Los 11 imprescindibles de un viaje a Nepal
El pa¨ªs asi¨¢tico es el destino para los amantes del senderismo y de los paisajes de monta?a, un lugar para dejarse embaucar por la naturaleza y tambi¨¦n por pueblos medievales y sus templos, sin olvidar una pausa en Katmand¨², la capital
Hay muchos imprescindibles en cualquier viaje a Nepal, empezando por Katmand¨², la puerta principal del pa¨ªs que muchos viajeros suelen saltarse, con las prisas por llegar a las rutas senderistas. Pero merece la pena quedarse un tiempo en la ciudad para pasearse entre sus templos y bahals (patios budistas), probar una comida fant¨¢stica y curiosear en sus bazares. Para algunos la aventura puede comenzar en las afueras de Katmand¨²: circunvalar la estupa de Bodhnath al atardecer, en compa?¨ªa de una multitud de peregrinos, es una m¨¢gica experiencia. Todo entre el sonido de 1.000 banderas de oraci¨®n al viento, los c¨¢nticos de los monjes, el olor del incienso y el cielo del ocaso. Otra experiencia imprescindible es el Terai, una zona fascinante y un cruce de caminos entre los inmensos centros de poblaci¨®n de las llanuras indias y las culturas surgidas en el hermoso, poco poblado e inclemente Himalaya. En este f¨¦rtil paisaje sobreviven las sociedades ind¨ªgenas del Terai y la fauna de Nepal, protegida en varios parques nacionales.
Los pocos visitantes que exploran la regi¨®n de Katmand¨² a Pokhara son unos afortunados. El r¨ªo Trishuli ofrece rafting en aguas bravas para los m¨¢s aventureros, adem¨¢s de tranquilos resorts, y la estaci¨®n de monta?a de Bandipur, con su ambiente europeo y vistas del Himalaya. Y mientras, los aficionados a la historia pueden disfrutar con los palacios y templos del distrito de Gorkha. Y lo mejor de todo: unas incre¨ªbles panor¨¢micas sobre el Himalaya en casi todos los rincones del pa¨ªs: en Nepal no hace falta caminar semanas para tener maravillosas vistas. A veces, por parad¨®jico que parezca, cuanto m¨¢s lejos se est¨¦ de las monta?as mejor se ven.
1. Katmand¨², maravilla medieval de Nepal
La capital de Nepal es un microcosmos del sur de Asia: espiritual y comercial, familiar e ins¨®lita, fren¨¦tica y serena. Katmand¨² es una ciudad moderna sobre una trama medieval de templos, estupas, fuentes hundidas y santuarios. Los calle?jones desembocan inesperadamente en bahals centenarios, y las puertas dan paso a mandirs (templos hin?duistas) de techos escalo?nados ajenos al paso del tiempo. Aunque tambi¨¦n hay centros comer?ciales climatizados y hoteles modernos, sus a?os de historia siguen asom¨¢ndose aqu¨ª y all¨¢.
Muchos viajeros atraviesan la ca?pital deprisa de camino a las ru?tas de trekking del Everest, Annapurna, Langtang y Ma?naslu, y solo se detienen para hacer noche al prin?cipio o al final de su expe?dici¨®n. Pero es recomen?dable quedarse m¨¢s tiem?po para explorar no solo los imprescindibles monumentos de la plaza Durbar, de Pashupatinath, Bodhnath y Swayambhunath, sino tam?bi¨¦n sus callejones y templos secundarios.
La mayor¨ªa de los viajeros eligen el barrio mochilero de Thamel como campa?mento base. En esta apretada mara?a de callejones, monta?eros y estudiantes de medi?taci¨®n se mezclan con porteadores, gu¨ªas, m¨ªsticos, agentes de trekking y vendedores ambulantes de toda clase de mercanc¨ªas, desde flautas y s¨ªmbolos ceremoniales chapados en lat¨®n hasta falsos plu?m¨ªferos North Face. Thamel es probablemente el mejor sitio de la ciudad para comer, beber, comprar y dormir, con mu?chos bares y locales de m¨²sica en directo, tiendas de recuerdos, hoteles para todo tipo de bolsillos ¡ªdesde mochileros adolescentes hasta monta?eros septuagenarios¡ªy res?taurantes de lo m¨¢s variado. Comodidades que se agradecen, sobre todo cuando se vuelve despu¨¦s de semanas recorriendo las monta?as del pa¨ªs.
