Los mejores planes para aliviar el calor de Marraquech
Hoteles con piscinas relajantes no solo aptas para hu¨¦spedes, deliciosas comidas a la sombra, atardeceres desde las azoteas y otras opciones refrescantes en la ciudad marroqu¨ª
El calor no logra detener el pulso de Marraquech ni siquiera en verano. Entre las palmeras y los aromas de especias, sigue palpitando con energ¨ªa, incluso cuando el term¨®metro alcanza los 40 grados. Pero m¨¢s all¨¢ de la ciudad marroqu¨ª, un plan infalible es alquilar un coche y aventurarse por sus alrededores. Una libertad que permite al viajero descubrir joyas escondidas a su propio ritmo: desde hoteles con piscinas y jardines hasta restaurantes situados en medio del desierto.
Para quienes deseen explorar Marraquech durante el verano, nada como recorrer su conocida Medina en las primeras horas del d¨ªa, cuando el sol a¨²n no arde con tanta intensidad y el bullicio que la caracteriza es m¨ªnimo, al menos por unas horas. Otra opci¨®n es adentrarse en los oasis urbanos de la ciudad, como los Jardines de la Menara o los famosos Jardines de Majorelle ¡ªregalo del dise?ador Yves Saint Laurent a la ciudad de la que se enamor¨® en 1966¡ª, donde se puede pasear entre una exuberante vegetaci¨®n y ¨¢rboles centenarios. Los Jardines de Majorelle, creados en los a?os veinte por el pintor franc¨¦s Jacques Majorelle, son conocidos por su vegetaci¨®n de cactus y el intenso color azul cobalto que adorna muchos de sus edificios y estructuras. El contraste entre el azul y el verde de las plantas crea una atm¨®sfera visualmente impactante que cautiv¨® al dise?ador Yves Saint Laurent y a su pareja, Pierre Berg¨¦, durante uno de sus viajes a Marraquech en los a?os sesenta. Saint Laurent y Berg¨¦ compraron el jard¨ªn en 1980 para preservar la visi¨®n de su propietario original, y lo regalaron a la ciudad.
Tras una visita al jard¨ªn, cerca queda el hotel Maison Brummell Majorelle, un lugar imprescindible para los amantes de la arquitectura y el dise?o que se inaugur¨® el a?o pasado. Cuando el sol marroqu¨ª est¨¢ en su punto m¨¢s alto, algunos hoteles ofrecen day pass con la opci¨®n de sumergirse en sus piscinas. En Marraquech hay una gran oferta de alojamientos y riads con piscinas alucinantes, donde disfrutar de un refrescante chapuz¨®n y relajarse leyendo un buen libro en la sombra.
Cerca de las antiguas murallas de la ciudad est¨¢ el hotel Royal Mansour, uno de los m¨¢s lujosos y especiales de Marraquech por su concepto ¨²nico: alberga una Medina dentro de otra Medina, donde perderse y escapar de la rutina mientras nos maravillamos con mosaicos multicolores, techos elaborados de madera de cedro, amplias cortinas blancas, preciosos muebles y obras de arte contempor¨¢neas. Su decoraci¨®n sumerge en un cuento de hadas oriental y en la experiencia de vivir en un aut¨¦ntico palacio. Su jard¨ªn est¨¢ dise?ado por un paisajista espa?ol, Luis Vallejo, e invita a pasear por senderos bordeados de rosas, hibiscos, palmeras y olivos. Incluso si uno no es hu¨¦sped puede disfrutar de la piscina adquiriendo un pase diario por 1.500 MAD (unos 137 euros), que incluye una comida de men¨² en Le Jardin. El restaurante ofrece platos refrescantes como sushi, sashimi, langosta a la parrilla o tartar de carne de res, todo ello enmarcado por el encantador jard¨ªn de ensue?o durante el verano. El hotel tiene tres opciones gastron¨®micas m¨¢s: Sesamo (cocina italiana), La Grande Table Marocaine (cocina marroqu¨ª) y La Grande Brasserie (cocina francesa).
