Por el valle de Cabu¨¦rniga entre secuoyas gigantes, fuentes encantadas y pueblos de cuento en Cantabria
El monumento natural del Monte Cabez¨®n, un cocido monta?¨¦s en B¨¢rcena Mayor, peque?as aldeas donde brilla la arquitectura popular y la magia de los hayedos y robledales del parque natural de Saja-Besaya. Pura Espa?a Verde
A mediados del siglo pasado alguien so?¨® un bosque m¨¢gico de ¨¢rboles gigantes que solo crec¨ªan en la costa del Pac¨ªfico de Norteam¨¦rica y que brotar¨ªa a pocos kil¨®metros del mar Cant¨¢brico. Aunque las imponentes secuoyas ya se hab¨ªan introducido t¨ªmidamente en algunos pa¨ªses del Viejo Continente, en Cantabria se apost¨® a lo grande y el resultado fue el bosque de esta especie de mayor extensi¨®n de Europa: 850 ejemplares de Sequoia sempervirens que se elevan hacia el cielo en dos hect¨¢reas y media entre las localidades de Cabez¨®n de la Sal y Comillas.
As¨ª, la visita (gratuita) al monumento natural de las Secuoyas del Monte Cabez¨®n se puede calificar de experiencia gratificante y ¨²nica de inmersi¨®n en la naturaleza, que algunos viajeros escenifican con abrazos a los troncos de metro y medio de per¨ªmetro y una altura media de 36 metros. Los accesos al bosque est¨¢n admirablemente conseguidos mediante pasarelas de madera que se internan en una ladera donde, por muchos visitantes que haya los fines de semana, reina un silencio respetuoso que imponen estos gigantes de cuento. El efecto que produce la combinaci¨®n de colores ¡ªel verdor de las hojas, el ocre de troncos y ramas, el marr¨®n rojizo de un suelo que se dir¨ªa de almohadilla y tan placentero de hollar¡ª, la penumbra solo rasgada por la luz que a duras penas penetra entre las copas de las secuoyas¡ Todo un b¨¢lsamo para la mente atribulada.
Estamos muy cerca del esplendoroso valle de Cabu¨¦rniga, y la primera poblaci¨®n que nos encontramos hacia el sur, en direcci¨®n al parque natural Saja-Besaya, es Ruente. A unos 10 kil¨®metros de las grandes secuoyas, este es un encantador pueblecito de unos mil habitantes rodeado por las estribaciones de la cordillera Cant¨¢brica. Cuenta con un pu?ado de casonas renacentistas y el notable palacio de Mier, pero su principal reclamo es La Fuentona, un arroyo que brota de una cueva a las afueras de la villa, hogar de la anjana, esa hada ben¨¦fica de la mitolog¨ªa c¨¢ntabra que abre o corta el caudal a su antojo y que, seg¨²n la leyenda, custodia un tesoro templario. El riachuelo discurre a trav¨¦s de un bosque y cruza el pueblo bajo un puente medieval sostenido por nueve arcos que configura su postal m¨¢s t¨ªpica.
Antes de continuar la ruta, el restaurante Ciclo Ruente, a un lado de la generalmente tranquila carretera general, sirve unos aperitivos estupendos en su atractiva terraza. Es recomendable, c¨®mo no en Cantabria, una raci¨®n de rabas o de riqu¨ªsimas anchoas.
Siguiendo direcci¨®n sur, los 20 kil¨®metros que separan Ruente de B¨¢rcena Mayor podr¨ªan sugerir un corto trayecto, pero la ruta comarcal ¡ªsiempre en paralelo al r¨ªo Saja¡ª, m¨¢s estrecha y sinuosa a medida que nos acercamos al parque natural de Saja-Besaya, llevar¨¢ al menos un par de horas, porque en el camino hay varios lugares de inter¨¦s. Entre la belleza de las monta?as circundantes y los bosques de hayas y robles brotan poblaciones tan atractivas como Barcenillas, Ter¨¢n, Selores o Renedo, peque?os n¨²cleos de casas monta?esas bien conservadas, y maravillas naturales como las cascadas de Lami?a.
