Tragos de autor en la noche lime?a

El d¨ªa en que Miguel ?ngel Aquije, socio de La Emolienter¨ªa, apost¨® y perdi¨® sus ¨²ltimos 50 d¨®lares en un casino de Atlantic City (Estados Unidos) se encontr¨® compartiendo calle y comiendo en comedores sociales junto con vagabundos. Regres¨® a Per¨² y, con un peque?o pr¨¦stamo, abri¨® un peque?o bar en la calle de Bonilla de Miraflores, en Lima, al que llam¨® La Emolienter¨ªa. El emoliente es una bebida digestiva hecha a base de grano tostado de cebada que suele consumirse en carretillas ambulantes en las calles de Per¨² (al agua de cebada se le a?ade linaza, boldo, alfalfa, cola de caballo y limones reci¨¦n exprimidos). "Yo lo que quer¨ªa era abrir un bar, pero mi padre, que me estaba dejando el dinero para volver a empezar, no me quer¨ªa ver rodeado de alcohol, as¨ª que le dije que iba a abrir una emolienter¨ªa". Pero el emoliente tambi¨¦n se puede tomar con pisco, bebida alcoh¨®lica nacional hecha a base de uva. "Mi familia produce pisco de manera artesanal desde hace m¨¢s de 100 a?os en la zona de Aquije, en Ica". As¨ª que la idea cuadraba perfectamente y La Emolienter¨ªa se convirti¨® en uno de los primeros bares en vender emoliente y pisco artesanales. Un d¨ªa, una presentadora de televisi¨®n pas¨® por ah¨ª, entr¨® y le pidi¨® permiso para grabar un programa en su local. Esa fue una especie de trampol¨ªn. Poco tiempo despu¨¦s, el chef Gast¨®n Acurio prob¨® el emoliente que Aquije vend¨ªa y comenz¨® a hacerle grandes pedidos.

El ¨¦xito de La Emolienter¨ªa, encuadrado en el boom gastron¨®mico y de bares que vive Lima, fue tal que la gente ya no daba abasto en el peque?o local de la calle de Bonilla. As¨ª que Miguel ?ngel se puso manos a la obra y junto con sus socios C¨¦sar Davey y Jorge Chung abrieron el segundo. Desde entonces el segundo local de La Emolienter¨ªa, ubicado en la calle Diagonal, 598, en Miraflores, se ha convertido en un punto de encuentro que no pasa inadvertido. La decoraci¨®n del local est¨¢ cargada de colores y elementos de la cultura popular callejera. "La idea es que uno se sienta como si estuviera frente a una carretilla de emoliente en la calle". La iluminaci¨®n, las ilustraciones y los objetos reciclados, as¨ª como las inmensas damajuanas (garrafas) con las diferentes fermentaciones de pisco son sus principales atractivos visuales. La variada carta de bebidas va desde el tradicional pisco sour y chilcano hasta elaborados c¨®cteles con frutas como chirimoya, guan¨¢bana o coco. La comida tampoco puede faltar, y ya se puede degustar un choclo con tres quesos, arroz chaufa al estilo carretillero o el t¨ªpico aj¨ª de gallina. ¡°No solo queremos ser un bar, sino tambi¨¦n un centro cultural, una galer¨ªa de arte, todo a la vez¡±, afirma Aquije, que ya est¨¢ pensando en abrir otro local en la selva.

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