A solo 10 minutos en coche del centro de la ciudad se encuentra el hotel Beldi Country Club. Esta es una propiedad dise?ada como una aldea tradicional bereber que combina la tradici¨®n marroqu¨ª con la elegancia francesa, creando un ambiente muy especial. Su jard¨ªn es un para¨ªso de buganvillas, rosas y cipreses. Quiz¨¢s lo m¨¢s atractivo de todo es la sensaci¨®n de que nada aqu¨ª parece exagerado, demasiado pulido o precioso. Las habitaciones r¨²sticas y los espacios comunes han sido decorados de manera sencilla y, sin embargo, todo logra sentirse cuidadosamente refinado y acogedor. Por 440 MAD (unos 35 euros), se puede disfrutar de un pase diario que incluye comida en el restaurante El Badia de cocina mediterr¨¢nea (entrada, plato principal y postre; sin bebidas) y acceso a la piscina, con colchoneta y toallas. Los menores de 10 a?os pagan 280 (unos 25 euros).
Si se busca una experiencia de lujo con estilo oriental, a unos 30 minutos del centro de Marraquech se encuentra la piscina del hotel Palais Namaskar, conocido por su gran c¨²pula que parece sacada de una pel¨ªcula de Alad¨ªn. El acceso, que es de 788 MAD (unos 72 euros), permite disfrutar de un c¨®ctel de bienvenida, sumergirse en su piscina e incluye una comida de dos platos.
Desde las alturas
Otra forma de combatir el calor y disfrutar de las vistas sobre Marraquech es visitando sus azoteas, espacios que ofrecen una perspectiva ¨²nica de los tejados y son el lugar perfecto para pasar la tarde con una bebida refrescante, aprovechando la brisa que relaja la temperatura despu¨¦s de explorar la Medina y los mercados durante el d¨ªa.
La mayor¨ªa est¨¢n en el centro de la ciudad. Una de las m¨¢s recientes es la del Nobu Garden & Sushi Bar, en el interior del Nobu Hotel Marrakech, con vistas panor¨¢micas de la ciudad y, en los d¨ªas m¨¢s claros, de las monta?as del Atlas. El rooftop est¨¢ dise?ado alrededor de una piscina circular, con una terraza donde tomar el sol y algunas zonas donde relajarse, saboreando su cocina mediterr¨¢nea y marroqu¨ª, o disfrutando del atardecer con DJ y actuaciones en vivo.
Otra de las azoteas m¨¢s bonitas es El Fenn, en pleno coraz¨®n de la Medina, una terraza que se puede disfrutar todo el d¨ªa, desde el desayuno, la comida o un c¨®ctel al atardecer. Desde aqu¨ª se puede ver la mezquita de Koutoubia, la m¨¢s importante de la ciudad y una de las mayores de todo el mundo isl¨¢mico, con un minarete de 77 metros de altura.
Si se busca el lugar para una cena animada, Kabana es una buena opci¨®n. Es un lugar de referencia tanto para el p¨²blico local como para los turistas, y ofrece un ambiente moderno y cosmopolita. Desde aqu¨ª tambi¨¦n se puede ver la mezquita Koutoubia. Su chef, Luisma Naranjo, es valenciano y ofrece una carta internacional con cocina mediterr¨¢nea, junto con un bar de sushi y una amplia gama de c¨®cteles, que incluyen cl¨¢sicos como el pisco sour que, seg¨²n ellos, son los ¨²nicos en ofrecer de Marraquech. Durante los fines de semana suena la m¨²sica electr¨®nica en vivo.
Si buscamos explorar oasis cercanos, Marraquech ofrece muchas opciones. Podemos disfrutar de una comida a la sombra en el restaurante Le Flouka, situado junto al lago Lalla Takerkoust y frente a las monta?as del Atlas, o sumergirnos en la belleza del desierto de Agafay. En lugares como La Pause se tiene la oportunidad de explorar sus impresionantes paisajes en un quad durante la tarde o pasar una noche inolvidable contemplando el deslumbrante cielo estrellado del verano.
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