Diez utop¨ªas a las que se puede viajar
El 'ashram' de Auroville, Christiania, en pleno coraz¨®n de Copenhague, o Damanhur, una compleja red laber¨ªntica de templos subterr¨¢neos en los Alpes italianos. Enclaves creados por exc¨¦ntricos visionarios
M¨¢s informaci¨®n en Utop¨ªas (GeoPlaneta) y en www.lonelyplanet.es
?No te gusta el mundo tal y como es? Pues inv¨¦ntate tu propio pa¨ªs o el lugar ideal con las reglas que t¨² quieras. Eso es lo que pensaron algunos so?adores, exc¨¦ntricos o rebeldes, dispuestos a crear un peque?o para¨ªso ut¨®pico en la tierra. Algunas de estas utop¨ªas, m¨¢s o menos locas, son todav¨ªa hoy microestados o territorios que pueden visitarse. De otras solo quedan ruinas. Todas aspiraron a crear un mundo mejor.
Christiania: la ciudad libre creada por okupas
Es de las utop¨ªas m¨¢s conocidas y tambi¨¦n de las m¨¢s tur¨ªsticas. Esta ciudad libre es un enclave aislado del mundo capitalista en pleno coraz¨®n de Copenhague. Desde que unos okupas la fundaron en 1971, este antiguo terreno militar acoge a inconformistas de todo el planeta atra¨ªdos por el concepto de econom¨ªa colectiva y la vida en comunidad. Tras su avenida principal, Pusher Street, donde se sit¨²an los vendedores de marihuana y hach¨ªs, hay un tesoro de casitas artesanales, acogedores jardines, terrazas, bares e incluso una de las mejores salas de conciertos de la capital danesa, el Sal¨®n Gris.
Todo comenz¨® en los a?os setenta, cuando Copenhague sufr¨ªa una gran escasez de viviendas asequibles pero en el centro de la ciudad exist¨ªa una base militar abandonada de 34 hect¨¢reas. En 1971 un grupo de okupas rompi¨® la fr¨¢gil valla que rodeaba la base y proclam¨® la ciudad libre de Christiania, una sociedad radical igualitaria, aut¨®noma y autosuficiente. Se prohibieron los autom¨®viles, se legalizaron las drogas y se anim¨® a los colonos a hacer yoga, meditaci¨®n y teatro. Se permit¨ªa construir cualquier estilo de casa y vivir cualquier estilo de vida, por exc¨¦ntrico que fuera. Dos a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, el Gobierno dan¨¦s otorg¨® a Christiania el estatus oficial de ¡°experimento social¡±, lo que ha permitido que la ciudad sobreviva hasta hoy. Actualmente tiene m¨¢s de 900 residentes, algunos de ellos de tercera generaci¨®n, solo se acepta a nuevos residentes por consenso de toda la comunidad y se alienta el uso de materiales reciclados para construir las casas. Toda la propiedad es colectiva y todos cuidan de todos, y alberga un colectivo de herreros, un centro LGTBI, salas de conciertos, restaurantes ecol¨®gicos y compa?¨ªas de teatro.
Auroville: espiritual, independiente y universal
Los viajeros que recorran el Estado de Tamil Nadu, en el sudeste de la India, tal vez se encuentren en Puducherry con una enorme esfera dorada reluciente llamada Matrimandir. Se alza sobre cuatro columnas que simbolizan la compasi¨®n, la fuerza, la gracia y el conocimiento, y est¨¢ rodeada por unos jardines muy cuidados y varios edificios. Es Auroville, la Ciudad del Amanecer, fundada por una mujer conocida como ¡°La Madre¡± que so?¨® con crear un lugar para unir a la humanidad.
La Madre era en realidad Mirra Alfassa, nacida en Francia en 1878, hija de una jud¨ªa egipcia y un jud¨ªo turco. Trabajaba como artista en Par¨ªs cuando se enamor¨® de la cultura y la religi¨®n budista, por la que dej¨® todo y se fue a viajar por el subcontinente indio. All¨ª conoci¨® a Sri Aurobindo, un gur¨² espiritual, yogui y nacionalista indio. Convencida de que de ni?a hab¨ªa so?ado con Aurobindo, Alfassa se convirti¨® en la estudiante m¨¢s devota del gur¨², quien la rebautiz¨® como ¡°La Madre¡±. En 1950 Aurobindo muri¨® s¨²bitamente y ella asumi¨® la responsabilidad del ashram (lugar de meditaci¨®n) y su mensaje de universalidad. En 1964, a los 86 a?os, decidi¨® dedicar el resto de su vida a construir una ciudad llamada Auroville como expresi¨®n final de los ideales de su gur¨²: que hombres y mujeres de todos los pa¨ªses puedan vivir en paz y armon¨ªa, por encima de todo credo, pol¨ªtica y nacionalidad. Reuni¨® a 5.000 j¨®venes de distintas nacionalidades, y cada uno de ellos arroj¨® un pu?ado de tierra de su pa¨ªs de origen en una urna que se coloc¨® en el centro exacto de la comunidad. En 1971 los aurovilianos empezaron a trabajar en el Matrimandir, la reluciente c¨²pula dorada del centro de su comunidad, pero tardaron 35 a?os en completarlo.
