La Roma que mir¨® Pasolini
Una ruta por los barrios romanos de Pigneto, Testaccio y EUR y el litoral de Ostia tras las huellas del cineasta italiano
El pasado 5 de marzo Pier Paolo Pasolini habr¨ªa cumplido cien a?os. Como romano de adopci¨®n ¡ªse instal¨® en la capital italiana en 1950, huyendo de su padre alcoh¨®lico al que dej¨® en la regi¨®n de Friuli¡ª, el escritor y cineasta italiano miraba la ciudad con m¨¢s fascinaci¨®n que aquellos que hab¨ªan nacido all¨ª. Por eso, si alguien tiene pensado viajar a Roma puede homenajearlo haciendo una ruta totalmente pasoliniana.
El autor fue de los primeros en introducir la Roma intensa y dif¨ªcil de los a?os cincuenta y sesenta del siglo XX en sus escritos y primeras pel¨ªculas, como Accattone (1961) y Mamma Roma (1962). Entre los escenarios vitales y art¨ªsticos de Pasolini se encuentran los barrios de Pigneto, Testaccio y EUR (Esposizione Universale Roma), y el litoral de Ostia, todos ellos distritos que hab¨ªan ido surgiendo alrededor de la Roma hist¨®rica. ?l los sac¨® de su anonimato para que los visitantes, fascinados por la ciudad bella y domesticada de la Piazza del Popolo y alrededores, reparasen por fin en ellos.
Para ayudarnos a buscar las huellas de Pasolini por la ciudad, el Ayuntamiento de Roma ha publicado un mapa de lo m¨¢s pint¨®n que reparte gratuitamente en los diversos puntos de informaci¨®n tur¨ªstica (disponible tambi¨¦n en su web). Tomarlo como gu¨ªa lleva al viajero principalmente a los lugares ficcionales en los que los personajes de sus pel¨ªculas comieron o vivieron. Un buen ejemplo es el barrio del Pigneto, por donde el joven Accattone de la pel¨ªcula hom¨®nima se mov¨ªa a sus anchas. As¨ª evocaba Pasolini en sus escritos aquel lugar olvidado, hoy de nuevo en boca de muchos: ¡°La Via Fanfulla da Lodi, en medio del Pigneto, con las chabolas bajas, los muros agrietados, era de una grumosa grandeza en su extrema peque?ez; una pobre, humilde, desconocida callecita, perdida bajo el sol, en una Roma que no era Roma¡±.
Pasolini recorri¨® el distrito junto a su coguionista, Sergio Citti, en busca de localizaciones para la pel¨ªcula. Hoy el Pigneto se considera mucho menos perif¨¦rico que antes y se ha convertido en un barrio animado muy apreciado por la gente joven, a pesar de la mala fama que tuvo hace d¨¦cadas. Su calle m¨¢s concurrida, por ser peatonal, es la Via del Pigneto, y la sorpresa para quienes recorran sus alrededores es que el bar Necci dal 1924?sigue abierto en la calle perpendicular (Via Fanfulla da Lodi, 28). El local es uno de los lugares esenciales para Accattone, pues en ¨¦l com¨ªa el equipo de rodaje, adem¨¢s de ser una de las localizaciones del filme. Fundado en 1924, como indica su nombre, hoy lo frecuentan tanto mit¨®manos pasolinianos como romanos en busca de un ambiente simp¨¢tico, pues su terraza y apuesta gastron¨®mica a cargo del chef brit¨¢nico Ben Hirst ¡ªaunque siempre con recetas italianas¡ª atraen como un im¨¢n a los comensales.
Los vecinos de Pigneto tambi¨¦n se muestran orgullosos de su arte urbano, encarnado en sus numerosos murales urbanos. Tres de ellos est¨¢n dedicados a Pasolini: el titulado Io so i nomi est¨¢ en la Via Fanfulla da Lodi, y su autor es el artista Omni 71. Pocos metros m¨¢s adelante se nos aparece el ojo de Pasolini, a cargo del artista Maupal, y al otro lado de la calle sale al paso el rostro de la actriz Margherita Caruso en su papel de Mar¨ªa en El evangelio seg¨²n San Mateo, tal como la vio el artista romano Mr. Klevra. Asimismo, el Nuovo Cinema Aquila de Pigneto, reabierto en 2008 tras ser confiscado a la mafia, dedica una de sus salas al director que tanto am¨® este barrio del sureste de la ciudad.
