Luz de Alba, placeres ecosensoriales en mitad de La Mancha

Un ¨¢rbol como centro de un hotel. El simbolismo de esta idea proviene del financiero Tom¨¢s G¨®mez Cano, comprometido con la sostenibilidad y los beneficios sociales de la buena vida. Esto es, el olivar y su cultura. Los rendimientos ecol¨®gicos de la biomasa obtenida del prensado de la aceituna. El placer sensorial de un masaje con s¨¦rums hidratantes elaborados con aceite de oliva de la propia finca. El sue?o de apadrinar un olivo entre los 50.000 de los alrededores de las Lagunas de Ruidera y el parque nacional de las Tablas de Daimiel, no lejos de donde Don Quijote y Sancho Panza iniciaran sus peripecias literarias.

Aqu¨ª, en La Mancha, y durante las cuatro estaciones del a?o, este eco emprendedor se ha dado el gusto de experimentar con la ayuda del arquitecto local Sergio Peralta, as¨ª como de Virginia del Barco y su estudio Ideo Arquitectura, un modelo de arquitectura bioclim¨¢tica basada en los recursos naturales del entorno. En esencia, visto desde la lontananza, un grupo de cajas de hormig¨®n diseminadas entre el olivar, y alimentadas por placas solares, calderas de biomasa, sistemas de gesti¨®n de ahorro de agua y perfiles de baja contaminaci¨®n lum¨ªnica.

Las seis villas pareadas de Luz de Alba incluyen un sal¨®n, un dormitorio y una zona privada de aguas al aire libre. Sus grandes ventanales absorben el paisaje como si no tuviera fin. Verde contra verde, porque as¨ª el olivar dialoga mejor con los huecos de las fachadas, los z¨®calos y las escaleras, las puertas y las camas de obra, la cortina de agua exterior. En el ba?o, una viga met¨¢lica de tres metros pierde su funci¨®n estructural para acomodarse como lavabos, incrustada en el muro. Los espejos merecen tambi¨¦n ser vistos. Y las ba?eras ergon¨®micas del exterior. O ese lucernario cenital a trav¨¦s del cual estalla el firmamento nocturno.

Esta visita no adquirir¨ªa la categor¨ªa de experiencia ecosensorial si prescindiera de unos minutos en la almazara, tambi¨¦n de moderna f¨¢brica, donde se elaboran cinco variedades de aceite procedentes de 30 tipos de aceitunas. Entre ellas, inexcusables, la manzanilla cacere?a, la arbequina, la picual, la Royal de Cazorla y la cornicabra. Porque al final de una estancia privilegiada por una cata de aceite, una tarde en las hamacas con vistas al olivar o un paseo en bici hasta Tomelloso, nada podr¨¢ evitarnos la tentaci¨®n de gastar los ¨²ltimos euros en la tienda de aceites y cosm¨¦ticos oleicos.