En 1980, tras varias quejas de residentes, el Gobierno indio asumi¨® la administraci¨®n del la Ciudad del Amanecer, que finalmente pas¨® a pertenecer a una fundaci¨®n escudada tras una confusa mara?a burocr¨¢tica. Su estatus se consolid¨® cuando, en 1982, el Tribunal Supremo del pa¨ªs declar¨® que ¡°cumpl¨ªa con los m¨¢s altos ideales y aspiraciones de la India¡±. Patrimonio mundial de la Unesco desde 1972, aunque estaba pensada para 10.000 personas actualmente solo viven en ella unos 2.000 residentes, la mitad indios y el resto occidentales. En teor¨ªa, Auroville funciona solo con energ¨ªa solar y sin dinero, y todos los residentes tienen una ¨²nica cuenta controlada centralmente. Los visitantes reciben una ¡°Aurocard¡± que se puede usar para pagar cosas como comidas y alojamiento.
Oyotunji: un pa¨ªs africano en Carolina del Sur
En medio de los pantanos de la llanura costera de California, un letrero llama la atenci¨®n del conductor que se adentra por estos caminos de tierra: ¡°Usted est¨¢ saliendo de Estados Unidos y entrando en el reino Yoruba¡±. Esta ins¨®lita comunidad es como un pedazo de ?frica en medio del pa¨ªs norteamericano. Su creador fue Walter Eugene King, que naci¨® en Detroit en 1928, en el seno de una devota familia cristiana. Decidi¨® indagar por qu¨¦ hab¨ªan perdido todo contacto con sus dioses africanos y empez¨® a viajar para conocer sus ra¨ªces culturales y espirituales. En Hait¨ª conoci¨® el vud¨² y sigui¨® investigando otras religiones y culturas de ?frica Occidental. Se sinti¨® especialmente atra¨ªdo por los yoruba, un gran grupo ¨¦tnico del suroeste de Nigeria, y fue en una ceremonia yoruba en Cuba cuando fue rebautizado como Efuntola Oseijeman Adelabu Adefunmi.
En esa ¨¦poca, la lucha por los derechos civiles en EE UU estaba en auge, y Adefunmi se relacion¨® con personajes como Malcolm X y Stokely Carmichael, pero como para ¨¦l aquel ¡°sue?o¡± no iba a funcionar, en 1970 decidi¨® establecer su propio reino: Oyotunji, en una antigua plantaci¨®n de Carolina del Sur. Los residentes (que fluctuaban entre los 25 y 150) aprend¨ªan el idioma yoruba, llevaban ropa yoruba, cre¨ªan en dioses yoruba y se organizaban en una sociedad gobernada por un rey u Oba. Evidentemente, el Oba era Adefunmi. La recreaci¨®n del estilo de vida yoruba es tan profunda que sus residentes han sido contratados para interpretar a africanos en el cine y la televisi¨®n.
Oba Adefunmi muri¨® en 2005. Le sucedi¨® su hijo, Oba Adefunmi II, que ha modernizado y restaurado una comunidad en ruinas que lleva 50 a?os activa. Ha dejado de poner el ¨¦nfasis en el separatismo y ha optado por una versi¨®n m¨¢s comercial de los valores tradicionales. Ahora los visitantes (tras pagar una entrada de 20 d¨®lares) pueden asistir a las celebraciones anuales del pueblo y hacer compras en el bazar africano, donde se venden hechizos para resolver problemas personales, hacen sesiones de adivinaci¨®n para invocar el orisha (dios) del conocimiento y ceremonias religiosas para recibir un nombre tradicional africano (sin validez legal).
