Huelva, la costa secreta
Playas kilom¨¦tricas en las que es posible dar un paseo a caballo. Espacios naturales como Do?ana y el paraje de los Enebrales. Casa Rufino, en Isla Cristina, y la Taberna T¨ªo Paco, en Matalasca?as. Veinte pistas para disfrutar del sorprendente litoral onubense
Por su ubicaci¨®n alejada y limitadas conexiones en transporte p¨²blico, Huelva pertenece al grupo de litorales cuyo indudable atractivo no ha sido ponderado como se merece. No ser¨¢ por su para¨ªso natural de Do?ana o sus kilom¨¦tricas playas abiertas al Atl¨¢ntico, oc¨¦ano que, seg¨²n Col¨®n, ¡°da a cada hombre una nueva esperanza, como el dormir le da sue?os¡±. S¨²mese un buen ali?o de marismas, gastronom¨ªa excelsa, chiringuitos y bares que diversifican la oferta de esta Costa de la Luz a precios asequibles.
01 Ecoturismo en El Roc¨ªo
El Paseo Marisme?o anima a caminar 700 metros desde la ermita de El Roc¨ªo (Almonte) hasta el estupendo Centro Ornitol¨®gico SEO/Birdlife. Sepa que la entrada y el uso de prism¨¢ticos para divisar garzas, ciervos y hasta ¨¢guilas imperiales es gratuito.
Desde El Roc¨ªo parten adem¨¢s interesantes rutas guiadas al norte de Do?ana, por ejemplo para disfrutar de las colonias de garcetas y garcillas del Centro de Visitantes Jos¨¦ Antonio Valverde. Resulta admirable la competencia ornitol¨®gica de Miguel ?ngel Jim¨¦nez, gu¨ªa de Do?ana Nature, a la hora de vislumbrar ¨¢guilas calzadas, abubillas, calamones¡ quiz¨¢ linces. La finca Coto del Rey es otra de las zonas a visitar.
Aparte, en El Roc¨ªo podemos degustar recetas marisme?as ¡ªy quedarnos a dormir¡ª en el Toru?o, bajo el acebuche milenario.
02 Mario Gas en Niebla
Buena parte de Niebla posee valor art¨ªstico. Sus dos kil¨®metros de muralla (del siglo XII), sin ir m¨¢s lejos. A la iglesia de Santa Mar¨ªa de la Granada, antigua mezquita, se accede por el patio de las abluciones. Niebla fue sede episcopal en ¨¦poca visigoda y queda, del siglo VI, la pila bautismal, un sitial arzobispal y dos extraordinarios ambones. En el mihrab una cruz parece querer marcar el territorio cristiano. Dentro del castillo (visitable) tiene lugar el Festival de Teatro y Danza que traer¨¢ ma?ana a Jos¨¦ Sacrist¨¢n, dando vida a Don Quijote, y el 17 de agosto, a Mario Gas encarnando a Julio C¨¦sar.
Para los amantes del enoturismo est¨¢n, en la localidad de Bollullos Par del Condado, las Bodegas Sauci y su restaurante, la Taberna del Hortelano. Adem¨¢s de su cocina elaborada, cabe la opci¨®n de pedir tapas mientras uno va sirvi¨¦ndose de los toneles de vino del Condado. El de naranja, esencial.
03 Ba?o a puro cuerpo
A partir de la localidad de Matalasca?as, el acceso por la orilla del parque nacional de Do?ana es libre. Los andarines se ver¨¢n acompa?ados por correlimos y zarapitos, y a un par de kil¨®metros dar¨¢n con el rancho del Gamba, construido con barrones.
Por la vieja carretera de Punta Umbr¨ªa toparemos con el naturista paraje natural de los Enebrales, al que se accede por pasarelas que parten del carril bici. Aparcar es traicionero (hacerlo junto a otros conductores conocedores de los bancos de arena). Enebros arborizados como cipreses api?an su ramaje a sotavento de las dunas; no confundirlos con las sabinas.
Cerca de la localidad de El Terr¨®n (Lepe) parten los 1,7 kil¨®metros bacheados hasta la pasarela de la playa de Nueva Umbr¨ªa, para¨ªso senderista a la par que naturista, que ocupa los 13 kil¨®metros de la flecha del Rompido.
