Chamber¨ª, entre libros, meteoritos y ¡®sorollas¡¯
Tesoros arquitect¨®nicos y rincones inesperados en uno de los barrios m¨¢s castizos de Madrid
El mostrador de El Gale¨®n (Calle de Sagasta, 7) est¨¢ sumergido en un oc¨¦ano de libros de segunda mano. Desde los c¨®mics de El Coyote hasta las biograf¨ªas de Churchill y Teresa de Calcuta. Tratados, novelas, enciclopedias y fasc¨ªculos forman arrecifes de papel en las paredes de este estrecho local, donde para encontrar algo hay que avisar a Jos¨¦ Gonz¨¢lez. ?l, desde la cabina de un imaginario submarino, dirige desde hace 40 a?os este negocio en un caos ordenado. Asegura conocer todos los t¨ªtulos que inundan el local. De vez en cuando, alguien se planta frente a su peque?o puesto preguntando por alg¨²n t¨ªtulo descatalogado, como una jubilada que camina fatigosamente y solicita una enciclopedia "de temas variados, general y que no sea muy cara". Gonz¨¢lez lo anota en su libreta.
El Gale¨®n es solo el preludio de la veintena de librer¨ªas que habitan en Chamber¨ª, uno de los barrios m¨¢s castizos de la capital, donde tomarse todo el tiempo del mundo y practicar el slow-shopping, una forma m¨¢s reflexiva y responsable de comprar.
"Quien busque un libro raro, seguramente lo encuentre por aqu¨ª¡±, asegura Gonz¨¢lez desde su gale¨®n de papel. El librero se refiere tanto a la suya como a todas las tiendas de segunda mano que conviven en Chamber¨ª. Como ?baco, donde Soraya Plaza y sus dos hermanos buscan libros descatalogados por encargo. En su tienda de la calle del General ?lvarez de Castro 3 cuentan con 50.000 t¨ªtulos, m¨¢s otros 11.000 en el almac¨¦n. Su abuelo mont¨® la primera librer¨ªa despu¨¦s de la guerra civil en la calle de Fern¨¢ndez de Los R¨ªos, ¡°aunque vend¨ªa todo tipo de cosas, ya que los libros por entonces no eran una prioridad¡±, explica Plaza. Se cri¨® entre las antig¨¹edades que sus padres comenzaron a vender para diversificar el negocio. Al heredarlo, los hermanos decidieron centrarse en los libros. En Palabras y Cosas (Calle de Monte Esquinza, 40), los libros raros, curiosos y descatalogados se aderezan con juguetes antiguos desde hace dos d¨¦cadas. ¡°Esas cosas del nombre de la tienda son soldaditos de plomo y coches de hojalata¡±, apunta su due?a, Teresa Carbajo.
¡°En este tipo de librer¨ªa no puedes ir con prisa, tienes que tomarte tu tiempo para descubrir sus tesoros¡±, asegura Sara Gonz¨¢lez, coordinadora de TuuuLibrer¨ªa, un negocio en el que el cliente elige cu¨¢nto paga por los libros. Un modelo importado de Estados Unidos. Las paredes de sus tres locales, uno en Barcelona (calle del Planeta, 17) y dos en Madrid (en la calle de Padilla 78, barrio de Salamanca, y en la calle de Covarrubias 38, en Chamber¨ª), est¨¢n enladrilladas con vol¨²menes agrupados por temas. ¡°Tenemos t¨ªtulos en cualquier idioma y de cualquier condici¨®n¡±, dice Gonz¨¢lez. El cliente se puede dejar orientar por los responsables o arriesgarse en una especie de cita a ciegas: varios libros envueltos en papel de peri¨®dico descansan sobre el mostrador y una tarjeta con pistas advierte al comprador sobre su contenido. El resto es una inc¨®gnita: puede que te enamores o repudies el t¨ªtulo que esconde. Una aventura solo apta para las mentes abiertas.