Damanhur: un templo ¡®new age¡¯ excavado bajo los Alpes italianos
Durante 14 a?os, los devotos de una religi¨®n new age se escondieron en un rinc¨®n a los pies de los Alpes italianos sin que los descubrieran las autoridades. Construyeron a mano una compleja red laber¨ªntica de templos subterr¨¢neos interconectados dedicados a buscar la iluminaci¨®n de la humanidad. Su maestro era Oberto Airaudi, conocido como Falco (halc¨®n), un antiguo agente de seguros impulsado por unas visiones de antiguos lugares sagrados que tuvo de ni?o.
En 1978 Falco compr¨® una casa y comenz¨® a cavar en un lugar que, seg¨²n ¨¦l, era la intersecci¨®n de tres de las grandes l¨ªneas de energ¨ªa de la Tierra. Ya ten¨ªa varios seguidores, atra¨ªdos por su carisma y su idea de un camino hacia la iluminaci¨®n espiritual. Falco bautiz¨® la comunidad como Damanhur, en honor a una ciudad egipcia con un templo dedicado a Horus. Las autoridades italianas se enteraron del proyecto en 1992 y trataron de detener la excavaci¨®n ilegal pero, por mucho que buscaron, no encontraron la entrada a los t¨²neles. Ante la amenaza de la polic¨ªa de dinamitar la colina, Falco les condujo a un pozo escondido detr¨¢s de una puerta y les ense?¨® los t¨²neles. La red del Templo de la Humanidad abarcaba m¨¢s de 8.500 metros cuadrados distribuidos en siete espacios. Decidieron emitir retroactivamente permisos de construcci¨®n y permitieron a Damanhur seguir excavando.
Hoy la comunidad ya no se esconde: tiene unos 600 miembros y ha ampliado el complejo por la superficie, con estatuas y jardines. En sus templos subterr¨¢neos se llevan a cabo danzas llenas de movimientos simb¨®licos y en la superficie se cultivan alimentos ecol¨®gicos y calculan los d¨ªas propicios para concebir hijos. Tiene una universidad, escuelas, supermercados, vi?edos, granjas y panader¨ªas. Situado a unos 40 kil¨®metros al norte de Tur¨ªn, el Templo de la Humanidad ahora est¨¢ abierto a los turistas, aunque se recomienda reservar con bastante anticipaci¨®n la visita.
Palmanova: la utop¨ªa veneciana en forma de estrella
Cuando se sobrevuela el noreste de Italia, cerca de la frontera eslovena, se puede contemplar una curiosa ciudad con forma de estrella de nueve puntas. Es Palmanova, y se construy¨® hace 425 a?os para inspirar la armon¨ªa a todos los que vivieran all¨ª.
En el siglo XVI, Europa era un conjunto de estados en guerra. Durante generaciones, la Rep¨²blica de Venecia y el Imperio otomano hab¨ªan luchado por el control del Mediterr¨¢neo oriental. Venecia iba perdiendo pero el 7 de octubre de 1571, la Liga Santa, una coalici¨®n formada por Espa?a, G¨¦nova, los Estados Pontificios y Venecia, libr¨® la batalla naval m¨¢s grande en el Mediterr¨¢neo en 900 a?os, la batalla de Lepanto, y venci¨® a los turcos. 22 a?os m¨¢s tarde, en 1593, la Rep¨²blica de Venecia fund¨® una ciudad fortificada dedicada a esa victoria naval, y el dux decidi¨® que deb¨ªa dise?arse como una utop¨ªa. El libro Utop¨ªa de Tom¨¢s Moro, publicado en 1516, hab¨ªa desatado toda una corriente de teor¨ªas sobre c¨®mo estructurar una sociedad perfecta e igualitaria.
Palmanova era m¨¢s que una fortificaci¨®n frente a los turcos: era una oportunidad para poner en pr¨¢ctica estas nuevas ideas de ingenier¨ªa social. Los planos se basaban en los dise?os armoniosos de estrellas y c¨ªrculos dibujados por un florentino apodado Filarete, o "Amigo de la Virtud". Los nueve puntos de la estrella ayudaban a la defensa pero, adem¨¢s, los venecianos estaban seguros de que su precisi¨®n geom¨¦trica y sociedad arm¨®nica inspirar¨ªa una profunda felicidad en sus habitantes. Tard¨® 200 a?os en construirse, ya que a los venecianos les cost¨® encontrar comerciantes, artesanos y granjeros dispuestos a trasladarse a una ciudad experimental a¨²n en construcci¨®n. As¨ª que en 1622 Venecia decidi¨® poblar Palmanova con delincuentes a los que hab¨ªa indultado y ofrecido tierras gratis en el lugar. Nunca cay¨® ante los otomanos, que ni siquiera se acercaron a sus murallas, pero en 1805 la conquistaron los ej¨¦rcitos de Napole¨®n ante los que la ciudad se rindi¨® sin un solo disparo. Actualmente es una ciudad italiana como cualquier otra, aunque con una planta muy curiosa.