Más información en la nueva guía Nepal de Lonely Planet y en lonelyplanet.es.
Pero la estancia en Katman?d¨² no debe limitarse a este re?ducto tur¨ªstico. El alma de la capital est¨¢ en los popu?lares bazares entre Thamel y la plaza Durbar y en los apacibles bahals escondi?dos por toda la ciudad. El alma de todo es la plaza Durbar, el coraz¨®n medieval de Katmand¨², una mara?a de patios, palacios y templos cargados de simbolismo y relevancia ceremonial. Aqu¨ª se coronaba a los reyes deificados de Nepal y se despachaban los asuntos del viejo reino; hoy la monarqu¨ªa ha desaparecido, pero el culto a sus tradiciones contin¨²a. Antes de ser engullida por la expansi¨®n urban¨ªstica, casi toda la ciudad se reduc¨ªa a esta plaza, con el palacio de Hanuman Dhoka como centro. El terremoto del 2015 derrib¨® edificios y agriet¨® fachadas, pero los nepal¨ªes han dedicado miles de horas a restituir el esplendor a su plaza. La pervivencia de las tradiciones artesanas nepal¨ªes permiti¨® restaurar palacios y reedificar templos arruinados, y hoy los monumentos reconstruidos casi no se distinguen de los que se salvaron del desastre.
2. Seayambhunath y Bodhnath: budismo con vistas
Es probable que el punto de inter¨¦s m¨¢s famoso de Katmand¨² sea la estupa sagrada de Swayambhunath, surgida, cuentan, de una flor de loto que flotaba en un lago que ocupaba en ¨¦poca remota el valle de Katmand¨². Cuando el bodhisattva Manjushri abri¨® un agujero en el costado del valle con su espada, el milagroso santuario qued¨® varado. Los ge¨®logos han confirmado la existencia del lago glaciar, y la gran estupa corona este monte al oeste de la capital nepal¨ª desde al menos el a?o 460. La ciudad se fund¨® en este paraje en parte por su proximidad a este centro de peregrinaci¨®n. Muchos visitantes vienen aqu¨ª a contemplar la ciudad, y los peregrinos que practican el budismo tibetano se congregan a diario para circunvalar ritualmente la base de este monte sagrado.
Tambi¨¦n de visita obligada es el barrio de Boudha, dominado por una gran estupa. Es probablemente el m¨¢s espiritual de Katmand¨²; una mini Lhasa de exiliados tibetanos instalados a las afueras de Katmand¨² en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Una marea continua de peregrinos rodea la gran estupa cada d¨ªa bajo banderas de oraci¨®n al viento y la mirada vigilante del Buda desde la dorada aguja central. Esta estupa es de los pocos sitios del mundo donde la cultura budista tibetana se muestra sin restricciones. Las callejuelas que la rodean est¨¢n repletas de monasterios y talleres que fabrican accesorios para la pr¨¢ctica de esta fe. Tambi¨¦n se puede visitar la estupa de Chabahil, m¨¢s peque?a, y el templo hinduista y crematorio de Pashupatinath.
3. El valle de Katmand¨², el coraz¨®n cultural
El valle de Katmand¨² representa lo que es Nepal: ciudades medievales, templos fascinantes y siete conjuntos de monumentos y edificios representativos que son patrimonio mundial de la Unesco. Este valle forma un ¨®valo de 30 kil¨®metros de ancho que constituye el cora?z¨®n pol¨ªtico, hist¨®rico y cultural del pa¨ªs. Creado, seg¨²n los budistas, del lecho de un lago sagrado drenado por la espada de Manjushri, es un mo?saico cada vez m¨¢s urbaniza?do de bancales de cultivo y pueblos sagrados con templos de ladrillo rojo que exhiben el genio de los arquitectos y artesa?nos newares.
Su patrimonio art¨ªstico es la herencia de tres reinos Malla medievales (Katmand¨², Patan y Bhak?tapur), que compet¨ªan no solo por la supremac¨ªa militar sino por la excelencia art¨ªstica. De aquella rivali?dad surgi¨® un conjunto de plazas p¨²bli?cas, templos tipo pagoda y palacios reales con frontispicios dorados. Adem¨¢s, siglos de comercio e intercambio cultural con el T¨ªbet y la India han legado una fusi¨®n perfecta de influencias est¨¦ticas y pr¨¢cticas religiosas.
