Ocho novelas para ocho viajes entre lo real y lo imaginario
Del Estocolmo de ¡®Millennium¡¯ al desierto jordano de ¡®Los siete pilares de la sabidur¨ªa¡¯ y la Comala mexicana de ¡®Pedro P¨¢ramo¡¯, grandes rutas inspiradas por la literatura
Muchas veces el envoltorio en el que transcurre una novela es tan subyugante como su propia trama. Y el t¨ªtulo y su autor quedan para siempre ligados a ese territorio. Aqu¨ª van ocho viajes en busca de otros tantos escenarios de grandes obras literarias.
1 Thomas E. Lawrence en Wadi Rum
Es un desierto de piedra de Jordania, fronterizo con Arabia Saud¨ª. Es el desierto de Lawrence de Arabia, quien lo recorri¨® muchas veces durante sus correr¨ªas con la Revoluci¨®n ?rabe de 1916-1918. Lawrence estaba enamorado de este lugar del que escribi¨® en su libro autobiogr¨¢fico Los siete pilares de la sabidur¨ªa (1926) frases halagadoras: ¡°Los paisajes, en los sue?os infantiles, ten¨ªan aquel mismo aspecto vasto y silente¡±. Wadi Rum es un lugar m¨¢gico. Las grandes monta?as de piedra arenisca han sido talladas por la erosi¨®n con formas extravagantes. Los gigantescos afloramientos de roca emergen de la llanura como ciudades misteriosas de un planeta lejano. Las grandes columnas de arena fosilizada quedan rematadas por c¨²pulas de aires bizantinos y los colores de la roca y la arena, que van del rojo intenso al n¨¢car acaramelado, parecen incendiarse cada tarde con las tonalidades del ocaso.
Del libro de Thomas E. Lawrence sorprende el preciosismo de los detalles con los que dibuja la luz y las texturas del desierto, la exactitud en el dato m¨¢s nimio¡ cuando dif¨ªcilmente pudo tomar notas de todo a lomos de un camello, con un rifle en la mano y disparando a los turcos. Pero para sus fans y los enamorados de este desierto, ?qu¨¦ m¨¢s da si esos relatos eran reales o inventados! Es uno de los destinos obligados en todo viaje a Jordania. Un sitio al que peregrinar con Los siete pilares de la sabidur¨ªa debajo del brazo.
Wadi Rum se localiza al sur de Jordania, a unas dos horas en coche de Wadi Musa (Petra) y Aqaba. Desde estas dos localidades se puede llegar en taxi compartido hasta el Centro de Visitantes, donde se paga la tasa de acceso (unos 6,20 euros). Numerosas agencias locales organizan excursiones, con o sin alojamiento en el desierto.
2 La Comala de Pedro P¨¢ramo
¡°Vine a Comala porque me dijeron que ac¨¢ viv¨ªa mi padre, un tal Pedro P¨¢ramo¡±. As¨ª empieza la novela magistral (y ¨²nica) de Juan Rulfo, una de las obras cumbres de la literatura latinoamericana. Descubr¨ª Comala de forma casual en un mapa de M¨¦xico durante un viaje por ese pa¨ªs, y apenas pod¨ªa dar cr¨¦dito. La aldea misteriosa y at¨¢vica de la novela no era una invenci¨®n, exist¨ªa de verdad. As¨ª que cambi¨¦ mi itinerario y fui en busca de Comala, esperando encontrar esa ciudad fantasmal, retrato de un M¨¦xico profundo que todos creemos pasivo, est¨¢tico y resignado, lleno de atavismos y encadenado a la superstici¨®n, pero que en el fondo es sabio y se adapta como un guante a cada vaiv¨¦n de la historia. Pero encontr¨¦ una ciudad armoniosa y alegre, rodeada de arroyos e inmensas arboledas sobre las que despuntan las gigantescas parotas, el ¨¢rbol emblem¨¢tico del M¨¦xico h¨²medo, adem¨¢s de enormes hules, higueras, obeliscos, mameyes, aguacates, pitajayas y galianas. Vamos, un vergel. Un hermoso pueblo encalado ¡ª¡°El pueblo blanco de Am¨¦rica¡±, como dicen las gu¨ªas tur¨ªsticas¡ª de urbanismo colonial, repartido por una cuadr¨ªcula de calles rectil¨ªneas a las que se asoman magn¨ªficas casas de origen virreinal. Las autoridades locales no han aprovechado mucho el tir¨®n que supone aparecer en la obra Pedro P¨¢ramo (1955) de Rulfo para promocionar Comala. Lo cual no quita para que si uno es un mit¨®mano literario se deje caer por este bello pueblo cuya vida gira en torno al Z¨®calo, la plaza de Armas en la que se escenifica a diario la comedia social de la ciudad.
