Estos son los tres destinos espa?oles que ¡®The New York Times¡¯ recomienda visitar en 2020
Asturias, Menorca y el valle de Ar¨¢n figuran en la lista anual de lugares que merece la pena descubrir seg¨²n el diario neoyorquino
Asturias, ¡°un refugio de los espa?oles para abrazar la naturaleza y alejarse de todo¡±, es, junto con Menorca y el valle de Ar¨¢n, uno de los tres destinos espa?oles que acaban de ser incluidos en la lista anual de 52 lugares a los que viajar en 2020 que publica en?The New York Times. Entre las razones por las que el periodista Andrew Ferren, autor de la pieza sobre Asturias en el peri¨®dico estadounidense?y colaborador de El Viajero, apuesta por el Principado est¨¢n ¡°sus verdes colinas, que descienden hasta un mar de color zafiro que ba?a playas en forma de media luna¡±. Ferren tambi¨¦n cita rutas de?ciclismo y? senderismo como la senda del Oso y el ca?¨®n del Cares, el parque nacional de los Picos de Europa, ¡°el m¨¢s antiguo de Espa?a¡±, los castros celtas, el Centro Niemeyer de Avil¨¦s, la hospitalidad de sus habitantes y una gastronom¨ªa deliciosa y contundente que tiene como ejemplos m¨¢s conocidos el queso de Cabrales, la sidra, la fabada y restaurantes con estrella Michelin como Casa Marcial. Unos buenos argumentos a los que nosotros a?adimos estos otros de nuestra propia cosecha:?
Asturias
Mineros por un d¨ªa
El turismo de interior en Asturias es sin¨®nimo de experiencias intensas, novedosas o desconocidas para el gran p¨²blico, no solo porque un tercio del Principado est¨¢ declarado espacio protegido, tambi¨¦n por el sinf¨ªn de alojamientos rurales, rica gastronom¨ªa, buen trato y mejores precios que all¨ª se disfrutan. Y pocas experiencias calan tan hondo como descender al fondo de una mina. A la del Pozo Sot¨®n, en el concejo asturiano de El Entrego, se accede equipado al completo, rescatador incluido, y acompa?ado por mineros o mineras. Durante cuatro horas se caminan 3,5 kil¨®metros de galer¨ªas, se pica hulla y se desciende una chimenea de ventilaci¨®n y un plano a 570 metros bajo tierra.
Pueblos muy pintones
Tres puertos asturianos ¡ªCudillero (el segundo m¨¢s votado), Llastres (en el puesto n¨²mero 7) y Luarca (en el n¨²mero 10)¡ª quedaron entre los 10 primeros en la encuesta de los pueblos m¨¢s bonitos de Espa?a que EL PA?S realiz¨® en octubre de 2018 con motivo del 20? aniversario del suplemento El Viajero. El Principado tambi¨¦n atesora pueblos arrebatadores como Bandujo, una parroquia de menos de 50 habitantes en el concejo de Proaza; Torazo, aldea del concejo de Cabranes que conserva su arquitectura tradicional y antiguos h¨®rreos; Somao, en el concejo de Pravia, con sus fastuosas y en ocasiones delirantes casas de indianos, o el sorprendente conjunto etnogr¨¢fico de Os Teixois, a cuatro kil¨®metros de la villa de Taramundi. Construido enteramente en mamposter¨ªa de pizarra, cuenta con un molino, un mazo romano para estirar el hierro, una original central el¨¦ctrica para el pueblo y un bat¨¢n, utilizado para machacar el lino y la lana.
Playas cantarinas
La m¨²sica de los cantos rodados se acompasa al ir y venir de las olas en la playa del Silencio, a 16 kil¨®metros al oeste de Cudillero, un arenal para amantes de la calma, el verde y los acantilados. Tambi¨¦n hay maravillosas playas urbanas como la de San Lorenzo, en Gij¨®n; de arena blanca y fin¨ªsima como la de Torimbia, en Llanes, y playas m¨¢gicas como Gulpiyuri, tambi¨¦n en el concejo de Llanes, oculta y separada del mar por m¨¢s de cien metros de acantilado. En este enlace, m¨¢s informaci¨®n sobre playas de Asturias y otras regiones de Espa?a.