04 Espacios gastron¨®micos
En Huelva hay varias cosas que deber¨ªan ser pecado mortal. Una es no probar ¡ªcon el t¨ªpico carraspeo de garganta¡ª el jam¨®n ib¨¦rico de bellota (marcas: 5 Jotas o Jabujo de Ley). Una buena opci¨®n es paladearlo en Factory del Paladar de Punta Umbr¨ªa. Sirven adem¨¢s chorizos y ca?a de lomo. Otras cosas que no hay que dejar de degustar: los vinos del Condado, el exquisito aceite Oleodiel y la miel de Aracena. Tiene tambi¨¦n posici¨®n de privilegio la gamba blanca de Huelva.
Quienes no se acerquen a la tienda de Usisa en el puerto de Isla Cristina tienen a mano la l¨ªnea de etiqueta negra de dicha conservera en el citado Factory del Paladar. Sin salir de Punta Umbr¨ªa, la delicadeza de la tarta de galleta y las palmeras de la pasteler¨ªa Dolago est¨¢n a la altura del goloso m¨¢s ¨¢vido.
05 Moguer po¨¦tico
La Casa-Museo Zenobia-Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, consagrada al gran transformador de la poes¨ªa espa?ola del siglo XX, atrapa solo con entrar por la magn¨ªfica puerta. Se mantienen las estancias tal y como las conoci¨® el poeta. Todo es digno de merecimiento, desde la claraboya ¡ª¡°la luna era roja/ la luna era azul¡±¡ª, pasando por el despacho y la biblioteca¡, se escucha su voz recitando Sonetos espirituales. Un premio Nobel del que se van a publicar in¨¦ditos durante al menos una d¨¦cada. Es este el momento y el lugar para acercarse adem¨¢s a la personalidad de la escritora Zenobia Camprub¨ª, esposa de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez.
Dentro del museo, los letraheridos ver¨¢n lo material; puertas afuera, lo inmaterial de Moguer. La localidad est¨¢ volcada en ese Platero y yo que en 2014 cumplir¨¢ cien a?os de la primera edici¨®n. La entrada conjunta para la casa-museo y el monasterio de Santa Clara cuesta 4 euros.
06 La blanca maravilla
La obra g¨®tico-mud¨¦jar de mayor calado en Huelva, el monasterio de Santa Clara de Moguer, al berg¨® monjas de ringorrango como se cerciora en el claustro, y tanto o m¨¢s en el bajo coro, de estilo nazar¨ª granadino. Bello como pocos es el conjunto funerario g¨®tico-tard¨ªo compuesto de cinco figuras yacentes. ?C¨®mo no reparar en el sepulcro de Juan de Portocarrero, obra maestra de Giacomo della Porta? Y qu¨¦ decir de las puertas del coro. Otro claustro visitable es el manierista del convento de San Francisco, donde actuar¨¢ el 24 de julio el grupo musical-teatral The Funamviolistas.
Y permanecemos un rato m¨¢s en Moguer. Si nos gusta el mes¨®n El Lobito (donde cada uno se prepara la tosta al gusto) nos gustar¨¢ tambi¨¦n la Bodeguita de los Raposo (donde las comandas se cumplimentan con formularios). Su licor de Viagra es una mistela de secretos ingredientes (y dudosos efectos). Otra buena idea es surtirse de pastelitos de Moguer en La Victoria y fotografiar las casas enrejadas de este despampanante conjunto hist¨®rico-art¨ªstico.
07 De terrazas y mojitos
El deslumbrante Carabela Beach Club de Matalasca?as es un ejemplo de reciclaje: antes era una depuradora y ahora es una terraza de blanco mobiliario para atardeceres chill out. El condumio se enmarca dentro del concepto de gastrobar. Otra opci¨®n es el Mosquito Club de Punta Umbr¨ªa, cuya jaima entarimada sorprende a la clientela alternativa. ?Qui¨¦n dijo que la playa estaba re?ida con lo cultural? Organizan desde cursos de yoga hasta actuaciones, como la de los Faith Keepers (funk-soul) el pr¨®ximo d¨ªa 17 de julio.
