Peregrino, si llegas a Fisterra, ?no quemes tus zapatos!
Una campa?a del Concello de la localidad coru?esa y una asociaci¨®n de fabricantes de calzado regala botas nuevas a los senderistas del Camino de Santiago para tratar de frenar la absurda costumbre de quemar las pertenencias al llegar al cabo del fin del mundo
El Camino de Santiago es una de las aventuras m¨¢s excepcionales que un viajero pueda emprender. No conozco a ning¨²n peregrino o peregrina que no regrese a casa sin la sensaci¨®n de ser alguien nuevo (aunque luego esos sentimientos duren poco). Y es que la espiritualidad que envuelve a las rutas jacobeas las hace diferentes a cualquier otro itinerario senderista. La experiencia de caminar por ellas va mucho m¨¢s all¨¢ de la de hacer kil¨®metros por un sendero GR. Por desgracia, ese puntito m¨ªstico, esa necesidad de muchos peregrinos de encontrar su karma particular en el Camino, est¨¢ generando unos tremendos problemas medioambientales.
Existe un esp¨¦cimen de peregrino ¡ªm¨¢s numeroso de lo que usted puede imaginar¡ª que se ve impelido a hacer todo tipo de tonter¨ªas que ha visto antes o que imagina que dan resultado en aras de un buenrollismo pseudohist¨®rico o pseudoespiritual sacados de libros de autoayuda. Por ejemplo: poner montoncitos de piedras en lugares ¡°m¨¢gicos¡±, cual druidas galos en busca de la p¨®cima secreta (no, por m¨¢s que lo lea en las gu¨ªas, los peregrinos antiguos no cargaban una piedra desde su casa para dejarla cientos de kil¨®metros m¨¢s all¨¢, bastante ten¨ªan con seguir vivos al final de la jornada). Resultado: el destrozo paisaj¨ªstico y medioambiental de enclaves emblem¨¢ticos como la Cruz do Ferro, en los Montes de Le¨®n, donde no queda un canto en kil¨®metros a la redonda. Peor a¨²n: en vez de piedras, muchos dejan un objeto personal, convirtiendo estos lugares en un verdadero basurero de todos los colores, procedencias y materiales. La moda viene de largo (la he visto en el Camino Franc¨¦s desde hace d¨¦cadas), pero en los ¨²ltimos a?os se ha magnificado. Se?al inequ¨ªvoca de que cada vez somos m¨¢s tontos.
Otra tontuna que est¨¢ generando severos problemas es la de quemar ropas y zapatos cuando llegas al cabo de Fisterra, la prolongaci¨®n del Camino desde la catedral compostelana. Algo que supuestamente hac¨ªan peregrinos medievales para alcanzar el fin del mundo conocido en aquella ¨¦poca, como s¨ªmbolo de renovaci¨®n y de ruptura con todo pasado. Dejando al margen que es m¨¢s que dudoso que en el medievo, con lo peligroso y extenuantes que eran los caminos, los viajeros se expusieran a hacer kil¨®metros de m¨¢s por una raz¨®n tan moderna y tan de novela de Paulo Coelho, lo que s¨ª es seguro es que ninguno quemaba unos zapatos que en esa ¨¦poca eran un art¨ªculo de lujo y que necesitaban para volver.
¡°La moda de la quema de zapatos nos est¨¢ generando un problema grave en tres vertientes¡±, me cuenta Jos¨¦ Marcote, alcalde del Concello de Fisterra, en A Coru?a, el ayuntamiento donde est¨¢ el cabo hom¨®nimo, destino final de los modernos peregrinos. ¡°Por un lado, est¨¦tico; hacen hogueras por todas partes y est¨¢ el cabo y el entorno del faro lleno de mont¨ªculos negros. Por otro, medioambiental, porque est¨¢ todo lleno de residuos t¨®xicos de materiales sint¨¦ticos a medio quemar. Y, finalmente, de seguridad: ha habido varios conatos de incendios en verano por quemas descontroladas en los que han tenido que intervenir los bomberos¡±.
Marcote asegura que el problema viene de lejos y que han puesto carteles por todo el contorno avisando de la prohibici¨®n de hacer fuego. ¡°Pero sin ¨¦xito; la gente sigue haci¨¦ndolo. Por eso cuando nos lleg¨® la propuesta de AFCYA nos pareci¨® una buena manera de abordar el problema¡±. AFCYA es la Asociaci¨®n de Fabricantes de Calzado y Afines de Zaragoza. Una agrupaci¨®n de peque?os fabricantes de la comarca del Aranda que le propuso al Concello instalar un contenedor de zapatos usados en el kil¨®metro O del camino de Fisterra, junto al faro, donde los peregrinos puedan depositar calzados y otras ropas, que ser¨¢n luego tratados con una gesti¨®n sostenible y acorde.
¡°La idea nace porque en la zona est¨¢bamos muy sensibilizados con los incendios¡±, explica Jos¨¦ Antonio Sacramento, presidente de AFCYA. ¡°Hace un a?o a uno de nuestros asociados se le quem¨® la nave con toda la producci¨®n dentro. Fue algo desolador. Esto, unido a toda la cantidad de incendios graves que hemos tenido, nos dej¨® muy sensibles con el tema del fuego. Cuando nos lleg¨® la informaci¨®n de que en el Camino de Santiago quemaban las botas al llegar a Fisterra y que incluso provocaban incendios en la zona nos pareci¨® algo tan fuera de lugar que decidimos que ten¨ªamos que aportar un granito de arena, no podemos hacer mucho, pero s¨ª tratar de ayudar a la gente a concienciarse¡±.
Con una subvenci¨®n del Gobierno de Arag¨®n para promocionar el calzado de la comarca, han instalado ese contenedor, han abierto una p¨¢gina web informativa y ofrecen 100 pares de botas a los primeros peregrinos que depositen ah¨ª su calzado y rellenen un formulario con sus datos en esa web. ¡°Somos una asociaci¨®n peque?a con recursos muy limitados, pero s¨ª que les mandaremos calzado fabricado por nuestros asociados a los 100 primeros que lo hagan. El material usado que se recoja no va a ser incinerado, sino triturado para reciclarlo. Y con cada uno de esos 100 pares de botas mandaremos tambi¨¦n una bolsita de gr¨¢nulos triturados, como cenizas simb¨®licas¡±. La iniciativa empez¨® el pasado 21 de octubre, pero en AFCYA a¨²n no tienen datos de cu¨¢ntos peregrinos han utilizado el contenedor, que seguir¨¢ ah¨ª m¨¢s all¨¢ de esta campa?a inicial con regalo de calzado. ¡°Ojal¨¢ no haga falta uno, sino dos o tres¡±, apunta Sacramento. ¡°Es un absurdo que la gente deje su basura all¨ª, con todo lo que representa el Camino de Santiago¡±.
Para el alcalde de Fisterra, el proyecto por s¨ª solo no resolver¨¢ el problema de las quemas, pero, sin duda, contribuir¨¢ a sensibilizar a los peregrinos. ¡°Nos queda mucho trabajo y concienciaci¨®n, pero es un buen inicio¡±.
As¨ª que ya sabes, si llegas a Fisterra, los zapatos¡ al contenedor o de vuelta a casa. Tus precursores medievales tampoco los quemaban.
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