En tren, enhebrando el Cant¨¢brico
La tarjeta FEVERail de Renfe permite recorrer los 1.300 kil¨®metros de la red de trenes de v¨ªa estrecha FEVE a bordo de todas sus l¨ªneas de trenes de cercan¨ªas y regionales. Una de las rutas m¨¢s bonitas es la que parte de Gij¨®n bordeando la costa asturiana hasta Cand¨¢s (donde se celebra cada 1 de agosto el Festival de la Sardina, en el que se despachan miles de kilos de pescado y se vac¨ªan innumerables botellas de sidra), para continuar despu¨¦s hasta Cudillero.
Arte rupestre
En 1968, un grupo de j¨®venes espele¨®logos se descolgaron por una sima conocida como el Pozu¡¯l Ramu, en el macizo de Ardines, cerca de Ribadesella (Asturias). Con un equipo precario, se adentraron por las galer¨ªas de la cueva, en la que hallaron uno de los conjuntos de arte rupestre m¨¢s importantes de Europa, con pinturas y grabados del Premagdaleniense y Magdaleniense (22.000-10.000 AC). Las pinturas muestran una gran variedad de animales ¡ªciervos, caballos, cabras, toros, osos, bisontes, uros e incluso una ballena¡ª, adem¨¢s de signos geom¨¦tricos y figuras antropomorfas. En las inmediaciones se halla el Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo, donde se explican, adem¨¢s del Panel Principal (la ¨²nica sala de la cueva que se puede visitar), otros conjuntos de dif¨ªcil acceso, como el Camar¨ªn de las Vulvas, en cuyas paredes hay pintados sexos femeninos; la galer¨ªa de los Caballos, o la rec¨®ndita galer¨ªa de los Antropomorfos. La visita a la cueva est¨¢ limitada a 150 personas al d¨ªa en grupos de 15, por eso hay que reservar con antelaci¨®n.
Menorca, la isla sostenible?
La periodista y escritora estadounidense Lindsey Tramuta, afincada en Par¨ªs pero que conoce bien las Baleares, asegura que Menorca, ¡°siempre cotizada por sus paisajes salvajes y sus playas v¨ªrgenes¡±, suma este a?o el atractivo extra de haberse convertido en uno de los referentes del arte moderno en el mundo. Para el rotativo neoyorquino, la irrupci¨®n de la prestigiosa galer¨ªa suiza Hauser Wirth, que abrir¨¢ este a?o un centro art¨ªstico en la illa del Rei, junto al puerto de Mah¨®n, que comprender¨¢ una sala de exposiciones, un espacio educativo, un jard¨ªn p¨²blico, una tienda y un restaurante, refuerza la apuesta de la isla por un ¡°turismo lento y sostenible¡±. El nuevo espacio art¨ªstico ocupar¨¢ los edificios contiguos al antiguo hospital militar que fue construido en ese peque?o islote durante la dominaci¨®n inglesa de Menorca. A cambio, recuerda la periodista, el matrimonio formado por Iwan y Manuela Wirth rehabilitar¨¢ ese conjunto arquitect¨®nico ¡°preservando el ecosistema con jardines dise?ados por el reputado artista paisajista Piet Oudolf¡±. Por ¨²ltimo, Tramuta recomienda tres establecimientos cuyo valor principal, asegura, es la sostenibilidad: Menorca Experimental, una casa de campo con 43 habitaciones apartada del mundanal ruido y las tambi¨¦n exclusivas fincas de Torre Villa y Santa Ponsa, donde se producen aceites de oliva y arom¨¢ticos para sumergirse en una experiencia lenta. Estos son los motivos que han seducido a The New York Times, pero desde El Viajero a?adimos otras experiencias para convertir en memorable cualquier escapada a Menorca:
Binibeca, un pueblo de casitas de pescadores
Binibeca es un pueblo construido en los a?os sesenta, obra del arquitecto Francisco Juan Barba Corsini y el aparejador Antoni Sintes, donde perderse por sus estrech¨ªsimas calles. Los autores quisieron recrear un antiguo pueblo de casitas de pescadores. Aunque carece del sabor de lo aut¨¦ntico, es un sitio rebosante de encanto. Despu¨¦s de patear a fondo esta encantadora villa, nada mejor que sentarse en la terraza del N¨¢utico para ver atardecer mientras cenas.
Alquilar un barco y pasar un d¨ªa en cala Escorxada
Cala Escorxada es lo m¨¢s parecido a un ed¨¦n playero en la zona sur. De muy dif¨ªcil acceso y muy aislada de cualquier pueblo. Se trata de una playa muy bonita, con arena fina y blanca y con aguas color turquesa que caracterizan toda la costa sur de Menorca. Se puede llegar a cala Escorxada caminando o en mountain bike. No se te puede olvidar llevar mucha agua y comida, porque all¨ª, en pleno para¨ªso, los chiringuitos no existen.