El Rompido (Cartaya) es escenario para el disfrute de copas y buena m¨²sica. El gancho del Horizontal Beach Club ¡ªaparte del mobiliario balin¨¦s, sus zumos y tapas elaboradas¡ª son las fiestas, que lo emparentan con Marbella o Ibiza. Conciertos y naturaleza se conjugan en el chiringuito Larena. Antes, un buen plan es despedir el sol en el Panor¨¢mico Rompido o en el Luz de Mar (donde se funden magia, humor y grupos en directo).
08 Bajando por la Cuesta de Maneli
Un total de 23 kil¨®metros de playa esperan entre Matalasca?as y Mazag¨®n, ajenos al ladrillo. Y un chiringuito, el de la Cuesta de Maneli (Almonte), accesible desde el aparcamiento (2 euros) por una pasarela de 1,2 kil¨®metros: un paisaje de transici¨®n entre los pinos, el camari?al y el acantilado del Asperillo, amalgama de dunas f¨®siles con ba?o sin corrientes y excelsa naturaleza. Francisco Javier Palma, due?o del chiringuito y de la empresa Do?ana Educa, organiza actuaciones los s¨¢bados por la tarde. Con retirarse unos centenares de metros prima el naturismo. Lo mejor es ir entre semana.
09 Chocos en infusi¨®n
El restaurante Ac¨¢nthum (959 24 51 35; men¨²s entre 29,95 y 57,60 euros) nos acerca a una cocina onubense evolucionada, refinada por Xanty El¨ªas (Huelva, 1980) durante su estancia en el Arzak donostiarra. El tartar de jam¨®n ib¨¦rico y yema curada circula por las mesas al lado de platos emblem¨¢ticos como la infusi¨®n de chocos y sus tallarines. De postre: helado de torta de In¨¦s Rosales con fresas.
10 Lugares colombinos
Las fronteras entre la historia y la leyenda se solapan en Palos de la Frontera. Fue en el monasterio de Santa Mar¨ªa de La R¨¢bida donde Col¨®n encontr¨® ayuda en el confesor de Isabel la Cat¨®lica. En la antigua sacrist¨ªa hoy rodean al visitante los frescos colombinos de V¨¢zquez D¨ªaz, en tanto que la iglesia g¨®tico-mud¨¦jar custodia la Virgen de los Milagros y el Cristo de los Remedios. Tiene tambi¨¦n inter¨¦s el Muelle de las Carabelas, porque ayuda a diferenciar la nao (la Santa Mar¨ªa, m¨¢s grande) de las carabelas (la Pinta y la Ni?a), reproducidas las tres a escala exacta y aptas para navegar.
11 Multiactividad
Dif¨ªcilmente pueden imaginarse paseos a caballo hispano-¨¢rabes m¨¢s deliciosos que los sugeridos por Arte Andaluz en la kilom¨¦trica playa del parque natural de Do?ana. El mejor momento es el atardecer ¡ªincluso bajo la luna¡ª y el punto de destino puede ser la torre del Loro. Para apuntarse no es necesario tener experiencia. En el parque dunar de Matalasca?as organizan paseos en dromedario.
El paddle surf es un deporte emergente que tiene en Isla Cristina a Francisco Javier Cueto como experto valedor. Su escuela m¨®vil recoge a cuantos deseen iniciarse. Para los d¨ªas 20 y 21 hay prevista una ruta bajo la luna con avituallamiento en chiringuitos. Cerca existe un club de kite con el encanto del chiringuito Kitepiri?a.
Gu¨ªa
C¨®mo llegar y moverse
? Una opci¨®n interesante es tomar el tren Alvia Madrid-Huelva, sin parada en Sevilla, y alquilar un coche en la estaci¨®n onubense. Ya en la costa de Huelva, conviene tener a mano monedas para los aparcamientos.
Informaci¨®n
? Oficina de turismo de Andaluc¨ªa.
? Oficina de turismo de Huelva. El patronato de Turismo de Huelva ofrece gu¨ªas y planos dise?ados desde hace m¨¢s de una d¨¦cada por ?scar Marin¨¦.
