Miguel R¨ªos: ¡°La ultraderecha es mala para el ser humano¡±
Ser rockero no es solo un trabajo. Es una pasi¨®n. Y las pasiones son dif¨ªciles de jubilar. Tras 12 a?os sin escribir ninguna canci¨®n, a los 76 a?os este pionero del 'rock and roll' en Espa?a necesitaba gritar, expresar su enfado. Y lo ha hecho como mejor sabe, componiendo y cantando. Con ese caracter¨ªstico vozarr¨®n suyo, denuncia la deriva de valores de una sociedad que no cuida del bien com¨²n ni de sus mayores, y donde la ultraderecha gana terreno.
Lleva mucho tiempo en edad de jubilaci¨®n y ahora, desde que estall¨® la pandemia, es poblaci¨®n de riesgo, pero no se achanta. Miguel R¨ªos (Granada, 76 a?os) dice que apenas sale de casa, pero tiene mucho que hacer. Cuando puede se escapa a los estudios Black Betty, del productor Jos¨¦ Nortes, en el madrile?o barrio de Ciudad Lineal, para grabar canciones de un futuro ¨¢lbum ¡°sin fecha de salida¡±. Los tiempos son ¡°jodidos¡± y le han llevado a escribir La estirpe de Ca¨ªn y El blues de la tercera edad, primeras composiciones publicadas de su pu?o y letra en 12 a?os. Hay m¨¢s en camino. Una de ellas es una versi¨®n de una canci¨®n de Frank Sinatra y otra est¨¢ inspirada en la noche de San Juan que, bajo la h¨¢bil producci¨®n de Nortes, suenan como las dos nuevas ya conocidas: limpias y profundas, con ese vozarr¨®n de uno de los grandes pioneros del rock and roll en Espa?a. Mientras se toma una copa de vino en el estudio de grabaci¨®n, el m¨²sico asegura que ¡°no tener esperanza es lo peor que le puede pasar a un ser humano¡±, y cita en m¨¢s de una ocasi¨®n Sapiens, el best seller del historiador israel¨ª Yuval Noah Harari que trata la evoluci¨®n de la humanidad desde sus or¨ªgenes, para afirmar que ¡°la humanidad es un accidente¡±.
El coronavirus nos ha hecho a todos m¨¢s vulnerables. La vulnerabilidad planea en sus dos nuevas canciones. ?Se siente as¨ª?
Claro, el coronavirus puede joderme la vida. Cuando oyes los relatos de los dem¨¢s, de todos los que han estado en la UCI, te quedas acojonado. Te has pasado la vida oyendo historias de plagas y de pestes, pero todo siempre parece muy remoto. Te puedes preguntar c¨®mo lo pasar¨ªan, pero piensas que no ser¨ªa para tanto. Ahora te das cuenta de que s¨ª lo fue. Nos ha puesto en una fragilidad extraordinaria. Creo que nos vendr¨ªa bien si pudi¨¦ramos aprender algo que no aprendemos: que no somos el centro del universo. Est¨¢ demostrado desde hace muchos siglos. Somos una mierdecilla. Deber¨ªamos aprender que, si le hacemos algo al planeta, nos lo hacemos a nosotros. El planeta va a seguir girando, pero nosotros no. No le importamos al planeta m¨¢s que como una peque?a lagartija. No somos nada en el universo. La ciencia demuestra lo poco y lo mucho que somos. Es una aventura eso de saber que no somos nada. Yo todav¨ªa me asombro cada d¨ªa con las carencias que tengo. Hay que ser un poco humilde. Es verdad que con las estrellas del rock es dif¨ªcil porque tenemos un ego muy inflado.
En La estirpe de Ca¨ªn se muestra tambi¨¦n enfadado con la sociedad actual.
No es mi estado natural estar enfadado. Los enfados se toman tambi¨¦n como un acto de la colectividad. El que habla en esta canci¨®n soy yo como un componente de la comunidad. Estoy ofendido por la comunidad. Me pregunto como cualquiera por qu¨¦ no hemos sido previsores y hemos hecho algo por los dem¨¢s. Por qu¨¦ como sociedad no podemos entendernos por el bien com¨²n. Unos en una tarea y otros en otra. Estoy enfadado como un ser humano que se preocupa por los dem¨¢s.
?Qu¨¦ le preocupa de la comunidad?
