Genoveva, la telegrafista
La historia olvidada de una de las primeras funcionarias espa?olas, feminista, sufragista y acusada de espionaje
Genoveva, Girasol, mi t¨ªa abuela paterna, era una mujer misteriosa. En casa se hablaba de ella en voz baja, era tema tab¨². Fue muchos a?os despu¨¦s de su muerte cuando descubr¨ª que hab¨ªa sido amiga de Antonio Machado y Clara Campoamor, y que pas¨® los tres a?os de la Guerra Civil en la c¨¢rcel y estuvo a punto de ser fusilada por "roja, masona y esp¨ªa".
¡°Antes del Glorioso Movimiento Nacional, Genoveva Sanz Herrero era elemento destacado extremista¡±, declara uno de los testigos, falangista, en su juicio. ¡°El elemento de confianza del partido de Izquierda Republicana en el que obstent¨® (sic) varios cargos directivos (¡). Tambi¨¦n desempe?¨® el cargo de vocal del Comit¨¦ Ejecutivo del Sindicato de Tel¨¦grafos. Hace una intensa campa?a izquierdista en prensa, radio y oral. Cabe dentro de lo posible perteneciera a la masoner¨ªa, por su modo de conducirse en los m¨ªtines en que tom¨® parte tanto en esta Capital [Segovia] como en los pueblos de la provincia, en los que hablaba del amor libre y cosas an¨¢logas. Se asegura que contribuy¨® a Socorro Rojo Internacional. Por sospechar se comunicaba con los rojos, fue detenida el 28 de julio de 1936 y procesada. Por falta de pruebas fue absuelta y qued¨® detenida gubernativa hasta agosto de 1939. En junio de 1938 pidi¨® ser canjeada a la zona roja. Durante la guerra era considerada sumamente peligrosa en libertad. ?Viva Franco! ?Arriba Espa?a!¡±.
Libros quemados?
Desde un pasado muy lejano me llega la imagen borrosa de una mujer mayor y enjuta de rostro amargo y arrugado, como arado por la reja de una vida muy dura. Genoveva hab¨ªa nacido el 3 de enero de 1891 en Escalona del Prado (Segovia) y ayud¨® a mis padres a encontrar casa y trabajo cuando dejaron el pueblo para vivir en Madrid a comienzos de los a?os sesenta. Recuerdo que me regalaba libros infantiles y que escrib¨ªa con una m¨¢quina negra de teclas redondas (tras su muerte, sus sobrinos destruyeron todos sus papeles y documentos por miedo); que le horrorizaban las armas, como descubrimos unas Navidades mi hermano Pedro y yo cuando salimos a recibirla a la puerta de casa con unas metralletas de juguete que nos hab¨ªan tra¨ªdo los Reyes; que era vegetariana y dec¨ªa que se pod¨ªa diagnosticar una enfermedad por las manchas en el iris de los ojos... A m¨ª, un ni?o de pueblo de cinco a?os reci¨¦n llegado a la capital me ense?¨® a leer respetando los puntos y comas, lo que me permiti¨® conseguir la beca para estudiar en el colegio de pago de San Ant¨®n, un siniestro edificio habitado por fantasmas (hoy es la luminosa sede del Colegio de Arquitectos de Madrid, COAM)?entre las calles de Farmacia, Hortaleza y Santa Br¨ªgida que fue utilizado como checa o?prisi¨®n de hombres n¨²mero 2 en la Guerra Civil (de all¨ª salieron las sacas de fusilados de Paracuellos) y despu¨¦s como l¨²gubre c¨¢rcel franquista antes de ser devuelto a los padres escolapios, unos santos. Por la calle de Farmacia entraban los alumnos de pago, y por la de Santa Br¨ªgida, donde a¨²n estaban las celdas de los presos, los becarios con pocos recursos como yo. Genoveva muri¨® con 75 a?os por una infecci¨®n de kala-azar (leishmaniasis visceral, una enfermedad parasitaria trasmitida por la picadura de mosquitos que tiene como vector a perros, conejos y otros mam¨ªferos) y su memoria se perdi¨® en el tiempo como el humo de sus libros, quemados en una pira por su hermana, mi abuela.
Aceite de ricino?
