D¨ªas de Machado en Baeza
Visita a la exposici¨®n conmemorativa y al aula donde daba clases de franc¨¦s
Antonio Machado lleg¨® a Baeza en el a?o 1912 procedente de Soria, a los 37 a?os, abatido tras la muerte de su joven esposa, Leonor (en Baeza data al a?o siguiente el extraordinario poema-carta en recuerdo de su mujer A Jos¨¦ Mar¨ªa Palacios). Estuvo siete a?os, pero el v¨ªnculo entre el poeta y esta ciudad renacentista, a la que llam¨® tanto "se?ora" como "poblach¨®n moruno", se ha perpetuado en el tiempo. Machado imparti¨® clases de franc¨¦s en el instituto local. Escribi¨®: "Me traslad¨¦ a Baeza, donde hoy resido. Mis aficiones son pasear y leer".
Este a?o se cumple el centenario de la llegada del poeta (Sevilla, 1875-Colliure, 1939) hasta esa Baeza monumental de principios del siglo XX, efem¨¦rides que ha servido para impulsar la ruta machadiana. Una gran exposici¨®n sobre la estancia del poeta en la ciudad sirve de punto de partida para el A?o Machadiano.
Cartas y retratos
Antonio Machado y Baeza (1912-2012). Cien a?os de un encuentro es el t¨ªtulo de la muestra que permanece abierta hasta el 1 de noviembre -fecha del centenario de su toma de posesi¨®n como profesor de gram¨¢tica francesa- en el Ayuntamiento baezano, organizador junto a Acci¨®n Cultural Espa?ola (AC/E). Incluye casi dos centenares de piezas, entre manuscritos, cartas, primeras ediciones, fotograf¨ªas, retratos del poeta, acuarelas, diarios o revistas.
Entre los documentos, el visitante puede ver originales de las primeras ediciones de Campos de Castilla (1912), P¨¢ginas escogidas (1917), Poes¨ªas completas (1917) o Nuevas canciones (1924), as¨ª como algunas de sus colaboraciones en los semanarios locales Di¨®genes o Idea Nueva y en la revista Don Lope de Sosa de Ja¨¦n. Tambi¨¦n se han recuperado algunas de las cartas que Machado se cruz¨® con su hermano Manuel, con Miguel de Unamuno o con Ortega y Gasset. Emotivas son igualmente las fotograf¨ªas de La Rebotica, el espacio tertuliano machadiano cuyo propietario era el farmac¨¦utico Adolfo Almaz¨¢n.
Junto a documentos y legajos se muestran retratos y bustos del escritor: el de ?lvaro Delgado del Ateneo de Madrid, el de Leandro Oroz Lacalle de la Fundaci¨®n Ortega y Gasset, el boceto de la cabeza de Pablo Serrano, el busto que Emiliano Barral le hizo en 1920. Tambi¨¦n se conservan los carteles de los homenajes que la ciudad rindi¨® a Machado, como el que se frustr¨® en febrero de 1966, cuyo autor fue Joan Mir¨®, o el que se le tribut¨® posteriormente a iniciativa de las autoridades locales.
Lugares machadianos
El paseo machadiano conecta los espacios que marcaron la estancia en la ciudad del autor de Campos de Castilla. Lugares como el Hotel Comercio, que fue la primera estancia del poeta, en la calle de San Pablo, hoy convertido en viviendas y del que solo se conserva su fachada; la casa en la calle de Gaspar Becerra, frente al Ayuntamiento, donde residi¨® hasta su traslado a Segovia en 1919; el antiguo casino de artesanos, donde Machado comparti¨® una velada con el joven estudiante Federico Garc¨ªa Lorca, llegado desde Granada en un grupo de alumnos que viajaban con su profesor, o el casino de se?ores, en la calle de San Pablo, donde se ha colocado una escultura del escritor.
La encina negra
"Campo de Baeza, so?ar¨¦ contigo cuando no te vea", escribi¨® Antonio Machado, que era un gran amante de la naturaleza. Una de sus aficiones era recorrer a pie el camino entre Baeza y la vecina ?beda -"Caminos de la tarde, / ?ay, ya no puedo caminar con ella!"-. Todav¨ªa se mantiene el paraje natural de encinas donde sol¨ªa descansar. Otro de sus paseos preferidos era el de la antigua muralla, donde disfrutaba del hermoso paisaje y el mar de olivos del valle del Guadalquivir y las sierras de Cazorla y M¨¢gina ("Tiene Cazorla nieve, / y M¨¢gina, tormenta"). En un punto de dicho paseo se levant¨® en 1966 el monumento a Antonio Machado.
El aula del profesor
Desde el a?o 1980 se puede visitar el aula-museo donde Machado ense?aba franc¨¦s, ubicada en el Instituto Sant¨ªsima Trinidad, que fue sede renacentista de la antigua universidad baezana. Este edificio muestra un exterior de aire manierista y en su interior destaca el paraninfo de planta cuadrada y con un artesonado de madera en su techo.
Y a escasos metros se encuentra el palacio de Jabalquinto, convertido hoy en la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andaluc¨ªa (Unia), con la que Baeza ha recuperado un rango acad¨¦mico que ya tuvo en el siglo XVI. Este palacio se?orial, donde destaca el virtuosismo de su portada, es sin duda una de las joyas andaluzas del g¨®tico isabelino. En su interior destaca su patio renacentista y su escalera barroca.
? Web del centenario: www.machadoenbaeza.es
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