Una ruta de vino y aceite por el Altiplano murciano
Bodegas, almazaras y reposter¨ªa t¨ªpica en las cercan¨ªas de Yecla
Nada que envidiar al Beaujolais nouveau: la Noche Tinta de Yecla se presenta como una celebraci¨®n a la altura de su prima francesa y, aunque todav¨ªa queda reciente la edici¨®n de 2015, entre el ir y venir de excelentes tapas de la tierra y m¨²sica en directo, podemos ir preparando la siguiente con una visita a vi?edos, bodegas y platos de cuchara en una Ruta del Vino acogedora y, casi sobra decirlo, muy alegre.
Conducir por el Altiplano murciano de buena ma?ana supone, por lo general en estas fechas, recorrer un paisaje de vi?edos que surgen casi m¨¢gicos de la niebla. Por un laberinto de carriles que la surcan se llega a la finca El Espinal de Bodegas Casta?o (Avenida de Fuente¨¢lamo, 3; +34 968 791 115), cuyo centenar de hect¨¢reas de uva monastrell, cabernet-sauvignon, merlot y syrah, entre otras, dar¨¢n la bienvenida al bonvivant que se aventure hasta aqu¨ª para catar sus vinos, acompa?ados de un almuerzo campero nutrido (un almuerzo en Murcia puede ser una recia comida de varios platos). A quienes sienten m¨¢s debilidad por los detalles t¨¦cnicos, les recomendamos continuar el d¨ªa visitando la bodega madre, donde podr¨¢n experimentar, oler y degustar todo el proceso de creaci¨®n del vino.
No es este el ¨²nico lugar que les permitir¨¢ hacerlo. Otra bodega, Se?or¨ªo de Barahonda (carretera Pinoso, kil¨®metro 3; +34 968 718 696), de la familia Candela, se asoma minimalista y moderna, en contraste con su casi centenaria existencia, entre los viejos caser¨ªos del valle que ocupa. Tambi¨¦n en ella es posible visitar las modernas instalaciones de elaboraci¨®n vin¨ªcola, catar algunos de los vinos de la zona en su terraza chill-out o disfrutar de una comida con vistas al mar de vi?edos que rodea el restaurante Barahonda. Candidato a estrella Michelin, la carta, por supuesto, maridada a la perfecci¨®n con las referencias de la casa.
As¨ª sorprende Yecla, localidad tradicionalmente conocida por sus muebles, con el nuevo producto de moda. De hecho, ambas industrias ¨Cmueble y vino¨C surgieron a la vez, a finales del siglo XIX, cuando los franceses, huyendo de la filoxera, decidieron cultivar sus vides aqu¨ª, lejos de los temidos focos de la plaga. De esas uvas vienen los vinos; de los pinares que se talaron para hacer sitio a las vides, los muebles.
Tambi¨¦n supieron qu¨¦ hacer con otros ¨¢rboles que quedaron, los olivos, como nos explicar¨¢n Rafaela y Marcelo, de la almazara Deortegas (carretera de Pinoso, Camino del Ardal kil¨®metro 5, Paraje Los Pinillos; +34 968 969 644), durante una cata de sus monovarietales org¨¢nicos de arbequina, picual y cornicabra. Atentos todos a los toques afrutados ¨Cmanzana y pl¨¢tano¨C de la primera y verdes ¨Ctomate y hoja¨C de la segunda. Son casi una comida por s¨ª mismas o, al menos, el aperitivo perfecto para atreverse, m¨¢s tarde, con uno de esos t¨ªpicos platos de cuchara (gazpacho yeclano, potaje de garbanzos, olla gitana) que tanto reconfortan en los fr¨ªos d¨ªas del invierno del Altiplano.
Un lugar muy reputado para hacerlo es el restaurante Los Chispos (Avenida Juan Carlos I, Pol¨ªgono La Herrada; +34 968 752 064), ya en la carretera de Villena, cuyo entorno industrial no desmerece, en absoluto, la exquisita comida cocinada al m¨¢s puro estilo tradicional. Imposible no regarla con el fruto de la tierra, claro. ?Y de postre? Pastas angelicales. Por ese nombre se conocen los libricos de Yecla, una receta tradicional de la familia de Alejandro Marco, que lleva prepar¨¢ndola y transmiti¨¦ndola de padres a hijos desde 1850. Se trata de un dulce de fin¨ªsimas obleas, decoradas con grabados de los numerosos monumentos de la ciudad, que encierran varias capas de miel de sabor intenso.
Vino, aceite, dulces y gente amable y generosa. Se mire por donde se mire, Yecla es un lugar de felicidad f¨¢cil, que tampoco carece de inter¨¦s art¨ªstico. Para muestra, un bot¨®n: la bas¨ªlica de La Pur¨ªsima, que reina sobre el perfil urbano con su hermosa c¨²pula de teja vidriada a bandas azules.
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