Estambul, ¨®xido y vanguardia
Diez secretos para destapar los misterios de la antigua capital del Imperio Otomano
Es dif¨ªcil calcular cuantos a?os tendr¨¢ Orhan. Desde luego muchos. Casi tantos como los que lleva vendiendo sus trastos y libros viejos en el coraz¨®n de Estambul. Hace tiempo Orhan decidi¨® organizar sus recuerdos y les puso precio. Pomos de lat¨®n, partidas de nacimiento y peri¨®dicos caducados acumulan polvo junto a miles de objetos que la mayor¨ªa de la gente pasar¨ªa por basura.
La ciudad turca es como la tienda de Orhan. Algunas cosas lucen en el escaparate pero es en el interior, bajo la capa de polvo, donde de verdad se pueden descubrir los tesoros. Bucear entre siglos de historia para destapar su sociolog¨ªa es la mejor recompensa en una ciudad que se derriba y reconstruye en la rutina. Lo que fue antiguo, ahora es vanguardia. Casi nadie recuerda que un d¨ªa se llam¨® Constantinopla, pero es imposible negar que Estambul sigue siendo el portal que une y separa Oriente de Occidente.
1. Estambul empieza a latir en Santa Sof¨ªa. Esta iglesia cristiana fundada en el siglo VI y transformada en el XV en mezquita, se alza como el gran s¨ªmbolo de la arquitectura bizantina. Su c¨²pula corona Sultanameth, la zona m¨¢s antigua de la ciudad. En este barrio cada paso es un monumento. Apenas 100 metros separan Haiga Sophia de la Mezquita Azul, otra de las joyas de la ciudad. Cerca, la Cisterna Bas¨ªlica pasa desapercibida entre la multitud que se agolpa a sus puertas. La construcci¨®n de Yerebatan abasteci¨® durante a?os de agua dulce a la ciudad. En la misma calle est¨¢n las ruinas del antiguo hip¨®dromo de Constantinopla. De ¨¦l, s¨®lo se conserva un obelisco, que ahora protegen los jardines del Sult¨¢n Ahmet.
2. Kumpaki es adoquines que se acumulan en la acera y carcoma en la ventanas. El barrio pesquero de Estambul es la salida al M¨¢rmara de Sultanameth. Tambi¨¦n la cara m¨¢s sucia y encantadora de la ciudad. El olor del cordero asado se mezcla con el humo de los narguiles. El Estambul m¨¢s aut¨¦ntico se encierra en estas calles. Con su caf¨¦ lleno de posos, el color de la ropa tendida al sol y el deterioro del empedrado de sus calles. Kumpaki parece apenas haberse recuperado del paso de un cicl¨®n que en realidad nunca pas¨® por all¨ª.
3. En el Gran Bazar se regatea y eso es bastante m¨¢s divertido que comprar. Es el mercado m¨¢s famoso de la ciudad, sobre todo por su tama?o y su complicada distribuci¨®n, pero no el ¨²nico. El Bazar de las Especias, situado un poco m¨¢s al sur, es el primer paso para empapar los sentidos en la gastronom¨ªa turca. A su alrededor, cientos de puestos vacilan en un laber¨ªntico entramado de calles que termina en la plaza de Emin?n¨¹.
4. Para sumergirse en la liturgia musulmana Yeni Camii, la mezquita Nueva, ofrece uno de los lugares m¨¢s recogidos donde reconocer el rito. Su interior est¨¢ forrado por miles de piezas de azulejo de Iznik, que resaltan la espectacularidad de sus b¨®vedas. Cerca de la Universidad de Estambul, algo m¨¢s al norte, est¨¢ la mezquita de Suleymaniye, la m¨¢s grande de la ciudad. El atardecer, dada su posici¨®n sobre una ligera colina, permite contemplar la puesta de sol en el Cuerno de Oro, el r¨ªo que separa las dos zonas europeas de la ciudad.
5. Bajando hasta el puente de G¨¢lata, se llega al paseo por la orilla del B¨®sforo. La oferta gastron¨®mica en esta zona es muy variada. Adem¨¢s de los restaurantes con terraza que se agolpan bajo el puente, es posible encontrar comida r¨¢pida como mejillones cocidos o peque?as delicias de pescado en los puestos ambulantes. A s¨®lo unos pasos se encuentra la estaci¨®n del Orient Express, el famoso tren que part¨ªa desde Londres rumbo a Estambul. Hoy en d¨ªa queda un peque?o museo con reliquias y reproducciones de algunas piezas del m¨ªtico tren.
