Arcos de la Frontera a vista de dron
La campi?a gaditana en un placentero paseo en globo aerost¨¢tico sobre uno de los pueblos blancos de Andaluc¨ªa
"?Qu¨¦ haces? ?Sube, que te van a comer las carpas!¡±. La frase, mejor dicho el grito, se oye a lo lejos mientras el globo est¨¢ a punto de rozar el agua del embalse de Arcos de la Frontera. Ha pasado apenas media hora del despegue, y el descenso no es m¨¢s que una maniobra de Vicente P¨¦rez para demostrar su destreza como piloto. Quiz¨¢ tambi¨¦n quiera quitar los nervios a m¨¢s de un pasajero despu¨¦s de que lo primero que ha explicado antes de soltar cualquier amarre es la posici¨®n de aterrizaje, con todo el cuerpo escondido en la barquilla y la espalda pegada a su pared como medida de protecci¨®n.
Mucho antes de las incre¨ªbles panor¨¢micas retratadas con un dron que hoy inundan la Red, estas vistas maravillaban con un paseo en globo. Espa?a ofrece una gran variedad de paisajes para ello; se puede navegar sobre volcanes, cordilleras, marismas o ciudades hist¨®ricas. El objetivo de este viaje es Arcos de la Frontera, municipio de la sierra de C¨¢diz que forma parte de la ruta de pueblos blancos de Andaluc¨ªa. La cita es en un descampado cercano cuando apenas ha despertado el d¨ªa. ?El motivo? El aparato funciona por la diferencia de temperatura, el aire caliente del interior de la vela tiene menos densidad y eso es lo que lo eleva, as¨ª que no es amigo del calor ni de los vientos t¨¦rmicos que aparecen con ¨¦l. Tampoco de los dormilones. Tras las primeras explicaciones de rigor, empieza una experiencia para los cinco sentidos.
A unos 300 metros sobre el terreno, el horizonte aparece en toda su grandeza. Desdibuj¨¢ndose a la espalda cada vez m¨¢s est¨¢ el parque natural de la Sierra de Grazalema. En frente, Arcos de la Frontera descubre su cerro, en el que escalan peque?as casas blancas en laber¨ªnticas y estrechas calles. Destacan sobre todas la torre neocl¨¢sica de la bas¨ªlica menor de Santa Mar¨ªa de la Asunci¨®n, construida sobre los restos de una mezquita en el siglo XIII, y el campanario de la iglesia de San Pedro, formando como dos postes de una porter¨ªa por los que el globo quiere marcar gol. Avanzando, en la plaza del Cabildo se acaban distinguiendo el Castillo Ducal, un antiguo alc¨¢zar militar con m¨¢s de 10 siglos de historia, y el parador, de 1966, un inigualable balc¨®n sobre el r¨ªo Guadalete.
Dijo el novelista Henry Miller que el destino de un viaje ¡°nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas¡±. Y en globo aerost¨¢tico hay que focalizar la mirada si, por ejemplo, se quiere localizar el convento de las Mercedarias Descalzas (en la plaza de Boticas), donde monjas de clausura venden en el torno de la antesala dulces tradicionales como delicias de almendras, pesti?os o mazapanes. Impresiona dejar atr¨¢s la ciudad que enamor¨® a los poetas de la generaci¨®n del 27 y observarla sobre su pe?a rocosa asomada a un cortado vertical de 150 metros de altura.
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Durante la traves¨ªa, el silencio absoluto solo lo interrumpe el estruendo del quemador. El piloto nunca tiene un control absoluto sobre la direcci¨®n del globo. El viento es el que dirige, as¨ª que ¨¦l juega con la altura buscando las corrientes que m¨¢s le interesan para seguir la ruta. El silencio tambi¨¦n lo rompen las an¨¦cdotas. Escenario rom¨¢ntico como pocos, P¨¦rez, piloto de la empresa Gloobo ¡ªque este 2018 cumple su 12? aniversario¡ª, cuenta que ha sido testigo de m¨¢s de una proposici¨®n de matrimonio, y tambi¨¦n de alg¨²n rechazo. Por suerte, dio la se?al al novio poco antes del aterrizaje, por lo que la inc¨®moda situaci¨®n (al menos para el resto del pasaje) no se extendi¨® m¨¢s de 15 minutos. Ha vivido otros momentos m¨¢s apetecibles, como cuando dos miembros de un grupo de m¨²sica invitaron a los pasajeros a gambas al alcanzar la altura m¨¢xima de la traves¨ªa.