¡°Fui declarada cesante en el desempe?o de mi cargo por haber sido detenida con motivo de una falsa acusaci¨®n de espionaje de la que se me hizo v¨ªctima¡±, declara en el Expediente de Responsabilidad Pol¨ªtica n¨²mero 11, de fecha 22 de mayo de 1940, por el que fue condenada a ¡°inhabilitaci¨®n absoluta, destierro de Segovia a 250 kil¨®metros durante 10 a?os y pago de 25.000 pesetas¡±, tras ser denunciada por un excompa?ero de trabajo meses despu¨¦s de terminar la guerra y salir de prisi¨®n. ¡°Para conocimiento de este Juzgado, har¨¦ una breve historia de los hechos. El d¨ªa 20 de julio de 1936, me present¨¦ voluntaria y espont¨¢neamente al delegado militar en el centro de tel¨¦grafos de esa capital. Fui admitida y desempe?¨¦ el servicio que se me asign¨®, con la lealtad que ha sido siempre la norma de mi vida, hasta el d¨ªa 28 de dicho mes en que se me recluy¨® en la prisi¨®n provincial de Segovia. Incoado el proceso en agosto de ese mismo a?o, no pudieron encontrarse pruebas en mi contra y el 30 de noviembre se sobresey¨® la causa, quedando desde esta fecha en calidad de detenida gubernativa hasta el d¨ªa 29 de agosto de 1939, en que fui puesta en libertad. Fij¨¦ mi residencia en Escalona del Prado (Segovia), no imponi¨¦ndoseme otra condici¨®n que la de dar cuenta a la Delegaci¨®n de Orden P¨²blico si cambiaba de residencia¡±. Detenida gubernativa era un eufemismo empleado para los ¡°desafectos al R¨¦gimen¡± encarcelados sin juicio previo y en condiciones infrahumanas: a las mujeres se les rapaba la cabeza y se les obligaba a tomar aceite de ricino, y por las noches no pod¨ªan dormir temiendo ser sacados y fusilados con la excusa del traslado a otras prisiones.
Esto ¨²ltimo lo supe el a?o pasado, gracias a un ilustre paisano que la conoci¨® y la recordaba mejor que yo: el doctor Alejandro Jos¨¦ Domingo Guti¨¦rrez, eminente endocrino y general de divisi¨®n ya retirado, personaje p¨²blico por haber sido el m¨¦dico de Roc¨ªo Jurado y Lola Flores y art¨ªfice del hospital del buque Galicia. En la entrevista, el doctor Domingo recordaba ¡°las largas charlas¡± con Genoveva, reci¨¦n salida de la c¨¢rcel, en la casa en Escalona de su abuela Ezequiela: ¡°Con trece o catorce a?os me enter¨¦, por su experiencia personal, c¨®mo se torturaba y vejaba a los presos del franquismo, c¨®mo se fusilaba a sus compa?eros de Izquierda Republicana sin juicio previo y c¨®mo mi padre ¡ªel doctor Alejandro Domingo Gil, m¨¦dico titular de Escalona en el momento del golpe de estado y al igual que Genoveva, depurado por desafecci¨®n al R¨¦gimen y sospechas de espionaje¡ª se hab¨ªa librado de ir a la cuneta por estar casado con la hermana de un cura, mi t¨ªo Ferm¨ªn. De ella aprend¨ª lo que significa luchar por un ideal, por la defensa de los derechos humanos, por la implantaci¨®n de la justicia social y por unos valores ¨¦ticos que guiaran nuestra conducta. Creencias, ideas y pensamientos, que me dio como herencia en vida. Me hablaba de Rusia como un para¨ªso, aunque no lo fuera, y de otros pa¨ªses en que exist¨ªa libertad, creando un mundo de fantas¨ªas en mi mente de casi ni?o, y de aqu¨ª mi admiraci¨®n hacia ella y lo que representaba¡±.
De la electricidad y sus aplicaciones?
Genoveva ingres¨® en el Cuerpo de Tel¨¦grafos en 1915, cuatro a?os despu¨¦s de haber aprobado la oposici¨®n y con solo 18 a?os, cuando ya era maestra de ni?as. Durante la Segunda Rep¨²blica fue un activo miembro de los c¨ªrculos del Ateneo madrile?o y la Universidad Popular de Segovia, participando en ciclos de conferencias como la pronunciada en Tur¨¦gano en 1927 con el t¨ªtulo La electricidad y sus aplicaciones. Tambi¨¦n escrib¨ªa regularmente en peri¨®dicos progresistas como el semanario El Heraldo o Segovia Republicana. En la ciudad viv¨ªa desde 1919 Antonio Machado, que ocupaba la c¨¢tedra de Literatura en el ¨²nico instituto de ense?anza secundaria de la provincia y fue uno de los impulsores de la Universidad Popular, ubicada en la antigua iglesia de San Quirce, un templo rom¨¢nico adquirido en 1927 por un grupo de intelectuales residentes en Segovia (Blas Zambrano, Antonio Machado y Mariano Quintanilla, entre otros) por 7.000 pesetas, que actualmente acoge la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce. Adem¨¢s de charlas y conferencias, esta instituci¨®n impart¨ªa clases nocturnas para los obreros y desde 1932 se ocup¨® de organizar en los pueblos de la provincia las Misiones Pedag¨®gicas, impulsadas desde el Ministerio de Instrucci¨®n P¨²blica por Marcelino Domingo. All¨ª se organizaban tambi¨¦n conferencias a cargo de ilustres personajes como Jos¨¦ Ortega y Gasset o el doctor Gregorio Mara?¨®n.