Comala est¨¢ situada a 200 kil¨®metros al sur de Guadalajara (Jalisco) y a 10 de Colima, la capital del Estado hom¨®nimo, al que pertenece la localidad. De las centrales camioneras tanto de Guadalajara como de Colima salen a diario numerosos autobuses a Comala.
3 Praga y ¡®La insoportable levedad del ser¡¯
Es dif¨ªcil encontrar hoy entre los turistas que colapsan el puente de Carlos aquella Praga de la d¨¦cada de 1960, en plena Guerra Fr¨ªa, en la que Milan Kundera hace progresar a los personajes de una de sus grandes novelas. La insoportable levedad del ser (1984) es un estudio antropol¨®gico y filos¨®fico de las debilidades del ser humano, de sus dudas existenciales, de las complicadas relaciones de pareja y del amor y el sexo. Pero es tambi¨¦n el retrato de una ciudad gris y taciturna silenciada tras el Tel¨®n de Acero que sirve de escenario a las relaciones entre Tom¨¢s, Sabina y Teresa, los protagonistas.
Esa Praga de la Primavera del 68 parece incre¨ªble que una vez existiera cuando ahora te paseas por la plaza de Stare Mesto y la ves llena de visitantes, tiendas globalizadas y banalidades consumistas. Sin embargo, apenas uno se aleja del centro y busca las calles m¨¢s an¨®nimas, donde viven los praguenses, todav¨ªa quedan rincones en los que es f¨¢cil imaginar la ciudad cuando era la capital de Checos- lovaquia. Praga es bella en cualquier ¨¦poca del a?o, pero a m¨ª cuando m¨¢s me gusta es en invierno, cuando Stare Mesto o la plaza de Wenceslao se llenan de casetas de madera que venden adornos navide?os, salchichas, el dulce trdeln¨ªk, figuritas de cristal de Bohemia, ropa de temporada, vino caliente o licor de miel. Y un gigantesco ¨¢rbol de Navidad preside la plaza Vieja, recortado sobre la soberbia fachada de la iglesia de Tyn, mientras que en todos los templos se programan conciertos de m¨²sica cl¨¢sica por orquestas soberbias a precios de risa. Pues no olvidemos que esta es tambi¨¦n la ciudad de Mozart, de Dvorak y de Smetana.
Ryanair, Czech Airlines, Iberia y Air Europa vuelan de Barcelona y Madrid a Praga.
4 Ystad, con Henning Mankell
Ystad, una apacible localidad de la regi¨®n sueca de Escania, tiene un centro hist¨®rico de calles medievales peatonales, una plaza mayor llena de terrazas en verano, una torre de la iglesia exageradamente alta porque desde all¨ª vigilaban a los daneses por si volv¨ªan a invadirlos y un puerto desde donde salen ferris a Polonia. Y es tambi¨¦n el decorado en el que el escritor sueco Henning Mankell sit¨²a al protagonista de su saga, el inspector Kurt Wallander. Un personaje cl¨¢sico de la novela negra que trabaja y bebe en exceso, tiene problemas sentimentales y resuelve complejos casos. Lo bueno es que Mankell no se invent¨® ning¨²n decorado para la acci¨®n. Se limit¨® a usar los elementos reales de su pueblo. As¨ª que nada m¨¢s llegar, te sientes como en casa¡ como en casa de Kurt Wallander, por supuesto. Existe la calle de Mariagatan, donde vive el personaje. Existe el hotel Continental, donde sol¨ªa comer (el due?o tiene una mesa reservada para ¨¦l con un cartel que as¨ª lo avisa). Existe la florister¨ªa entre Pottmakaregr?nd y V?stra Vallgatan, la comisar¨ªa, la estaci¨®n de tren¡ La oficina de turismo organiza rutas siguiendo el hilo argumental de las novelas.
