Inhaca, respiro paradis¨ªaco en Mozambique

La isla de Inhaca se encuentra a 32 kil¨®metros de Maputo, la capital de Mozambique, pero durante las casi tres horas en barco que la separan del continente crece la sensaci¨®n de llegar a alg¨²n lugar perdido en mitad del oc¨¦ano ?ndico. La primera imagen que deja Inhaca es dif¨ªcil de olvidar por su composici¨®n: palmeras, muelle infinito y barcas de madera encalladas en la playa.

El ferri que sale a diario desde Maputo echa el ancla a varios metros de la orilla y en cuesti¨®n de segundos est¨¢ rodeado de peque?as embarcaciones que compiten por acercar al mayor n¨²mero de pasajeros a tierra firme. Ya sea por sus arenales, por su riqueza biol¨®gica o por el pescado fresco a la brasa que aguarda a los visitantes, la isla es un respiro paradisiaco perfecto para alejarse durante unos d¨ªas del barullo y el ritmo fren¨¦tico de la capital mozambique?a.

Uno de los grandes atractivos de Inhaca son sus playas y la certeza de que estar¨¢n desiertas en cualquier ¨¦poca del a?o. En el norte, las lenguas de arena unen la playa del Farol con la vecina Isla de los Portugueses. Este arenal abierto a las aguas claras del ?ndico no tiene nada que envidiar a las kilom¨¦tricas playas del continente. Pero el verdadero espect¨¢culo llega entre los meses de julio y noviembre, con la temporada de ballenas. En esta ¨¦poca el antiguo faro que custodia la playa se convierte en un mirador perfecto para divisar ballenas jorobadas en su ruta hacia el sur.

'Snorkel' con tortugas marinas

La segunda parada obligatoria se encuentra en la otra punta de la isla. Despu¨¦s de atravesar un t¨²nel natural de ¨¢rboles y arbustos aparece la playa de Santa Mar¨ªa, m¨¢s recogida y tranquila. Para acceder a este lugar es necesario pagar una tasa que ronda los cinco euros, destinada al funcionamiento de la reserva que la acoge. Es un enclave perfecto para hacer snorkel (buceo con tubo) porque isla y continente est¨¢n separados por una barrera de coral repleta de especies de todos los tama?os y colores. En esta aguas, la gran estrella es la tortuga marina. Hay cuatro tipos diferentes que se dejan ver por la zona; aunque desovan en tierra firme por la noche, durante el d¨ªa asoman la cabeza en el agua y se pueden divisar desde la orilla.

Se puede acabar la jornada paseando por las marismas del este de Inhaca. Si la marea lo permite, la zona se convierte en un recorrido de postal con el sol en ca¨ªda libre, decenas de flamencos aprovechando los ¨²ltimos rayos y peque?as embarcaciones de pescadores en busca de producto fresco.

Pese a los escasos 42 kil¨®metros cuadrados de la isla, desplazarse no resulta f¨¢cil; no existen carreteras asfaltadas y todos los caminos son de arena blanda y poco firme. Por eso, la mejor opci¨®n es moverse con alguno de los habitantes de la isla que suelen ofrecer traslado a los visitantes en sus todoterrenos. Aunque las alternativas son limitadas (y el precio elevado), las opciones de alojamiento ayudan con el presupuesto: la oferta es amplia y se puede dormir por 15 o 20 euros en lugares como el Fernando Nchaca Lodge o el Cool Runnings Guest House.

M¨¢s pistas para un viaje a Maputo pinchando aqu¨ª

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