Sealand: DJ¡¯S, batallas y secuestros en la desembocadura del T¨¢mesis
La historia de Sealand, una micronaci¨®n a 10 kil¨®metros de la costa de Suffolk, en el Reino Unido, es tan rocambolesca y surrealista que podr¨ªa parecer falsa. Arranca en la II Guerra Mundial, cuando la Marina brit¨¢nica instal¨® un fuerte mar¨ªtimo en la desembocadura del r¨ªo T¨¢mesis para evitar un ataque de los nazis: dos torres de hormig¨®n, con helipuerto, camarotes para la tripulaci¨®n, almacenes y comedores. Los nazis nunca atacaron, y el fuerte fue abandonado en 1956.
En 1966, proliferaban en Inglaterra las emisoras de radio piratas: la BBC se negaba a programar pop o rock and roll y algunos DJ's rebeldes establecieron sus emisoras en barcos que surcaban aguas internacionales, para emitir m¨²sica que pudieran escuchar los adolescentes del pa¨ªs. Pero un fuerte naval vac¨ªo permit¨ªa crear algo m¨¢s permanente. Paddy Roy Bates (que llevaba Radio Essex) y Ronan O'Rahilly (al frente de Radio Caroline) navegaron hasta el fuerte vac¨ªo y lo ocuparon¡ y se enfrentaron por el territorio, incluso con armas y bombas de gasolina. La Marina Real arrest¨® a Bates y a su hijo, pero un tribunal brit¨¢nico desestim¨® el caso, al estar en aguas internacionales. Bates consider¨® que esto significaba el reconocimiento de un nuevo pa¨ªs al que bautiz¨® como Principado de Sealand. Nombr¨® a su mujer primera dama y a s¨ª mismo pr¨ªncipe.
Un empresario alem¨¢n llamado Alexander Achenbach se puso en contacto con el pr¨ªncipe Paddy Roy, y le propuso transformar Sealand en un casino y hotel de lujo. El pr¨ªncipe le dio a Achenbach la ciudadan¨ªa y lo nombr¨® primer ministro de por vida. Pero en 1978, cuando el pr¨ªncipe se reun¨ªa con posibles inversores en el continente, el primer ministro traicion¨® a su soberano. Envi¨® mercenarios a la plataforma con helic¨®pteros y motos acu¨¢ticas, la asaltaron y capturaron al hijo de Paddy Roy, el pr¨ªncipe Michael (26 a?os). Lo tuvieron cuatro d¨ªas encerrado hasta que finalmente lo liberaron. Entonces el pr¨ªncipe Paddy Roy y el pr¨ªncipe Michael alquilaron su propio helic¨®ptero, regresaron al principado provistos de armas, asaltaron la plataforma y tomaron como rehenes a varios traidores, entre ellos Gernot Pu?tz. Este abogado ten¨ªa pasaporte de Sealand pero tambi¨¦n nacionalidad alemana, lo que provoc¨® un breve incidente internacional entre Gran Breta?a y Alemania. Gran Breta?a se neg¨® a interceder para liberarle, citando el veredicto de 1967 de declarar Sealand fuera de jurisdicci¨®n. La crisis termin¨® cuando Alemania envi¨® a un diplom¨¢tico de su embajada de Londres a Sealand para negociar la liberaci¨®n de Pu?tz. Ya en paz, el Principado de Sealand se dedic¨® a la venta de sellos conmemorativos y de t¨ªtulos nobiliarios.
Durante un breve per¨ªodo en la d¨¦cada de los a?os 2000, fue un para¨ªso de datos offshore, hasta que el colapso de las puntocom agot¨® el negocio. En 2007, el Principado se puso a la venta por 977 millones de d¨®lares. No hubo compradores interesados. El pr¨ªncipe Paddy Roy Bates de Sealand muri¨® en el 2012, a los 91 a?os. Su heredero, el pr¨ªncipe regente Michael, tras pasar a?os en la plataforma, se traslad¨® a Essex para llevar un negocio de pesca. Gobierna el Principado a distancia.