Ystad se encuenta en la punta sur de Suecia. La mejor manera de llegar es volar a Copenhague y de all¨ª ir en tren ¡ªpor el puente de Oresund¡ª a Malmoe. Desde la estaci¨®n de Malmoe salen trenes continuamente hacia Ystad (45 minutos).
5 El Tokio de Murakami
Hay pocas cosas con un poder evocador tan fuerte como la m¨²sica. Eso le pasa a Toru Watanabe, un ejecutivo japon¨¦s que aterriza en Tokio mientras escucha Norwegian Wood, la canci¨®n de los Beatles que da t¨ªtulo original al best seller de Haruki Murakami. Al protagonista del libro se le desatan los recuerdos de una adolescencia universitaria en el Tokio de los a?os sesenta marcada por la amistad con un reducido grupo: Kizuki, cuyo suicidio condicion¨® la juventud de Watanabe; Naoko, la novia de Kizuki, y la sociable Midori Kobayashi. El Tokio actual que encontrar¨¢n los fans del escritor que visiten la capital japonesa en busca de las huellas de su novela no se parece en nada. Barrios repletos de neones como Shibuya o Shinjuku, las tiendas de lujo de Ginza o el edificio de ocho plantas de Akihabara atestadas de manga, smartphones y aparatos electr¨®nicos la han convertido en una de las ciudades m¨¢s vibrantes de Asia. Pero los adolescentes japoneses se debaten en las mismas dudas y miedos que atenazaban a Toru Watanabe, Naoko y Kizuki hace d¨¦cadas: la b¨²squeda de la identidad sexual, su encaje entre la modernidad y una sociedad tremendamente tradicional, la atracci¨®n por todo lo occidental y un sentimiento de no encajar en ninguna parte. El decorado que envuelve esta novela que habla de la soledad, de las relaciones humanas y de la sexualidad es una urbe gigantesca como Tokio, siempre presente como paisaje en la novela.
Iberia y Jal operan vuelos directos en c¨®digo compartido entre Madrid y Tokio. Finnair es una de las compa?¨ªas que vuela con una escala.
6 Los paisajes de Jane Austen
A cualquier lector asiduo de Jane Austen hay un viaje que le encantar¨ªa: recorrer los escenarios donde residi¨® y escribi¨® en el sur de Inglaterra. El periplo puede empezar en Steventon, donde naci¨® y vivi¨® hasta los 25 a?os. Su casa ya no existe, pero el pueblo a¨²n conserva algo de aquel c¨¢ndido mundo rural en el que creci¨®. All¨ª escribi¨® La abad¨ªa de Northanger, Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad. S¨ª conserva casi el mismo ambiente georgiano de su ¨¦poca la siguiente parada, el balneario de Bath. Jane Austen se traslad¨® aqu¨ª con su familia, pero nunca le gust¨®. En esos cinco a?os se mudaron varias veces de casa; lo que ahora es el The Jane Austen Centre, en el 40 de Gay Street, es una recreaci¨®n con mobiliario de la ¨¦poca y vestuario de algunas de las exitosas adaptaciones para televisi¨®n de sus obras (incluido todo el merchandising kitsch que te puedas imaginar de Orgullo y prejuicio), pero la escritora nunca habit¨® all¨ª. Donde s¨ª vivi¨® y se respira la sencillez de su existencia fue en lo que hoy es su casa-museo en Chawton, donde volvi¨® a ser feliz. All¨ª se mud¨® con su hermana Cassandra, su madre y la amiga de la familia Martha Lloyd tras la muerte de su padre. Las estancias muestran muebles, cartas y objetos que pertenecieron a la autora, incluida la peque?a mesa donde escribi¨® Mansfield Park, Emma y Persuasi¨®n. Vivi¨® los ¨²ltimos meses de su vida en Winchester, donde muri¨® el 18 de julio de 1817 a los 41 a?os. Est¨¢ enterrada bajo una l¨¢pida en el interior de la catedral g¨®tica de esa ciudad.
