Fado y vida en Alfama con Ana Mar¨ªa Matute
La escritora barcelonesa dibuja un mapa para disfrutar la esencia de la cultura lusa
Subiendo la Rua de Santa Cruz do Castelo se llega al Castillo de San Jorge, cumbre del barrio de Alfama. Lisboa es el refugio que elige Ana Mar¨ªa Matute. No ha sido una decisi¨®n f¨¢cil. Ella, viajera infatigable, presume de haber dado tantas vueltas al mundo como sus 82 a?os han dado de s¨ª. En cada lugar ha sido tan bien recibida que cuesta escoger uno s¨®lo. Pero la capital lusa "respira otro aire" y "la amabilidad y cercan¨ªa de su gente" acaba por vencer la balanza.
"Alfama sabe a fado", la expresi¨®n art¨ªstica portuguesa m¨¢s internacional. El fado es pena, m¨²sica que nace del duelo y la aflicci¨®n y, sin embargo, Alfama "es aut¨¦ntica felicidad". Esta contradicci¨®n bebe de las callejuelas de un barrio viejo que resiste a la modernidad en sus caf¨¦s, parapetado en el eco de la voz de Am¨¢lia Rodrigues. Si el d¨ªa es claro, desde lo alto de la colina sobre la que se asienta se puede ver toda la ciudad. "Es la madre de Lisboa", asegura la autora de Para¨ªso Inhabitado (Ed. Destino), su ¨²ltima obra.
La mejor forma de llegar a Alfama es cogiendo el tranv¨ªa 28 hasta la Rua de Sao Tom¨¦. All¨ª, en el Mirador das Portas do Sol, uno puede llevarse la primera impresi¨®n de ese conjunto de casas dispares y heterodoxas que forman Alfama. La mezcla de colores que adornan su carism¨¢tico aspecto es la carta de presentaci¨®n de una ruta por la historia de Lisboa.
Otro mirador, el de Santa Luzia, en la Rua do Limoeiro, da la bienvenida al estuario del Tajo, la inmensa desembocadura que ba?a el borde de la capital lusa. Desde este punto tambi¨¦n se contempla la c¨²pula de Santa Engracia, "una de las joyas arquitect¨®nicas de la ciudad", que aguant¨® los envites del terrible terremoto que asol¨® la ciudad en el siglo XVIII. Se sube a pie, en un esfuerzo por escalar callejuelas dif¨ªciles de recorrer en transporte mec¨¢nico.
A s¨®lo unas calles de distancia se alza otra majestuosa construcci¨®n, el Monasterio de S?o Vicente de Fora. Justo detr¨¢s de ¨¦l, en el Campo de Santa Clara, se organiza A Feira da Ladra, "el mercado de la ladrona", que recibe su curioso nombre del bullir del negocio turbio que en ¨¦l imperaba en el pasado.
Para comer o cenar, hay muchas opciones. Todas se enfocan, eso s¨ª, en el arte de la pesca. Como la Taverna do Embu?ado (Beco dos Curtumes, 10), un peque?o restaurante inspirado en la tradici¨®n culinaria portuguesa y el fado, o P¨¢teo 13 (Cal?adinha Santo Estev?o, 13), que tiene una terraza perfecta para el verano.
Trasladarse a Alfama "es un viaje al pasado y al alma" de una ciudad que palpita recuerdos. Las calles empinadas, cuesta arriba-cuesta abajo, otorgan a este barrio una atm¨®sfera en la que cada paso parece descubrir algo nuevo. No hay plano que sirva para recorrer este arrabal, s¨®lo la intuici¨®n, el apetito y, quiz¨¢s, "el consejo despistado de alg¨²n amable paisano".
M¨¢s propuestas e informaci¨®n pr¨¢ctica en la Gu¨ªa de Portugal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.