Esta ropa no se queda peque?a; crece al ritmo de los ni?os
Inspirado por la t¨¦cnica del origami y los nanosat¨¦lites, el ingeniero Ryan Yasin ha dise?ado un tejido que se estira con el cuerpo. Las prendas de su marca de ropa infantil, Petit Pli, se despliegan hasta siete tallas.
CON 23 A?OS, el ingeniero aeron¨¢utico Ryan Yasin investigaba c¨®mo compactar los paneles solares desplegables de un nanosat¨¦lite para su tesis de m¨¢ster. El reto, explica este island¨¦s residente en Londres, era plegar grandes estructuras de fibra de carbono de forma que ocupasen apenas unos mil¨ªmetros. Bas¨¢ndose en la t¨¦cnica del origami, con la que se familiariz¨® en Jap¨®n, Yasin desarroll¨® el prototipo que ha inspirado la innovadora apuesta de Petit Pli, su firma de moda infantil: un tejido capaz de crecer y menguar para amoldarse a los cambios f¨ªsicos del cuerpo humano.
La idea le vino cuando estaba a punto de acabar la universidad. El ingeniero, de 27 a?os, le envi¨® a su hermana un paquete con ropa para su sobrino, que acababa de nacer. Para cuando lleg¨®, las prendas ya no le serv¨ªan. A Yasin se le encendi¨® una bombilla: ¡°Me di cuenta de que implementando esta tecnolog¨ªa en un tejido pod¨ªa desarrollar ropa que creciese y durase m¨¢s tiempo, y as¨ª tener un impacto positivo en la industria de la moda¡±, explica por videoconferencia desde su taller. Lo que sigui¨® fueron tres a?os de investigaci¨®n. Primero, por su cuenta. Pura prueba y error: ¡°Investigu¨¦ diferentes t¨¦cnicas de pliego, diferentes densidades, prob¨¦ hasta mil materiales diferentes¡±, recuerda. ¡°Los primeros los confeccionamos en el horno de mi casa¡±. Prob¨® en ni?os. Consult¨® a padres. Present¨® una patente, que hoy est¨¢ en proceso de tramitaci¨®n. Construy¨® un equipo, que ya suma siete personas. Y, hace algo m¨¢s de un a?o, lanz¨® el primer producto, que ya lleva m¨¢s de 5.000 unidades vendidas: un pantal¨®n y un jersey, impermeables y ultraligeros, fabricados con botellas recicladas, para ni?os de cero a cuatro a?os. Prendas capaces de desplegarse hasta siete tallas; es decir, de estirarse sin perder su forma, adapt¨¢ndose al crecimiento de un ni?o durante varios a?os. Todo a 150 euros el kit, ¡°un precio competitivo si lo estiras durante toda la vida de la prenda, ya que compras un conjunto en vez de siete¡±, asegura Yasin, CEO de la marca.
Su apuesta por revalorizar la ropa para paliar las consecuencias que tiene la moda sobre el medio ambiente ha sido ampliamente premiada: Petit Pli ha recibido el H&M Foundation Global Change Award y el Red Dot Award, entre otros, y ha colocado a Yasin entre los 30 emprendedores j¨®venes m¨¢s prometedores de Europa en la categor¨ªa de moda de la revista Forbes.
Seg¨²n un estudio de la consultora McKinsey, el n¨²mero de prendas adquiridas por persona a nivel mundial aument¨® un 60% entre 2000 y 2014. La producci¨®n de ropa se ha duplicado en este tiempo, con su consiguiente impacto medioambiental. La industria de la moda es responsable del 20% de las aguas residuales y del 10% de las emisiones de carbono del mundo, seg¨²n la ONU. Pero no solo se compra m¨¢s ropa, sino que se tira antes. De media, el tiempo que se conserva una prenda se ha reducido a la mitad desde comienzos de siglo.
¡°Nuestra percepci¨®n del valor que tiene una prenda est¨¢ distorsionada por su bajo precio¡±, explica Yasin. Desde 1990 en Estados Unidos, el mercado de moda m¨¢s grande del mundo, el ¨ªndice de precios al consumo (IPC) se ha duplicado, mientras que ropa y calzado siguen costando lo mismo que hace 30 a?os, seg¨²n datos de la Oficina de Estad¨ªsticas Laborales.
¡°Hay que educar al consumidor para que entienda que estos precios no son ¨¦ticos¡±, se?ala el fundador de Petit Pli. La cuesti¨®n es c¨®mo conseguir que el comprador pague m¨¢s por prendas que contaminen menos. Para Yasin no basta con ofrecer una versi¨®n ecol¨®gica de las mismas. ¡°Que una oferta sea sostenible no significa que sea relevante. Para que lo sea, tiene que ser tambi¨¦n pr¨¢ctica y atractiva. Puedes tener el producto m¨¢s sostenible del mundo, pero, si nadie lo quiere, su relevancia ser¨¢ nula¡±. El enfoque de Yasin es propio del universo de la ingenier¨ªa al que pertenece: ¡°Tenemos que entender las necesidades que tiene la gente con su ropa y dise?ar bas¨¢ndonos en ellas y no en torno a sus deseos. As¨ª podremos ofrecer algo ¨²til¡±. Esa es la filosof¨ªa con que nace Petit Pli: comprar constantemente ropa a un ni?o en continuo crecimiento es una necesidad. Que la ropa crezca con el ni?o, una soluci¨®n.
Pero la moda infantil es solo el principio. Petit Pli ya est¨¢ aplicando su tejido a otros fines: uniformes para el sector de la construcci¨®n, mascarillas que se adaptan a la estructura facial del usuario, ropa para embarazadas¡ Las posibilidades de combinar tecnolog¨ªa y moda son muy amplias, seg¨²n asegura Yasin, que ve en la innovaci¨®n la soluci¨®n a la huella medioambiental de la industria. No obstante, m¨¢s all¨¢ de la ropa atl¨¦tica, el principal generador de innovaci¨®n en la moda es, seg¨²n afirma Yasin, nuestra forma de vestir apenas ha cambiado en las ¨²ltimas d¨¦cadas pese al avance tecnol¨®gico que hemos vivido. En su opini¨®n, las posibilidades de aplicar I+D a nuestro vestuario son infinitas. Tanto que ya fantasea con la ropa del ma?ana. El dise?ador habla de zapatillas que generan electricidad, de s¨¢banas que nos asean mientras dormimos, de estampados descargables que se proyectan sobre el textil¡ ¡°Hay much¨ªsimas variables en las que la tecnolog¨ªa puede interactuar con nuestra ropa. Que las prendas crezcan es solo el principio¡±, vaticina.
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