El Pa¨ªs Viajes organiza viajes a la campi?a inglesa en busca de los lugares donde vivi¨® y escribi¨® Jane Austen, guiados por Espido Freire, escritora y gran conocedora de su obra. Pr¨®xima salida: el 10 de octubre de 2019.
7 Estocolmo, con Millennium
La capital sueca est¨¢ presente en todo momento en la obra de Stieg Larsson, tanto que se ha convertido en un lugar de peregrinaci¨®n para los amantes de la saga y muchas agencias de viaje locales ofrecen el tour guiado. Hasta el museo de la ciudad organiza la Gira Millennium. La mayor¨ªa de las localizaciones est¨¢n en S?dermalm, un antiguo barrio obrero al sur que en un par de d¨¦cadas se reconvirti¨® en la zona m¨¢s moderna, joven y alternativa de Estocolmo. Larsson sit¨²a all¨ª G?tgatan, donde est¨¢n el despacho de Mikael Blomkvist, la casa de la hacker Lisbeth Salander y el caf¨¦ Mellqvist, donde los dos protagonistas se citaban y que era uno de los favoritos de Larsson en la vida real. Tambi¨¦n ver¨¢s el restaurante sirio donde los redactores de Millennium sol¨ªan cenar y Kvarnen, el pub que frecuentaba Salander.
M¨¢s all¨¢ de Millennium, Estocolmo es una de las capitales escandinavas m¨¢s bellas. Si la visitas con los tres libros debajo del brazo, una vez satisfechas las curiosidades de gruppie, no hay que perderse Gamla Stan, el barrio antiguo y un buen sitio para ir a cenar y pasear, ni el museo del Vasa, el sorprendente gale¨®n del siglo XVI que ha llegado casi intacto a nuestros d¨ªas.
Iberia y Norwegian tienen vuelos directos entre Madrid y Estocolmo. Norwegian y Vueling viajan sin escalas desde Barcelona.
8 El Cairo de ¡®El callej¨®n de los milagros¡¯
El premio Nobel egipcio Naguib Mahfuz ambient¨® una de sus novelas m¨¢s famosas en Midaq, un decr¨¦pito callej¨®n del centro de El Cairo, como los cientos que a¨²n existen hoy en el Viejo Cairo. El callej¨®n de los milagros (1947) es una novela coral en la que sus personajes ¡ªKamil, el vendedor de dulces; su amigo Abbas, el barbero; la bella y ambiciosa Hamida; Salim Alwan, el vendedor del bazar; Husniya, la panadera¡ª van desgranado el d¨ªa a d¨ªa de sus sue?os y miserias.
Quien viaje hoy a El Cairo y deambule por el barrio de Khan al Khalili descubrir¨¢ cientos de callejones Midaq, tan costumbristas, decr¨¦pitos y llenos de vida como el de la novela. De hecho, Mahfuz sol¨ªa sentarse a escribir en el caf¨¦ Al Fishawi, en pleno zoco de Khan al Khalili, que localizar¨¢s f¨¢cilmente por la primera bocacalle que sale de la plaza Al Hussein. A esta plaza hay que ir al atardecer para sentarse en uno de los cafetines contiguos a la mezquita hom¨®nima y dejar que el teatrillo mundano de El Cairo act¨²e delante de ti, mientras el aire fresco del crep¨²sculo alivia la cargada atm¨®sfera y la plaza estalla de vida. Los fieles entran en la mezquita, los ni?os que venden baratijas y souvenirs parecen m¨¢s activos; las palmeras se mecen en la suave brisa en competencia con la rectitud de los minaretes de la cercana mezquita de Al Azhar, que parecen forrados de bronce a estas horas. Hay familias enteras sentadas al fresco. Las luces de ne¨®n de los caf¨¦s mandan destellos fluorescentes. A estas horas, la plaza es una radiograf¨ªa del gozo de vivir en estado puro. Y uno se siente parte de ella, mientras endulza sus sentidos con un t¨¦ a la menta y sue?a con estar dentro de ese callej¨®n de los milagros.
Agencias como Logitravel, Edreams o Atr¨¢palo tienen interesantes ofertas de vuelo m¨¢s hotel para viajar a El Cairo.
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