24 horas en Pamplona, una gastroruta navarra
Murallas, la Ciudadela, parques, un famoso retrato de Goya, el Baluarte de Francisco Mangado, un museo de Rafael Moneo y, sobre todo, muchas direcciones para comer muy bien
Si uno es capaz de dejar a un lado las im¨¢genes por las que Pamplona es mundialmente famosa, podr¨¢ darse el placer de descubrirla desde el punto opuesto. Con el par¨¦ntesis del julio sanferminero, la ciudad es sobria, c¨®moda, amable y un punto orgullosa. Proliferan parques inesperados en pleno centro, como la Taconera, la Media Luna o el ex¨®tico Yamaguchi, un jard¨ªn japon¨¦s. Hay museos con todo el peso de su historia y tradici¨®n y otros de nuevo cu?o, el ¨²ltimo firmado por Rafael Moneo, nacido en esta tierra. Y aqu¨ª comer, ya se sabe, es algo muy serio. Sin ir m¨¢s lejos, no hace falta ser vegano para caer rendido a sus verduras.
9.00 Aires versallescos
En invierno conviene abrigarse por capas que ya se ir¨¢n cayendo seg¨²n se patee esta ciudad sobrada de paseos. Aqu¨ª el fr¨ªo rasca con parecido ¨ªmpetu que el calor en verano. Una vez avisado, lo mejor es empezar en la parte antigua, en la Taconera (1), un lujo al alcance de cualquiera. Si no ha salido desayunado, a pocos metros est¨¢ la cafeter¨ªa del hotel Tres Reyes (2) (Taconera, 1), todo un cl¨¢sico con vistas a estos jardines de 1850, los m¨¢s antiguos de la ciudad, cuya puerta principal da idea de sus aires versallescos, y donde conviven ciervos, patos y pavos reales. Desde aqu¨ª se accede a las murallas, un complejo fortificado del siglo XVI que pasa por ser de los mejores conservados en Europa. Sus cinco kil¨®metros son un estimulante y evocador recorrido que va bordeando la ciudad vieja.
11.00 La parada m¨¢s medi¨¢tica
Hacia mitad del camino por las murallas hay un cruce en el que convergen la parte m¨¢s hist¨®rica con la m¨¢s medi¨¢tica: a la derecha arranca la cuesta de Santo Domingo (3), por la que cada San Ferm¨ªn los toros salen del redil camino del encierro. Si la opci¨®n es continuar por la muralla, se llega al Museo de Navarra (4) (Santo Domingo, 47), merecedor de una pausa aunque solo sea para contemplar el retrato de Goya al marqu¨¦s de San Adri¨¢n y la arqueta de marfil hispano¨¢rabe, ¨²nica en el mundo porque los ¨¢rabes, que ten¨ªan vetado dibujar personas y animales, en este bello ejemplo hicieron una excepci¨®n. Muy cerca est¨¢ el Archivo General de Navarra (5) (Dos de Mayo, s/n), antiguo palacio de los Reyes Cat¨®licos rehabilitado por Rafael Moneo.
12.00 El claustro
Para un receso, cruzando el Portal de Francia asoma el Rinc¨®n del Caballo Blanco (6) (Red¨ªn, s/n), un estupendo mirador sobre el Baluarte del Red¨ªn con vistas al r¨ªo Arga y un mes¨®n de igual nombre para reponer energ¨ªa antes de entrar en la catedral de Santa Mar¨ªa la Real (7) (Curia, s/n). En este templo de los siglos XIV y XV, lleno de reliquias, no hay que perderse el claustro, uno de los m¨¢s exquisitos ejemplos del g¨®tico europeo. En la misma calle, otras interesantes reliquias; en este caso, mobiliario recuperado de los a?os cincuenta en La Cabina (Curia, 17).