Vistas al mar desde la torre de Fornells
Todo el mundo conoce Fornells por el restaurante donde el Rey em¨¦rito iba a comer la famosa caldereta de marisco (Es Cranc). Pero sobre todo atesora un bonito paseo al atardecer desde el pueblo a la torre, construida los dos primeros a?os del XIX por los ingleses, que en esos momentos ocupaban la isla (hasta 1802). Las vistas son incre¨ªbles. Al regresar, es recomendable una peque?a parada en el pueblo y entrar a Pasearte (Rosario, 24), un antiguo hangar reformado donde se pueden comprar regalos isle?os para los amigos y familiares. Algunos de los mejores artesanos de Menorca se concentran en un espacio agradable y a menudo con m¨²sica en directo.
Comidas copiosas y compras t¨ªpicas en Mah¨®n
Hasta hace pocos a?os, los vecinos de Mah¨®n y los pueblos circundantes, ajenos al turismo, cerraban sus comercios en agosto. El panorama actualmente es muy distinto y el centro de la ciudad est¨¢ repleto de tiendas, boutiques y restaurantes de calidad a disposici¨®n de los turistas; una amplia oferta que redondea una jornada que incluye visitas a viejos palacios y monumentos, playas, calas y pueblos rec¨®nditos. La convergencia entre la ciudad y los alrededores es perfecta.?Por la ma?ana, en Mah¨®n, antes de hacer las compras t¨ªpicas (ensaimada, queso, sobrasada¡), se puede tomar un buen desayuno en Pipet. Sitio recomendable por su decoraci¨®n y su carta. El bar-restaurante de toda la vida es del Casino de Sant Climent: tapas y raciones generosas de cocina menorquina bien elaborada. De corte tradicional es tambi¨¦n La Rueda, restaurante cuya planta baja funciona como bar de pueblo, con tapas de cocina local. Y al caer la tarde si se quiere disfrutar de unas vistas incre¨ªbles y una terraza agradable se puede ir a El Mirador, con una carta singular, unos camareros muy simp¨¢ticos y un ambiente divertido.
Valle de Ar¨¢n, aventura en el Pirineo
La tercera regi¨®n espa?ola que ha seducido a The New York Times es el valle de Ar¨¢n, en Lleida. El? aislamiento geogr¨¢fico que ha vivido durante siglos este rinc¨®n del Pirineo catal¨¢n le permiti¨® ¡°conservar sus pueblos medievales, la lengua aranesa y una naturaleza virgen¡± que el diario neoyorquino destaca en su art¨ªculo. Tanto en invierno, con la estaci¨®n de Baqueira Beret como principal atractivo, especialmente desde la gran ampliaci¨®n inaugurada en 2019 hacia la zona del valle de Baciv¨¨r que ofrece una bajada ininterrumpida de casi 5 kil¨®metros e impresionantes descensos por terreno virgen en las del Tuc, como en verano, cuando el Valle de Ar¨¢n se convierte en un para¨ªso para el senderismo y la bicicleta de monta?a.
Por el coraz¨®n del valle
Una de las mejores rutas en plena naturaleza que recorren el valle de Ar¨¢n es el Cam¨ªn Reiau (camino real), senda hist¨®rica que durante siglos fue la ¨²nica v¨ªa de comunicaci¨®n entre las localidades aranesas,?una treintena de pueblos aglutinados bajo una estructura pol¨ªtica con cierta autonom¨ªa dentro de Catalu?a. El camino, paralelo al r¨ªo Garona, transita por el coraz¨®n de este reducto pirenaico, pero ofrece tramos intermedios de gran belleza que se pueden disfrutar en una excursi¨®n de un d¨ªa. Por ejemplo, la etapa entre los pueblos de?Vielha y Les, en el Bajo Ar¨¢n.
'Rafting' en el Garona
Cambiando de elemento, el?rafting, descenso fluvial sobre balsas neum¨¢ticas en r¨ªos de aguas bravas, es otra de las propuestas estrella durante la primavera y el verano araneses. El brav¨ªo curso del Garona propone emocionantes experiencias remo en mano, eso s¨ª, siempre acompa?ados de un gu¨ªa experimentado en la disciplina y en el terreno. La empresa?Deportur, con sede en el valle, ofrece este tipo de aventuras acu¨¢ticas.?
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