De bodega en bodega, por la Rioja Alavesa
Conocer los secretos del vino, alojarse en una bodega y pasear entre vides. Turismo enol¨®gico que incluye hasta el transporte, para poder brindar sin?problema
El enoturismo est¨¢ en auge, y fruto de este inter¨¦s creciente naci¨® la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, cuyo principal objetivo es la integraci¨®n de los recursos y servicios tur¨ªsticos de esta excelente zona vitivin¨ªcola. Salpicada de villas medievales, la regi¨®n tiende su manto desde la ladera de Sierra Cantabria hasta la sonora ribera de los r¨ªos que le dan personalidad, el Oja y el Ebro (que se puede recorrer en kayak a su paso por Lapuebla de Labarca). Gracias a esa orograf¨ªa, goza de un microclima privilegiado para el cultivo de la vid.
Actualmente, la comarca alavesa cuenta con 12.000 hect¨¢reas de vi?edos, y sus vinos, acogidos, protegidos y controlados por la Denomi?naci¨®n de Origen Calificada Rioja, gozan de un merecido prestigio. Su calidad se debe en gran parte al suelo arcilloso-calc¨¢reo, a la ubicaci¨®n de los vi?edos y, sobre todo, al cuidado de sus gentes en conjugar el legado hist¨®rico de elaboraci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas, algo que se repite pr¨¢cticamente en todas las bodegas. El tinto es el trago m¨¢s caracter¨ªstico de la zona, y dentro de este, las modalidades de vino joven, crianza, reserva y gran reserva, m¨¢s la maceraci¨®n carb¨®nica, con el resultado de un vino fresco, frutal, alegre, que bautizaron como vino de cosechero, ideal para acompa?ar un tapeo o unas patatas a la riojana.
La ruta abarca 15 municipios (Ba?os de Ebro, Crip¨¢n, Elciego, Elvillar, Labastida, Laguardia, Lanciego, Lapuebla de Labarca, Leza, Moreda de ?lava, Navaridas, Oy¨®n, Samaniego, Villabuena de ?lava y Y¨¦cora) y cuatro juntas administrativas (Barriobusto, Labraza, P¨¢ganos y Salinillas de Burad¨®n), vinculados desde tiempo inmemorial a la cultura del vino. Exhiben el encanto de las villas medievales levantadas entre vi?edos, a la vez que atesoran un vasto patrimonio natural, arqueol¨®gico y art¨ªstico. Estas tierras estaban habitadas desde la prehistoria. Prueba de ello son los restos arqueol¨®gicos que asoman a cada paso. El Poblado de la Hoya, por ejemplo, es uno de los yacimientos m¨¢s importantes de la Edad del Bronce, su primer asentamiento data del siglo XV antes de Cristo. Los d¨®lmenes repartidos por las cercan¨ªas de Laguardia, Leza, Villabuena de ?lava, Elvillar y Crip¨¢n son otro vestigio de la rica historia.
Rioja Alavesa recibe m¨¢s de 60.000 turistas al a?o. La viticultura es el eje tem¨¢tico, y el visitante lo percibe y lo disfruta en el paisaje y en las 40 bodegas que se integran ya en la ruta del vino y, por supuesto, en cada alto en el camino, en cada barra, en cada mesa, como un inagotable abanico de sensaciones abocadas al placer y el buen gusto.
Se pueden degustar vinos tradicionales elaborados en cuevas medievales, como ese subterr¨¢neo en el centro de Laguardia que es la acogedora bodega El Fabulista, o vivir el vino desde dentro de la bodega aloj¨¢ndose, por ejemplo, en Mayor de Migueloa. Uno tambi¨¦n puede sumergirse en copas sorprendentes, elaboradas en las instalaciones m¨¢s vanguardistas, ejemplos de las bodegas de arquitectura como el hotel y balneario de vino de Marqu¨¦s de Riscal, bajo las cintas multicolores de titanio del arquitecto Frank Gehry; o la grandiosa y discreta obra de Aspiazu para Baigorri, que ha recibido el galard¨®n Best Of de Turismo del Vino. Son inconfundibles las ondas cuasiorg¨¢nicas de Ysios, que son la firma de Santiago Calatrava, o los muros curvos de la reforma de Vi?a Real proyectada por el arquitecto franc¨¦s Philippe Mazi¨¨res.
Y quien pretenda viajar en grupo o le preocupe la incompatibilidad de la bebida y el volante, sepa que todo est¨¢ pensado y que la organizaci¨®n de Ruta del Vino de Rioja Alavesa cuenta entre sus asociados con un pu?ado de empresas tanto para proveer de veh¨ªculos de cualquier tama?o como de conductores para el coche propio. Una f¨®rmula estupenda para recorrer con el ritmo propio y con gu¨ªas conocedores hasta el ¨²ltimo rinc¨®n, el m¨¢s maravilloso ¨¢bside, la plazuela rec¨®ndita o la barra secreta. Hay que verlo para creerlo, para quererlo.
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