Diez planes para sacarle todo el jugo a Salzburgo, la ciudad de la m¨²sica
La villa austriaca ha sido escogida por Lonely Planet como el destino urbano m¨¢s interesante para visitar este 2020, coincidiendo con el primer centenario de su aclamado festival de m¨²sica
La ciudad austriaca de Salzburgo ha sido escogida por Lonely Planet como el destino urbano m¨¢s interesante para visitar en 2020, coincidiendo con el primer centenario de su aclamado festival de m¨²sica,?una de las atracciones estrella del calendario cultural austriaco. Cuna de grandes compositores durante los siglos XVIII y XIX, esta singular villa se vestir¨¢ de gala el pr¨®ximo verano para celebrar la efem¨¦ride por todo lo alto con conciertos y celebraciones irresistibles para viajeros mel¨®manos.
M¨¢s all¨¢ de sus dos principales focos de atracci¨®n ¨CMozart y el musical Sonrisas y l¨¢grimas-, Salzburgo ofrece al visitante un floreciente panorama art¨ªstico, una cocina maravillosa, parques impecables, tranquilas calles donde la m¨²sica cl¨¢sica se escapa por las ventanas, y salas de conciertos que mantienen viva la tradici¨®n musical los 365 d¨ªas del a?o. A continuaci¨®n van diez propuestas irrenunciables para todo aquel que quiera empaparse de Salzburgo.
1. Un paseo por el Altstad
El af¨¢n de preservar todo el legado arquitect¨®nico barroco que atesora el pa¨ªs es algo muy austriaco, con especial peso en Salzburgo. Su mod¨¦lico casco antiguo (Altstad), excavado bajo pendientes pronunciadas, conserva un aspecto muy similar al de la ¨¦poca en que vivi¨® Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). A caballo entre las dos orillas del caudaloso r¨ªo Salzach, que atraviesa la ciudad, el barrio alberga elegantes c¨²pulas y chapiteles, una formidable fortaleza encaramada a un despe?adero y calles ideales para deambular hasta jardines ocultos y plazas medievales rodeadas de casas burguesas y fuentes barrocas.
Sin duda, el lugar m¨¢s emblem¨¢tico de Salzburgo es el Festung Hohensalzburg, una fortaleza construida sobre un acantilado hace 900 a?os. Es una de las m¨¢s grandes y mejor conservadas de Europa. Desde sus murallas se goza de una espectacular panor¨¢mica de los chapiteles de la ciudad, el r¨ªo Salzach y las imponentes monta?as de los Alpes al fondo. Al complejo se puede llegar a pie, haciendo un esfuerzo, o en funicular. Cuando se construy¨® era una humilde fortificaci¨®n y no fue hasta finales del siglo XV cuando adopt¨® su estructura actual. Del esplendor de aquella ¨¦poca es buena muestra el sal¨®n dorado donde todav¨ªa se celebran lujosos banquetes. Otra joya de la ciudad es la Dom (catedral), obra maestra del barroco en la que sobresale su hermosa c¨²pula de bulbo de cobre y dos chapiteles de id¨¦ntica forma. Al edificio se accede a trav¨¦s de unos p¨®rticos de bronce que simbolizan la fe, la esperanza y la caridad.
Pero la imagen m¨¢s t¨ªpica de las postales de Salzburgo es la majestuosa Residenzplatz, una plaza de planta barroca, con sus coches de caballos, su palacio y sus artistas callejeros. En el centro se erige una enorme fuente de m¨¢rmol, la Residenzbrunnen. La plaza fue ideada a finales del siglo XVI por el pr¨ªncipe-arzobispo Wolf Dietrich von Raitenau, quien, inspirado por Roma, encarg¨® su dise?o al arquitecto italiano Vincenzo Scamozzi.
2. Arte moderno y juguetes
Una vez recorridas sus encantadoras calles y plazas, es momento de asomarse a alguno de sus ricos museos. El de Arte moderno (Museum der Moderne) sorprende en lo alto de los acantilados del monte M?nchsberg. Su estructura rectangular de cristal y m¨¢rmol ofrece un curioso contraste con la fortaleza. El edificio acoge exposiciones temporales de arte moderno de los siglos XX y XXI. Aqu¨ª se han exhibido obras de Alberto Giacometti, Dieter Roth, Emil Nolde y John Cage. Hay un ascensor a los pies del monte M?nchsberg que sube a la galer¨ªa todo el a?o. El Rupertinum, en pleno coraz¨®n del Altstadt, es otro espacio que acoge exposiciones temporales de arte moderno, con especial ¨¦nfasis en obra gr¨¢fica y fotograf¨ªa.
