Cataplana de marisco en el Algarve cubista
Laberinto blanco de casas cubo api?adas en Olh?o, excursiones en barco a playas solitarias y hasta un concurso gastron¨®mico de paelleras, en versi¨®n portuguesa
De playas poco frecuentadas en las islas de la R¨ªa Formosa, a la monta?a coronada por esculturas brit¨¢nicas de Vilamoura en un abrir y cerrar de ojos. El Algarve combina paisajes de tradici¨®n pesquera en Olh?o, cruceros que recorren la costa hasta remansos de tranquilidad al sur m¨¢s sur de Portugal y reductos de descanso para famosos, CR7 incluido. Sol y playas de calidad salteadas con espect¨¢culos al aire libre durante el conjunto de eventos culturales de verano en el Allgarve'11 que en su quinta edici¨®n tiene acento brit¨¢nico. Y, para rematar, arroz con marisco en un concurso de cocina en cataplana, algo as¨ª como la versi¨®n portuguesa de la paellera.
Casas enmara?adas en cubos blancos
EVENTOS DE VERANO
? Exposici¨®n de la escultura de Joana Vasconcellos 'Tutti-frutti', en el Aeropuerto Internacional de Faro, hasta el 30 de septiembre.
? Feria medieval de Silves, del 9 al 15 de agosto, en el centro hist¨®rico de la ciudad.
? Programa de actividades del Allgarve'11
La llaman la ciudad cubista. Un vistazo desde la torre de la iglesia Matriz de Olh?o, construida gracias a la contribuci¨®n de los pescadores, desvela el porqu¨¦. En esta localidad del coraz¨®n algarvio las construcciones en forma de cubos superpuestos, del siglo XVIII, encajan entre calles apretadas y sinuosas de cariz isl¨¢mico. Sustituyeron en muchos casos el tejado por una terraza, la t¨ªpica azotea del Algarve. No solo para disfrutar de las amplias vistas, sino para tener un espacio privado donde secar fruta y pescado. Un panorama geom¨¦trico de casas blancas que se admira desde m¨²ltiples perspectivas.
Arquitectura caracter¨ªstica, con ventanas y molduras ribeteadas de gris y azul. Una panor¨¢mica que conquista en el barrio de la Barreta, pr¨®ximo a los mercados municipales, verdaderos centros de la actividad comercial urbana en ¨¦pocas pasadas. Aqu¨ª se encuentra el pescado m¨¢s fresco desde 1915. Se reconocen por sus cuatro torreones acristalados de forma cil¨ªndrica y c¨²pulas met¨¢licas.
El toque colorido llega a la ciudad con los barcos del puerto pesquero y el astillero. Bullicio diario que trae sardinas plateadas y donde a¨²n se atisba el uso de covos, cestas de barro para coger pulpos. El paseo sigue por los rect¨¢ngulos reflectantes de las salinas hasta las ruinas de las atalayas de Torre de Bias, Cumeada y Alfanxia. Paralelas a la R¨ªa Formosa y al mar, el ba?o salado en la costa se vuelve m¨¢s curativo que nunca con un salto a los manantiales de los Olheiros, a cuyas aguas se atribuyen propiedades medicinales. La escapada pesquera no puede pasar sin adquirir un encaje con dos agujas, una malla que recuerda la red del pescador porque, ya lo dice el refr¨¢n, "donde hay redes, hay puntillas".
Merece la pena abandonarse al embrujo de las estrellas en un cielo casi siempre despejado y transparente en el Cerro de San Miguel, en la carretera que une Olh?o con Santa Catarina. Pero no sin antes ser sorprendido por una de esas enormes hormigas dise?adas para el espect¨¢culo callejero de la compa?¨ªa Sarruga. En la Avenida Cinco de Octubre, las opciones son huir o dejarse atrapar el 29 de julio por peque?os insectos que se convierten en gigantes, obras de ingenier¨ªa mec¨¢nica y de motricidad.