6. El barrio de Beyoglu, al otro lado del Cuerno de Oro, se levanta sobre una colina de G¨¢lata, que derrama sus vistas en Sultanameth. Beyoglu se aleja de los bazares y las mezquitas con el ¨²nico prop¨®sito de perderse. Despu¨¦s de un rato callejeando, uno puede volver a encontrarse en la torre de G¨¢lata o a las puertas del Pera Palas. Este hotel se construy¨® para dar servicio a los viajeros m¨¢s distinguidos. Perseguido por la leyenda, es f¨¢cil encontrar a alguien dispuesto a contar por qu¨¦ su nombre quedar¨¢ siempre asociado al de la escritora brit¨¢nica Agatha Christie.
7. Unas calles hacia el norte de Beyoglu, partiendo de la plaza de Taksim, Istiklal Caddesi resucita cada noche. La zona m¨¢s animada de la ciudad barre los falsos prejuicios. Cigarrillos que se acaban y cerveza de exportaci¨®n para ver un concierto improvisado desde la barra de un bar. Despu¨¦s, basta con alzar la mirada. Muchas de las azoteas que bordean el tramo peatonal se han reconvertido en amplios locales de luz tenue y m¨²sica ligera donde tomar la ¨²ltima copa contemplando las luces de la ciudad.
8. Istanbul Modern se inaugur¨® en 2004 como el primer museo de arte contempor¨¢neo de la ciudad. Erigido a los pies del B¨®sforo, en la zona de Thopane, conserva una interesante colecci¨®n permanente que alterna con frecuentes exhibiciones temporales. La mayor parte de sus fondos son de pintores turcos del siglo XX. Es un respiro del maremagno hist¨®rico turco que permite conocer las recientes influencias externas la cultura del pa¨ªs.
9. El palacio de Topkapi ("puerta redonda"), al sur de Sultanameth, fue el centro de la actividad durante el Imperio Otomano. Los jardines que lo rodean suponen una visita en si. Una vez dentro, el harem, lugar de reposo de las esposas del sult¨¢n, es la sala con m¨¢s reclamo. El otro palacio de la ciudad, Dolmabahce , fue el hogar de Abdulmecit I, que orden¨® construirlo a mediados del siglo XIX. Su influencia se volc¨® en la tradici¨®n mon¨¢rquica europea, embellecida con la influencia ¨¢rabe.
10. El B¨®sforo une el mar Negro con el M¨¢rmara y a su paso divide Estambul en dos zonas, la europea y la asi¨¢tica. Para recorrerlo es utilizando los ferries p¨²blicos que salen desde el puente de G¨¢lata y unen las localidades que se extienden a los lados del estrecho. En un ir y venir de orilla a orilla, aparecen peque?os pueblos pesqueros, que han acabado anexion¨¢ndose a Estambul. En Anadolu Kavagi hay buenos restaurantes de pescado y marisco y Kanlica es famoso por su yogurt. Cengelkoy es uno de los mejores lugares para alejarse durante unas horas del ritmo fren¨¦tico de la capital y beber un caf¨¦ expreso con los pies apoyados en el B¨®sforo.
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Consejos
La mayor¨ªa de la poblaci¨®n de Estambul es musulmana. Es importante respetar las tradiciones, sobre todo al visitar mezquitas o templos. En casi todos, ser¨¢ necesario que el visitante se desprenda de los zapatos antes de entrar. Del mismo modo, las mujeres deber¨¢n ocultar el cabello bajo un pa?uelo. Durante las ceremonias, no es apropiado realizar ninguna acci¨®n que pueda resultar ofensiva o interrumpir el rezo.
Estambul es hospitalaria. Su gente es extrovertida y es dif¨ªcil que se opongan a una charla interesante. Preguntar qu¨¦ ver, d¨®nde ir o qu¨¦ comer, olvidando la gu¨ªa en el hotel, puede ser una forma interesante de ir descubriendo la ciudad.
La l¨ªnea del tranv¨ªa es corta, pero sigue siendo el mejor medio de transporte en Estambul, donde el tr¨¢fico se ha convertido en un aut¨¦ntico problema. Para moverse entre Beyoglu y Sultanameth por la noche, es mejor tomar un taxi que nos lleve hasta la puerta del hotel. El precio de la carrera, como casi todo en esta ciudad, puede regatearse hasta en torno a las 10-12 liras (unos 6-7 euros).
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