La vivienda, una cuesti¨®n de salud
En el D¨ªa de las Personas Sin Hogar recordamos que la vivienda es la primera l¨ªnea de defensa frente la covid-19
La situaci¨®n de calle y sin hogar es la expresi¨®n m¨¢s clara de la vulneraci¨®n del derecho humano a la vivienda. La vivienda es una cuesti¨®n de salud, tanto si no cuentas con ella como si la tienes de forma insegura o inadecuada. ¡°La vivienda se ha convertido en la primera l¨ªnea de defensa frente al coronavirus¡± se?alaba hace poco Leilani Farha, Relatora Especial de Naciones Unidas para una Vivienda Adecuada. Siguiendo su frase podr¨ªamos decir que es la primera l¨ªnea de defensa frente a la exclusi¨®n social y las pobrezas.
En la situaci¨®n actual, en la que el coronavirus sigue avanzando con una dur¨ªsima realidad de fondo en medio de un ruido medi¨¢tico y pol¨ªtico est¨¦ril, constatamos que una de las principales funciones que aporta una vivienda adecuada es la protecci¨®n. Por eso subrayamos que la vivienda es una cuesti¨®n de salud. Porque vivir en la calle mata, mata tus sue?os, oportunidades, confianza, salud...
Con la pandemia hemos podido hacernos m¨¢s conscientes de la importancia del hogar, del lugar donde guarecernos, protegernos, estar a salvo, descansar, cuidarnos. En este sentido, las personas en situaci¨®n de sin hogar que viven en la calle son un grupo especialmente vulnerable en el contexto de la pandemia: dormir en la calle o en alojamientos temporales que, por sus condiciones de car¨¢cter colectivo, no pueden garantizar su protecci¨®n, ya las coloca en una situaci¨®n de riesgo.
Pero adem¨¢s del impacto que ha tenido para las personas que viven en la calle, la aparici¨®n de la covid-19 ha supuesto el agravamiento de situaciones de miles de personas que ya de por s¨ª presentaban una gran vulnerabilidad y fragilidad, que se encontraban en una vivienda insegura o inadecuada, o que incluso se encontraban ya en situaciones de exclusi¨®n, y que con el impacto a?adido de la pandemia se han visto expulsadas de sus viviendas o de los alojamientos precarios en los que se encontraban. Hablo de personas sin t¨ªtulo legal en sus alojamientos o lugares en los que viven y que tienen que abandonar sus viviendas ante el temor al contagio, personas que llevaban alojadas a?os en pensiones que han cerrado sus puertas en el estado de alarma y han tenido que abandonar sin una alternativa residencial, mujeres que se han visto repentinamente en situaci¨®n de calle (empleadas de hogar en r¨¦gimen interno expulsadas de los domicilios, v¨ªctimas de trata o que ejerc¨ªan la prostituci¨®n y se las ha echado de los clubs o pisos donde se alojaban). Hablo tambi¨¦n de personas que han tenido que abandonar sus viviendas o alojamientos por la situaci¨®n de hacinamiento que viv¨ªan y que se han visto en la necesidad de mantener una cuarentena o aislamient: En definitiva, situaciones cada vez m¨¢s m¨¢s diversas y plurales.
El intento por parte de las administraciones locales de proporcionar espacios de seguridad y alojamiento temporales (v¨¦ase IFEMA en Madrid) a¨²n reconociendo su intenci¨®n y voluntad protectora, puede correr el riesgo de incorporar esas medidas como adecuadas para abordar la exclusi¨®n residencial de manera permanente y convertirse en una manera de dar respuesta al sinhogarismo que debemos ir superando.
La aparici¨®n de la covid-19 ha supuesto el agravamiento de situaciones de miles de personas que ya de por s¨ª presentaban una gran vulnerabilidad y fragilidad
Es momento de apostar por fortalecer lo p¨²blico. Solo las pol¨ªticas p¨²blicas con enfoque de derecho humano a la vivienda previenen situaciones de emergencia humanitaria, sanitaria y econ¨®mica. Es necesario llegar a los y las que est¨¢n m¨¢s lejos, ya que las medidas que se han ido impulsando para evitar la p¨¦rdida de la vivienda por parte del Gobierno no han llegado a las personas en situaci¨®n de mayor exclusi¨®n. Si no tienes un contrato de alquiler, un pago de hipoteca, un contrato de trabajo, o una situaci¨®n documental regularizada, no puedes acceder a las ayudas que se han ido implementando desde el comienzo de la pandemia.
La vivienda, adem¨¢s de ser una herramienta fundamental de prevenci¨®n frente a la pandemia, es clave en el disfrute de otros derechos como la salud, el empleo o la protecci¨®n social. Supone un recurso indispensable como prevenci¨®n de nuevas situaciones de sinhogarismo o de mayor exclusi¨®n.
Por ello es necesario definir e implementar una estrategia espec¨ªfica de lucha contra la exclusi¨®n residencial basada en un enfoque de derecho humano a la vivienda con planes y dotaci¨®n presupuestaria adecuada y apoyada en la coparticipaci¨®n de los distintos niveles y ¨¢reas administrativas. Tal como tenemos asumido socialmente el derecho a la atenci¨®n sanitaria, a la educaci¨®n, o a la protecci¨®n de nuestra seguridad, debemos incorporar, tanto ciudadanos como gobernantes, que el derecho a tener un lugar donde vivir, deber¨ªa ser un derecho b¨¢sico y fundamental. Con un acceso accesible a una casa tendr¨ªamos asegurados otros derechos. Pero adem¨¢s del acceso, tambi¨¦n debemos hablar del mantenimiento de la vivienda y ah¨ª entramos en otro nivel: precios de alquiler, suministros, habitabilidad¡
La vivienda de alquiler social supone un instrumento residual en la pol¨ªtica de vivienda espa?ola. Seg¨²n el Informe de la Defensor¨ªa del Pueblo titulado "La vivienda protegida y el alquiler social en Espa?a 2019", carecemos de un parque de vivienda social en alquiler adecuado. Los datos que se manejan fijan su cuant¨ªa en unas 275.000 viviendas, el 1,5% del parque de viviendas principales, uno de los porcentajes m¨¢s bajos de toda Europa. S¨®lo Ruman¨ªa, Letonia, Chipre y Grecia tienen porcentajes inferiores a Espa?a. Por poner un ejemplo, Holanda tiene un 30%, Austria un 24%, Francia un 16,8% y Alemania un 3,9%.
En el D¨ªa de las Personas sin Hogar ponemos en valor una vez m¨¢s y ahora m¨¢s que nunca que no tener una vivienda es la mayor dificultad para la incorporaci¨®n social y el primer factor de exclusi¨®n social. Y lo reiteramos en este 2020 tan terrible que estamos transitando: Invertir en vivienda social accesible es la mejor vacuna para prevenir la enfermedad de la precariedad, la pobreza y la exclusi¨®n y para garantizar una vida digna.
Mar¨ªa Elena Ayuso es secretaria t¨¦cnica de Faciam, entidad de car¨¢cter estatal para la atenci¨®n a personas sin hogar.
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