12 Tabernas felices
En Punta Umbr¨ªa, el quiosco-bar Casa F¨¦lix se distingue por la gracia de sus camareros al servir pescado a la brasa. Antonio Cruz, por su parte, es el alma de la Bodega Ram¨ªrez, abierta hace casi cuatro d¨¦cadas en Huelva capital: una tasca de verm¨² de Bollullos que se acompa?a de langostinos y patatas ali?adas con melva. M¨¢s espaciosa es la Bodega Dolores de Isla Cristina, donde el amabil¨ªsimo Ram¨®n Orta presume de salmonetes, cuando no de arroces caldosos.
Para el montadito de gambas en Casa Pep¨ªn (Isla Cristina) usan pan papus seco portugu¨¦s, que combina tambi¨¦n con el at¨²n al ajillo. En Matalasca?as destaca la animaci¨®n de la Taberna T¨ªo Paco. Preguntar por el plato de San Marcos.
13 Ayamonte y el Guadiana
Su esencia es el r¨ªo Guadiana, que a la altura de Ayamonte tiene ya la majestad del oc¨¦ano. Cerca de la gasolinera, el Molino de Mareas de El Pintao (entrada gratuita) aloja el centro de interpretaci¨®n del paraje natural Marismas de Isla Cristina. En la plaza de la Laguna la referencia es el palmeral con azulejer¨ªa sevillana profusamente ilustrada, que se extiende al patio del Consistorio. La taberna de pescadores m¨¢s a?osa, La Puerta Ancha, abre hoy como bar de comida fusi¨®n.
No olvidarse de la piedra ostionera de la Casa Grande y de las tinajas que custodia. Casa Orta es un colmado cargado de Historia y de historias. Pertenece desde 1826 a la misma familia y conserva la corresponsal¨ªa del banco hispano-americano tal y como cerr¨® en 1980, as¨ª como un bar en los viejos almacenes de degustaci¨®n (curiosa la cesta con la que surten a la vecina de arriba).
14 Vila Real de Santo Ant¨®nio
¡°Eres m¨¢s cumplido que un portugu¨¦s¡±, se escucha por Huelva. Un chute de amabilidad recibir¨¢ a quien tome en Ayamonte el transbordador que cruza el Guadiana en 15 minutos rumbo a Vila Real de Santo Ant¨®nio. Nos recibe la Casa dos Folques, el hotel Guadiana, y de all¨ª a la ret¨ªcula pombalina de 1776, erigida ex novo tras el terremoto de Lisboa. Un pastel de nata de la pasteler¨ªa Moderna acompa?a al paseante por la plaza y las tiendas bien surtidas de s¨¢banas y toallas. Para comer bife de at¨²n encebollado regado con vino de Estombar, restaurante Sem Espinhas. No hace falta madrugar: en Portugal rige una hora menos.
15 Cazatardeceres
Hay un momento imborrable en la costa onubense que lo cifra todo: el crep¨²sculo. Para presenciarlo, unos recomiendan el faro de Matalasca?as o la terraza del parador de Ayamonte, viendo c¨®mo cae el disco rojo junto al puente internacional. Visto que en verano cae el sol en tierra, o buscamos la punta de la Canaleta en Punta Umbr¨ªa o acudimos al Club Mandala, que ofrece atardeceres exclusivos sobre las marismas del Odiel. Decorado al estilo hind¨² ¡ªen especial la portalada¡ª, con DJ, actuaciones y coctelero los fines de semana¡ este mirador-lounge est¨¢ encaramado sobre el punto m¨¢s alto de Huelva capital, El Conquero.
16 Conduciendo por medio del mar
La carretera por el dique Juan Carlos I (Huelva capital) nos planta, tras la friolera de 24,6 kil¨®metros, en la bocana de la r¨ªa de Huelva. Primero nos detenemos en el Centro de Visitantes Calatilla del paraje natural Marismas del Odiel. En pocas carreteras pueden fotografiarse tan c¨®modamente flamencos y esp¨¢tulas, por no hablar de lim¨ªcolas. Cuanto m¨¢s avanza el verano, m¨¢s nutridas son. La arena de la playa, una de las mejores de la provincia, colmatar¨ªa la r¨ªa de no ser por esta barrera de contenci¨®n. Los tres ¨²ltimos kil¨®metros acongojan: bacheados y siendo coto exclusivo de pescadores junto a la baliza. Un lugar ideal para sentir la consciencia de la soledad frente a la nada del oc¨¦ano.
