Placeres del Mediterr¨¢neo en Castell¨®n de la Plana
Del cerro de la Magdalena, en el que se fund¨® la ciudad, al puerto del Grao y sus playas, pasando por el campanario de El Fadr¨ª, el Mercat Central y otras ricas paradas gastron¨®micas
Castell¨®n de la Plana, que ha vivido tantos a?os ajena al turismo, ahora le ofrece su mejor cara: tres playas impecables (Pinar, Gurug¨² y Serradal), espacios hist¨®ricos ejemplarmente recuperados (como el Castell Vell, el castillo que se remonta a los siglos X y XI y dio origen y nombre a la ciudad, reci¨¦n abierto al p¨²blico) y una cocina potente, con productos tan de kil¨®metro cero como los pescados del Grao y las naranjas de la Plana. Castell¨®n presume adem¨¢s de Gasma, su universidad de gastronom¨ªa, con cursos tambi¨¦n para gente de paso. As¨ª que siempre es buen momento para ir a comer un arrocito a Castell¨®n, como cantaba Manolo Garc¨ªa.
9.00 Desayuno y luego esmorzar
Antonio Sebasti¨¢n ha perfeccionado las figues albardaes (bu?uelos de higo), que ya fre¨ªan sus abuelos en plazas y ferias, y en su Botiga de la Figa (1) (Sant F¨¨lix, 6) prepara adem¨¢s churros bravos, con chistorra y queso de cabra, con bacalao y alioli de tinta, con longaniza y morcilla¡ Otro desayuno son las t¨ªpicas pelotas de fraile (bolas de masa esponjosa rellenas de crema pastelera y recubiertas de az¨²car), que hornean desde 1950 mejor que en ning¨²n lado en la cercana panader¨ªa Maci¨¢n (2) (Mayor, 12). Pero cuidado con zamparse m¨¢s de una porque enseguida hay que esmorzar, y el almuerzo en Castell¨®n es sagrado. En el Bar del Mercat (3), junto al Mercat Central (4) (plaza Mayor, 1), rematamos el gusanillo ma?anero con unas puntetas de bacalao rayado y unos ximos o panecillos rellenos de pisto. Luego admiramos en el mismo mercado los pescados frescos del Grao y al veterano Manolo Espinosa, que se levanta a las cuatro de la madrugada para preparar un alioli que gusta mucho. Tambi¨¦n indicado para llenar el maletero es el Mercado de la Naranja (5) que se celebra los domingos en la plaza de Fadrell, donde los agricultores venden monta?as de ellas, cogidas de los ¨¢rboles la v¨ªspera, a dos euros cada tres kilos.
10.00 Castell Vell, el origen
A siete kil¨®metros al norte de Castell¨®n, en el cerro de la Magdalena del parque natural del Desierto de las Palmas, est¨¢n las ruinas del musulm¨¢n Castell Vell (6), donde habitaron los primeros castellonenses hasta 1251, cuando se mudaron al llano donde se sit¨²a desde entonces la ciudad. Abiertas al p¨²blico en julio de 2018, se pueden visitar con un gu¨ªa (gratis, reservando en el 964 23 91 01) o por libre con una audiogu¨ªa (que se descarga en mucc.castello.es), y disfrutar de unas magn¨ªficas vistas de la ciudad y del cercano mar, as¨ª como de un entorno de pinos carrascos y merenderos ideal para esmorzar, si no se ha hecho ya.
12.00 Subir 188 escalones por la vista
Otro mirador excepcional, pero este urbano, es el campanario llamado El Fadr¨ª (7) (El Soltero), porque est¨¢ solo y libre, sin contacto con ning¨²n otro edificio de la plaza Mayor, ni siquiera la concatedral de Santa Mar¨ªa. Construido entre 1440 y 1604, esta torre de 58 metros de altura y planta octogonal alberga, adem¨¢s de las dependencias donde se alojan las 11 campanas, la sala del reloj, la que serv¨ªa de c¨¢rcel, la que era casa del campanero y las g¨¢rgolas que vigilan desde lo alto las calles del centro. Es de acceso libre de martes a s¨¢bado, entre las 12.00 y las 13.00. Subir y bajar sus 188 escalones compensa cualquier exceso que se haya cometido en el desayuno y el almuerzo, por muy castellonenses que sean.
14.00 Islas Columbretes
Por dos euros, se puede alquilar una bici del sistema p¨²blico Bicicas (bicicas.es) y acercarse al puerto del Grao, a cuatro kil¨®metros de la ciudad, a probar el gran (por copioso y bueno) arroz a banda de Casa Lola (8) (paseo de Bonavista, 5), donde tambi¨¦n hacen un rico arroz de Castell¨®n, con rape, sepionet de la punxa y alcachofas. Para dar un paseo o una cabezada, al lado hay 4,5 kil¨®metros de playas: la familiar del Pinar (9), la juvenil del Gurug¨² (10) y la salvaje del Serradal (11), donde anidan los chorlitejos patinegros. Aunque para salvajes, las islas Columbretes, adonde lleva de excursi¨®n de un d¨ªa (60 euros) el barco Clavel I.
16.00 Tardeo por el centro
Si es s¨¢bado, la alternativa al Grao es quedarse en el centro, de tardeo (as¨ª lo llaman) en la plaza Mayor, oyendo a bandas tocar al aire libre mientras se alterna en sus bares. El tardeo, dicen, es la nueva noche de los cuarenta?eros. A unos 500 metros, en la plaza de Tetu¨¢n hay tambi¨¦n tardeo, y debajo del edificio neomud¨¦jar de Correos, un escalofriante refugio antia¨¦reo (12) de la Guerra Civil, visitable desde el verano pasado (gratis). Aqu¨ª los vecinos resistieron 44 bombardeos, en su mayor¨ªa franquistas, y especialmente devastadores fueron los de la Legi¨®n C¨®ndor alemana.
18.00 El pulm¨®n verde
Si no buscamos alargar la marcha, despu¨¦s iremos a dar un tranquilo garbeo por el parque Ribalta (13), el coraz¨®n verde de la ciudad, oxigenado por 400 especies de plantas, al que da vistas el muy c¨®modo y econ¨®mico (51 euros por noche) hotel Do?a Lola (14). Buena hora tambi¨¦n para musear. Por contenido y envoltorio, destacan el Espai d¡¯Art Contemporani (15) (cierra a las 20.00) y el Museu de Belles Arts (16) (hasta las 20.00), obra este ¨²ltimo de Tu?¨®n y Mansilla.
21.00 La ginebra de los monjes
Se puede cenar en plan moderno y desenfadado en Malabar (17) (Ruiz Vila, 8) y en La Vermuter¨ªa 1858 (18). Del primero, lo que m¨¢s gusta es la anguila con flor de loto; del segundo, el verm¨² de la casa, hecho en la localidad de Almassora con 105 hierbas distintas. En el Real Casino Antiguo (19), el edificio m¨¢s elegante de la ciudad, disfrutamos del restaurante Lino (964 22 58 00) y de la maestr¨ªa del chef Modesto Fabregat, quien logr¨® una estrella Michelin en Arbequina. Luego, en la terraza, Jordi Ventura prepara gin-tonics perfectos con la ginebra 119, que empezaron a elaborar en 1896 unos monjes en el Desierto de las Palmas, cerca del viejo castillo donde naci¨® (ya lo vimos por la ma?ana) Castell¨®n.
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