Monedas oxidables para una econom¨ªa m¨¢s equitativa
El autor propone una nueva regla de juego que permite distribuir la riqueza de manera m¨¢s justa
En mi ¨²ltimo post he presentado la relevancia de la moneda oxidable para una econom¨ªa con mejor redistribuci¨®n de riqueza, complementando las propuestas del economista franc¨¦s Thomas Piketty. Es un tema que ya he mencionado varias veces, cuando habl¨¦ por ejemplo de teor¨ªa, moneda social oxidable Chiemgauer y monedas paralelas en Egipto Antiguo y Europa Medieval, pero quisiera destacar otro mecanismo muy interesante si quer¨¦is lograr mejor redistribuci¨®n de riqueza: hacer desaparecer los tipos de inter¨¦s. Vamos a ver el porqu¨¦.
La moneda oxidable significa que tu dinero guardado por debajo del colch¨®n pierde su valor nominal a un determinado ritmo. En el caso de W?rgl, un pueblo austr¨ªaco donde una moneda local emitida por el Ayuntamiento sirvi¨® para animar la econom¨ªa local en la d¨¦cada de 1930, los billetes caducaban cada mes y era necesario comprar sellos del 1% del valor y pegarlos, por ejemplo, un sello de 10 c¨¦ntimos para un billete de 10 euros para volver a validar este medio de intercambio. Eso significa que un billete atesorado hace un a?o pierde el 12% del valor (porque hay que poner 12 sellos de 10 c¨¦ntimos para revalidar un billete de 10 euros). Y ahora os pregunto: Si tuvieras 10.000 euros en esta moneda, ?qu¨¦ har¨ªas?
La p¨¦rdida paulatina del valor del dinero es el punto de partida que cambia fundamentalmente las relaciones entre los que tienen dinero y los que no. Imaginemos la relaci¨®n entre David que tiene un billete de 10 euros y Cristina, que ofrece el men¨² del d¨ªa de 10 euros en su restaurante. Cada mediod¨ªa Cristina se ve obligada a atraer m¨¢s clientes porque no se puede guardar la comida para el d¨ªa siguiente, mientras que David puede optar por comer ah¨ª hoy, ma?ana, en una semana o en un a?o, porque el billete no pierde nunca su valor.
Y es esta funcionalidad impecable del dinero, como medio de guardar valores para el futuro, que otorga a sus poseedores la posibilidad de cobrar tasas de inter¨¦s por su servicio de proveer la liquidez temporalmente a los prestatarios, haciendo que quien tiene dinero pueda cobrar a¨²n m¨¢s dinero mientras que quien necesita m¨¢s dinero del que tiene acabe perdiendo dinero en este costo financiero. Margrit Kennedy, en su obra maestra Dinero sin Inflaci¨®n ni Tasas de Inter¨¦s, demuestra esta redistribuci¨®n injusta de nuestra riqueza.
La circulaci¨®n de la moneda oxidable har¨ªa que toda persona recibiera dinero suficiente tarde o temprano
Esta situaci¨®n cambia fundamentalmente con la moneda oxidable. Si tienes 10.000 euros oxidables, perder¨¢s 100 euros cada mes y si no haces nada, desaparece todo el dinero en ocho a?os y poco. Te interesar¨ªa m¨¢s, por lo tanto, comprar algo duradero (una vivienda o coche, por decir algo) para evitar la p¨¦rdida. O quiz¨¢ optar¨ªas por cotizar m¨¢s de lo necesario en la seguridad social para poder cobrar m¨¢s pensiones en el futuro, prestar dinero sin cobrar tasas de inter¨¦s, y/o a¨²n en tasas de inter¨¦s negativo, es decir, prestar 10.000 euros pero exigir la devoluci¨®n de solo 9.500 euros en un a?o, en vez de atesorar este dinero por un a?o y perder 1.200 euros. Y aun as¨ª te beneficiar¨ªas porque puedes evitar la oxidaci¨®n, completa o parcialmente.
Y la circulaci¨®n incesante de la moneda oxidable sin atesoramiento har¨ªa que cualquier persona recibiera una cantidad de dinero suficiente tarde o temprano, quiz¨¢ como bonus que reciben los trabajadores, quiz¨¢ como propina si trabajas como camarero/a, quiz¨¢ como donaci¨®n a asociaciones y otras entidades con fines sociales. Ser¨ªa muy importante recordar que W?rgl vivi¨® tanta prosperidad econ¨®mica que algunos habitantes quisieron adelantar el pago de impuestos locales. ?Os apetece adelantar el pago de IPRF, IBI y/u otros impuestos?
Como estamos tan acostumbrados a vivir en un sistema econ¨®mico que tiende a concentrarse en algunas personas, ciudades o pa¨ªses, no es f¨¢cil imaginar c¨®mo un sistema monetario apropiado nos ayuda a vivir una econom¨ªa m¨¢s equitativa, pero hay diferentes casos hist¨®ricos que comprueban su eficacia. ?No os apetece aprender del pasado?
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