Las Damas Rojas?
Aunque no aparece citada en el libro (y yo tampoco he sido capaz de conseguir pruebas firmes de ello), Genoveva fue probablemente una de las Damas Rojas de las que habla el periodista Rafael Cansinos-Ass¨¦ns en su obra autobiogr¨¢fica La novela de un literato: un grupo de mujeres republicanas que defend¨ªan con vehemencia su igualdad de derechos, el sufragio universal, el acceso a una educaci¨®n de calidad y el divorcio (la propia Genoveva se hab¨ªa separado de su marido, el tureganense Mariano de Pablos, a los pocos meses de casarse) que firmaban sus escritos bajo los seud¨®nimos de humildes flores silvestres o de jard¨ªn. Entre ellas destacan la barcelonesa Consuelo ?lvarez Pool, Violeta (1867-1959), escritora de la generaci¨®n del 98, atene¨ªsta y masona, perteneciente a la primera generaci¨®n de mujeres telegrafistas contratadas por oposici¨®n, o la periodista almeriense Carmen de Burgos, Colombine, (1867-1932), una de las primeras corresponsales de guerra. Por una antigua postal recibida por Genoveva en la que se refieren a ella como Girasol, parece que tambi¨¦n hubo otras flores sin identificar, como Amapola,?Pasi¨®n, Crisantemo o Flor de T¨¦. Todas ellas estaban en el Grupo Femenino del Ateneo, que ten¨ªa como representante a la abogada y pol¨ªtica madrile?a?Clara Campoamor (1888-1972), quien hab¨ªa sido asimismo telegrafista.
Una novela de esp¨ªas
En este punto, la historia da un giro inesperado. El domingo 7 de junio de 1936, poco antes del inicio de la guerra, el semanario segoviano El Heraldo se hac¨ªa eco de la constituci¨®n de la Asociaci¨®n de Amigos de la URSS, ¡°desligada de toda tendencia pol¨ªtica o religiosa, con el fin de difundir y divulgar la verdad sobre lo que ocurre en la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas por medio de conferencias, documentales y libros, adem¨¢s de facilitar la financiaci¨®n de viajes de estudios a Rusia, cuya presidencia recay¨® en Genoveva Sanz, dirigente de Izquierda Republicana¡±. Otra sorpresa encontrada en los archivos digitales del Ateneo: aunque Girasol no fue masona como su colega Violeta, pertenec¨ªa desde el 11 de noviembre de 1933 a la rama Hesperia de la Sociedad Teos¨®fica Espa?ola (1889-1936), un movimiento heterodoxo de inspiraci¨®n orientalista fundado a finales del siglo XIX por la escritora rusa Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891),?Madame Blavatsky, cuyo lema era: ¡°No hay religi¨®n m¨¢s elevada que la verdad¡±.
?Fue realmente mi t¨ªa Genoveva una esp¨ªa? Entrando ya en el terreno novelesco me gustar¨ªa creer que s¨ª, que en los d¨ªas posteriores al golpe de estado, antes de ser detenida, pudo informar desde la oficina de tel¨¦grafos de Segovia de la situaci¨®n en la ciudad o sobre el aer¨®dromo que el capit¨¢n Francisco Iglesias Brage (1900-1973), ingeniero militar, aviador y explorador de la Amazon¨ªa, estaba construyendo en secreto en su propio pueblo, Escalona, y donde aterrizar¨ªan, pocas semanas despu¨¦s, los seis primeros aviones y pilotos alemanes enviados por Hitler a Franco.
Documentaci¨®n y bibliograf¨ªa
La pol¨ªtica del miedo: El papel de la represi¨®n en el franquismo, de Santiago Vega Sombr¨ªa (Editorial Contrastes).
De la esperanza a la persecuci¨®n: la represi¨®n franquista en la provincia de Segovia. Santiago Vega Sombr¨ªa (Editorial Contrastes).
Biblioteca Virtual de Prensa Hist¨®rica (prensahistorica.mcu.es).
Centro de Creaci¨®n La C¨¢rcel de Segovia(lacarceldesegovia.com).
Real Academia de Historia y Arte de San Quirce (Segovia). (realacademiadesanquirce.es).
Museo Postal y Telegr¨¢fico (museopostalytelegrafico.es).
Ateneo de Madrid (ateneodemadrid.com).
Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (memoriahistorica.org.es).
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