pones a hablar de derechos te dicen si eres amigo de los terroristas. Pero evidentemente que no es contradictorio hablar de seguridad y de derechos fundamentales¡±, recuerda.

De la misma manera,?¡®Gbenga plantea un problema tambi¨¦n llamativo. ¡°Muchos de estos pa¨ªses, como Etiop¨ªa, pueden aplicar bloqueos de Internet porque las leyes que vienen de los tiempos de dictadores los amparan. Lo mismo en Gambia, o en Sierra Leona. Siguen vigentes leyes contra la sedici¨®n. Necesitamos que estas cambien y que las nuevas propuestas contemplen el respeto¡±.

El informe repasa en profundidad la situaci¨®n en trece pa¨ªses africanos que proyectan situaciones recurrentes de restricci¨®n de las libertades, represi¨®n de activistas y violaci¨®n de derechos b¨¢sicos. Pero para el director de Paradigm Initiative el escenario m¨¢s preocupante es aquella en la que hay falta de conciencia de las violaciones, como ocurre en Ruanda. "Me preocupa un entorno represivo, en el que la gente celebra a la persona que aplica la represi¨®n. Esa es una situaci¨®n de falta de conciencia en t¨¦rminos de derechos".

En consonancia con ese an¨¢lisis, Sesan ¡®Gbenga resume: ¡°La mayor amenaza es la ignorancia. No puedes luchar por algo que no conoces. No puedes ganar un combate por algo que no entiendes. Hemos empezado a ver un nivel de sofisticaci¨®n muy elevado de gobiernos, de instituciones, de ¨®rganos de represi¨®n; y nosotros no tenemos capacidad para invertir en recursos, en personas, en talento, o en financiaci¨®n de la sociedad civil y la investigaci¨®n. El ejemplo m¨¢s claro es que apenas hay instituciones acad¨¦micas en el continente con capacidad para hacer investigaciones sobre el impacto de los derechos digitales. Las puedo contar con los dedos de la mano. Necesitamos tener nuestras propias investigaciones, informes, narrativas, estudios sobre la evoluci¨®n de los derechos y precios digitales en ?frica, investigaciones que nos muestren los porqu¨¦s. Y necesitamos que esta capacidad est¨¦ mejor distribuida. Lo primero contra lo que tenemos que luchar es la ignorancia¡±.

Pero la diversidad del continente tambi¨¦n se da aqu¨ª. ¡°En algunos pa¨ªses Internet es cada vez m¨¢s libre, m¨¢s fiable, tienen m¨¢s velocidad y es m¨¢s accesible¡±, se?ala Sesan ¡®Gbenga. ¡°Podemos encontrar buenas pr¨¢cticas como las de Ghana, Mauricio y Botsuana. Donde se han iniciado procesos de apertura a trav¨¦s de la Red, los ciudadanos son extremadamente activos y los gobiernos reciben mucha presi¨®n para respetar los derechos y responden adecuadamente. No podemos hablar de peores o mejores pa¨ªses, pero s¨ª de situaciones como las que se producen en Ghana o Botsuana donde se est¨¢n poniendo en marcha leyes beneficiosas y responden a las reivindicaciones de los ciudadanos¡±, explica ¡®Gbenga.

Junto a estas buenas pr¨¢cticas, la conclusi¨®n m¨¢s positiva de la investigaci¨®n es que contin¨²a aumentando la toma de conciencia de la sociedad civil. ¡°La gente se ha empezado a dar cuenta de que las cuestiones relacionadas con los derechos digitales no son solo un discurso sino que tienen una repercusi¨®n directa en las experiencias de vida. Cuando una mujer pierde a un ni?o porque hay un apag¨®n de Internet y no se puede comunicar con el hospital, por ejemplo. La gente se est¨¢ dando cuenta de que mejoran las oportunidades y tienen un reflejo directo en los negocios, en la econom¨ªa y en las vidas¡±, concluye.

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