Aparte de los imprescindibles si?tios patrimonio mundial de Pa?tan y Bhaktapur, el va?lle esconde muchos templos rurales, lugares de pere?grinaci¨®n y pueblos t¨ªpi?cos newares poco visita?dos pero f¨¢ciles de explo?rar en autob¨²s, taxi o a pie. Curiosamente, aqu¨ª, a solo 10 kil¨®metros de la capital, hay muchos menos turistas de los que se encuentran durante las excursiones de d¨ªas por las rutas de trekking del An?napurna o el Everest.
4. Pat¨¢n: mucho brillo y una extraordinaria imagen de Buda
El conjunto de templos, patios palaciegos y monumentos de la plaza Durbar de Patan es tal vez la muestra m¨¢s extraordinaria de arquitectura newar de todo Nepal (la cultura newar es la del pueblo ind¨ªgena del valle de Katmand¨², una de las culturas m¨¢s ricas y complejas del Himalaya). Pasear por esta plaza, o contemplarla desde la plataforma de un templo, es uno de los momentos estelares de cualquier visita al pa¨ªs.
Patan fue en su d¨ªa una ciudad-Estado celosa de su independencia y una de las tres grandes urbes medievales del valle, pero en la actualidad solo el fangoso r¨ªo Bagmati separa Patan de la gran ciudad de Katmand¨². Mucha gente a¨²n la conoce por su nombre en s¨¢nscrito, Lalitpur (¡°ciudad de la belleza¡±). Su encanto est¨¢ en su trama medieval de tole (plazas) y bahal, que en conjunto acogen a m¨¢s de mil monumentos budistas y algunos de los templos y palacios m¨¢s notables del pa¨ªs, la mayor¨ªa de los siglos XVI y XVII, ¨¦poca de esplendor de la dinast¨ªa Malla. Por todo ello, merece una excursi¨®n de un d¨ªa completo desde Katmand¨², o incluso hacer noche para disfrutar a solas de sus callejuelas.
Ya solo encontrar el magn¨ªfico templo dorado budista puede resultar una experiencia: se puede acceder por una puerta trasera secreta en el circuito a pie por el norte de la plaza Durbar o bien desde las callejuelas del lado norte de la misma plaza. Con unos or¨ªgenes que se remontan al siglo XII, la fachada dorada del templo es de las m¨¢s hermosas de Patan. El sacerdote principal es un muchacho de menos de 12 a?os que ejerce el cargo durante 30 d¨ªas y cede luego el puesto a otro joven. Las tortugas amarillas que se pasean por el recinto¡ ?son las guardianas del templo! Cuando se entra por la puerta principal, la del este, hay que descalzarse y desprenderse de cualquier objeto de cuero para acceder al patio inferior. Dos estatuas de elefantes guardan el templo principal (construido en 1409), cuya deidad central es una estatua de Buda Sakyamuni de recargada decoraci¨®n. A izquierda y derecha del patio hay santuarios y frente al templo principal, un templo m¨¢s peque?o contiene un chaitya ¡°autoerigido¡± (swayambhu). Antes de salir se sube la escalera hasta la capilla de la planta alta para sentirse transportado al T¨ªbet con sus pinturas murales, que incluyen una rueda de la vida.
5. Bhaktapur: un paseo medieval y ¡®street food¡¯ al estilo newar
La tercera de las ciudades-Estado medievales del valle de Katmand¨² es la que mejor conserva el ambiente atemporal de un t¨ªpico pueblo newar. Muchos nepal¨ªes conocen a¨²n Bhaktapur por su antiguo nombre de Bhadgaon, o por el newar de Khwopa, que significa ¡°ciudad de devotos¡±. Un nombre que le cuadra, porque los altos templos que llenan sus tres plazas son ejemplos importantes de la arquitectura religiosa nepal¨ª. M¨¢s all¨¢ de las plazas medievales, la vida cultural newar discurre apaciblemente por sus calles, solo alteradas por los espectaculares festivales que jalonan el calendario local. La mayor¨ªa visita la ciudad en una excursi¨®n de un d¨ªa, pero es una experiencia maravillosa dormir en el casco antiguo y pasear por sus plazas y templos una vez que los turistas han regresado a Katmand¨². Gracias a la relativa ausencia de tr¨¢fico, es la ciudad medieval del valle que m¨¢s se disfruta deambulando sin m¨¢s.