Faro, la ciudad protegida
Al poner un pie en el aeropuerto de Faro se confirma definitivamente la intuici¨®n de que, esta vez, la escapada al Algarve tiene algo diferente. Coloridos juguetes de pl¨¢stico, habituales en la playa, forman alineados un cucurucho enorme que da la bienvenida a los turistas. La obra Tutti-Frutti, de Joana Vasconcellos, es otra de las peculiaridades del Allgarve'11. Arte para poner la guinda a un viaje por la ciudad amurallada. En el mar, cinco barreras de arena en forma de islas. En tierra, paredes construidas por el pr¨ªncipe musulm¨¢n Ben Bekr en el siglo IX. Faro, la ciudad m¨¢s internacional de la punta sur portuguesa, es un n¨²cleo protegido frente al Parque Natural de la R¨ªa Formosa. Mezcla de cultura ¨¢rabe y vestigios medievales entre casas solariegas, algunas adosadas a tan hist¨®ricos muros.
En el perfil urbano se impone la Catedral, de origen medieval, uno de los m¨¢s valiosos conjuntos de los siglos XVII y XVIII en el Algarve. Surge entre casas de paredes encaladas, arcos uniendo los edificios y residencias nobles de opulentas familias. Paseo hacia el interior para entender la arquitectura ch? (llana), de la que el Palacio Episcopal es uno de los mejores ejemplos. A su lado, pasadizo luminoso para tropezarse con la vasta construcci¨®n del Seminario.
El descanso llega en el Caf¨¦ Alian?a, el de mayor tradici¨®n cultural de la ciudad, tras respirar el frescor del jard¨ªn Manuel B¨ªvar. Recorrido sin falta por la antigua Mouraria (Morer¨ªa), rodeada de los caracter¨ªsticos tejados de inspiraci¨®n oriental, de cuatro aguas. Edificios desde los que dominar, a vista de gaviota, el parque natural de la R¨ªa Formosa. All¨¢ donde la costa deja de ser regular, despliega un largo cord¨®n de dunas, con lenguas arenosas y zonas pantanosas. Aguas cristalinas y arena brillante que se alcanza en barco los meses de temporada alta. Desde la equipada playa de Faro hasta la tranquila isla de Barreta, casi desierta, y la del Farol, con peque?os n¨²cleos de viviendas de pescadores. Arenales exclusivos para broncearse en verdaderas islas.
Tesoros romanos y cataplana de marisco
A pocos kil¨®metros de Faro, el Cerro da Vila conserva su legado hist¨®rico de la presencia romana por tierras portuguesas. Una mirada al pasado en las ruinas de Milreu, una lujosa villa rural que en el siglo VI abandon¨® el estatuto pagano para servir a la iglesia cristiana. La Casa Rural das Ru¨ªnas, transformada en centro de interpretaci¨®n, permite tener una idea de c¨®mo viv¨ªan en aquella ¨¦poca. Y en la misma estribaci¨®n monta?osa, la herencia arqueol¨®gica se mezcla durante este verano con una exposici¨®n al aire libre de diez esculturas integradas en el paisaje campestre pertenecientes a la Colecci¨®n Berardo de arte contempor¨¢neo.
El coraz¨®n de la Vilamoura cosmopolita tambi¨¦n alberga restos de otra construcci¨®n romana, con termas y tanques de salaz¨®n de pescado del siglo I. Cerca del ineludible paseo por el puerto deportivo y la marina, atraque para yates lujosos o barcos pesqueros. Cafeter¨ªas y bares que tornan vibrante el ambiente, repleto tambi¨¦n de tiendas y actores callejeros. Al lado est¨¢ la playa La Falesia, llena de vida, punto de partida para peque?os cruceros que recorren la costa durante el d¨ªa. Paradas en playas poco frecuentadas, sardinada e incluso inmersi¨®n para bucear. Desde el barco, una perspectiva diferente sobre las ciudades del Algarve que sirve para apreciar el recorte sinuoso de la costa. Todo, por supuesto, rodeado del profundo azul marino.
Vilamoura es tambi¨¦n el escenario de un concurso de cataplana que se organiza para promover este artilugio culinario t¨ªpicamente algarvio, del 31 de agosto al 3 de septiembre. Cuarenta restaurantes de la zona se esmeran para deleitar con platos elaborados en la versi¨®n lusa de nuestra paellera. Arroz con marisco o suculentas almejas en restaurantes de costa que huelen a mar.
?Quieres ganar dos noches en el hotel de cinco estrellas Tivoli Victoria en Vilamoura y entradas dobles para ver a The Human League el 4 de agosto en Portim?o? Escucha Cadena Ser y descubre c¨®mo conseguirlas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.