Hay una ideolog¨ªa dominante. Es la ideolog¨ªa neoconservadora. Desde mi punto de vista no es la mejor para la colectividad. Puede ser que sea la mejor para el due?o de Amazon u otra empresa de ese estilo, pero no lo es para todos. No lo puede ser en un planeta que tira tanta comida cuando tantos se est¨¢n muriendo de hambre. Es un sinsentido acojonante. M¨¢s a¨²n por la posibilidad de organizaci¨®n que podr¨ªamos tener. Un ejemplo: que la renta m¨ªnima vital no llegue a todo el mundo porque la Administraci¨®n no tiene recursos para atender todas las peticiones es para cabrearse. M¨¢s cuando por esas ayudas hay que pagar casas de las que luego te echan.
En cambio, la tecnolog¨ªa siempre funciona para consumir. Incluso en un confinamiento.
Exacto. Te llevan todo a casa mientras se hacen con un past¨®n y est¨¢n arruinando las tiendas del barrio. Estas ideolog¨ªas son las que se est¨¢n imponiendo y, sin embargo, no estamos organizados para hacerles frente. No somos capaces de decir: ¡°Oye, basta ya¡±. No podemos permitir que no haya renta m¨ªnima y, encima, se lleven las manos a la cabeza los ricos, con rentas de m¨¢s de 300.000 euros, porque tienen que pagar m¨¢s impuestos. Venga ya. ?Qu¨¦ pasa, que estos son ahora los Beatles o los Rolling Stones cuando les hac¨ªan pagar casi un 95% y se exiliaron? Es acojonante, t¨ªo.
?Falta m¨¢s ideolog¨ªa en estos tiempos?
Las ideolog¨ªas son muy pendulares. El comunismo serv¨ªa de contrapeso ante el fascismo, pero realmente creo que no querr¨ªa haber vivido en Mosc¨² antes de la perestroika. Lo que pasa es que ahora ya no s¨¦ si es algo ideol¨®gico o no. M¨¢s bien dir¨ªa que hay una cosa que se llama decencia. La indecencia es algo que no se puede permitir. Que alguien tenga dinero y le guste tener dinero est¨¢ muy bien, pero yo no quiero vivir con cierta indecencia. A m¨ª me ha dado much¨ªsimo reparo tener mucho m¨¢s dinero que mis hermanos. No quiero vivir como esa gente que hace abandono de clase. Me siento mucho mejor con los m¨ªos. Me gusta mucho m¨¢s estar con el empleado que con el due?o. Mi ascendencia es la que es y no he querido perder ese rastro. Es muy decente y est¨¢ muy bien.
Esa forma de pensar ya es ideolog¨ªa.
Todo es ideolog¨ªa. Un ser humano sin ideolog¨ªa no tiene armaz¨®n. Creer en cosas que te ayudan a construir la vida es esencial. Cuando ¨¦ramos jovencitos y no ten¨ªamos a¨²n ideolog¨ªa, en realidad ya estaba en nuestras vidas. Los curas intentaban en la escuela hacernos entender la suya. Nos dec¨ªan que no ten¨ªamos cabeza para los libros o para la m¨²sica. Era ideolog¨ªa en vena. Pero era tan exagerado que se les ve¨ªa el cart¨®n piedra. Tard¨¦ muy poco en darme cuenta de que eso no pod¨ªa ser. Franco estaba estampado en todos lados. En mi barrio de Granada, en Cartuja, todos ten¨ªan una planilla de Franco y Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera en las fachadas. Eran dos seres que siempre estaban ah¨ª.
Adem¨¢s de ideolog¨ªa, lo que hab¨ªa era falta de libertad.
Es muy curioso c¨®mo era aquella Espa?a en la que yo crec¨ª. Mi barrio estaba justo bordeando la carretera de Murcia, conocida popularmente como la Cuesta de los Cerdos. Ve¨ªa pasar a Franco con su escolta con todas las motos y aquello parec¨ªa un concierto de rock and roll. Todo el mundo gritando: ¡°?Franco, Franco!¡±. En un barrio obrero. Mi generaci¨®n fue muy valiente de sacudirse eso. Hemos crecido en toda esa amalgama y nos lo quitamos de encima. Yo me vine con 17 a?os a Madrid y tuve la suerte de escaparme de Granada. No s¨¦ qu¨¦ hubiese sido de m¨ª si no. Imagino que el rescoldo de esta inquietud estar¨ªa ah¨ª, pero no hubiese sido igual. Yo no me cuestionaba nada en serio hasta que vine a Madrid y vi que hab¨ªa censura hasta para quitar un come on, baby de la letra de una canci¨®n. Acojonante.
Hoy, la ultraderecha dice que el Gobierno de Pedro S¨¢nchez es el peor en 80 a?os. Peor, entonces, que la dictadura.