North Dumpling: el reino de los ¡®segway¡¯
Hay personajes exc¨¦ntricos, de los que no es de extra?ar que quieran crear su propia sociedad independiente. Es el caso de Dean Kamen, lord Dumpling, un inventor de artefactos como la silla de ruedas que se alza sobre dos ruedas, el ca?¨®n humano para lanzar a personal de emergencias a los tejados, un brazo prot¨¦sico rob¨®tico y, el m¨¢s conocido, el segway.
Menos conocida es su otra faceta: la de creador de reinos propios. Lord Dumpling gobierna una isla que construy¨® para mostrar su sincera creencia en la independencia energ¨¦tica: es North Dumpling, de menos de una hect¨¢rea de superficie, a 1,6 kil¨®metros de la costa de Connecticut (EE UU). La compr¨® en 1986, e inclu¨ªa un faro construido en 1847. Pocos a?os despu¨¦s Kamen se separ¨® formalmente de Estados Unidos, construy¨® una turbina y convenci¨® a su amigo, el presidente George H. W. Bush, para firmar un pacto de no agresi¨®n con su nuevo pa¨ªs. Entonces empez¨® a pensar en la soberan¨ªa de su isla. Declar¨® que el medio de transporte oficial era el segway, fund¨® una armada que constaba de un ¨²nico veh¨ªculo anfibio, imprimi¨® sellos, acu?¨® moneda, envejeci¨® artificialmente su Constituci¨®n y construy¨® una r¨¦plica del monumento megal¨ªtico de Stonehenge, iluminada de noche por luces LED verdes. North Dumpling tiene un ¨²nico habitante: Kamen. De vez en cuando organiza elecciones y llena la isla de carteles de campa?a (a favor y en contra). Y siempre, claro est¨¢, gana ¨¦l.
Fordlandia: la utop¨ªa industrial de Henry Ford en la selva brasile?a
Henry Ford (1863-1947) est¨¢ en todos los libros de historia: fue el introductor de la cadena de montaje, el creador de la gran industria americana del autom¨®vil, introdujo el salario de cinco d¨®lares al d¨ªa y la semana laboral de cinco d¨ªas¡ Pero hay un lugar del mundo donde se le recuerda por otra cosa: quiso crear un proyecto ut¨®pico en plena selva brasile?a, un nuevo modelo de ciudad para vivir pr¨®speramente. Se trata de Fordlandia, a orillas del r¨ªo Tapaj¨®s, afluente del Amazonas. La ciudad m¨¢s cercana es Santar¨¦m, a unos 300 kil¨®metros, as¨ª que no es f¨¢cil llegar hasta este lugar que en las d¨¦cadas de 1920 y 1930 aspir¨® a convertirse en un ejemplo de prosperidad bajo un esquema paternalista y que hoy est¨¢ abandonado.
Henry Ford necesitaba caucho para los neum¨¢ticos y se asoci¨® con el Gobierno de Brasil para crear una colonia donde pudiera producir su propio caucho para exportar a sus f¨¢bricas de Detroit. Le concedieron 10.000 kil¨®metros cuadrados de terreno y, a cambio, Brasil recibir¨ªa un 9% de los beneficios. Ford, que nunca llegar¨ªa a visitar la ciudad porque tem¨ªa a las enfermedades tropicales, lo vio como una oportunidad de crear una sociedad modelo y ense?ar los valores de Estados Unidos en el pa¨ªs sudamericano. Fordlandia tendr¨ªa el aspecto ideal las ciudades estadounidenses, con casas t¨ªpicas del Medio Oeste, hospital, escuela, biblioteca, piscina, parque infantil y campo de golf. El alcohol y el tabaco estaban prohibidos, y se fomentaba la jardiner¨ªa y el baile. Pero en 1930, despu¨¦s de dos a?os de funcionamiento, Fordlandia era un fracaso, sobre todo porque los trabajadores de la zona no sab¨ªan c¨®mo cultivar el caucho y estaban hartos del proyecto y las costumbres americanas que trataban de imponerles. Parece ser que la gota que colm¨® el vaso fue la comida que vend¨ªan y com¨ªan, completamente desconocida para ellos: hamburguesas, avena, arroz integral¡ Un d¨ªa los trabajadores decidieron romper sus relojes y echaron a los gerentes y cocineros a la selva.
En los a?os cuarenta el lugar fue abandonado y el nieto de Ford volvi¨® a vender los terrenos al Gobierno de Brasil. Todo se oxid¨® y la jungla invadi¨® los edificios. Hoy viven pocos centenares de personas en los restos de las casas construidas, y solo alg¨²n turista ocasional se anima a llegar hasta aqu¨ª.