A unos cuantos pasos de Tuuulibrer¨ªa, otra librer¨ªa tambi¨¦n busca ensanchar mentes. Kolima (calle de Covarrubias, 28) edita y vende libros sobre autoconocimiento y desarrollo personal desde 2015. "Nuestros t¨ªtulos tratan sobre la felicidad, el miedo, el ¨¦xito, el trabajo o la educaci¨®n", explica Marta Prieto, profesional con 30 a?os de experiencia formando directivos y fundadora. "Quer¨ªamos estar en el centro de Madrid, pero algo m¨¢s alejados del barullo¡±. En su local tambi¨¦n venden t¨ªtulos de otras editoriales y organizan talleres sobre mindfullness, meditaci¨®n y nuevas terapias familiares.
Kolima no es la ¨²nica librer¨ªa especializada en un barrio en el que vive un gran n¨²mero de estudiantes por su cercan¨ªa con la Universidad Complutense y la Universidad Polit¨¦cnica. La literatura infantil y juvenil copa las estanter¨ªas de Liberespacio (calle de Joaqu¨ªn Mar¨ªa L¨®pez, 25); gu¨ªas y manuales sobre escalada y excursionismo hacen lo propio en La Tienda Verde (Maudes, 23); los libros de ciencia ficci¨®n y suspense en Estudio en Escarlata (calle de Guzm¨¢n el Bueno, 46) y los de m¨²sica en El Argonauta (Fern¨¢ndez de los R¨ªos, 50). Palabras en m¨¢s de nueve idiomas llenan las p¨¢ginas de los libros de Pasajes (G¨¦nova, 3) y la literatura italiana las de la Librer¨ªa Italiana (Modesto Lafuente, 47).
En Chamber¨ª uno puede perderse entre libros, pero tambi¨¦n entre alubias, lentejas o garbanzos. Hasta 40 variedades de jud¨ªas han llenado los sacos de Casa Ruiz (Calle de Andr¨¦s Mellado, 46), una antigua librer¨ªa argentina reconvertida, hace tres a?os, en un almac¨¦n de productos a granel. All¨ª acude habitualmente Susana, una vecina del barrio de 79 a?os, porque le recuerda a las visitas al mercado que hac¨ªa de peque?a. Ahora, ya jubilada, se atreve a probar vegetales que no hab¨ªa visto en su vida, como las semillas de chia o el teff, un cereal de origen et¨ªope de moda entre los deportistas por sus carbohidratos de lenta absorci¨®n. ¡°Esta forma de comprar traslada a los m¨¢s mayores a su infancia, seduce a los atletas que buscan productos sanos y a los j¨®venes ¨¢vidos por probar cosas nuevas¡±, explica Jos¨¦ Mar¨ªa Torregrosa, uno de los tres socios de Casa Ruiz.
Desde 2013, Casa Ruiz y Pepita y Grano (calle de Santa Engracia, 77) nutren de legumbres, especias y cereales procedentes de todo el mundo a este barrio madrile?o. Este tipo de negocios proliferan ahora en Madrid y especialmente en Chamber¨ª. ¡°Normalmente vas al mercado, coges lo que necesitas y pagas, nosotros queremos que disfrutes de la compra¡±, explica Gustavo Moretta, uno de los due?os de Pepita y Grano, un negocio al que muchos vecinos acuden como si se tratara de su propia despensa. ¡°Cada d¨ªa vienen, compran la cantidad que necesitan y se lo llevan en sus propios envases¡±, a?ade.
Joyas del suelo (y el subsuelo)
Admirar los edificios es otro de los placeres del barrio. ¡°Hay una gran variedad de estilos. Los de la zona de Almagro son incluso m¨¢s lujosos que los del barrio de Salamanca, mientras que en la zona de Arapiles son m¨¢s populares¡±, afirma Alberto Teller¨ªa, vocal t¨¦cnico de Madrid, Ciudadan¨ªa y Patrimonio, asociaci¨®n en defensa del patrimonio de la Comunidad.?
Construcciones modernistas, neog¨®ticas y racionalistas, muchas de ellas declaradas monumento nacional, han configurado la particular fisonom¨ªa de Chamber¨ª durante siglo y medio. ¡°Uno de los m¨¢s interesantes es el Hospital de Maudes (calle de Raimundo Fern¨¢ndez Villaverde, 1), de planta octogonal, proyectado por Antonio Palacios¡±, agrega Teller¨ªa.
