Hannover, escapada alemana
En el casco antiguo se celebra hasta el 22 de diciembre un colorido mercadillo navide?o. Calles tan animadas como Limmerstrasse destacan en la capital de la Baja Sajonia
La capital de Baja Sajonia, Hannover, una ciudad medieval de algo m¨¢s de medio mill¨®n de habitantes surcada por el r¨ªo Leine, fue una de las m¨¢s bellas y relumbrantes de la zona norte y, por desgracia, tambi¨¦n una de las m¨¢s devastadas por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. En su reconstrucci¨®n posterior, las casitas enladrilladas de pocos pisos con tejados naranjas de doble vertiente dieron paso a edificios m¨¢s elevados y funcionales y ¨¢reas industriales que hoy predominan, si bien se mantienen en pie reductos de arquitectura prusiana y tambi¨¦n g¨®tica.
Marktkirche es la iglesia m¨¢s antigua, del siglo XIII, y sobrevivi¨® a los bombardeos de la guerra. Su torre mide 100 metros
10.00 Desayuno en la estaci¨®n
La red de transporte p¨²blico incluye tranv¨ªa, metro y autob¨²s, pero lo m¨¢s apetecible se puede recorrer perfectamente a pie. La majestuosa estaci¨®n central (1), Hauptbahnhof en alem¨¢n, del siglo XIX y reconstruida tras la II Guerra Mundial, es una de las m¨¢s grandes del pa¨ªs y un buen sitio para empezar a descubrir Hannover. Tambi¨¦n para desayunar: la fachada de la estaci¨®n est¨¢ recorrida por cafeter¨ªas, y en sus tripas la oferta restauradora se multiplica.
12.00 Paseo por la calle Kr?pcke
La calle Kr?pcke es la v¨ªa por excelencia para tirar de billetera. Recorre grandes centros comerciales, como Kaufhof (2), y tiendas de moda de casi cualquier firma que uno pueda imaginar. Pero lo mejor est¨¢ al final: Markt?kirche (3), del siglo XIII, es la iglesia m¨¢s antigua de la ciudad, y una de las pocas supervivientes de la guerra. Este exponente del g¨®tico b¨¢ltico mantiene su campanario de casi 100 metros de alto intacto, y sus fachadas son de ladrillo rojo vibrante, como muchas iglesias evang¨¦licas del norte de Alemania. A su alrededor se despliega el Holzmarkt o mercado de madera, una peque?a zona de casitas medievales en donde abundan las terrazas. All¨ª est¨¢ tambi¨¦n el Altes Rathaus (4), el primer Ayuntamiento de la ciudad, hoy convertido en centro comercial. Merece la pena contemplar su edificio del siglo XV, con su bella fachada roja coronada por afilados pin¨¢culos. En el casco antiguo est¨¢ instalado hasta el 22 de diciembre un mercadillo de Navidad.
13.00 Gastronom¨ªa de resistencia
Muchos hannoverianos denominan a sus platos t¨ªpicos gastronom¨ªa de resistencia. Es una ciudad fr¨ªa buena parte del a?o, y las calor¨ªas son muy apreciadas. La salchicha t¨ªpica de la regi¨®n es la Bregenwurst, que normalmente se acompa?a con col verde. El Schlachteplatte es un cocido de carne de cerdo, embutidos y legumbres. Y una forma de endulzarse en el postre es el Welfenspeise, una crema de almendras t¨ªpica de la ciudad. A un minuto del mercado de madera, en Kramerstrasse, el restaurante Broyhanhaus (5) ofrece todos estos platos y m¨¢s, en una amplia carta de gastronom¨ªa local.
15.00 Paisaje buc¨®lico en el centro
A 10 minutos de all¨ª espera el Neues Rathaus (6) o nuevo Ayuntamiento. Es un edificio imponente de estilo palaciego de principios del siglo pasado, con una enorme c¨²pula de 100 metros de altura a la que se llega en un ascensor que circula en oblicuo. El acceso es p¨²blico, y desde all¨ª se contemplan las mejores vistas panor¨¢micas de la ciudad. En la entrada del Ayuntamiento se han colocado varias maquetas de Hannover de distintas ¨¦pocas de su historia. La que muestra c¨®mo qued¨® la ciudad justo despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial tiene un detallismo estremecedor. La mejor vista del Ayuntamiento est¨¢ al otro lado de Masch?park (7), el parque en el que se ubica, porque se ve por partida doble: el edificio, as¨ª como la frondosa vegetaci¨®n que lo rodea, se refleja en toda su plenitud en un peque?o estanque. A pocos metros de all¨ª empieza el Maschsee (8), un enorme lago en pleno centro que se puede navegar.
17.00 Un toque de Frank Gehry
La ciudad tiene diseminados por el centro algunos edificios de arquitectos actuales de renombre, con planteamientos rompedores. Suelen ser m¨¢s interesantes por fuera que por dentro, de modo que en una ruta a pie se pueden ver todos. Destacan dos: la sede del Norddeutsche Bank (9), obra de 2002 del estudio Behnisch Architekten, est¨¢ a unos minutos de Maschsee, en la calle Friedrichswall, y tiene el aspecto de un rascacielos desencajado, en el que sus bloques acristalados apuntan en diferentes direcciones, aunque no de forma espont¨¢nea: cada uno sigue a una de las calles que rodean el edificio. A 10 minutos de all¨ª est¨¢ la Gehry Tower (10), un edificio de superficie met¨¢lica que, como muchas obras de Frank Gehry, se retuerce sobre s¨ª mismo, como si quisiera apartarse de la casa de al lado, mucho m¨¢s tradicional. Este paseo se puede aprovechar para saltar de la arquitectura a otras ramas del arte moderno: el Sprengel Museum (11), a orillas del Maschsee, tiene obras pl¨¢sticas de destacados autores de los siglos XX y XXI. Y a 15 minutos de all¨ª en direcci¨®n norte, junto al r¨ªo, destacan las coloridas estatuas abstractas Nanas (12), de la artista y cineasta francesa Niki de Saint Phalle.
19.00 Al otro lado del r¨ªo
Para conocer la vena m¨¢s popular de los hannoverianos hay que acercarse a Limmerstrasse, al otro lado del r¨ªo, a unos 20 minutos a pie. Conecta muchos barrios del norte de Hannover: Linden Mitte, Glocksee, Limmer y Linden Nord. Esta calle est¨¢ plagada de mercados callejeros, cafeter¨ªas, puestos de salchichas y Gl¨¹hwein (vino caliente y especiado), restaurantes de cocinas heterog¨¦neas (libanesa, italiana, coreana, etc¨¦tera) y bares en los que bulle la modernidad. Para cenar a una hora europea, las hamburguesas de The Harp (13) son una excelente opci¨®n.
21.00 Cenar y a bailar
Tambi¨¦n es posible cenar a una hora espa?ola, claro. Si se desanda el camino recorrido hasta las inmediaciones del mercado de madera, se llega a Brauhaus Ernst August (14), en Schmiedestrasse. Un espacio con mesas corridas en el que da la impresi¨®n de que fuera Oktoberfest todo el a?o: por all¨ª corren las jarras de cerveza y la gastronom¨ªa local mientras tocan bandas de rock en directo. A partir de la madrugada se convierte en discoteca. Los viernes y los s¨¢bados cierra a las cinco de la madrugada.
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