Una vez dije que el ascenso de Vox es una putada y me cay¨® la del pulpo. Por lo visto me cay¨® en redes sociales. Yo no las uso, pero me dijeron que me pusieron a caldo. Mira, desde mi punto de vista, tal y como yo entiendo la vida, la ultraderecha es mala para el ser humano. Para m¨ª cualquier tipo de fascismo, y aqu¨ª se puede incluir el comunismo tal y como lo entendi¨® Stalin, es pernicioso para el ser humano. No podemos crecer con ese tipo de cortapisas ni de presupuestos morales. El otro d¨ªa le¨ªa una entrevista en EL PA?S con Paul Auster en la que dec¨ªa que algunos republicanos estaban escapando de la democracia. Solo quieren el poder. Aqu¨ª pasa lo mismo. Un partido como Vox negando la posibilidad a un Gobierno leg¨ªtimo y llamando fel¨®n a un presidente. Eso es pernicioso.
En La estirpe de Ca¨ªn canta: ¡°Hay ricos en Mercedes que gritan libertad¡±.
Esa imagen me viene del rico ese que sal¨ªa en la televisi¨®n con un meg¨¢fono detr¨¢s de un coche y gritando libertad mientras conduc¨ªa el ch¨®fer. Iba adem¨¢s de una forma ostentosa, bastante hortera, merdellona. Se apropian de todo. Incluso cuando en el Parlamento dicen todo ese tipo de mensajes con toda la frialdad del mundo y sabiendo que son mentira. Van pillando cachitos de todo.
Tambi¨¦n canta: ¡°El ruido amplificado es un insulto a la verdad¡±.
El ruido amplificado es lo que est¨¢ pasando en los medios de comunicaci¨®n y en el Parlamento. Y la verdad no es en lo que yo creo, sino lo que funciona para los dem¨¢s seres humanos. No hay una verdad teol¨®gica ni dogm¨¢tica. La ¨²nica verdad hoy en d¨ªa, tal y como est¨¢ todo, consiste en no mentir. Porque hay muchas mentiras muy bien contadas.
Ha visto en nuestra democracia muchas etapas de confrontaci¨®n. ?Cree que estamos peor ahora que antes?
En este momento puntual, probablemente, s¨ª. Podemos estar peor porque estamos experimentando cosas que nunca hab¨ªamos experimentado. Por ejemplo, el fin del bipartidismo. Me he intentado figurar mucho c¨®mo era la Rep¨²blica. Eso s¨ª, bajando el tono intelectual de los actores porque los actuales no dan para tanto. Las crispaciones que hab¨ªa le¨ªdo entiendo que deber¨ªan parecerse a las de ahora. En cambio, ahora es con full time television. Ahora tenemos tanta informaci¨®n que la desinformaci¨®n viene tambi¨¦n de ah¨ª. Es apasionante por un lado, pero tambi¨¦n da mucho miedo. Hay una cosa que me da coraje decirme, pero me la digo: ¡°Joder, Miguel, si tuvieras ahora 30 a?os, qu¨¦ pasar¨ªa contigo¡±.
?Qu¨¦ pasar¨ªa?
Pues, si tuviera 30 a?os, estar¨ªa absolutamente desesperado. Si de verdad tuviera que buscarme la vida en esta incertidumbre, siendo el que yo era antes, creo que reaccionar¨ªa muy mal. Ser¨ªa un tipo muy atrabiliario.
Tiene 76 a?os y les dedica El blues de la tercera edad, su primera canci¨®n compuesta por s¨ª mismo en 12 a?os, a los mayores.
Me sonaba muy bien decir third age, pero no era plan. En ingl¨¦s, el rock and roll siempre suena mejor. Y es una putada para nosotros. Puse como emblema la tercera edad porque me parece que es un lugar com¨²n que se puede definir as¨ª, aunque a lo mejor ahora hay una cuarta o quinta edad. Vete t¨² a saber. La protagonista de la canci¨®n es Ana, una mujer que vive en soledad y que aguanta con coraje. He ido a algunas manifestaciones con una organizaci¨®n que se llama Recortes Cero. Manifestaciones a favor del subsidio de jubilaci¨®n. Ves a los t¨ªos en esas marchas y parecen mi padre porque est¨¢n currados por la vida. Jodidos y currados, pero van por la calle con una pancarta con una dignidad asombrosa. No peleaban solo por ellos, sino por los que ven¨ªan. Peleaban por el concepto. Lo m¨¢s cruel que le ha pasado a nuestra democracia ha sido ver lo que les ha pasado a los ancianos en las residencias. Siempre he idealizado a esa parte de mi generaci¨®n, a todos aquellos que vieron en el rock and roll tambi¨¦n un mundo de liberaci¨®n, algo que ten¨ªa que ser distinto a lo que hab¨ªa en los cincuenta. Distinto de donde ven¨ªamos.