Pero si lo que se quiere es explorar el pasado de la ciudad, hay que acudir al Domgrabungsmuseusm, un museo arqueol¨®gico subterr¨¢neo contiguo a la catedral, donde se puede contemplar desde mosaicos romanos hasta restos de la antigua catedral rom¨¢nica. Otra visita al pasado, en esta ocasi¨®n con ¨¦nfasis en el arte sacro, la encontraremos en el Dommuseum, con toda clase de curiosidades renacentistas y rarezas, que van desde los armadillos y peces globos hasta los retablos o las custodias adornadas con joyas. En la Galer¨ªa Long cuelgan las mejores obras de los siglos XVII y XVIII.?
Junto a los soportales de la B¨¹rgerspitalplatz se yergue el Spielzeugmuseum, que ofrece una mirada nost¨¢lgica a los juguetes a trav¨¦s de una colecci¨®n de casas de mu?ecas y ositos de peluche de la legendaria marca Steiff. Tambi¨¦n hay divertidos disfraces, canicas y un taller Bosch: el sue?o de todo peque?o constructor en potencia. Mientras los reto?os se desahogan, los padres pueden darse un respiro en el bar.?
Y en una ciudad como Salzburgo no pod¨ªa faltar un museo dedicado a la Navidad,?una colecci¨®n colecci¨®n privada que desprende un aire festivo, e incluye, entre otros objetos, calendarios de adviento, belenes tallados a mano, adornos y cascanueces.
3. La Salzburgo en la que naci¨® y vivi¨® Mozart
Puede que el hogar espiritual de Mozart fuera Viena, pero este genio del siglo XVIII naci¨® y se cri¨® en el Altstadt (centro) de Salzburgo, donde se pueden ver los lugares donde vivi¨®, am¨® y compuso. Numerosas orquestas le desean un feliz aniversario durante la Mozartwoche a finales de enero. Y a lo largo del a?o se puede escuchar su m¨²sica en los conciertos de c¨¢mara del Marmorsaal (sal¨®n de M¨¢rmol) del Palacio de Mirabell, mientras que las marionetas hacen que sus ¨®peras cobren vida en el Salzburger marionettentheater,?
Mozart fue el ¨²ltimo gran prodigio de la m¨²sica cl¨¢sica: comenz¨® a componer a los cinco a?os y dio su primer concierto para la emperatriz Mar¨ªa Teresa a los seis. Hay un circuito especial para seguir sus pasos por la ciudad, que comienza en la resplandeciente Marmorsaal, y cuya segunda parada puede ser el Mozarteum, una fundaci¨®n que rinde tributo a su vida y obra, y sirve de escenario al renombrado Festival Mozartwoche?(Semana de Mozart), que se celebra todos los a?os a finales de enero. A la vuelta de la esquina, en la Makartplatz, se halla la Mozart-Wohnhaus, la residencia del siglo XVII donde vivi¨® Mozart junto a su familia. En su interior se pueden escuchar grabaciones poco conocidas de sus sinfon¨ªas.
Hacia el norte, por la Linzer Gasse se llega al Fridhof St. Sebastian, el cementerio donde descansan su esposa, Constanze, y su padre, Leopold. A continuaci¨®n se vuelve hacia el r¨ªo Salzsach, se gira a la izquierda por la calle medieval Steingasse y se cruza el Mozartsteg (puente de Mozart), de estilo art nouveau. M¨¢s adelante, en el n¨²mero 8 hay una placa conmemorativa que recuerda que en esa casa muri¨® Constanze.
Enfrente de la Mozartplatz, donde hay una estatua del hijo m¨¢s ilustre de la ciudad, est¨¢ la Residenz, el palacio en el que el compositor dio su primer concierto a los seis a?os. Al lado se halla la catedral barroca, donde se celebr¨® la boda de sus padres en 1747 y el bautizo del peque?o Wolfgang en 1756; con el tiempo Mozart compondr¨ªa aqu¨ª m¨²sica sacra y ejercer¨ªa de organista en la catedral. En la calle comercial Getreidegasse se puede visitar la casa natal de Mozart, la Mozarts Geburtshaus, en la que pas¨® los primeros 17 a?os de su vida, y donde se guarda una colecci¨®n de instrumentos, documentos y retratos.