Por fin aparece, a 500 metros de altitud y a orillas del r¨ªo Argoza, uno de los pueblos m¨¢s hermosos y singulares de Espa?a: B¨¢rcena Mayor, con apenas 80 habitantes en invierno, que se multiplican en ¨¦pocas de vacaciones o incluso los fines de semana. Alojarse en el ¨²nico establecimiento de la aldea, la posada rural Reserva Verde, permite admirar en soledad esta joya de arquitectura monta?esa al anochecer y a primeras horas de la ma?ana, tras un desayuno muy completo junto a la chimenea del comedor que incluye alg¨²n hojaldre regional, como las corbatas de Unquera.
Todo B¨¢rcena Mayor es un casco hist¨®rico; un paseo entre las callejuelas flanqueadas de casas de piedra bien restauradas, y mejor embellecidas por los lugare?os que adornan sus balconadas de madera con plantas y flores, nos conducir¨¢ a la iglesia de Santa Mar¨ªa, del siglo XVII, cerca del antiguo lavadero p¨²blico. La prohibici¨®n de entrada en el pueblo de veh¨ªculos que no sean de residentes o hu¨¦spedes del alojamiento es una medida que agradecer¨¢n no solo los paseantes sino tambi¨¦n quienes quieran obtener fotograf¨ªas de aut¨¦ntica postal a?eja. Algunas casonas albergan en su planta baja el taller de un artesano de la madera o una coqueta tienda de productos de la zona: orujo, miel, queso pic¨®n algo m¨¢s suave que el Cabrales de la vecina Asturias¡
La historia de B¨¢rcena Mayor se remonta a los siglos IX o X y muchos aseguran que es el pueblo m¨¢s antiguo de Cantabria. Y tambi¨¦n figura entre los m¨¢s remotos; de hecho, es el ¨²nico n¨²cleo urbano dentro de los l¨ªmites del parque natural Saja-Besaya. Nada m¨¢s cruzar el puente de piedra sobre el r¨ªo se pueden emprender varias rutas de senderismo de diferente duraci¨®n: hacia el pueblo de Los Tojos, el alto de la Cruz de Fuentes o el Pozo de la Arbencia, donde se unen las aguas de los r¨ªos Hormigas y Fuentes, por veredas que discurren entre hayas, robles, casta?os, tejos, abedules, avellanos o fresnos¡ No es inusual observar desde el camino ciervos, corzos, zorros e incluso jabal¨ªes. Y tambi¨¦n es el territorio del lobo, que por estos lares nunca ataca al hombre.
A la hora de comer, lo suyo es encargar un contundente cocido monta?¨¦s ¨Dcon alubias blancas, berza y un compango de chorizo, tocino, costilla y morcilla¨D en alguno de los cuatro restaurantes del pueblo, todos de calidad y precios similares: El Puente, La Solana, R¨ªo Argoza o La Jontana. Los golosos no deber¨ªan dejar de probar el espl¨¦ndido arroz con leche de postre.
La nostalgia por la belleza dejada atr¨¢s asalta al viajero apenas parte de B¨¢rcena Mayor, una sensaci¨®n que se combate divinamente si de vuelta a Santander se toma en la localidad de Valle la carretera regional 182 en direcci¨®n noroeste, que nos traslada hasta Carmona, a solo 26 kil¨®metros y entre los valles del Saja y del Nansa.
Al igual que B¨¢rcena Mayor, el peque?o municipio de Carmona (170 habitantes) est¨¢ en la lista de la Asociaci¨®n de los Pueblos m¨¢s Bonitos de Espa?a. Y es que ser¨ªa suficiente su visi¨®n desde la carretera que desciende al valle para justificar tal galard¨®n. De nuevo entre casonas de piedra sobre arcadas y con balconadas edificadas entre los siglos XVI y XVIII, como el palacio de los D¨ªaz de Cossio, Calder¨®n y Mier, antiguo parador de turismo y hoy hotel Arha Casona de Carmona. La tranquilidad y el sosiego que brinda la contemplaci¨®n de edificios sobrios y hermosos y la naturaleza que los acoge embargan al visitante. Normalmente, en medio de un silencio que solo se rasga con el tol¨®n de los cencerros de las vacas tudancas.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter de El Viajero y encuentra inspiraci¨®n para tus pr¨®ximos viajes en nuestras cuentas de Facebook, Twitter e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.