Un, dos, tres... China
El escritor argentino Eduardo Berti ha visitado el pa¨ªs asi¨¢tico en tres ocasiones
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El escritor argentino Eduardo Berti siente particular fascinaci¨®n por los inventos extravagantes y las utop¨ªas literarias: la exposici¨®n basada en su libro Inventario de inventos (inventados) (Impedimenta, 2017) se puede ver en la sala CentroCentro de Madrid hasta el 16 de abril. Adem¨¢s, en unos meses publicar¨¢ los diarios de sus viajes por China, pa¨ªs que ha visitado en tres ocasiones.
?Qu¨¦ le llev¨® a China por primera vez?
Fue puro azar: nos dieron muchas millas a¨¦reas de indemnizaci¨®n y mi pareja y yo pensamos en ir a Jap¨®n, pero los hoteles eran muy caros. Un amigo nos sugiri¨® China y all¨ª aparecimos, en Pek¨ªn, cuatro a?os antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008. En aquel momento solo hab¨ªa dos l¨ªneas de metro, y si ve¨ªas un McDonald¡¯s, le sacabas fotos.
?Detect¨® cambios en el pa¨ªs en los siguientes viajes?
Por supuesto. Ya en el primero se empezaban a destruir los hutongs, las callejuelas tradicionales del extrarradio de Pek¨ªn, todo para preparar los Juegos Ol¨ªmpicos. La segunda vez, en 2012, nos encontramos con otra ciudad. Hab¨ªa 12 l¨ªneas de metro, un Starbucks cada 50 metros, carteles en ingl¨¦s¡
?El idioma fue una traba? A partir del segundo viaje, no tanto: mi mujer empez¨® a estudiar chino y a poder hablar un poco y entender. Viajamos en transporte p¨²blico y alquilamos un piso en un barrio no muy c¨¦ntrico. Viv¨ªamos entre los lugare?os.
Y no hay dos sin tres¡
En el tercer viaje me anim¨¦ hasta a comer insectos. Fuimos al mundo rural y visitamos ciudades que ellos consideran peque?as, pero que pueden llegar al mill¨®n de habitantes. Me gustaba tambi¨¦n anotar un recuerdo diario que me pareciera inolvidable, una especie de ¡°recuerdo para el futuro¡±. Jugaba con la idea de que mucho de lo que ves en China es el futuro de la humanidad, para bien o para mal. Por ejemplo, la contaminaci¨®n o la superpoblaci¨®n. All¨ª los cementerios tienen restringidas las visitas a los familiares, para que no se masifiquen.
Lo veo enamorado del pa¨ªs.
Cuando te gusta China, cada tanto te entran ganas irrefrenables de volver. No se parece a ning¨²n otro lugar.
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