Para poner una nota dulce al itinerario, podemos comprar las famosas Mozartkugeln (bolas de Mozart) de la confiter¨ªa F¨¹rst, a base de pistachos, mazap¨¢n y chocolate amargo. Siguen elabor¨¢ndose artesanalmente en esta confiter¨ªa seg¨²n la receta original creada por Paul F¨¹rst en 1890. Y hay otras especialidades musicales como las Bach W¨¹rfel, unas trufas de caf¨¦, nuez y mazap¨¢n dedicadas al gran compositor barroco.
4. Palacios de estilo rococ¨® con estucados y m¨¢rmol
Joya de la corona del flamante DomQuartier, el Palacio Residenz fue el lugar elegido por los pr¨ªncipes-arzobispos para celebrar audiencias hasta que Salzburgo fue anexionada al imperio de los Habsburgo en el siglo XIX. La visita es un recorrido por los suntuosos salones adornados con tapices, estucados y frescos de Johann Michael Rottmayr. En la tercera planta aguarda la Residenzgalerie, una colecci¨®n de maestros flamencos y holandeses realmente impresionante, con obras de Rubens o Rembrandt, entre otros.
Otro de los magn¨ªficos palacios de Salzburgo es el de Mirabell, un espl¨¦ndido edificio construido por el principe-arzobispo Wolf Dietrich en 1606 a fin de impresionar a su amada Salome Alt. Johann Lukas von Hildebrandt, arquitecto del Schloss Belvedere, remodel¨® el palacio en estilo barroco en 1721. Su fastuoso interior, repleto de estucados, m¨¢rmol y frescos, es de acceso gratuito.
Y un tercer edificio muy representativo de los tiempos de esplendor de Salzburgo es el grandilocuente palacio Leopoldskron, de estilo rococ¨®, a 15 minutos a pie de la fortaleza de Hohensalzburg, en la que se rod¨® la famosa escena del lago de Sonrisas y l¨¢grimas. Y no es la ¨²nica escena de la pel¨ªcula rodada aqu¨ª: el sal¨®n veneciano fue utilizado como el opulento sal¨®n de baile de los Von Trapp, donde los ni?os se desped¨ªan. Un fastuoso hotel ocupa hoy ese espacio, pero se puede admirar desde fuera.
5. La tumba de la mujer de Mozart
Para entender la historia de Salzburgo tambi¨¦n hay que visitar sus iglesias y cementerios. Por ejemplo, la abad¨ªa de San Pedro (Erzabtel San Peter), fundada hacia el a?o 700 por un misionero llamado Ruperto. A pesar de que conserva un p¨®rtico rom¨¢nico original, la iglesia actual es principalmente barroca y est¨¢ ornamentada con estucos de estilo rococ¨® y estatuas, incluida una del arc¨¢ngel Miguel hundiendo un crucifijo en la garganta del diablo, y un altar impresionante pintado por Mantin Johann Schmidt.
El cementerio de San Sebastian y sus claustros se hallan detr¨¢s de la barroca iglesia de San Sebasti¨¢n (Sebastianskirche), y fueron dise?ados por Andrea Berteleto en 1600. Aqu¨ª descansan los restos de varios miembros de la familia Mozart y del f¨ªsico del siglo XVI Paracelso. Pero el plato fuerte es el mausoleo del pr¨ªncipe-arzobispo Wolf Dietrich von Raitenau, un elaborado monumento conmemorativo.
6. En busca de la huella de Sonrisas y l¨¢grimas
Salzburgo es conocida en todo el mundo gracias a que fue inmortalizada en la pel¨ªcula Sonrisas y l¨¢grimas. Desde su estreno en 1965, millones de personas de todo el mundo, de varias generaciones, han visto la pel¨ªcula y han cantado sus canciones. La pel¨ªcula est¨¢ basada en la historia real de una familia, los Von Trapp, pero si han pasado a la historia es por este musical.
Son muchos los que hacen un circuito por los diferentes lugares de rodaje, como el bosque de esculturas de Mirabeligarten, famoso por la canci¨®n Do Re Mi, el convento benedictino Stift Nonnberg, donde se ocultaba la familia antes de huir, o el pabell¨®n de Cumplir¨¢s 17 a?os en el parque de Helibrunn, donde la hija mayor de los Von Trapp se encuentra con su novio, el cartero del pueblo. Para conocer la verdad de esta leyenda del celuloide se puede pasar la noche en la aut¨¦ntica Villa Trapp, una mansi¨®n del siglo XIX en el distrito de Augen.