Aunque su arquitectura medieval parezca atemporal, la ciudad est¨¢ en constante mutaci¨®n. En la plaza Durbar, por ejemplo, hubo muchos m¨¢s edificios que en la actualidad. El devastador terremoto de 1934 derrib¨® numerosos templos y edificios palaciegos, y el de 2015, muchos m¨¢s, entre ellos los templos de Vatsala Durga y Fasidega (ambos ya reconstruidos). Adem¨¢s, muchas casas de ladrillo tradicionales fueron reconstruidas con hormig¨®n antis¨ªsmico, lo que alter¨® a¨²n m¨¢s la cara de la ciudad. Las calles de Bhaktapur fueron restauradas en la d¨¦cada de 1970 con fondos alemanes del Bhaktapur Development Project, adem¨¢s del alcantarillado y el tratamiento de aguas residuales. Buena parte del encanto de Bhaktapur se debe a estos planes con visi¨®n de futuro.
El sitio m¨¢s aut¨¦ntico para probar comida callejera newar a la sombra de los templos es un peque?o puesto sin nombre situado entre la plaza Durbar y Taumadhi Tole y regentado por la misma familia desde hace 50 a?os. Lo ¨²nico que ofrece es wo al estilo newar (bara, en nepal¨ª), una tortita que se hace con una mezcla de harina de lentejas negras y verdes, cocinada sobre una plancha y servida con salsa de garbanzos. El wo se pide solo, con huevo o mixto (huevo con carne de b¨²falo), y se come en la plataforma exterior o dentro, junto a la parrilla con vistas al patio real del Tadhunchen Bahal, morada de las tres Kumari (diosas vivientes) de Bhaktapur.
6. Sarangkot: ver el amanecer sobre el Himalaya
La contemplaci¨®n de los Annapurnas desde Sarangkot es casi una experiencia religiosa. La gran vista panor¨¢mica de los picos del Himalaya se extiende desde el Dhaulagiri (8.167 metros), por el oeste, hasta el Annapurna Sur (7.219), el Hiunchuli (6.441), el Annapurna I (8.091), el Machhapuchhare (6.997), el Annapurna III (7.555), el Annapurna IV (7.525), el Annapurna II (7.937) y el Lamjung (6983), por el este. La mayor¨ªa viene hasta aqu¨ª al alba o al ocaso, cuando el sol ba?a estos picos con su celestial luz dorada.
La mejor manera de llegar a Sarangkot es con el espectacular telef¨¦rico del Annapurna desde Sedi. Desde la estaci¨®n superior hay que caminar unos 10 minutos hasta la torre principal de observaci¨®n. Una escalera sube hasta el espectacular mirador sobre un antiguo kot (fuerte). Sarangkot cuenta con varios alojamientos y restaurantes, la mayor¨ªa con vistas impresionantes, y resulta m¨¢s tranquilo dormir aqu¨ª que venir desde Lakeside antes del alba.
Dos advertencias: de vez en cuando las monta?as desaparecen tras las nubes varios d¨ªas, sobre todo durante el monz¨®n. Y si los viajeros ruidosos estropean la paz en la torre de observaci¨®n, un poco m¨¢s all¨¢ est¨¢ el helipuerto, m¨¢s tranquilo y cubierto de hierba.
7. Nuwakot, una joya tur¨ªstica poco visitada
Las carreteras que salen de Katmand¨² hacia el noroeste y noreste ofrecen la oportunidad de alejarse del valle de Katmand¨² e internarse en el Nepal real. La carretera Araniko va al noreste remontando el turbulento r¨ªo Bhote Kosi hasta el coraz¨®n de la industria nepal¨ª de los deportes de aventura, donde el rafting, el barranquismo y el puenting son el plan perfecto para quien padezca saturaci¨®n de templos.