Suavidad del viento
Volando a unos 10 kil¨®metros por hora, y durante algo m¨¢s de una hora, uno siente la suavidad del viento acariciando el rostro. Sorprende la ausencia de v¨¦rtigo. Una impresi¨®n que desaparece al no haber contacto alguno con el suelo y tambi¨¦n por la lentitud y tranquilidad del movimiento. Ya lo describi¨® Julio Verne en su novela Cinco semanas en globo: ¡°¡ se anda sin sentir y la naturaleza se toma la molestia de pasar ante tus ojos¡±. Un desfile durante el que el olor inicial de la humedad del roc¨ªo cambia a la respiraci¨®n del aire m¨¢s puro y a la sensaci¨®n de que, de ser la hora de la comida, uno podr¨ªa adivinar qu¨¦ se cocina en las casas que se acercan ¡ªun viajero primerizo podr¨ªa creer que peligrosamente¡ª en el descenso.
Tras un primer intento de aterrizaje, a la segunda va la vencida y sin necesidad de adoptar la posici¨®n practicada. El sentido del gusto se disfruta tras el vuelo ¡ªcuesta unos 160 euros por persona¡ª, coronado con un espl¨¦ndido desayuno en el hotel Mes¨®n de la Molinera, cercano a la zona de partida. Y el colof¨®n final de la aventura lo marca la historia. En 1783, el f¨ªsico Jean-Fran?ois Pil?tre de Rozier y el marqu¨¦s d¡¯Arlandes fueron los primeros tripulantes de un globo aerost¨¢tico, creado por los hermanos Montgolfier. Tras la emoci¨®n de volar 10 kil¨®metros en Par¨ªs, celebraron el exitoso aterrizaje con champ¨¢n. Desde entonces, cualquier traves¨ªa, en cualquier parte del mundo, sigue la tradici¨®n.
Otros vuelos en espa?a
1. La Garrotxa (Girona)
2. Segovia
3. Toledo
4. Entre monta?as
5. Sevilla
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El parque natural de la Zona Volc¨¢nica de la Garrotxa es uno de los paisajes volc¨¢nicos m¨¢s ic¨®nicos de la Pen¨ªnsula. Una buena manera de apreciarlo es sobrevol¨¢ndolo. La vista incluye la monta?a de Montserrat y el Mediterr¨¢neo, siempre con los Pirineos como tel¨®n de fondo y los volcanes bajo los pies. Empresas como Vol de Coloms (voldecoloms.cat) y Aircat (aircat.cat) ofrecen este viaje.
El acueducto romano, la catedral g¨®tica o la belleza del alc¨¢zar enmarcado por las monta?as se observan muy bien desde el aire. Un contraste perfecto entre la sierra de Guadarrama y una ciudad con siglos de historia. Eolofly (eolofly.com), Cirros (cirros.com) o Aerodifusi¨®n (paseos?englobo.com) son compa?¨ªas con permiso para sobrevolar Segovia.
En una colina junto al r¨ªo Tajo, el alc¨¢zar y la catedral de Santa Mar¨ªa se imponen sobre la ciudad. Una traves¨ªa en la que tambi¨¦n se ve desde las alturas la Puerta de Bisagra, el monasterio de San Juan de los Reyes y las sinagogas de Santa Mar¨ªa la Blanca y del Tr¨¢nsito. Sobre Toledo, patrimonio mundial de la Unesco, vuelan Globos Boreal (globosboreal.com) o Siempre en las Nubes (siempreenlasnubes.com).
Con salida desde La Cerdanya (Barcelona), Ballooning (ballooning.es) organiza entre diciembre y marzo una traves¨ªa de tres horas a m¨¢s de 2.000 metros de altura para observar los picos nevados del Pirineo a vista de p¨¢jaro. El recorrido de Globos Arcoiris (globosarcoiris.com) atraviesa la sierra de la Demanda a 3.200 metros de altura, desde donde se ve Soria o los Picos de Europa.
Un vuelo sobre el Corredor Verde del Guadiamar, paisaje protegido de Andaluc¨ªa, es el viaje perfecto para los amantes de la naturaleza. En el horizonte, Sierra Morena y una tierra de cereales, olivos y zonas de encinas y pinares. Un trayecto en el que uno se llega a adentrar en el mar de pinos del entorno del parque natural de Do?ana. Glovento Sur (gloventosur.com) y Gloobo (gloobo.es) sobrevuelan este paraje sevillano.
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