El estilo neomud¨¦jar, que conecta con el pasado ¨¢rabe de la Pen¨ªnsula a trav¨¦s de una interpretaci¨®n de su arquitectura, destaca, junto al racionalismo, en el vecindario. Por ejemplo, en el Palacio del Marqu¨¦s de los Salados (Calle de Eloy Gonzalo, 3), el Instituto Valencia de Don Juan (Fortuny, 43) o el hotel NH de Santa Engracia.
El racionalismo, con el que la arquitectura espa?ola entr¨® en la modernidad, cuenta con dos edificios representativos: la casa de las flores (calle de la Princesa), dise?ada por Secundino Zuazo en 1931, donde vivieron el poeta Pablo Neruda y el escritor Emilio Carrere, y la gasolinera Jesa. Esta construcci¨®n del madrile?o Casto Fern¨¢ndez-Shaw, que ha sido derribada y reconstruida casi en su totalidad, lleva 90 a?os atendiendo a veh¨ªculos en el n¨²mero 18 de la calle de Alberto Aguilera.
El barrio, que naci¨® como un arrabal industrial en el siglo XIX, se convirti¨® en hogar de la burgues¨ªa con el tiempo. Pol¨ªticos y artistas construyeron sus palacetes aqu¨ª. Entre ellos Joaqu¨ªn Sorolla, cuya vivienda, convertida en museo desde 1925, puede visitarse. La mansi¨®n, situada en el n¨²mero 37 del paseo del General Mart¨ªnez Campos, alberga 125 de sus luminosas obras. Los visitantes admiran estas piezas en el entorno donde vivi¨® el pintor valenciano.
Aunque no es una zona c¨¦lebre por sus museos, en Chamber¨ª tambi¨¦n se encuentra el Geominero, junto a la Escuela de Minas (calle de R¨ªos Rosas, 23). En su interior se pueden observar las colecciones de f¨®siles, rocas y minerales que desde el siglo XIX no han parado de crecer. Una de sus ¨²ltimas adquisiciones es un fragmento del meteorito n¨²mero 29 ca¨ªdo en territorio espa?ol. El ¨²ltimo registrado hasta ahora. La Escuela esconde una mina a escala real excavada que puede visitarse gratis. Se construy¨® en la d¨¦cada de los sesenta para que los alumnos pudieran hacer pr¨¢cticas en Madrid.
Del subsuelo tambi¨¦n proviene el otro peculiar museo del barrio. La antigua estaci¨®n de metro de Chamber¨ª (plaza de Chamber¨ª, sin n¨²mero), proyectada por Antonio Palacios, estaba en desuso desde 1967. Cuarenta a?os despu¨¦s, esta parada fantasma fue rehabilitada y transformada en un centro de interpretaci¨®n que permite a los visitantes viajar hasta aquella d¨¦cada para conocer la historia del suburbano madrile?o. Un tiempo en el que se compraba a granel y los libros segu¨ªan siendo un medio para conocer mundo, frente la radio y la televisi¨®n.
... Y para hacer un alto en el camino:
Esta noticia, patrocinada por Mahou, ha sido elaborada por un colaborador de EL PA?S.
Mahoudrid recomienda
La Cabra (Calle de Francisco Rojas, 2)
El Tren (Calle de Blasco de Garay, 47)
La Repanocha (Cardenal Cisneros, 80)
Fox Cook&Sound (Calle de Fern¨¢ndez de la Hoz, 66 y calle de Jos¨¦ Abacal, 44)
Galileo Galilei (Calle de Galileo, 100)
El Gran Sol (Calle de R¨ªos Rosas, 10)
FIde (Calle de Bret¨®n de los Herreros, 17)
Taberna Zuria (Calle del Comandante Zorita, 3)
El Doble (Calle de Jose Abascal, 16)
De Pata Negra (Calle de Vallehermoso, 26)
Mahoudrid es la gu¨ªa de planes cerveceros de Madrid, entra aqu¨ª y descubre m¨¢s locales.
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