Para escribir su poemario Las cenizas de Gramsci (1957), dedicado al pensador comunista italiano, Pasolini frecuent¨® un lugar m¨¢s cerca de la Roma monumental: el Cementerio Acattolico del barrio del Testaccio. En ¨¦l descansan, adem¨¢s de Antonio Gramsci, multitud de extranjeros no cat¨®licos y gran cantidad de pesos pesados de la cultura, como el poeta John Keats o el narrador Carlo Emilio Gadda. Todos ellos, casi 4.000 almas, reposan junto a la pir¨¢mide construida como mausoleo para Cayo Cestio en un paisaje rodeado de cipreses, pero tambi¨¦n de los omnipresentes pinos romanos y de arbustos de rosas y camelias.
Cualquiera que se acerque a visitarlo har¨ªa bien en pasarse a comer un plato de pasta en Perilli, una trattoria de barrio que presume ante todo de su receta de carbonara. Y muy cerca de all¨ª, los domingos, funciona el mercadillo de Porta Portese, el Rastro romano por excelencia. En ¨¦l transcurren algunas escenas de Mamma Roma en las que el actor Ettore Garofolo, que interpreta al joven Ettore, hijo de Anna Magnani en la ficci¨®n, vende los discos con los que su madre aprendi¨® a bailar.
A pesar de su influencia cristiana, inevitable en los italianos de su generaci¨®n y presente en su obra, Pasolini detestaba el Vaticano: ¡°La plaza de San Pedro es espantosa. Como gusanos dom¨¦sticos y ¨²tiles, como bancos de niebla, las procesiones la surcan¡±, lleg¨® a escribir. La paradoja es que Pier Paolo pas¨® sus ¨²ltimos a?os de vida cerca de otra bas¨ªlica de tintes vaticanos: la de sus tocayos San Pedro y San Pablo (Piazzale dei Santi Pietro e Paolo), construida en 1955 por el arquitecto Arnaldo Foschini y su equipo en la parte m¨¢s elevada del distrito del EUR, el proyecto arquitect¨®nico de Mussolini cuya est¨¦tica grandiosamente fascista sigue sorprendiendo a quienes lo visitan. Pasolini eligi¨® ese extra?o barrio, repleto de construcciones de estilo racionalista, para pasar all¨ª sus ¨²ltimos a?os de vida porque la zona estaba todav¨ªa a medio hacer cuando se instal¨® con su madre y su prima en el n¨²mero 3 de la calle Eufrate. Como el cineasta buscaba una casa con jard¨ªn, all¨ª, en ese espacio urbano en plena transformaci¨®n donde pod¨ªa coste¨¢rsela, la encontr¨®.
Su final tr¨¢gico lo conocemos: fue asesinado durante la noche del 2 de noviembre de 1975 en la playa de Ostia, no lejos del parque arqueol¨®gico de igual nombre. Hay una trattoria romana tradicional que tiene un valor poderos¨ªsimo para el cine: se trata de Al Biondo Tevere (Via Ostiense, 178). Inaugurada en 1915, el magnetismo de esta trattoria no solo se debe a que en ella se film¨® una escena de Bellissima de Luchino Visconti, en la que Ana Magnani, tan expresiva como de costumbre, come con su familia. El motivo principal de su fama, adem¨¢s de las frecuentes visitas de Elsa Morante o Alberto Moravia, es que all¨ª cen¨® por ¨²ltima vez Pasolini la noche de su muerte. Acudi¨® con el joven Pino Pelosi, el ¨²nico condenado por su asesinato. Para homenajear al cineasta y escritor, podemos pedir en el local el fritto misto,?una fritura de pescados especialidad de la casa, y comerla en la terraza cubierta con vistas al r¨ªo.
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