17 Qu¨¦ verano ¡®indie¡¯
Un escenario con gradas sirve de marco al Santa Teresa South Pop Isla Cristina, festival indie-pop que no juega en las grandes ligas, pero que resulta familiar y en el que las actuaciones jam¨¢s se solapan. La cita arranca el 6 de septiembre y tiene como cabezas de cartel a Dorian, con sus hits electro-newwave, y el simp¨¢tico pop hip-hopero de DelaF¨¦ y las Flores Azules. Con el abono se obtiene gratis: autocar desde Santa Justa (Sevilla) m¨¢s plaza en el c¨¢mping Giralda y barbacoa de despedida.
18 Isla Cristina: puerto y salinas
Hasta el d¨ªa 16, festividad de la Virgen del Carmen, puede verse engalanada la flota de Isla Cristina, el primer puerto andaluz en pesca fresca y artesanal. Cuando se retome la faena podr¨¢ presenciarse la descarga de pescado y la subasta. La oficina de turismo (959 33 26 94) organiza visitas a la subasta vespertina, y Biomaris Ambiental a la matinal, de cerco, adem¨¢s de a las salinas. La visita a las salinas de Isla Cristina resulta muy interesante al ser una de las ¨²ltimas salinas artesanales de Espa?a. Julio y agosto son los mejores meses para ver el blanco proceso del que brota la flor de sal, las escamas y la sal com¨²n. De venta en la tienda.
Tres generaciones avalan la calidad del restaurante Casa Rufino (959 33 08 10). Se pide, por ejemplo, el milhojas de bacalao, el morrillo de at¨²n con su pellejo o los ravioles de choco. El llamado men¨² de Tonteo sale por 55 euros para dos (bebidas aparte).
19 Los paradores quieren
La sorpresa salta en Matalasca?as con el Hotel Do?ana Blues, moderna casona con un cuidado jard¨ªn y una esmerada atenci¨®n a cargo de Carmen Escribano y su esposo, el cantautor y documentalista Antonio Flores. Los paradores son tambi¨¦n referencia a la hora del alojamiento en Huelva. El de Mazag¨®n, con sabor de caser¨ªo ingl¨¦s y spa, se yergue sobre el acantilado f¨®sil, a cuya playa se desciende por una escalinata. Recordar salir de noche al balc¨®n para ver la luna reflejada en el Atl¨¢ntico.
La arquitectura atrae en el parador de Ayamonte, de cuatro estrellas pero con vistas de cinco sobre el puente internacional proyectado por C?ncio Martins. El mobiliario resulta algo trasnochado, pero su encanto arquitect¨®nico y la calidad del desayuno lo avalan. A los golfistas les interesar¨¢ el Precise Resort. Y las familias har¨¢n bien en consultar las chozas marisme?as de El Roc¨ªo.
20 De El Terr¨®n a la Casita Azul
Por ¨²ltimo, dos ambientes pesqueros con sabor aut¨¦ntico. Primero: El Terr¨®n, pueblo donde camiones-bobinas descargan artes de pesca de arrastre debido a la calidad de los rederos leperos. Y segundo: La Antilla, donde los edificios comparten estampa con los 40 botes de trasmallo varados en la playa.
Algunos curiosos se detienen en el Centro Comercial Islantilla para tomar algo en el primer 100 Montaditos de la cadena y la primera cervecer¨ªa La Sure?a abierta al p¨²blico. Aunque el verdadero atractivo deber¨ªa ser la librer¨ªa-cocteler¨ªa El Principito.
Para ba?arse sin complicaciones, ir a la playa de la Casita Azul (Isla Cristina), antigua casa forestal, hoy centro de interpretaci¨®n de la naturaleza: pinos, dunas, la Senda del Camale¨®n y el chiringuito La Gola, donde se cena muy agradablemente.
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