24 horas en Alicante, las mejores pistas para descubrir la ciudad mediterr¨¢nea
Un paseo por la localidad de la Costa Blanca que mezcla pasado y presente: del castillo de Santa B¨¢rbara al barrio de Santa Cruz y la concatedral de San Nicol¨¢s de Bari, con paradas en ¡®catedrales¡¯ de la gastronom¨ªa alicantina y templos musicales
En Alicante no todo es lo que parece, al menos no a simple vista. Y es que, bajo esa apariencia de urbe costera, se esconden tesoros, de mayor o menor tama?o, que encierran historias que prescriben el car¨¢cter de la ciudad. Solo as¨ª se podr¨ªa explicar el nombre de la famosa plaza del 25 de mayo, a la espalda del imponente mercado municipal, o incluso el de la propia ciudad, relacionado con ¡ªseg¨²n varias teor¨ªas¡ª el monte Benacantil (a unos 170 metros sobre el nivel del mar), el otero que domina la costa.
Alicante se lo pone f¨¢cil al viajero que desee visitarla; est¨¢ bien conectada por tierra, mar y aire. La ciudad m¨¢s poblada de la Costa Blanca necesita una visita de varios d¨ªas, pero en 24 horas tambi¨¦n se puede descubrir una curiosa versi¨®n que mezcla el pasado y el presente alicantino para ir abriendo boca.
11.00 Un monumento ineludible a la vista y a la visita
No se puede conocer Alicante sin visitar uno de sus monumentos m¨¢s caracter¨ªsticos: el castillo de Santa B¨¢rbara (1). Enclavado en lo alto del monte Benacantil, esta fortaleza se divisa desde casi cualquier punto de la ciudad, y permite, una vez arriba, contemplar la bah¨ªa de Alicante y las poblaciones vecinas de la Costa Blanca. Su simbolismo se remonta atr¨¢s en el tiempo, se cree que fue este monte el que dio nombre a la ciudad (del griego Akra Leuke, que significa promontorio blanco). Con los romanos, el nombre evolucionar¨ªa a Lucentum o Leukante, y los ¨¢rabes lo llamar¨ªan Al-Kalant. Por su forma rocosa, que recuerda a un rostro, al monte Benacantil se le conoce cari?osamente ¡ªleyendas mediante¡ª como ¡°la cara del moro¡±.
Aunque el de Santa B¨¢rbara fue uno de los castillos medievales m¨¢s importantes de Espa?a, se han encontrado restos arqueol¨®gicos de la Edad de Bronce (entre el 1700 y 1100 antes de la era com¨²n), ¨ªberos y romanos. Su composici¨®n actual muestra tres recintos de tres ¨¦pocas distintas: los restos m¨¢s elevados y antiguos de la fortaleza, donde se encuentra la Torre del Homenaje, datan en su mayor¨ªa del siglo XIV; m¨¢s abajo, en el recinto intermedio, se ubican las dependencias que se construyeron en el siglo XVI, como el Sal¨®n de Felipe II, el Cuerpo de Guardia, el Patio de Armas y el Baluarte de la Reina; la ampliaci¨®n m¨¢s reciente, del siglo XVIII, es el Revell¨ªn del Bon Rep¨®s, y se sit¨²a en la parte inferior.
Hay varias formas de visitar la fortaleza: en autobuses que parten desde el paseo mar¨ªtimo, en taxi (nunca en coche particular porque no se puede aparcar dentro del recinto), a trav¨¦s del ascensor ubicado en la avenida Juan Bautista Lafora, en la playa del Postiguet o a pie desde el mismo arenal, o desde el barrio m¨¢s antiguo de la ciudad, el de Santa Cruz.
13.00 Por el barrio de Santa Cruz y un vermut
La zona m¨¢s interesante del casco antiguo es su parte alta, un entramado de estrechas calles, de gran pendiente que, en muchos casos, se salva con escaleras. Lo m¨¢s caracter¨ªstico de este lugar son las viviendas: casitas bajas de paredes blancas salpicadas de flores que adornan y refrescan el ambiente. Una escena que se vuelve m¨¢s impresionante durante la fiesta de las Cruces de Mayo (este a?o, del 29 de abril al 5 de mayo). Recorriendo este peque?o pueblo de una decena de arterias a las faldas del castillo de Santa B¨¢rbara se llega hasta la ermita de Santa Cruz (2), construida en el siglo XVIII.
Descendiendo del barrio de Santa Cruz, a apenas cinco minutos caminando, se encuentra otra joya arquitect¨®nica, en este caso del modernismo valenciano de principios de siglo XX. El Mercado Central de Alicante (3) es el lugar donde encontrar los mejores productos frescos de la terreta ¡ªcomo se conoce popularmente a la provincia de Alicante o la de Valencia¡ª, pero tambi¨¦n es un sitio emblem¨¢tico, ligado a uno de los acontecimientos m¨¢s atroces que han tenido lugar en la ciudad. La ma?ana del 25 de mayo de 1938, nueve Savoia de la aviaci¨®n italiana, que apoyaba al ej¨¦rcito sublevado y que hab¨ªa instalado su base de operaciones en la isla de Mallorca, irrump¨ªan en cielo alicantino bombardeando la ciudad. El mercado fue uno de los edificios donde m¨¢s proyectiles cayeron, dejando m¨¢s de 300 muertos y un millar de heridos. Por ello, la plaza en la que recae la fachada trasera del edificio se llama 25 de mayo (4).