Nuwakot, al noroeste, es un pueblo hist¨®rico que ofrece un relajante respiro rural. Entre los monta?eros tiene fama de ser uno de los secretos mejor guardados del pa¨ªs. El terremoto de 2015 da?¨® m¨¢s del 90% de sus 450 casas y tambi¨¦n varios templos, pero la mayor¨ªa de estos edificios ya se han reconstruido. Su centro es la hist¨®rica plaza Durbar, hoy en proceso de renovaci¨®n por una empresa china, presidida por el Saat Tale Durbar, una fortaleza de siete plantas construida en 1762 por Prithvi Narayan Shah como palacio. Nuwakot fue la capital hasta que este rey conquist¨® el valle de Katmand¨² seis a?os despu¨¦s, y aqu¨ª muri¨® en 1775. En el mismo patio se est¨¢n reconstruyendo el Ranga Mahal (un pabell¨®n de recreo de los Malla) y el colindante Garad Ghar (Tilganga Ghar). El templo de Taleju (1564) es el m¨¢s espl¨¦ndido de la plaza, dedicado a la protectora divina de los reyes Malla, pero est¨¢ cerrado al p¨²blico. En el extremo sur de Durbar, el templo de Bhairabi, con cubierta dorada, se usa para los sacrificios de animales durante el festival de Sinduri Jatra, en marzo o abril, y las vistas del valle desde la ventana del pabell¨®n cercano son insuperables.
Estamos en una zona cerca del T¨ªbet, donde abundan los resorts para aventureros que vienen atra¨ªdos por la monta?a pero tambi¨¦n a practicar barranquismo, puenting y rafting. Escondido en un recodo del Bhote Kosi, a 97 kil¨®metros de Katmand¨² y a 15 del T¨ªbet, el Borderlands Resort es uno de los principales resorts de aventura del pa¨ªs, donde se pueden practicar actividades en la naturaleza. Tres kil¨®metros m¨¢s cerca del T¨ªbet, The Last Resort es el otro gran resort de la regi¨®n, accesible por un vertiginoso puente colgante sobre un tajo de 160 metros que funciona, adem¨¢s, como plataforma para los saltos de puenting. El precio incluye cualquier almuerzo que el est¨®mago sea capaz de digerir despu¨¦s de la haza?a. Aqu¨ª tambi¨¦n est¨¢ el ¡°columpio¡±, una ca¨ªda libre de ocho segundos seguida de un salto a lo Tarz¨¢n y tres o cuatro balanceos sobre el desfiladero. Otra opci¨®n sin salir de Nuwakot es The famous Farm, un retiro id¨ªlico en forma lodge que es el resultado de la inteligente reforma de tres casas antiguas de Nuwakot y encaramado en lo alto del pueblo. Un jard¨ªn con vistas sobre el valle rodea las habitaciones de decoraci¨®n tradicional; su comida nepal¨ª es magn¨ªfica, y se dan clases de cocina. Los propietarios son l¨ªderes en turismo responsable, muy activos en las tareas de reconstrucci¨®n despu¨¦s del terremoto.
8. El valle de Kali Gandaki: senderismo y vistas
A caballo sobre r¨ªo Kali Gandaki, Jomsom (2.760 metros) o, m¨¢s exactamente, Dzongsam (¡°fuerte nuevo¡±), es la capital administrativa de la regi¨®n y su principal nudo de comunicaciones para proseguir viaje al Alto Mustang y Muktinath. El viaje por carretera o avi¨®n hasta Jomsom deja muy cerca de los altas cumbres y de las cabeceras de rutas. En unos cuantos d¨ªas m¨¢s se puede caminar al sur hasta el pintoresco pueblo de Marpha o al noreste hasta el medieval Kagbeni antes de subir al centro de peregrinaci¨®n de Muktinath.
El pueblecito de Thini, o Thinigaun (2.860 metros), es el m¨¢s antiguo del valle. Llegar a ¨¦l y a su monasterio es una caminata corta excelente, a la que se puede a?adir un peque?o valle y un maravilloso gompa (antes b?n, ahora budista). Si se quiere seguir explorando hay que ir al sur y bajar hasta cruzar el Lungpuhyun Khola, subir por el otro lado y pasar por las ruinas del Gharab Dzong, una fortaleza construida por el rey Thing Migchen. M¨¢s all¨¢ se abre el bello lago Dhumba (2.830 metros), festoneado de banderas de oraci¨®n. Desde la cresta sobre el lago se puede llegar al gompa de Katsapterenga (2.920 metros) para contemplar una espectacular panor¨¢mica de 360 grados del pico Nilgiri, el puerto de Tilicho, el pueblo de Syang y Thini y Jomsom.
