Soria, fest¨ªn rom¨¢nico
Un viaje en el tiempo a la medieval Extremadura soriana a trav¨¦s de las joyas de su patrimonio que arranca en la ermita de San Baudelio
Cualquier viajero apasionado sabe que a los sitios hermosos donde alguna vez estuvo hay muchas formas de volver. A la ermita rom¨¢nica de San Baudelio, en Casillas de Berlanga (Soria), viaja mi imaginaci¨®n de vez en cuando. Apartada del pueblo, la ermita domina desde un alto las tierras de frontera junto a la vega del Duero, que cuando fui estaban vestidas de ocre y verde, salpicadas de amapolas y flores amarillas. Se cree que su austera construcci¨®n cuadrangular es lo que queda de un monasterio del siglo XI adosado a una gruta que fue lugar de culto. Ese aspecto humilde, sin ninguna decoraci¨®n o relieve en la mamposter¨ªa, no hace presagiar lo que contemplas al traspasar el arco moz¨¢rabe de su puerta: una peque?a nave columnada que recuerda a una mezquita, muros con policrom¨ªas y un gran pilar central que sostiene el ¨¢bside y se ramifica en ocho arcos de herradura, igual que una gran palmera.
Pese a haber sido objeto de estudio durante a?os, todo en San Baudelio es misterioso, dec¨ªa Ana, la funcionaria que abr¨ªa el acceso la ma?ana que la visit¨¦: qui¨¦n proyect¨® su complicada estructura, a qui¨¦n se veneraba en la gruta, qu¨¦ utilidad ten¨ªa su capilla elevada de aire musulm¨¢n o qu¨¦ mensajes oculta su rica iconograf¨ªa de bestiarios y escenas b¨ªblicas, visible u oculta seg¨²n se colocara el oficiante. En el exterior se pod¨ªan ver las excavaciones arqueol¨®gicas que sacaron a la luz una necr¨®polis medieval con una treintena de tumbas.
A San Baudelio la llaman la Capilla Sixtina del rom¨¢nico espa?ol; sus murales son de los m¨¢s importantes y antiguos del pa¨ªs, junto a los de la iglesia de la Vera Cruz en Maderuelo (Segovia) y la ermita de San Miguel, en la cercana localidad soriana de Gormaz; los expertos creen que los tres provienen del mismo taller. Hasta el siglo pasado, sus frescos ¡ªde los que solo quedan fragmentos restaurados¡ª permanecieron casi intactos, pero en 1922 fueron arrancados y vendidos a un anticuario, cuyas transacciones los repartieron por diversos museos norteamericanos. En los a?os cincuenta, el Metropolitan de Nueva York cedi¨® seis de sus escenas al Museo del Prado, donde se pueden volver a admirar completas.
Los campos de la Extremadura soriana, atravesada por la Ruta del Cid y el Camino de Santiago, fueron escenario de batallas entre los reinos cristianos y musulmanes. En el itinerario, murallas y torreones surgen de pronto tras las curvas de tranquilas carreteras, entre cielos limpios y silencio. Conjuntos defensivos como el de Berlanga de Duero o el castillo de Caracena, o la extraordinaria fortaleza califal del siglo X en Gormaz, donde fue alcaide El Cid tras reconquistarla. Es la m¨¢s grande de Europa y a sus pies la ermita de San Miguel, con su construcci¨®n recia y su sencilla espada?a, parece diminuta.
En la ruta hay aldeas dormidas con templos donde admirar la belleza del rom¨¢nico soriano, que gracias a la condici¨®n fronteriza del territorio sum¨® innovaciones constructivas como galer¨ªas porticadas y elementos art¨ªsticos de influencia francesa, aragonesa y musulmana. En Andaluz, a unos 15 kil¨®metros de Casillas de Berlanga, la iglesia de San Miguel Arc¨¢ngel se construy¨® en una sola nave y hasta el siglo XVIII sufri¨® ampliaciones que demolieron su primitivo ¨¢bside, pero queda casi intacta su espectacular galer¨ªa, a?adida en el siglo XIII. En su portada, bajo el relieve de un le¨®n y medio borrado por el tiempo, a¨²n se distingue el a?o (1114) de su construcci¨®n junto al nombre del cantero. Recuerdo sus capiteles rameados y su torre robusta, y el peque?o cementerio adosado; desde all¨ª se abr¨ªan los campos donde brotaba el cereal y hab¨ªan florecido los almendros.
Grafitis y estrellas
La primera construcci¨®n rom¨¢nica en a?adir la galer¨ªa porticada, que copiar¨ªan luego los alarifes en muchos templos de Soria, Segovia y Burgos, fue la de San Miguel, en San Esteban de Gormaz, que conserva sus trazas del siglo XI. En sus capiteles de influencia ¨¢rabe se observan extra?os animales, guerreros y bailarinas, y en el canecillo de la puerta un monje sostiene un libro abierto con el nombre del cantero y la fecha grabada: 1081. En 2009 se recuper¨® en sus muros el primitivo revoco, pintado con figuras humanas, animales, estrellas y misteriosos grafitis con fechas y s¨ªmbolos. Las excavaciones hallaron adem¨¢s una necr¨®polis y los silos isl¨¢micos sobre los que se asienta. M¨¢s all¨¢ de la iglesia, un lagar comunal muestra la elaboraci¨®n tradicional del vino y un sendero sube hasta la muralla musulmana, casi derruida. Se puede descender por el cerro del castillo entre las m¨¢s de 300 bodegas que los lugare?os han excavado en la roca. Desde sus miradores se divisa la espada?a de la otra joya rom¨¢nica de San Esteban, Nuestra Se?ora del Rivero, y, al otro lado, el puente de 16 ojos cortando en dos la cinta azul del Duero. En torno a esta localidad hay peque?as poblaciones con m¨¢s maravillas rom¨¢nicas. Rejas de San Esteban tiene tambi¨¦n lagares y bodegas subterr¨¢neas y dos bellas iglesias porticadas: San Gin¨¦s, que conserva su portada y la galer¨ªa, y San Mart¨ªn, primorosamente remozada, mostrando su aspecto original del siglo XII. Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n, en Castillejo de Robledo, narra en sus frescos tardog¨®ticos el episodio de la Afrenta de Corpes del Cantar de mio Cid y sus canecillos est¨¢n tallados con sugerentes escenas er¨®ticas. Hay m¨¢s figuras retozando en los canecillos de la iglesia de San Mart¨ªn, en la aldea de Mi?o de San Esteban. Tambi¨¦n vuelvo a veces con la mente a su peque?a plaza, donde hab¨ªa una fuente y un cerezo florecido, y solo se o¨ªa el canto de los p¨¢jaros.
Ana Esteban es autora del libro de relatos ¡®Peces de charco¡¯ (editorial Baile del Sol).
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