Hoy este es un agradable espacio urbano, nutrido de ¨¢rboles y con varios bares con terraza donde sentarse a descansar tras la caminata. Antes de comer, se puede pedir un vermut alicantino, hechos con vinos de la zona. La denominaci¨®n de origen que ampara a aquellos producidos en Alicante puede presumir de elaborar excelentes caldos, algunos como el fondill¨®n, el favorito del mism¨ªsimo rey Sol, Luis XIV, como contaban las cr¨®nicas de la ¨¦poca.
15.00 Para comer, arroz (que no paella)
La regi¨®n mediterr¨¢nea, en concreto la alicantina, puede presumir de tener una excelente cocina de mar, monta?a y huerta, y un lugar para degustar esa gastronom¨ªa en cualquier momento del d¨ªa es el bar Gravina (5), en el n¨²mero 4 de la calle del mismo nombre. Un negocio familiar, regentado por Conchi Sanz y ?lex Belda, madre e hijo, al que no le faltan nunca comensales. ?La receta de su ¨¦xito? Productos frescos del d¨ªa que adquieren en el mercado municipal.
Sin embargo, si de algo se sienten orgullosos los alicantinos es de sus arroces, (?ojo, que no paella!). El arroz en Alicante es religi¨®n. Tanto es as¨ª que muchos de los restaurantes de la ciudad se han agrupado bajo la marca registrada Alicante Ciudad del Arroz. Y es que hay hasta 300 variedades: del arroz a la alicantina ¡ªmeramente con productos de mar y al que se a?ade pollo¡ª al arroz a banda con cola de gamba y calamar, o el de boquerones con espinacas, el meloso con ventresca de at¨²n rojo, arroz negro, la receta al horno o el del senyoret. Una de estas catedrales del arroz de Alicante es el restaurante Pis Pas (6), en la plaza de Luceros.
17.00 Una librer¨ªa de referencia y grafitis del siglo XVIII
No muy lejos de esta plaza emblem¨¢tica, en la que convergen cuatro arterias principales ¡ªla avenida del General Marv¨¢, de Federico Soto, de Alfonso el Sabio y de la Estaci¨®n¡ª, se encuentra la Librer¨ªa 80 mundos (7), un lugar de referencia para los amantes de los libros. Su merecida fama desde hace cuatro d¨¦cadas se debe al trabajo de su primer due?o, Fernando Linde, que la traspas¨® en 2018 a otros grandes entusiastas de la cultura, Sara J. Trigueros, Carmen Juan, Ralph del Valle y Marina Vicente, que han continuado con su legado. Este es el lugar para adquirir un libro bajo extraordinarias recomendaciones de sus libreros, asistir a presentaciones, recitales, cuentacuentos, talleres... Una agenda de actividades tan rica que les vali¨® el Premio a Mejor Librer¨ªa Cultural de Espa?a en 2019, concedido por la Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal).
De vuelta en el casco hist¨®rico, un imperdible es la plaza del Ayuntamiento (8), dominada por el edificio que hoy alberga el Consistorio de la ciudad (9), un imponente palacio barroco del siglo XVIII. Del interior del edificio destaca el Sal¨®n Azul, la C¨¢mara Real de Isabel II con una capilla lateral en la que hoy se permite celebrar misa tras una bula pontificia suscrita por el papa P¨ªo VI. Otro curioso detalle de este palacio es el hallazgo de grafitis, pero no de expresiones art¨ªsticas actuales, sino de manifestaciones grabadas o dibujadas con carb¨®n o pintura en las paredes realizadas hace m¨¢s de 300 a?os, y que tambi¨¦n se conocen con este nombre. En el Museo Arqueol¨®gico de Alicante (MARQ) (10) se puede consultar un cat¨¢logo con los grafitis que se han localizado en varios edificios p¨²blicos y privados de la ciudad.
Mirando al consistorio, a mano izquierda, se encuentra el p¨®rtico de Ansaldo (11), que conecta la calle Rafael Altamira con la concatedral de San Nicol¨¢s de Bari (12), otra de las joyas arquitect¨®nicas alicantinas. De 1616, se levant¨® sobre los restos de una antigua mezquita siguiendo los preceptos del estilo renacentista herreriano, manteniendo un exterior austero. Su interior, sin embargo, cuenta con un claustro tardog¨®tico de un templo medieval cargado de ornamentaci¨®n.
20.00 Templos no religiosos para acabar el d¨ªa
No muy lejos de la plaza 25 de mayo resiste otro templo, no religioso, sino musical. El Jendrix Rock Bar (13) va camino de cumplir 30 a?os. Y es que este local, que abri¨® sus puertas en el ecuador de la d¨¦cada de los noventa en honor al virtuoso de la guitarra Jimi Hendrix, sigue siendo un cl¨¢sico de la noche alicantina y suele programar conciertos de bandas locales y alguna que otra nacional. A escasos 100 metros, se encuentra otra m¨ªtica sala de m¨²sica en directo: la Stereo (14), con un aforo m¨¢s amplio para conciertos, donde tambi¨¦n hay espacio para sesiones de improvisaci¨®n, un club de la cerveza y otros tipos de eventos. Los viernes y los s¨¢bados abren de madrugada para aquellos que quieran exprimir a¨²n m¨¢s su visita a Alicante.
Marcharse de la costa mediterr¨¢nea sin tomarse una horchata puede ser considerado un pecado. Esta bebida de chufa es otro s¨ªmbolo de Alicante y un lugar de culto para degustarla es La Horchater¨ªa Azul (15), en el n¨²mero 38 de la calle Calder¨®n de la Barca, que puede presumir de llevar abierta 82 a?os. Tal es su ¨¦xito que solo abren durante seis meses al a?o, de mayo a septiembre.
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