El circuito para los forofos de Sonrisas y l¨¢grimas deber¨ªa incluir otros escenarios, como los lagos de Salzkammegut (Mar¨ªa hace su aparici¨®n en los pastos alpinos al otro lado de la frontera con Baviera). La escena de las monjas bailando de camino a misa en la abad¨ªa benedictina de Nonnberg es ficci¨®n, pero la verdadera Mar¨ªa von Trapp pretendi¨® hacerse monja aqu¨ª antes de su romance.
En la Residenzplatz, Mar¨ªa canta Tengo confianza en mi y chapotea con los caballos de la fuente. En el palacio rococ¨® de Leopoldskron se film¨® la escena del lago. Y la fuente de Pegaso, las escaleras con vistas de la fortaleza, los gnomos del palacio Mirabell incitan a los ni?os a cantar el Do, Re, Mi. Y hay m¨¢s: la escuela de equitaci¨®n de verano en la pel¨ªcula es el espectacular escenario del Festival de Salzburgo, donde la familia Von Trapp se gana al p¨²blico con Edelweiss y escapa de los nazis con Adi¨®s. Y en la ¨²ltima escena de la pel¨ªcula, cuando los Von Trapp huyen del pa¨ªs, lo que vemos son las vistas de los Alpes desde el macizo de Untersberg. La aut¨¦ntica residencia de la familia Von Trapp, que no aparece en la pel¨ªcula, es una buena alternativa para alojarse en Salzburgo. Se trata de una elegante villa decimon¨®nica, quiz¨¢ no tan palaciega como la que sale en la pel¨ªcula, pero dotada de atractivas estancias con suelos de madera y una balaustrada donde imitar a la baronesa Schr?der.?
Para rodearse del lujo propio de los nobles de aquella ¨¦poca, hay otros muchos establecimientos en la ciudad, como el hotel Schloss M?nchstein, un castillo del siglo XVI en la cima del monte M?nchsberg, rodeado de bosques, que resulta totalmente id¨ªlico. Las habitaciones est¨¢n rematadas con alfombras persas, pinturas y m¨¢rmoles de Calcuta. Se puede disfrutar de un masaje en el spa, de una cena rom¨¢ntica con velas o incluso de un paseo en helic¨®ptero.?
Y tambi¨¦n cl¨¢sico es el Hotel Sacher, donde han dormido Tom Hanks, el Dal¨¢i Lama y por supuesto Julie Andrews, protagonista de Sonrisas y l¨¢grimas, entre otros. Este edificio del siglo XIX a orillas del Salach tiene habitaciones repletas de pinturas y antig¨¹edades, ba?os de m¨¢rmol, vistas a la fortaleza o al r¨ªo, y para compensar los excesos con la cl¨¢sica tarta Sacher, tambi¨¦n un buen gimnasio. Otro cl¨¢sico es el Hotel Amadeus, muy c¨¦ntrico, con cinco siglos a su espalda, aires de hotel boutique y toques personalizados como las camas con dosel.?
?7. Excursionismo en el Pinzgauer Spaziergang
Un n¨ªtido cielo azul y un horizonte de cumbres nevadas: es la cresta monta?osa del Pinzgauer Spaziergang. Uno puede levantarse contemplando el rosado amanecer en los Dolomitas y recorrer el circuito Zillertal, con sus altos picos cubiertos de glaciares. Se agradece entonces haber llevado las botas de monta?a. A los lugare?os les encanta decir que la ¨²nica forma de ver los Alpes austriacos es a pie. Y tienen raz¨®n: una incomparable red de senderos y refugios alpinos acerca la naturaleza al viajero. La excursi¨®n del Pinzgauer se puede hacer en un d¨ªa y es moderadamente exigente, pero brinda unas vistas magn¨ªficas de los Alpes de Kirzb¨¹hel y el parque nacional de Hohe Tauertn.
Hay que partir de Bad Gastein, una maravilla de pueblo con villas de estilo belle ¨¦poque aferradas a barrancos cubiertos de bosques que se elevan sobre ensordecedores saltos de agua y vistas del coraz¨®n del valle de Gastein. El pueblo tiene algo para cada ¨¦poca del a?o: esqu¨ª de primera, senderismo de nivel y fuentes termales elogiadas por sus propiedades curativas. El complejo ha logrado conservar parte de su esplendor del siglo XIX, cuando la emperatriz Isabel (Siss¨ª) acud¨ªa a ba?arse y a escribir poemas. El principal reclamo de Bad Gastein es una cascada de 341 metros que cae rugiendo por acantilados abruptos hasta formar tres charcas de color turquesa. Su belleza aviv¨® la imaginaci¨®n de Klimt, Schubert y la emperatriz Siss¨ª.