Kagbeni es la puerta al Alto Mustang; se puede pasear por la mara?a de callejones empedrados y disfrutar de una atm¨®sfera medieval con el ganado por las calles, antiguas ch?rtens y un monasterio ocre encaramado sobre el pueblo. Sobre las puertas de las casas se ven trampas para esp¨ªritus y cr¨¢neos de cabra pintados. La otra excursi¨®n es Muktinath, un tempo y sus santuarios que son los centros de peregrinaci¨®n m¨¢s importantes del Himalaya para budistas e hinduistas. Entre otros, hay un templo de Visn¨² y otro de Jawalamai (diosa del fuego), que contiene un manantial y los flujos de gas natural que alimentan la famosa llama eterna de tierra, agua y fuego, lo que explica la gran importancia religiosa del lugar.
9. Lumbini: el lugar donde naci¨® Buda
En Lumbini fue donde naci¨® una de las figuras m¨¢s veneradas de la historia: Siddhartha Gautama, el Buda hist¨®rico. Este fue un complejo monacal muy activo y un lugar primordial de peregrinaci¨®n para los budistas, pero el tiempo lo sepult¨® en el olvido hasta el descubrimiento en 1896 de un pilar con inscripciones dejado por el emperador budista Ashoka en medio de un mar de ruinas.
Y es que la historia avanza por ciclos: en las ¨²ltimas d¨¦cadas un nuevo conjunto de estupas, monasterios y templos construidos por naciones budistas de todo el mundo se alzan sobre los pantanos que rodean el modesto templo de Maya Devi, donde supuestamente tuvo lugar el nacimiento de Buda. Mientras contin¨²an los trabajos en la Zona de Desarrollo de Lumbini, la ciudad recibe m¨¢s peregrinos que turistas, y muy probablemente el nuevo aeropuerto internacional de Siddharthanagar (Bhairawa) reforzar¨¢ su renovada popularidad.
10. Parque nacional de Chitwan: un safari entre rinos, tigles y elefantes
Una de las principales atracciones de Nepal es el parque nacional de Chitwan, reserva natural declarada patrimonio mundial de la Unesco desde 1984 que protege m¨¢s de 932 kil¨®metros cuadrados de bosques, pantanos y pastizales. Su creaci¨®n marc¨® un hito en la protecci¨®n del medio ambiente del pa¨ªs. Es uno de los mejores parques nacionales de Asia para ver fauna, con altas probabilidades de avistar rinocerontes indios, ciervos, monos y algunas del m¨¢s del medio millar de aves que tiene o lo visitan. Se necesitar¨¢ m¨¢s suerte para ver un leopardo, un elefante salvaje o un oso bezudo, aunque el reclamo m¨¢s poderoso del lugar es el majestuoso tigre de Bengala.
Chitwan est¨¢ rodeado por peque?as aldeas habitadas por los tharus, la etnia original de este sector del Terai. La cultura tharu est¨¢ intr¨ªnsecamente ligada al ecosistema y la historia del parque, y en cualquier visita a Chitwan se hace imprescindible asistir a un espect¨¢culo de danza o conocer alguno de sus poblados.
Gracias a Chitwan y otras reservas, Nepal es hoy uno de los pocos pa¨ªses donde las poblaciones de tigres se recuperan, y las de rinocerontes y elefantes tambi¨¦n, aunque de forma m¨¢s lenta. Algunos lodges de Chitwan est¨¢n renunciando a los trekkings montados en elefante, y los animales ahora solo los encabezan: otra muestra de la creciente concienciaci¨®n.
11. Campamento base del Everest: una caminata m¨ªtica para vislumbrar la cima del mundo
La ascensi¨®n de dos semanas hasta el campo base del Everest (EBC) quiz¨¢s sea el trekking m¨¢s famoso del mundo, y decenas de miles de trekkers lo emprenden cada a?o para disfrutar de las privilegiadas vistas de la monta?a m¨¢s alta del planeta y sus vecinas, tambi¨¦n espectaculares: el Lhotse y el Nuptse.
De los m¨²ltiples atractivos de esta caminata el m¨¢s importante es el de llegar al llamado ¡°techo del mundo¡± y acercarse hasta el coraz¨®n del alto Himalaya Se pasa por pueblos y gompas (monasterios) preciosos, y los amables sherpas de Solu Khumbu convierten las caminatas en todo un placer.
Pero no hay que obsesionarse con el Everest; las otras monta?as y rutas de la regi¨®n son igual de espectaculares. Los lagos y glaciares del valle de Gokyo ofrecen las vistas m¨¢s extraordinarias de la regi¨®n, y el trekking de los Tres Puertos brinda la panor¨¢mica definitiva.
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