Freedom Cove: una isla flotante llena de arte en Canad¨¢
El arte puede ser un buen impulso para crear mundos independientes y autosuficientes. Es el caso de la isla flotante de Freedom Cove, cerca de Tofino, en la costa de la Columbia Brit¨¢nica canadiense, un paisaje magn¨ªfico, entre fiordos, ensenadas y peque?as islas cubiertas de bosque. All¨ª fue donde Wayne Adams y Catherine King, un escultor y una bailarina jubilados, decidieron construir con sus manos su propia isla flotante para poder huir de la vida que llevaban en la ciudad.
A finales de la d¨¦cada de los ochenta del siglo pasado, Catherine King se mud¨® de Toronto a estas islas unos 300 kil¨®metros al oeste de Vancouver. All¨ª conoci¨® a un artista local, Wayne Adams, se enamoraron y decidieron dedicarse en cuerpo y alma al arte. En 1994, estando en la caba?a de unos amigos en una cala aislada una tormenta derrib¨® varios ¨¢rboles que se quedaron flotando sobre el agua. En ese momento lo pensaron: construir una estructura flotante para convertirla en su estudio. A?os m¨¢s tarde, decidieron dejar la ciudad y mudarse a su estudio flotante. Y as¨ª fueron expandi¨¦ndose con puentes, glorietas, dormitorios, muelles, una galer¨ªa de arte, cuatro invernaderos, un faro y una sala de baile para King. Y todo lo levantaron usando solo un martillo y clavos.
Hoy Freedom Cove tiene 12 secciones y est¨¢ anclado a la orilla. La pareja es casi autosuficiente, comen lo que cultivan y pescan, beben agua de lluvia y los pocos suministros que necesitan comprar los consiguen vendiendo su arte a los turistas que llegan para ver su curiosa casa flotante cuyo aspecto cambia cada a?o.
Rock Garden: una utop¨ªa hecha de basura en la India
Tras la partici¨®n del Imperio Indio Brit¨¢nico en la India y Pakist¨¢n, en 1947, naci¨® el proyecto de la nueva capital del Punjab, Chandigarh, ya que la capital tradicional, Lahore, se hab¨ªa quedado en el lado paquistan¨ª de la frontera. Para dise?ar la ciudad se llam¨® nada m¨¢s y nada menos que a Le Corbusier, que cre¨® un proyecto magn¨ªfico con elegantes y austeros edificios y amplios y cuidados parques. Pero construir una ciudad entera genera mucha basura y chatarra. A finales de los a?os cincuenta, Nek Chand, un inspector de carreteras, empez¨® a recoger baldosas, tuber¨ªas, rocas y botellas y en un desfiladero olvidado de las afueras empez¨® a construir un lugar con desechos, a la que llam¨® Reino Divino de Sukrani. Poco a poco fue creando centenares de figuras extra?as cubiertas de trozos de cer¨¢mica en una gran construcci¨®n con paredes, patios y pasarelas. Durante 18 a?os trabaj¨® en secreto, hasta que en 1975 las autoridades descubrieron el extenso jard¨ªn, conocido como Rock Garden. Decidieron destruirlo puesto que estaba en terreno p¨²blico y se hab¨ªa construido sin permisos, pero la gente del lugar decidi¨® apoyarle y las autoridades desistieron.
As¨ª, el parque de esculturas se convirti¨® en un parque p¨²blico, a Nek Chand se le dio el t¨ªtulo de ingeniero, un suelo y 50 trabajadores para que le ayudaran a finalizar su proyecto. Es m¨¢s, el gobierno local instal¨® puestos de reciclaje en la ciudad para recolectar la materia prima que necesitaba Chand. Hoy ocupa 16 hect¨¢reas, tiene una cascada, elefantes y monos de cer¨¢mica, y paredes hechas de componentes electr¨®nicos desechados. Tras toda una vida trabajando en el jard¨ªn, Nek Chand muri¨® en el 2015. Su necrol¨®gica sali¨® en The New York Times y The Guardian, y Narendra Modi, el primer ministro de la India, declar¨® que Nek Chand siempre ser¨¢ recordado por "su genio art¨ªstico y su fabulosa creaci¨®n". Actualmente, este espacio es el principal destino tur¨ªstico de Chandigarh. Cada d¨ªa recibe 5.000 visitantes.
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