Algunos le creyeron cuando dijo que se retiraba en 2010 con la gira Bye Bye R¨ªos.
Hasta yo mismo me lo cre¨ª [risas]. De verdad que lo pens¨¦. No ten¨ªa canciones nuevas y ten¨ªa que estar llamando a todos: a Javier Vargas, Quique Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Ignacio Lapido¡ A todos les ten¨ªa que decir que no ten¨ªa canciones y me ten¨ªa que poner a hacer un disco por si me ayudaban. As¨ª que pens¨¦ que iba a poder estar en mi casa dedic¨¢ndome a escribir en prosa. Que podr¨ªa satisfacerme con eso despu¨¦s de que me encargaran las memorias. Eso es muy f¨¢cil porque se escriben solas. Basta con mentir lo justo. Alguien te puede enmendar la plana, pero, si eres un mentiroso discreto, no deber¨ªa. Pero luego me met¨ª en una novela y ah¨ª not¨¦ que no ten¨ªa herramientas para escribir. Para m¨ª era mucho mejor que me dijeran que les gustaba lo que escrib¨ªa que cualquier aplauso por cualquier canci¨®n. Era mucho m¨¢s org¨¢smico, aunque tambi¨¦n mucho m¨¢s dif¨ªcil de conseguir. Apenas me lo dec¨ªan [risas].
Necesit¨®, entonces, no dejar de tener orgasmos.
Exacto. La gira de El gusto es nuestro la hice por una cuesti¨®n monetaria simplemente y, bueno, claro, por cantar con esos grandes. Lo de la orquesta sinf¨®nica, porque me liaron, pero era muy bonito y me apetec¨ªa. A decir verdad, el gusanillo lo mataba con alguna aparici¨®n en alg¨²n concierto de alguien, aunque eso al final era como un coitus interruptus. No hay ning¨²n otro motivo para seguir que no sea por el aplauso final despu¨¦s de un concierto. Es algo irracional lo que nos lleva a ese aplauso. Es un chute de energ¨ªa ¨²nico. Puedes estar cag¨¢ndote de miedo, creyendo que ya no ser¨¢s capaz de hacer lo de antes porque a lo mejor est¨¢s jodido ya de la garganta, pero vas a por el aplauso. La vanidad que tenemos los m¨²sicos es gigantesca.
Bruce Springsteen hablaba muy abiertamente en sus memorias sobre este enganche a la adrenalina que producen los conciertos. Escrib¨ªa que luego ven¨ªan las depresiones.
No hay un sustituto a eso. Cuando has tocado, por ejemplo, en el estadio del Rayo Vallecano, con toda la gente entregada, y luego vuelves a casa no sabes qu¨¦ hacer. ?C¨®mo vuelves a la normalidad? No vuelves. Sigues buscando ese chute. Por cierto, yo hice un disco en el que toc¨® Max Weinberg [bater¨ªa de Bruce Springsteen en la E Street Band]. Bruce estaba con Nebraska, sin la banda, y Max vino a Nueva York al Estudio 1. Cuando me dec¨ªan que iba a venir, yo contestaba: ¡°S¨ª, claro. Y mi t¨ªa va en moto en el sidecar¡±. La verdad es que aquel fue un disco que hicimos con unas canciones mal¨ªsimas. Fue El a?o del cometa. La ¨²nica salvable fue ¡®El ruido de fondo¡¯, la que me pasaron los hermanos Auser¨®n de Radio Futura. Max Weinberg toca la bater¨ªa en cuatro temas. ?Joder, c¨®mo toca! Le escuchaba de rodillas. Cada vez que ten¨ªa que abrir la boca y cantar, me cagaba de miedo. Me dijeron que ven¨ªa cobrando tres veces m¨¢s de su cach¨¦. Tiempo despu¨¦s, intent¨¦ que viniese a Madrid a dar unas clases de bater¨ªa, pero no consegu¨ª que le pagaran lo que ped¨ªa. En el nuevo disco de Bruce Springsteen, su bater¨ªa suena tremenda. Te caes escuchando a Max en Letter To You.
?Entonces la m¨²sica sigue siendo algo en lo que creer?
La m¨²sica es un valor contable a¨²n en mi vida. Que yo todav¨ªa me siga emocionando viendo a los Rolling Stones sobre un escenario, o escuchando Harvest de Neil Young, o cuando cojo una guitarra y me pongo a tocar unos acordes y salen unas canciones supersencillas¡ Siempre pienso en el peso de esa generaci¨®n para cambiar las cosas. Me siento m¨¢s cerca de los viejos que pelean que de los que lloran. Que un viejo se ponga de mala leche sigue siendo la hostia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.