Moj¨¢car, pueblo blanco sobre fondo azul
Siete kil¨®metros de arenales con bandera azul, la ciudad vieja y un paseo mar¨ªtimo repleto de restaurantes y 'beach clubs' en una apetecible ruta por la localidad almeriense
A Jacinto Alarc¨®n, alcalde en la d¨¦cada de 1960 de un Moj¨¢car deprimido, se le ocurri¨® regalar solares con la condici¨®n de que quien construyera respetara la arquitectura tradicional. Las restricciones permanecen: casas de dos plantas como m¨¢ximo, obligatoriamente blancas, sin tejados, s¨ª c¨²pulas, y nada de cultivos bajo pl¨¢stico. Empezaron a llegar artistas, embajadores y millonarios que se cruzaban con el vecino montado en su burro y, en la playa, mojaqueras con sus cantareras en la cabeza y media cara tapada. El contraste encandil¨® a los visitantes tanto como el paisaje ¨¢spero pero magn¨¦tico de monte semipelado y el azul del mar como tel¨®n de fondo. Esta villa del Levante almeriense no ha perdido su gancho para la bohemia tanto en la playa, donde se come y festeja muy bien, como en el pueblo blanco, dos kil¨®metros adentro en las ¨²ltimas estribaciones de sierra Cabrera.
7.00 Amanecer frente al mar
En verano, el sol sale por el mar. Hay 17 kil¨®metros de costa para disfrutar del espect¨¢culo, y un variado abanico de alojamientos. El pueblo tiene buenos hostales y un hotel de toda la vida, el Mamabel¡¯s (1), con su terraza colgando en la sierra. A medio camino hacia la playa se alza el Cortijo de la Media Luna (2), lujo rural de ambiente chill out. Pero el grueso de sus m¨¢s de 11.000 plazas hoteleras se concentra en primera l¨ªnea de mar, como el parador (3) (paseo del Mediterr¨¢neo, 339) o el Botaniq (4), establecimiento boutique con 14 habitaciones, tranquilidad y jard¨ªn balin¨¦s.
9.00 Arque¨®logo por un d¨ªa
En el siglo XIII, la poblaci¨®n dej¨® la colina sobre la que se asentaba y se mud¨® a la contigua, actual emplazamiento de Moj¨¢car, buscando mejores vistas de la costa (por la que llegaban los piratas berberiscos) y una posici¨®n defensiva m¨¢s ventajosa frente a la presi¨®n de las tropas cristianas. Dejaron atr¨¢s casas, talleres, tiendas, mezquita, aljibes, 11 torres y un castillo. Desde hace dos a?os, un equipo de arque¨®logos liderados por la Universidad de Granada excava, en julio, en esta Moj¨¢car la Vieja (5) (mojacar.es) que va saliendo a la luz. Cualquiera puede subir para ver c¨®mo avanzan los trabajos. ¡°La gente ha hecho suyo el yacimiento, lo respeta y lo cuida¡±, subraya el director de la excavaci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªn Civantos.
12.00 Kitesurf y chiringuito
Quien quiera adrenalina puede practicar deportes acu¨¢ticos con Samoa Club (950 47 84 90) en la playa del Pueblo Indalo (6), kitesurf en la playa de la Venta del Bancal (7) con Camino del Sol (607 45 74 93) o sumergirse con el Centro Escuela de Buceo Moj¨¢car. Hasta el campo de golf (8) (marinagolf.com) tiene la costa como referente: gran parte de su recorrido transcurre con vistas al mar.
Para reponer fuerzas, en Moj¨¢car hay 20 chiringuitos con mucha oferta de pescado. El emblem¨¢tico Aku Aku?(9) o el Kontiki (10) est¨¢n en el paseo mar¨ªtimo, y el Manaca (11), en el bonito arenal del Sombrerico, en un antiguo cortijo que para La isla del tesoro, pel¨ªcula de 1972 protagonizada por Orson Welles, se convirti¨® en fuerte.
16.00 Calles del siglo XIII
En su infinidad de playas, con siete kil¨®metros de arenales enarbolando bandera azul, no se percibe masificaci¨®n, ni hay especiales problemas de aparcamiento o para poner la toalla.
Tras un ba?o, es hora de visitar la ciudad, miembro de la asociaci¨®n de Los Pueblos m¨¢s Bonitos de Espa?a. Hay una calle, llamada Salsipuedes, estrecha hasta la claustrofobia y tan empinada que tiene escalones; un buen ep¨ªtome de lo que deparan los vericuetos de un casco antiguo donde no pasan coches (sencillamente porque no caben). Es posible que uno se pierda entre los entresijos de su juder¨ªa. Y es un gusto deambular por sus calles del siglo XIII. La de Enmedio (12) o la del Aire (13) est¨¢n trufadas de tiendecitas que venden personalidad: decoraci¨®n en La Vuelta de las Golondrinas (Aire, 6), joyer¨ªa en Manitas (plaza Nueva, 11), artesan¨ªa en Arn¨¦s Cuero (plaza Nueva, s/n) o joyas y ropa en Arena (Enmedio, 14). Aqu¨ª se concentran las plazas del Ca?o (14) o del Parterre (15), la iglesia fortaleza, la Casa de la Canana (16) (Esteve, 6), donde conocer c¨®mo era un hogar mojaquero hace 100 a?os. O la pensi¨®n El Torre¨®n (17) (Jazm¨ªn, 4). Para comer est¨¢ el Arlequino (18) (plaza de las Flores), y la copa, en Loro Azul Bar (19) (plaza Front¨®n).
19.00 Excursi¨®n a la torre del Pirulico
De los tres senderos existentes, en verano es mejor decantarse por la antigua ruta del carb¨®n, La Mena-Macenas (senderosdealmeria.es), que sigue la costa. El castillo de Macenas (abre los jueves para visitas) y la torre del Pirulico, del Pe?¨®n u Horadada, por el arco natural en la roca que queda debajo, ofrecen panor¨¢micas espectaculares. En lo m¨¢s alto del pueblo, los atardeceres desde el Mirador del Castillo (20), desde el que se divisa Murcia en d¨ªas claros, son m¨¢gicos.
21.00 Rico pescado para cenar
La oferta gastron¨®mica en la playa es m¨¢s que razonable, en cantidad y calidad. La cocina del Botaniq, mediterr¨¢nea de autor, se nutre de productos locales. Si las paellas del Aku Aku (sacan hasta nueve a la vez cada media hora) reinan a mediod¨ªa, su pescado fresco es una excelente opci¨®n para la cena. En Gastro Malabar (21) (paseo del Mediterr¨¢neo, 349) se picotea muy bien en un ambiente informal, y la terraza del Reina Mora (22) (n¨²mero 235) es de lo m¨¢s agradable. Antes, o despu¨¦s, un helado en la Gelateria Italiana Alberto (23).
23.00 Fiesta hasta salir el sol
El Aku Aku ofrece cine los martes a las 22.00 y actuaciones de jazz y flamenco (a partir de las 23.00) en las que suelen figurar Tomatito y Jorge Pardo. El Lua (24) (paseo del Mediterr¨¢neo, 30) ambienta la noche con conciertos. Luego toman el relevo beach clubs como el Alma Ocean Club (25) (n¨²mero 66) y Moma Beach (26) (30), y las fiestas del Maui y del cercano Mandala (27) hasta el amanecer, o casi. Y al final, ya saben, el sol saliendo por el mar.
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