Casa Alberola, amaneceres con recuerdos neo¨¢rabes en Alicante

En el ecl¨¦ctico frente mar¨ªtimo de Alicante mantiene su prestancia neocl¨¢sica un inmueble construido en 1894 por el arquitecto local Jos¨¦ Guardiola Pic¨®. Autor de numerosos proyectos transformadores en la ciudad, como la Explanada de Espa?a, el puerto o el barrio de Benal¨²a, Guardiola fue uno de los m¨¢ximos exponentes del movimiento higienista del siglo XIX, que reivindicaba ba?os en todas las viviendas, una altura m¨ªnima de los techos y la adecuada ventilaci¨®n de los ambientes. Tambi¨¦n la limpieza peri¨®dica de las habitaciones y el lavado de manos con agua y jab¨®n. ?Nos suena de algo estos d¨ªas?

El edificio se significa frente a la plaza de Canalejas por un torre¨®n cil¨ªndrico que culmina una c¨²pula cubierta de escamas de cer¨¢mica vidriada y una sucesi¨®n de ventanas neo¨¢rabes a?adidas posteriormente como muestra del v¨ªncu?lo de esta ciudad con Or¨¢n, en Argelia, y otras urbes magreb¨ªes. Transformado en hotel hace un a?o, al nombre de Casa Alberola se une una gesti¨®n internacional bajo la marca Curio Collection by Hilton.

Espacio no queda mucho en esta joya neocl¨¢sica, m¨¢s all¨¢ de una min¨²scu?la ¨¢rea de recepci¨®n, un comedor y las 46 habitaciones personalizadas con nombres de los antiguos propietarios, la familia Alberola. A la recepci¨®n m¨¢s le habr¨ªa valido un servicio de registro autom¨¢tico. El comedor, sin embargo, es un jard¨ªn bot¨¢nico que invita al desperezo con un excelente servicio de desayuno a la carta. Las habitaciones esquineras, con forma circular, dan mucho juego por sus vistas de la Explanada y la zona donde desagua el tardeo alicantino.

En el dormitorio Joaqu¨ªn se rinde homenaje a Joaqu¨ªn Alberola, quien dio vueltas por el mundo en un carguero huyendo de la Guerra Civil, se dedic¨® al negocio del legendario vino fondill¨®n y regres¨® m¨¢s tarde para recuperar la casa familiar. El de Carmen tiene un balc¨®n desde el que casi se toca el monumento a Canalejas y los m¨¢stiles de la Marina Deportiva. El de Catalina, su hija, es sencillo a m¨¢s no poder, pero goza de una cama para perder la memoria nocturna, con detalles bien resueltos y una insonorizaci¨®n apreciable, dado el ruido que asciende desde el paseo mar¨ªtimo, que es tambi¨¦n una autov¨ªa para coches.

El colof¨®n lo pone la suite de la C¨²pula, accesible a trav¨¦s de una escalera privada. Es un verdadero lujo tumbarse en la cama king size y celebrar el br¨ªo matinal del amanecer frente a sus siete ventanales neo¨¢rabes.