?8. Eisriesenwelt, un palacio de hielo subterr¨¢neo
Las cuevas de hielo (accesibles) m¨¢s grandes del mundo, las imponentes cumbres de la cordillera del Tennengebirge y una formidable fortaleza medieval son solo alguna de las joyas de Werfen, escapada casi obligada desde Salzburgo. La belleza natural que rodea a esta localidad no ha pasado desapercibida para los productores de Hollywood: fue el escenario de la pel¨ªcula sobre la II Guerra Mundial El desaf¨ªo de las ¨¢guilas (1968) y tambi¨¦n aparece en la escena del picnic de Sonrisas y l¨¢grimas. Tanto la fortaleza como las cuevas se pueden visitar en una excursi¨®n de un d¨ªa desde la ciudad austriaca.?
Las brillantes salas y galer¨ªas de las cuevas de Eisriesenwelt parecen sacadas de Las cr¨®nicas de Narnia. Este g¨¦lido mundo subterr¨¢neo, esculpido gota a gota durante milenios en la piedra caliza del Tennengeirge, est¨¢ compuesto por una red de pasadizos estrechos que suman 42 kil¨®metros de recorrido?(y?unos 30.000 metros cuadrados de extensi¨®n), y se adentran en el coraz¨®n de la monta?a. Impresionantes esculturas, brillantes lagos y un sepulcral Eispalast (palacio de hielo) aparecen a medida que el viajero se adentra en este laberinto, l¨¢mpara de carburo en mano. Se aconseja ir bien abrigado puesto que las temperaturas suelen bajar de los 0?, incluso en verano.
En cuanto a la fortaleza, el castillo de Hohenwerfen, se divisa desde lejos, sobre un acantilado cubierto de bosques y con los picos del Tennengebirge como tel¨®n de fondo. Domina el valle del Salzach desde hace 900 a?os, aunque su aspecto actual es de 1570. Lo mejor son las vistas sobre Werfen desde su campanario, aunque a los visitantes lo que m¨¢s les suele gustar son las mazmorras.
9. El pedigr¨ª musical de Salzburgo
En 1920 el tr¨ªo formado por Hugo von Hofmannsthal, Max Reinhardt y Richard Strauss combin¨® sus fuerzas para crear el Festival de Salzburgo, cuyo momento m¨¢s destacado (cada a?o) es la representaci¨®n en la Domplatz de la obra teatral Jedermann (Todo el mundo), de Hofmannsthal. Desde entonces, este festival compuesto por una trilog¨ªa de ¨®pera, teatro y conciertos de m¨²sica cl¨¢sica goza de fama mundial y re¨²ne a algunos de los mejores directores, orquestas y cantantes.
Alrededor de 250.000 acuden anualmente al festival para disfrutar de cerca de 200 producciones. La programaci¨®n incluye estrenos teatrales, obras vanguardistas y conciertos de Mozart a cargo de la Filarm¨®nica de Viena, un cl¨¢sico estival. El barrio del festival, Hofstallgasse, presume de un marco soberbio, ambientado por el vertical perfil de la monta?a M?nchsberg. Buena parte de los espect¨¢culos del festival se distribuyen entre los escenarios del teatro Grosses Festspielhaus, con aforo para 2.179 asistentes; la Haus fur Mozart, que ocupa las antiguas caballerizas reales, y la barroca Felsenreitschule. Si se pretende visitar la ciudad durante el festival, se aconseja no dejar nada al azar. Lo recomendable es reservar vuelos, alojamientos y entradas con meses de antelaci¨®n. Y m¨¢s a¨²n en 2020, cuando se cumple su primer centenario.
10. Untersberg, el tel¨®n de fondo?
Elev¨¢ndose sobre Salzburgo, en plena frontera alemana, se atisba el escarpado pico del Untersberg, de 1.853 metros de altitud, desde cuya cima se disfruta de espectaculares vistas de la ciudad, el valle del Rositten, las cordilleras alpinas del Tirol, Salzburgo y Baviera. En invierno la monta?a es un im¨¢n para los esquiadores, mientras que en verano atrae a excursionistas, escaladores y parapentistas. En la estaci¨®n del telef¨¦rico arrancan senderos cortos y bastante f¨¢ciles hasta los miradores del Geiereck (1.805 metros) y el Salzburg Hochthron, aunque hay otros que se adentran mucho m¨¢s en los Alpes.
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