14.00 Verm¨², pinchos y dulces
Llega el momento m¨¢s prosaico. Se impone tomar el verm¨² y unos pinchos previos a la comida. A la salida de la catedral, como un choque de modernidad, se encuentra el Bistrot (Navarrer¨ªa, 20), con una buena terraza; El Temple (8) (Curia, 3) es un cl¨¢sico que no falla; enfrente est¨¢ una teter¨ªa con un agradable patio interior, La Luna (Curia, 4); y para seguir la ronda, Iru?azarra (Mercaderes, 15), donde todo est¨¢ para eso, para com¨¦rselo; el Zanpa (Estafeta, 48) y el tranquilo Niza (Duque de Ahumada, 2) son ideales para un men¨². Y en plena plaza del Castillo, el hist¨®rico caf¨¦ Iru?a (9), famoso por ser donde recalaba Hemingway en sus incursiones sanfermineras. Puestos a leer, sin salir de la plaza, Leoz (plaza del Castillo, 38) lo tiene todo de prensa y revistas internacionales. Y para que no falte un dulce, confiter¨ªa Layana (Calceteros, 12).
Cambiando de aires, alrededor de la plaza de la Cruz, en el Ensanche (no hay que andar mucho), hay otro centro de operaciones. Son recomendables la vermuter¨ªa Dar la Lata (10) (Navarro Villoslada, 14); Savoy (Francisco Bergamin Kalea, 27), donde saben mucho de quesos y vinos; una casa de comidas, Trujal (San Ferm¨ªn, 55), y la bodega La Servicial (Navarro Villoslada, 11), imperturbable desde 1965 (son legendarios sus bocadillos de tortilla de queso azul, y el ajoarriero, y las ensaladas¡). Unas calles m¨¢s all¨¢ nos encontramos con el punto innovador de Errejota (11) (Pr¨ªncipe de Viana, 1), con cocina de mercado y el toque neoyorquino que le dio Javier Laspalas al decorado. Melbourne (Olite, 36) propone producto fresco de temporada a precio excelente, y El Merca¡¯o (Tafalla, 5-7), cocina de fusi¨®n en un espacio que parece un teatro. Ya que estamos con el dise?o (y los buenos alimentos), tambi¨¦n vale la pena Rex (Paulino Caballero, 53). ?Un japon¨¦s? Koku (avenida de Zaragoza, 5). Y para un dispendio, Rodero (12) (Arrieta, 3).
Si entre bocados hay tiempo, merece la pena adentrarse en Potsdam (Santa Marta, 6), donde encontrar desde una silla Bertoia o Panton hasta una l¨¢mpara art d¨¦co, todo vintage, y en Agurcho Iruretagoyena (13) (avenida de Baja Navarra, 8), con joyer¨ªa de m¨¢s de dos siglos. Puro refinamiento.
17.00 Tarde de arte
A seguir pateando. Primera parada en la Ciudadela (14) (avenida del Ej¨¦rcito, s/n), una fortificaci¨®n amurallada, y el gran pulm¨®n de la ciudad (280.000 metros cuadrados verdes), que mand¨® levantar Felipe II siguiendo el modelo de Amberes. Es un pent¨¢gono con cinco baluartes en origen, uno de los cuales da nombre a la plaza donde el arquitecto Francisco Mangado construy¨® en 2003 el palacio de congresos y auditorio Baluarte (15), con una programaci¨®n de conciertos muy celebrada. Para este a?o, Sara Baras, Jordi Savall, Chick Corea o la Orquesta del Teatro Mariinsky.
Cogiendo la avenida de P¨ªo XII se llega al campus donde est¨¢ el Museo Universidad de Navarra (16), obra de Moneo, inaugurada en 2015, que Mar¨ªa Josefa Huarte ¡ªmecenas y coleccionista fascinada por la abstracci¨®n (y por Balenciaga)¡ª encarg¨® a su amigo arquitecto para albergar su colecci¨®n: Rothko, Kandinsky, Picasso, Palazuelo¡ Hasta el 4 de marzo acoge Big Bang, la muestra m¨¢s completa de ?scar Marin¨¦, premio Nacional de Dise?o 2010. Para redondear con otro artista muy querido por Huarte, a ocho kil¨®metros de la ciudad, en Alzuza, est¨¢ el Museo Jorge Oteiza (17).
22.00 Turno para la m¨²sica
De vuelta al centro, Zentral (18) (ala oeste del Mercado de Santo Domingo) es como un club ingl¨¦s con gastrobar, caf¨¦, teatro, sesiones de jazz & blues¡ Un cl¨¢sico de la noche y m¨²sica con buen gusto es Toki Leza (19) (Calderer¨ªa, 5). Y como casi todo empieza y termina en la plaza del Castillo, proponemos la sala Subsuelo (n¨²mero 44, bajo) para un c¨®ctel.
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