Invita una cabra (real) a tu pr¨®xima reuni¨®n (virtual)

?Cansado de la monoton¨ªa de los encuentros Zoom? ?Agotado de no poder relacionarse como anta?o no solo con los amigos sino con la naturaleza y con los animales? Dot McCarthy ha encontrado la soluci¨®n. McCarthy es una granjera de Lancashire (Inglaterra) que antes de la pandemia sol¨ªa acoger grupos de personas que visitaban sus instalaciones, Cronkshaw Fold Farm, para pasar un rato en contacto con la naturaleza y en compa?¨ªa de su reba?o.

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Se trata de una granja familiar que trabaja de manera respetuosa con el medio ambiente, por el bienestar animal y en pro de la agricultura sostenible. Acog¨ªan desde hace a?os grupos en visitas educativas as¨ª como parejas que optaban por celebrar su boda de manera verde, verde por el paisaje que les rodeaba y por la concepci¨®n misma de la celebraci¨®n. La pandemia dio al traste con todo ello.

McCarthy se dijo que si las personas ya no pod¨ªan pasarse por su granja, por razones sanitarias obvias, quiz¨¢ sus animales s¨ª pod¨ªan personarse en las casas de los unos y de los otros¡­ De manera virtual. Ella confiesa sentirse muy afortunada de poder vivir en el campo e interactuar con los animales y es consciente de que muchas personas echan de menos la cercan¨ªa con ellos en las presentes circunstancias.

McCarthy propone un tour virtual por su propiedad que da derecho a trabajar en la granja mano a mano con ella

Seg¨²n cuenta el Manchester Evening News, la intuici¨®n de McCarthy ha dado en el clavo, puesto que la iniciativa ha tenido tanto ¨¦xito que en sus inicios, el a?o pasado, incluso cruz¨® las fronteras. Le llueven las peticiones del ancho globo para que sus cabras participen en reuniones Zoom. Contactan con ella no solo desde su Inglaterra natal sino tambi¨¦n de Australia, Nueva Zelanda y Canad¨¢. Qui¨¦n sabe si recibir¨¢ correos tambi¨¦n desde Espa?a despu¨¦s de que se haya publicado este art¨ªculo.

A?adir una cabra a su lista de invitados no es algo desorbitado, puesto que cuesta solo cinco libras esterlinas (5,82 €) y, como se lee en su web, disfrutas de la diversi¨®n sin tener que soportar los malos olores. No se atribuye un ejemplar al tunt¨²n al cliente, sino que usted mismo puede escoger cu¨¢l de los siete propuestos le inspira m¨¢s. En la web se puede leer la descripci¨®n f¨ªsica y psicol¨®gica de Lulu, Ozymandias, Lisa, Elizabeth, Lola, Margaret y Sebasti¨¢n para que ¡°cada oveja encuentre su pareja¡±.

Quiz¨¢ no le tiente la idea de compartir una conversaci¨®n con una cabra, ni siquiera para echarse unas risas, pero conozca a alguien a quien podr¨ªa picarle la curiosidad. Cronkshaw Fold Farm propone ofrecer ¡°vales¡± para regalar la experiencia? a la persona de su elecci¨®n. El cup¨®n tiene una validez de tres meses y cuesta 6,50 libras esterlinas (7,57 €). El dinero recaudado quiere contribuir a financiar la transici¨®n de la granja a las energ¨ªas renovables, as¨ª como permitirles desarrollar una agricultura que reduzca las emisiones de carbono.

La propietaria de Cronkshaw Fold Farm alquila sus cabras tambi¨¦n para que transmitan mensajes importantes. S¨ª, ellas no hablan, pero pueden mostrar pancartas. ?Qu¨¦ pasa si por culpa del confinamiento usted no puede comunicar algo trascendente, como un nacimiento, en persona? ?Y si la llamada por tel¨¦fono o la videoconferencia le parecen demasiado fr¨ªos, poco personales y para nada especiales? Nada mejor que convocar a una cabra, con mensaje incluido, del tipo ¡°Es un ni?o¡± para aderezar el momento. El papelito ser¨¢ comido en vivo y en directo por el animalito una vez los invitados a la reuni¨®n virtual hayan le¨ªdo el mensaje. La diversi¨®n asegurada cuesta 10 libras esterlinas (11,65 €).

La historia de Cronkshaw Fold Farm se ha desarrollado m¨¢s all¨¢ de los encuentros privados virtuales. McCarthy propone tambi¨¦n un tour virtual por su propiedad que da derecho a trabajar en la granja mano a mano con ella: alimentar a las gallinas, recoger los huevos, comprobar que las cabras van bien y conocer tambi¨¦n virtualmente a sus perros pastores. Y todo ello sin levantarse siquiera del mullido sof¨¢ de casa o incluso, si me apuran, de la cama. Se puede acompa?ar a McCarthy desde muy pronto por la ma?ana, desde las seis, durante cualquier hora del d¨ªa y hasta la puesta del sol. Trabajo en la granja hay a todas horas. Las visitas duran 20 minutos, no hay l¨ªmite de participantes y cuestan 18 libras esterlinas (20,98 €).

Y la historia de Dot McCarthy ha saltado de la peque?a a la gran pantalla. Vacaciones en casa: la granja de Dot es un documental de media hora que se film¨® en 2019 y que puede comprarse en Amazon Prime. En ¨¦l se explica c¨®mo Dot McCarthy hac¨ªa malabarismos, ya antes de la covid-19, para compaginar el trabajo real de una granja con la experiencia de alojar y acoger m¨²ltiples personas, quienes ven¨ªan para disfrutar en sus instalaciones de unas ¡°vacaciones en casa¡±.

La distanciaci¨®n social ha alejado a sus clientes¡­ Pero no del todo. Gracias a la tecnolog¨ªa, McCarthy sigue proponiendo ¡°vacaciones en casa¡±, esta vez de manera virtual, y por ello ha ampliado de manera exponencial su cartera de clientes. No es lo ideal, claro est¨¢, ni para los unos ni para los otros, pero siempre ser¨¢ mejor una cabra en tu Zoom que nada de nada.